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  • ¿Por qué continuar predicando?

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  • ¿Por qué continuar predicando?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
w66 1/2 págs. 92-95

¿Por qué continuar predicando?

MUY a menudo cuando van de casa en casa en su ministerio los testigos de Jehová se enfrentan a la pregunta: “¿Por qué continúan viniendo? No estamos interesados.” Y en algunos territorios donde la mayoría de las personas definidamente no está interesada, algunos que han estado predicando por unos cuantos años quizás comiencen ellos mismos a hacerse la misma pregunta: “¿Por qué continuar predicando? ¿De qué sirve? La gente no se interesa.”

El hallar las respuestas correctas a estas preguntas es un asunto vital. Significa vida para usted mismo y para los que lo escuchan. (1 Tim. 4:16) Es el Creador, Jehová Dios, quien predijo la obra de predicación de nuestro tiempo, es Jehová quien predijo que una muchedumbre creciente de hombres y mujeres participaría en ésta, y es Jehová quien ha provisto el propósito, los medios, el aliciente y su espíritu para facilitar el llevar a cabo la obra de predicación en nuestro tiempo.

Es verdad que la predicación de las buenas nuevas tiene como uno de sus propósitos el ayudar a las personas sinceras a la salvación, pero ése no es el único fin. Por consiguiente, el que muchas personas del territorio rechacen el mensaje no es razón para dejar de predicar. Hoy en día la obra de predicación tiene muchos propósitos: (1) ayudar a los que oyen a conseguir la salvación, (2) dar a los siervos de Jehová sobre la Tierra la oportunidad de demostrar su amor y probar su integridad, (3) predicar un mensaje de advertencia a todos los hombres concerniente a la venidera ejecución de juicio por Dios contra los malhechores, y (4) publicar y vindicar el gran nombre y propósito de Jehová Dios por todo el mundo.

AYUDANDO A OTROS A LA SALVACIÓN

El hecho de que la actividad de predicación es un medio de salvación para los que oigan se desprende tanto de Joel 2:28-32 como de Romanos 10:13-15, donde se predijo que los que invocan el nombre de Jehová serán salvos, y a fin de que los hombres hagan esto alguien tiene que predicarles. De modo que el deseo ardiente de ayudar a otros hombres a salvarse debe ser un aliciente que estimule a los testigos de Jehová a continuar predicando. Y cuando las personas sinceras responden y se esfuerzan por aprender la voluntad de Dios, éste es todo el estímulo que necesitan los Testigos para continuar. Pero, ¿qué hay si uno no obtiene estos resultados positivos, no puede tener buenas discusiones con la gente? Primero, el Testigo debe analizar sus propios métodos docentes y esforzarse por mejorarlos. Se preguntará si está bien preparado para dar buenos sermones. ¿Es amigable, entusiástico a la puerta? ¿Le da a la otra persona la oportunidad de hablar y ciertamente responde a lo que la otra persona ha dicho? ¿Son edificantes siempre sus palabras? El hecho de que mucho depende del que predica, en cuanto a si obtendrá buenos resultados o no, lo muestra el consejo dado a Timoteo de utilizar el “arte de enseñar.”—2 Tim. 4:2; 2:24, 25.

El testigo cristiano también recordará que la gente que no se interesa o hasta se opone a oír su mensaje hoy quizás reaccione de manera diferente la siguiente vez que la visite. Las visitas repetidas por los testigos de Jehová con sus obras y palabras que inspiran fe gradualmente pueden formar un cuadro de los propósitos de Dios en la mente del oyente y así despertar interés. También, las condiciones mundiales cambian y las vidas de los individuos constantemente están pasando por cambios que dan lugar a actitudes nuevas, todo lo cual puede resultar en una reacción favorable a la predicación de las buenas nuevas. Pero si los testigos de Jehová fuesen a dejar de predicar de casa en casa simplemente porque una mayoría se opone, no habría ninguna oportunidad para que estas personas sacaran provecho de su cambio de opinión. Por eso, tenemos que continuar ‘buscando hasta descubrir quién es merecedor.’ (Mat. 10:11) El número de las personas recién asociadas con los testigos de Jehová cada año en sus asambleas, conferencias públicas y otras reuniones especiales muestra que hay millares sobre millares a quienes todavía recoger. El dejar de predicar porque ahora muchos rechazan el mensaje en un sentido sería juzgar a todos estos merecedores como inmerecedores. Jamás hagamos eso.

PRUEBA DE AMOR E INTEGRIDAD

Otro propósito del testificar es dar al cristiano la oportunidad de demostrar su amor a Jehová y a su prójimo, la oportunidad de probar su integridad bajo prueba. Para conseguir la aprobación de Dios, uno tiene que estar agradecido por la vida y sus bendiciones. El agradecimiento produce amor a Dios, y esto motiva al cristiano a tener franqueza de expresión al hablar de la bondad de Dios. “Es así que el amor ha sido hecho perfecto con nosotros, para que tengamos franqueza de expresión en el día de juicio.” (1 Juan 4:17) Ciertamente es la cualidad de amor la que motiva a las personas a llevar a cabo el mandato: “Canten a Jehová, bendigan su nombre. Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él. . . . Atribuyan a Jehová la gloria que pertenece a su nombre.”—Sal. 96:2-8; 115:1.

Pero, ¿qué hay de los que quizás se preocupen porque creen que les falta agradecimiento y amor? Estos deben formarse el hábito de reflexionar en las maravillosas bendiciones que han recibido de Dios—existencia consciente, habilidad de pensar, vista, oído, y muchas otras. Tal meditación hace que uno aumente en amor a Dios. También, la predicación continua, combinada con el autoexamen y la ayuda mediante espíritu de Dios, ayuda a una persona a purificar sus motivos y a cultivar amor. Aunque la predicación continua puede llegar a ser una prueba, debemos recordar que las pruebas pueden resultar en aguante, lo cual puede ‘hacernos completos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada.’ (Sant. 1:3, 4) “Alborocémonos mientras estamos en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza, y la esperanza no conduce a la desilusión; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por medio del espíritu santo, que nos fue dado.” (Rom. 5:3-5) “Esfuércense por alcanzar el amor” dicen las Escrituras. (1 Cor. 14:1; 1 Tim. 6:11, 12; 2 Tim. 2:22) El amor es una cualidad que podemos cultivar por medio de estar ‘contribuyendo en respuesta todo esfuerzo solícito.’ (2 Ped. 1:5-7) Este se demuestra por nuestra obediencia a la verdad.—1 Juan 5:3.

UN MENSAJE DE ADVERTENCIA

Una tercera razón para continuar predicando aunque se reciba oposición es dar advertencia a los que no cambiarán en cuanto al juicio venidero. Aun si han hecho una decisión, hay que darles advertencia continuamente. Debe predicarse un mensaje de juicio. Quizás la mayoría de las personas no quiera oír. Quizás quiera acallar el mensaje de juicio y así retener su “paz”; no obstante, hay que hacerla consciente de su responsabilidad. Quizás la gente considere esto como ‘perturbar su derecho a la vida privada,’ como los israelitas que se cansaron de la predicación de Isaías y de quienes está escrito: “Es un pueblo rebelde, . . . hijos que han estado renuentes a oír la ley de Jehová; que han dicho a los que ven: ‘No deben ver,’ y a los que tienen visiones: ‘No deben ver en visiones para nosotros ningunas cosas directas. Háblennos cosas suaves; vean en visiones cosas engañosas. Apártense del camino; desvíense de la senda. Hagan que el Santo de Israel cese solamente a causa de nosotros.’” (Isa. 30:9-11) Pero la predicación del juicio venidero de Dios tiene que continuar para que su desatención a Sus propósitos y leyes se desarrolle completamente.

Debemos predicar no solo “buenas nuevas a los mansos” y “el año de la buena voluntad de parte de Jehová” sino también “el día de la venganza de parte de nuestro Dios.” (Isa. 61:1, 2; Rev. 14:6-12) Como Ezequiel, los testigos de Jehová tienen que continuar predicando a las personas “sea que oigan o se abstengan,” aun ante oposición. “No querrán escucharte, porque no están queriendo escucharme . . . No debes temerles, y no debes llenarte de terror ante sus rostros.” (Eze. 2:5-7; 3:4, 7-9) Las mismas perspectivas de indiferencia y oposición las experimentaron Isaías y Jeremías. (Isa. 6:9, 10; Jer. 1:17-19) No obstante, estos tres profetas mencionados continuaron predicando ante oposición por lo menos durante 22, 43 y 67 años respectivamente.

DANDO A CONOCER EL NOMBRE Y PROPÓSITO DE JEHOVÁ

Y finalmente, en conexión con estas razones, nuestro cuarto propósito para la obra de predicación que ha de considerarse aquí es el más importante de todos, a saber, el dar a conocer el nombre y propósito de Jehová. Esto se subraya con la expresión: “Tendrán que saber que yo soy Jehová,” que aparece en la profecía de Ezequiel por lo menos sesenta veces. La declaración de Jehová en Éxodo 9:16 tiene que cumplirse en el tiempo del fin; su nombre ha de ser “declarado en toda la tierra.” Es preciso continuar predicando para que todas las personas continúen oyendo de Jehová, su nombre, sus cualidades amorosas y provisiones misericordiosas para el hombre así como sus requisitos de rectitud y justicia. Aunque la mayoría quiere olvidarse de Jehová, el trabajo de sus testigos es mantener conocimiento público del Creador. Las buenas nuevas del Reino son un testimonio a todos los hombres y una base para su juicio, de modo que éstas tienen que continuar siendo predicadas por la sociedad mundial de testigos de Jehová, que demuestra su amor a Jehová y su celo por la justicia al llevar a cabo este trabajo. Las palabras “Ustedes son mis testigos” aplican a los cristianos dedicados, a los israelitas espirituales, en este tiempo del fin. (Isa. 43:10-12) Jamás sea ninguno de nosotros como un testigo infiel que rehusa testificar de la verdad y la justicia en el punto crucial de un importante caso jurídico a causa del temor a la oposición. Esto no significa que a las puertas insistiremos en hablar cuando las personas definidamente dicen que no se interesan, sino que ciertamente significa que continuaremos regresando a visitarlas para ver si podemos despertar el interés.

Hoy en día nuestra predicación está efectuando su propósito. Millares de personas cada año están siendo recogidas de este mundo y se les está enseñando a servir a Jehová y conseguir la vida eterna, y todavía hay una gran potencialidad de personas que habrán de ser recogidas. Sea que otros deseen escuchar o no, siempre que se menciona el nombre de Jehová la gente automáticamente piensa en un pueblo que va de casa en casa predicando de la vida eterna en una Tierra paradisíaca, los últimos días, la destrucción por Jehová de los inicuos en el Armagedón, el fin de los tiempos señalados de las naciones y la segunda presencia de Jesucristo que comenzó en 1914. Piensa en un pueblo que se adhiere firmemente a las normas morales de la Biblia en cuanto al matrimonio y el divorcio, la vida de familia y los negocios; un pueblo que mantiene neutralidad en los asuntos políticos y militares de este mundo; un pueblo que practica el amor cristiano en todo el mundo; un pueblo que se esfuerza por mantener adoración limpia, pura, y que se adhiere firmemente a su religión a riesgo de su libertad o su mismísima vida; un pueblo que se adhiere firmemente a los requisitos de Dios en cuanto al uso de la sangre. Esto prueba que la conducta así como la predicación de los testigos de Jehová hacen responsables a los hombres de conocer la voluntad del Todopoderoso Dios. Es exactamente como sucedió con Noé, cuya conducta piadosa y obras de fe y predicación ‘condenaron al mundo.’—Heb. 11:7.

Pero hoy en día la gente está bombardeada constantemente con propaganda de toda suerte, política, comercial y de otra índole. Si el nombre de Jehová no se mantuviera constantemente delante de ella pronto lo olvidaría, prefiriendo los nombres de personalidades bien conocidas en el campo político, en el campo de los deportes o en el campo de la diversión. Si se detuviera la predicación, pronto el mensaje del reino de Dios sería olvidado por la gente sujeta a ola tras ola de propaganda, que va desde generalidades políticas vacías hasta drama trivial y anuncios comerciales de pastas dentífricas. Pero que continúe la predicación, y siempre que haya un toque inesperado a la puerta, quizás la gente piense que son los testigos de Jehová. Cuando piensa en el nombre de Jehová piensa en su propósito y en los juicios venideros, aun si solo sea para mofarse.

Una parte de la provisión misericordiosa de Jehová para la salvación es el mantener una campaña de predicación continua. Aun a los que no creen se les tiene que hablar de la ejecución inminente de juicio divino. Y es privilegio de los testigos de Jehová el llevar a cabo esta predicación. Sí, por eso los testigos de Jehová tienen que continuar predicando hasta que Jehová mismo termine esta obra en el Armagedón. “¿Por cuánto tiempo, oh Jehová?” Como se expresa en Isaías 6:11, 12: “Hasta que las ciudades realmente caigan estrepitosamente en ruinas, para estar sin habitante, y las casas estén sin hombre terrestre, y el suelo mismo sea arruinado hasta ser una desolación.”

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