Manteniendo la felicidad por medio de disipar las quejas
“¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”—Luc. 11:28, NM.
1. ¿De qué manera es feliz Jehová, y cómo puede también el hombre adquirir la felicidad?
JEHOVÁ es el Dios feliz. (1 Tim. 1:11, NM) Su felicidad proviene de estar completamente dedicado a la justicia y a traer felicidad a sus criaturas de la manera amorosa que lo hace. Altruístamente ha hecho plena provisión para que los hombres vivan en felicidad sobre la tierra y con ese fin les da lo que ellos necesitan. Para adquirir la felicidad genuina el hombre sólo tiene que prestar atención a la instrucción que Dios le da y vivir de acuerdo con ella.
2. ¿Está el presente sistema de cosas en un estado feliz, y por qué sí o por qué no?
2 ¿Quién puede negar que el presente sistema de cosas sobre la tierra está lleno de infelicidad y tristeza? En él hay mucho de qué quejarse. Esto ha acaecido en cumplimiento de Apocalipsis 12:12 (NM): “Ayes para la tierra y para el mar porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” Ha resultado verídica la profecía que dijo: “Pero conoce esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.” (2 Timoteo 3:1, NM) Algunos políticos tal vez se jacten de que la gente jamás estuvo en mejores condiciones; pero en gran medida la gente se siente desdichada y está afligida por la amenaza de una catástrofe global en una guerra nuclear, por el alarmante aumento del crimen y la delincuencia, por el aumento de las enfermedades terribles a pesar de los descubrimientos científicos más modernos, y por la inseguridad general. Su semblante refleja el espíritu de descontento de que está penetrado todo el sistema de cosas.
3. ¿Cómo está siendo esparcida la felicidad ahora, quiénes responden, y cuál es el resultado?
3 Jehová, altruista en su felicidad, hace provisión para que la gente oiga las gloriosas buenas nuevas. Estas están siendo predicadas a través de la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio. (Mat. 24:14, NM) Algunas personas, descritas en Ezequiel 9:4 como “hombres que gimen y se angustian a causa de todas las abominaciones que se hacen,” oyen este mensaje y salen del afligido sistema de cosas. Comienzan a rehacer su mente y experimentan un cambio de personalidad hasta llegar a disfrutar del estado feliz que Dios disfruta. (Rom 12:2; Efe. 4:24, 31, 32) Por eso cuando una persona llega a entender y apreciar la verdad de la Palabra de Dios, su punto de vista en cuanto a la vida cambia completamente. Llega a ser muy gozosa. Ahora tiene nuevos compañeros, los testigos de Jehová, que son una sociedad de personas felices. Espiritualmente son prósperos y están creciendo. Continuamente aprenden más y más acerca de los principios del modo de vivir del Nuevo Mundo, los cuales ellos se esfuerzan por aplicar en su vida. Irradian optimismo y entusiasmo. ¡Ciertamente tienen toda razón para ser felices!
4. ¿Dan razón para quejarse las perspectivas que ofrece el futuro para los que oyen la Palabra de Dios y la guardan?
4 Las provisiones que Jehová ha hecho para que dichas personas consigan felicidad sin fin en su nuevo mundo verdaderamente son una “feliz esperanza.” (Tito 2:13, NM) Las condiciones dolorosas de estos últimos días, acompañadas de enfermedad, pesar y muerte, que le acarrearon a la humanidad sus primeros padres, Adán y Eva, ya no se consideran como razón alguna para quejarse. ¡Cuán felices son porque Dios ha provisto la salida! Las perspectivas de vida eterna feliz les dan toda razón para regocijarse. El aprecio a la bondad de Dios hace que brote la gratitud en su corazón. Produce la comprensión de que algo se le debe a Dios: adoración a él. La gratitud sincera impele a estas personas a dedicarse al servicio de Jehová. Llegan a ser ‘hacedores de la obra’ y ‘felices al hacerla.’ A causa de que han oído la Palabra de Dios y están determinados a guardarla, sus perspectivas de felicidad se extienden infinitamente.—Sant. 1:25, NM.
5. ¿Qué presión se ejerce en la vida de una persona recién dedicada a Jehová, con qué cambio perceptible?
5 Por desgracia, no todos los que se dedican a Jehová continúan viviendo y sirviendo a Jehová en sus asignaciones felizmente para siempre. Durante algún tiempo el placer de aprender las nuevas verdades acerca de la Palabra de Dios y sus propósitos y la emoción añadida de transmitir estas cosas buenas a otros absorben todo su interés. Algunas veces, entonces, en la vida de estos recién dedicados parece que suceden cosas extrañas. Las condiciones parecen cambiar. Se ve que una vida de servicio a Jehová como testigo suyo no es un lecho de rosas. Tal vez le sobrevengan penalidades a uno, o aun brote persecución severa para despojar a uno de su gozo recién hallado. Aun el servicio diario a Jehová Dios llega a ser pesado. El predicar día tras día se hace más riguroso y exigente. La gente que se encuentra en el campo misional es indiferente y apática hacia el mensaje del Reino. Y la predicación trae consigo muchos problemas difíciles. Implica trabajo considerable con lo que parece ser detalles interminables que exigen atención cuidadosa. O en la vida de nuestro nuevo testigo quizás haya surgido un problema doméstico como resultado de su nueva manera de adoración. Este trae consigo tirantez muy severa en los vínculos de familia, la cual amenaza acarrear consecuencias deplorables y hasta producir una brecha en el círculo familiar. Se ejerce presión sobre la devoción de uno a Jehová y sobre los votos de dedicación que ha hecho tan recientemente.
6. Cuando un nuevo testigo de Jehová comienza a desaprobar y a criticar los asuntos de la congregación, ¿qué sucede?
6 Luego, también, nuestro nuevo testigo de Jehová está lleno de celo. Tiene ambición de adelantar en el servicio y llevar a cabo la obra. Cuando mira a su alrededor, quizás en una congregación pequeña, le parece que se está logrando muy poco progreso. Obviamente, concluye él, eso se debe a que las cosas no están siendo dirigidas correctamente. Ve que hay algunas personas descuidadas e indiferentes asociadas con la congregación. No se está progresando mucho en la obra de predicación. Cree que algo tiene que hacerse, y eso pronto; por eso se pone a desaprobar y a criticar. En breve se da cuenta de que no se siente feliz como al comienzo. El gozo que le daba servir a Dios está desapareciendo.
7. ¿Por qué y cómo desaparece a veces la felicidad que se experimentó en la primera asociación con la sociedad del Nuevo Mundo?
7 Quizás nuestro nuevo hermano no reconozca al principio lo que pasa, pero él está sufriendo un cambio radical de actitud. Se halla disintiendo enfáticamente tocante a los arreglos que se han hecho en la congregación para adoración y servicio. Critica a los que sirven con él. En vez de servir a Jehová con gozo y alegría ahora está haciendo demandas y quejándose acerca de los arreglos. Él quiere que las cosas sean más convenientes y fáciles. Se resiente del trabajo, molestia e inconveniencia que los yerros y el descuido de otros le ocasionan. Él se dice a sí mismo o de manera que otros oigan: “¡Si sólo hicieran las cosas de la manera correcta, sería mucho más fácil!” Entretanto la felicidad que experimentó al principio ha desaparecido totalmente. No siempre es aparente exactamente cómo y por qué sucedió, pero esto sí es cierto, no se siente complacido acerca de ello. Su felicidad y gozo han desaparecido. Ha regresado al modo de ser quejumbroso, murmurador, del viejo mundo. Habitualmente desaprueba los arreglos que Jehová ha hecho. Él se dice a sí mismo: “Jehová y su organización me deben algo mejor que esto.” Duda que sean prudentes las decisiones y arreglos que se han hecho y quiere hacer las cosas a su modo. No estando ansioso de efectuar la voluntad de Jehová expresada por medio de su organización, se queja. Hasta deja de predicar y es desdichado. Se siente deprimido y anda con un semblante avinagrado. Así de rápido ha perdido el gozo de su asociación con Jehová y su sociedad del Nuevo Mundo.
8. ¿Por qué razones fundamentales se ha acarreado infelicidad a sí mismo el quejumbroso?
8 ¿Quién optaría deliberadamente por ser infeliz? Entonces ¿por qué quejarse, lo cual siempre trae infelicidad? El quejoso se ha acarreado la infelicidad a sí mismo; le ha dado entrada al egoísmo. De ninguna manera entiende por qué le sobrevienen a él las pruebas. Ya no tiene la perspectiva correcta en cuanto a las cargas, penalidades y persecución que le han sobrevenido. Ha olvidado lo que Pedro escribió: “Amados, no estén perplejos debido al ardor de fuego entre ustedes, lo cual les está sucediendo como una prueba, como si algo extraño les estuviera aconteciendo. Por lo contrario, sigan regocijándose por cuanto son participantes de los sufrimientos del Cristo, para que también puedan regocijarse y alegrarse sobremanera durante la revelación de su gloria. Si los están vituperando por el nombre de Cristo, son felices, porque el espíritu de gloria, aun el espíritu de Dios, está descansando sobre ustedes.” (1 Ped. 4:12-14, NM) Aquí se formulan la razón y necesidad fundamentales para que los cristianos retengan su integridad con la perspectiva mental correcta. En consecuencia ha de esperarse una lucha para retener la integridad.—Job 1:6-12.
9. (a) ¿En vista de qué amonestación no debe quejarse o rebelarse el cristiano contra cargas y penalidades? (b) ¿Qué clase de experiencias puede esperar un cristiano después de dedicarse a Jehová?
9 Jesucristo amonestó también tocante a lo que sus seguidores habían de esperar: “Les he hablado estas cosas para que no tropiecen. Los hombres los expulsarán de la congregación. De hecho, viene la hora cuando todo aquel que los mate se imaginará que ha rendido un servicio sagrado a Dios. Pero ellos harán estas cosas porque no han llegado a conocer ni al Padre ni a mí. No obstante, yo les he hablado estas cosas para que, cuando llegue la hora para ellas, se acuerden que yo se las dije.” (Juan 16:1-4, NM) Que nadie llegue a ser tan concentrado en sí mismo, tan irrazonable u olvidadizo acerca de las razones que hay para retener su integridad hacia Jehová que se queje o aun vaya al grado de rebelarse contra las cargas y penalidades. Más bien, deténgase a razonar acerca del asunto: cuando usted se dedicó a una vida de servicio a Jehová ¿esperaba usted una vida de lujo, comodidad y ociosidad? El que desea vacaciones no busca empleo. Ni espera licencia el que se alista en el ejército. Y los cristianos se han ofrecido voluntariamente para combate espiritual.—2 Cor. 10:3, 4; Efe. 6:13.
10. Aunque sea difícil la vida del cristiano, ¿por qué no ha de compadecerse él? y, en vista de todas las penalidades y problemas, ¿se pierde su felicidad?
10 Los testigos de Jehová no tienen por qué compadecerse de su suerte como participantes de los sufrimientos de Cristo. Los quejosos siempre son infelices. La promesa de Jehová es que los que le adoren serán felices, y él no ha mentido. ¿Qué hay si tenemos que aguantar penalidades, vencer problemas difíciles, resistir bajo persecución? ¿Significa el sufrir penalidades la pérdida de la felicidad? ¡La experiencia ha demostrado indiscutiblemente que la respuesta es un enfático no! ¿Ha asistido usted recientemente a una de las asambleas de los testigos de Jehová? Estas se celebran regularmente, localmente y en una escala nacional e internacional. Esto implica inconveniencia considerable y a menudo gran desembolso. Tal vez requiera un viaje largo y peligroso. Frecuentemente los asambleístas acampan en un campo raso con muy pocas conveniencias. Luego mientras se asiste a las sesiones diarias tal vez se haga un viaje de muchas millas en autobuses o ferrocarriles subterráneos atestados para sentarse por horas en un estadio lleno. Pero ¿quién dirá que el asistir a una asamblea del pueblo de Jehová no es una de las experiencias más inolvidables y gozosas de su vida?
11. ¿Cuál es la actitud mental correcta para un seguidor de Cristo, y aprueba Jehová ese derrotero?
11 El soportar penalidades y aun persecución valerosa y gozosamente, sabiendo que tales penalidades no le quitarán a uno su felicidad, es la actitud mental que debe tener el cristiano. Así mantiene bien presentes las razones importantísimas que hay para que retenga su integridad a Jehová, no debilitándose o compadeciéndose y quejándose a causa del gran privilegio que tiene. No olvidemos que Jehová aprueba el que aguantemos la persecución. Su propio Hijo puso un ejemplo sumamente sobresaliente. Se trae directamente a nuestra atención que es en este respecto que él estableció un modelo para nosotros. En el bien conocido texto se nos informa que debemos seguir sus pisadas cuidadosamente. “Porque si alguien debido a conciencia hacia Dios aguanta aflicciones y sufre injustamente, ésta es una cosa que agrada. Porque ¿qué mérito hay en ello si, cuando ustedes están pecando y son golpeados, ustedes lo aguantan? Pero si, cuando ustedes hacen lo que es bueno y sufren, lo aguantan, eso es algo que agrada a Dios. De hecho, ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas. Él no cometió pecado, ni engaño se halló en su boca. Cuando él estuvo siendo vilipendiado, él no recurrió a vilipendiar a su vez. Cuando él estuvo sufriendo, él no recurrió a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga justamente.”—1 Ped. 2:19-23, NM.
12. ¿Qué nos ayuda a mantener la felicidad a medida que hacemos la voluntad de Jehová?
12 No es bueno que los cristianos adopten un punto de vista limitado y falto de perspicacia concerniente a las pruebas que les sobrevienen. De hecho, dichas penalidades traen consigo algunos de los gozos más grandes. Es muy importante guardar el punto de vista correcto de las pruebas y dificultades que vienen, ya sea al tiempo presente o en el futuro. Es la obra de predicación la que agrada a Jehová y lo alegra. “¡Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así tendré qué responder al que me vitupere!” (Pro. 27:11) Podemos mantener nuestra felicidad sólo si obedecemos su voluntad sin quejarnos y aguantamos fielmente en su servicio.
13. Cuando consideramos las razones por las cuales nos dedicamos, ¿son tan penosas las cosas en nuestro día?
13 Cuando nos detenemos a considerar el asunto, realmente las cosas no nos son tan difíciles y penosas en nuestro día. Esto es especialmente cierto cuando se consideran la necesidad de retener nuestra integridad y las razones por las cuales nos dedicamos a Jehová. ¿Quién es tan maltratado como lo fué Pablo, que estuvo expuesto ‘a hambre y también a sed y a estar desnudo y a ser golpeado y a no tener ni casa ni hogar’? Este celoso apóstol de Jesús aguantó sin quejarse todas esas pruebas y siguió diciendo: “Cuando se nos está injuriando, bendecimos; cuando se nos está persiguiendo, lo soportamos; cuando se nos está calumniando, rogamos; hemos llegado a ser como el desecho del mundo, el desperdicio de todas las cosas, y así somos ahora.”—1 Cor. 4:11-13, NM.
14. A pesar de todas sus cargas y percances, ¿con qué humor concluyó Pablo su segunda carta a los corintios?
14 Cierto, la vida del cristiano moderno no siempre es fácil. Tampoco lo fué en el tiempo de Pablo: “¿Son ellos ministros de Cristo? . . . más sobresalientemente soy yo uno: en trabajos más abundantemente, en cárceles más abundantemente, en azotes con exceso, a punto de morir, frecuentemente. Por los judíos cinco veces recibí cuarenta azotes menos uno, tres veces fuí golpeado con varas, una vez fuí apedreado, tres veces experimenté naufragio, una noche y un día los pasé en lo profundo; en viajes a menudo, en peligros de ríos, en peligros por parte de salteadores de caminos, en peligros por parte de mi propia raza, en peligros por parte de las naciones, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos, en trabajo y fatiga, en noches de desvelo a menudo, en hambre y sed, en abstinencia de alimento muchas veces, en frío y desnudez. Además de esas cosas de carácter externo, hay lo que se me viene encima día tras día, la ansiedad por todas las congregaciones.” (2 Cor. 11:23-28, NM) Pablo no fué vencido a pesar de todas sus cargas y percances. En la conclusión de su carta escribe con humor feliz: “Finalmente, hermanos, continúen regocijándose, siendo restaurados, siendo consolados, teniendo unidad en el sentir, viviendo pacíficamente, y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.”—2 Cor.13:11, NM.
15, 16. (a) ¿Es expresar demasiado fuertemente las cosas el decir que los quejumbrosos pierden la felicidad y aun la vida misma? (b) ¿A quiénes y cuándo aplica el ejemplo amonestador de los israelitas quejumbrosos?
15 Hay algunos aspectos serios en este tema de quejarse que los testigos de Jehová no deben pasar por alto. Es esto: El que se queje una persona en la organización de Jehová simplemente significa que está expresando desagrado y disgusto contra la voluntad de Dios. Realmente, entonces, el quejarse es en contra de Jehová. Hay algunos ejemplos bíblicos muy enfáticos que demuestran que los quejosos invariablemente pierden la felicidad. A menudo han sufrido la pérdida de la vida misma. De modo que podemos ver cuán serio es el que nos quejemos contra Jehová, o contra su organización y sus instrucciones, cuando esto trae pesar y aflicción con muerte final. ¿Piensa usted de otra manera y cree que eso es expresar el asunto demasiado fuertemente? ¿O que la amonestación está exagerada? Entonces sería bueno dar atención a otro texto. Tiene que ver con las cosas que el antiguo pueblo de Israel experimentó, las cuales representaron sucesos que acontecen ahora en nuestro tiempo. Quizás usted se haya referido a este texto muchas, muchas veces. ¿Se dió cuenta de que este texto tiene que ver con este asunto de disipar el espíritu de queja? “Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor. Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado.” (1 Cor. 10:10, 11, NM) ¿Acerca de qué tenían que murmurar? ¿No los había librado Jehová de la opresión en Egipto, no los había protegido y alimentado de una manera amorosa de modo que nunca tuvieran hambre, frío o estuvieran desnudos? No tenían ninguna preocupación. Pero aun después de todo esto se quejaban como niños llorones consentidos. Jamás olviden que el ejemplo de los israelitas aplica a los quejumbrosos ahora, hoy en día.
16 Uno pensaría que cualquiera estaría satisfecho con una vida como ésa y con dichas perspectivas tan seguras como las que los israelitas tenían frente a ellos al estar allí a la entrada de la Tierra Prometida. ¡Pero no, no ellos! Ellos despreciaron las dádivas de Jehová. Habían estado murmurando de continuo y habían fomentado dentro de sí mismos un estado de ánimo muy infeliz. Nos es fácil entender cuán insensato les fué a los israelitas perder de vista lo que Jehová había hecho por ellos, pero ¿aplicamos la lección a nuestras circunstancias actuales, como deberíamos hacerlo, para entender qué hay en el quejarse que encierra tanta gravedad?
17. Por causa de la felicidad, ¿por qué ahora es insensato quejarse acerca de las provisiones y arreglo de cosas de Dios?
17 Por causa de la felicidad, entonces, no debemos demandar más y mejor de parte de Jehová, como demandaron los israelitas que desdeñaron las provisiones que él había hecho para ellos. Insensatamente clamaron que lo que se les proveía no era lo suficientemente bueno y no era lo suficientemente rápido para agradarles. Y ahora no iban a conseguir la herencia a la cual Jehová los había estado guiando. Simplemente iban a morir en el desierto. Tampoco van a heredar las bendiciones del nuevo mundo, aunque está tan cerca, los que ahora se quejan contra el modo en que Dios maneja las cosas, y además perderán su felicidad presente. Jehová no quiere un nuevo mundo lleno de murmuradores y no lo tendrá, así como en el cuadro profético una generación entera fué excluída de entrar en la Tierra Prometida a causa de la murmuración.—Números 13, 14.
18. Al meditar sobre el futuro, ¿qué proceder sería insensato, y, en conexión con esto, las experiencias de quiénes se recuerdan?
18 El meditar en las bendiciones del nuevo mundo es conmovedor, sobrepasa todo poder de descripción. Con toda seguridad será una ‘tierra que mane leche y miel,’ como simbólicamente se describió en tiempos antiguos. (Núm. 13:27) ¿Quién con tan brillante futuro consideraría el regresar a este mundo? De nuevo recuerde la experiencia de los israelitas que en masa protestaron porque, al borde de la Tierra Prometida se enfrentaban a penalidades y dificultades. “Entonces toda la asamblea levantó la voz, y la gente continuó dando salida a su voz y llorando toda esa noche. Y todos los hijos de Israel comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea comenzó a decir contra ellos: ‘¡Si sólo hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si sólo hubiéramos muerto en este desierto! Y ¿por qué nos está trayendo Jehová a esta tierra para caer por la espada? Nuestras esposas y nuestros pequeños llegarán a ser como botín. ¿No nos es mejor regresar a Egipto?’ Hasta se pusieron a decir unos a otros: ‘¡Nombremos un jefe y regresemos a Egipto!’”—Núm. 14:1-4, NM.
19. ¿Por qué, entre toda la gente, se debe hallar a los testigos de Jehová viviendo sin quejarse y felices?
19 El quejarse resulta en una existencia infeliz, como en el caso de los israelitas. Tenga presente que Jehová también ha librado a sus testigos de hoy de la opresión de un mundo inicuo. Ellos no temen los temores del mundo, no comparten sus ansiedades o trabajan bajo sus cargas. Recordemos que nosotros también estamos siendo protegidos y alimentados maravillosamente de manera espiritual y que un glorioso nuevo mundo es nuestra meta. Si sentimos el impulso de quejarnos acerca de diferentes cosas, examinemos nuestros motivos y no excluyamos a Jehová de la transacción, como los israelitas llorones. Hay prueba abundante de que Jehová sabe adónde nos está dirigiendo y sabe exactamente cómo dirigir su organización. Aquellos que se adhieren tenazmente a ella y guardan fielmente sus instrucciones van a ser un pueblo muy feliz y contento. Con este punto de vista podemos tener presentes las cosas maravillosas que Dios ha efectuado a favor de su pueblo en tiempos pasados. No olvidaremos lo que está haciendo a favor de nosotros hoy y las brillantes perspectivas futuras que son nuestras. Teniendo presentes estos pensamientos que contribuyen al estado feliz de uno, estamos determinados a retener fielmente nuestra integridad y, en vista de todo lo que ha sucedido en el pasado, concluímos que, de toda la gente, los testigos de Jehová son los que menos causa tienen de quejarse. Más bien, ellos seguirán sin quejarse y serán felices, reflejando a un “Dios feliz,” como lo reflejó Cristo Jesús.