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¡Escoja las cosas grandes de la vida!La Atalaya 1972 | 1 de febrero
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¿Qué proceder escogerá usted? En su vida, ¿cuáles realmente son las cosas grandes?
OTRAS COSAS GRANDES Y PEQUEÑAS
Algunos permiten que las ofensas personales revelen lo que consideran grande o pequeño. Si el orgullo de usted o el llamado ‘honor personal’ es una cosa grande en su vida, entonces usted permitirá que las ofensas personales lo hagan infeliz y resentido. Usted guardará rencor y no querrá perdonar; tratará de ‘salvar las apariencias.’
Pero si la armonía entre los hermanos cristianos y las buenas relaciones con sus compañeros adoradores son las cosas grandes en su vida, entonces podrá pasar por alto desaires, descuidos o inadvertencias insignificantes. Le parecerán como las cosas pequeñas que realmente son. Entonces en vez de pagar con la misma moneda o guardar rencor usted volverá la otra mejilla, tal como Jesucristo aconsejó que hicieran sus seguidores.—Mat. 5:39.
Presta apoyo convincente a esto el siguiente consejo del apóstol Pedro: “Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.” Al proceder así uno muestra que tiene la perspectiva correcta, a saber, que tales cosas como ofensas personales se consideran cosas pequeñas, y que el amor, la paz y la armonía entre los cristianos son algunas de las cosas grandes en la vida.—1 Ped. 4:8.
Verdaderamente, el proceder que muestra sabiduría es el considerar cuidadosamente qué cosas escogemos hacer las cosas grandes en la vida y qué cosas las pequeñas. El hacer la selección correcta en estos asuntos contribuye a la paz, el gozo y el contentamiento ahora, y a la vida eterna en felicidad en el nuevo sistema de cosas de Dios que se acerca.
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Acepte la implantación de la Palabra que salva almasLa Atalaya 1972 | 1 de febrero
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Acepte la implantación de la Palabra que salva almas
¿Cómo puede decirse que la Palabra de Dios salva almas, como se declara en Santiago 1:21?a
Esa Palabra de Dios nos salvaguarda contra la calamidad innecesaria aun ahora, diciendo: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo y sus labios de hablar engaño, antes apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno; busque la paz y vaya en pos de ella.” (1 Ped. 3:10, 11) El prestar atención a este consejo hace posible que uno evite muchas de las dificultades que indebidamente pueden acortarle a uno la vida.
También se puede decir que la Palabra de Dios es salvadora de almas en cuanto a la vida futura, pues Jehová Dios dice: “Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.” Ese día de la cólera de Jehová es la predicha “tribulación grande,” que incluye al Armagedón, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” Solo los que aceptan la implantación de la Palabra que salva almas pueden esperar pasar con vida en ese tiempo.—Sof. 2:3.
¿Hasta qué punto es importante la condición del corazón para aceptar la implantación de la Palabra?
Es importantísima, como Jesús mostró en su parábola del sembrador. Cuando el corazón es duro, como el camino que uno pisa, el enemigo inmediatamente puede hurtar la semilla. Cuando el aprecio de corazón no se profundiza mucho, el sol caluroso de la oposición hace que la planta se marchite y muera. O cuando en el corazón hay demasiada preocupación por las cosas materiales de la vida, o el deseo de enriquecerse, estas cosas ahogan la verdad, la Palabra, de modo que también muere. Pero cuando la Palabra que salva almas se implanta en “un corazón excelente y bueno,” el resultado es fruto para alabanza de Dios y para la salvación del alma del que posee tan excelente y buen corazón.—Luc. 8:9-15.
¿Cómo puede una familia cristiana aceptar
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