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  • ¿Es usted misericordioso como su Padre es misericordioso?
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • misericordia a ti?” Provocado a ira, el amo hizo que el esclavo despiadado fuera echado a la cárcel.—Mat. 18:32-34.

      David expresó un sentimiento similar al oír el relato de Natán acerca del hombre acaudalado que le quitó a un pobre su única cordera para suministrar una comida a un invitado. Airado David clamó: “¡El hombre que hizo esto merece morir!” ¿Por qué? “Porque no tuvo compasión” para con su semejante. Pero David, aunque en el corazón era hombre compasivo, como mostró su expresión, sufrió el golpe aplastante de que se le dijera: “¡Tú mismo eres el hombre!” Por eso, aunque seamos practicantes de misericordia, no podemos dejarnos sentir complacencia, más bien tenemos que prestar atención a la exhortación: “Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.”—2 Sam. 12:1-7; Luc. 6:36.

      La seriedad del asunto se ve en la declaración de la Biblia de que los “despiadados” se cuentan entre los que Dios considera como “merecedores de muerte.” (Rom. 1:31, 32) Considere el caso de los fariseos, de quienes Jesús dijo que, como clase, estaban destinados al Gehena, la destrucción eterna. (Mat. 23:23, 33) Evidentemente la falta de misericordia contribuyó en gran parte a que merecieran esta condenación. Cuando Jesús los censuró por ‘condenar a los inculpables,’ les dijo: “Vayan . . . y aprendan lo que esto significa: ‘Quiero misericordia, y no sacrificio.’”—Mat. 9:11-13; 12:7; Ose. 6:6.

      El problema de los fariseos se debía básicamente a su extremado enfoque legalista a todos los asuntos. Se interesaban intensamente en reglas, reglamentos y procedimientos, pero pasaban por alto o daban menos consideración a los principios más importantes de la Palabra de Dios y a los preceptos fundamentales de la adoración verdadera. Ciertamente no eran como Aquel que ellos afirmaban era su Padre celestial. (Juan 8:41) ¿Vemos en nosotros mismos alguna inclinación a ser como ellos?

      Aunque la misericordia de Dios de ninguna manera se circunscribe a tiempos de juicio, éstos ciertamente son ocasiones en que la misericordia se deja ver notablemente. ¡Y cuánto debemos desear ser objetos de la misericordia de Dios en esas ocasiones!

  • “La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio”... ¿cómo?
    La Atalaya 1973 | 1 de febrero
    • “La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio”... ¿cómo?

      EL HECHO de que la misericordia puede ‘alborozarse triunfalmente sobre el juicio’ debe interesarnos vivamente a cada uno de nosotros. ¿Por qué? Porque el apóstol Pablo en sus escritos inspirados asegura que “cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios.”—Sant. 2:13; Rom. 14:12.

      Realza nuestro interés el hecho de que el tiempo de Dios para emprender acción judicial para con toda la humanidad se ha acercado mucho. Las profecías muestran que la mística “Babilonia la Grande,” el imperio mundial de religión falsa, así como todas las naciones políticas, en breve sentirán la fuerza del juicio divino. Todas las personas en la Tierra se enfrentan a un período de “tribulación grande,” y la supervivencia a través de ella estriba en tener la aprobación de Dios, su juicio favorable. (Mat. 24:21, 22; 25:31-34, 41; Rev. 17:1-5; 19:11-15) Ese tiempo de tribulación introducirá el régimen milenario del Hijo de Dios sobre la Tierra, durante el cual “Día de Juicio” los sobrevivientes vivos y los muertos resucitados serán juzgados de acuerdo con sus hechos.—Mat. 11:21-24; 12:41, 42; Hech. 10:42; Rev. 20:12, 13.

      Pero la misericordia puede ‘alborozarse triunfalmente sobre el juicio’ aun en el tiempo presente, porque las expresiones judiciales de Dios no se circunscriben exclusivamente a los períodos de juicio que están en el futuro. Por medio de Cristo Jesús como cabeza de la congregación cristiana en toda la Tierra, Jehová Dios trata diariamente con sus siervos. De diferentes maneras y a variados grados Él manifiesta que su favor o falta de favor está sobre ellos, tanto colectiva como individualmente, tal como lo hizo con la congregación del Israel carnal en tiempos antiguos.

      Jehová puede, por ejemplo, obrar como Juez levantando a uno a una posición de más responsabilidad entre su pueblo, mientras abate a otro. (Compare con Salmo 75:6, 7.) O, donde hay controversia entre los que dicen servirle, quizás dándose el caso de que alguien sea acusado o reciba oposición injustamente, Dios de manera similar puede dar a conocer Su punto de vista y manifestar a cuál de los envueltos él favorece en la cuestión. (Sal. 35:1, 23, 24) Por otra parte, las Escrituras muestran que dentro de la congregación cristiana hay ancianos que sirven de jueces representando a Cristo Jesús, su Cabeza, y al Padre de Éste, Jehová Dios. Su juicio ha de ser guiado y basado en la Palabra explícita de Dios. Dios puede usar a estos hombres para expresar juicio o para aplicar disciplina.—1 Cor. 5:3-5, 12, 13; 6:2-5.

      EVITE ‘TENER SU JUICIO SIN MISERICORDIA’

      Sea en algún punto crítico durante el tiempo presente, o en el Día de Juicio que se acerca rápidamente, ¿cómo nos irá al rendir una cuenta de nosotros mismos delante de Dios y su Juez nombrado, Cristo Jesús? Muchos factores están envueltos, pero, con gran provecho, podemos considerar aquí aquel que enfatizó Santiago, el discípulo y medio hermano de Jesús, cuando dijo: “Porque al que no practica misericordia se le hará su juicio sin misericordia. La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio.” (Sant. 2:13) ¿Cómo podemos probar que somos ‘practicantes de misericordia’ para evitar un “juicio sin misericordia”?

      Considere primero el contexto de las palabras inspiradas de Santiago. Poco antes había indicado lo incorrecto que es mostrar favoritismo en la congregación, el ser parcial para con los financieramente prósperos, pasando por alto a los pobres. (Sant. 2:1-9) También recalcó la importancia de ayudar y atender a los necesitados entre los discípulos. (Sant. 1:27; 2:14-17) Luego, discutiendo el “juicio más

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