Felices son los pacíficos
“Felices son los pacíficos, puesto que serán llamados ‘hijos de Dios’.”—Mat. 5:9.
1. ¿Cómo se nos asegura la paz?
“¡JEHOVÁ bendecirá a su pueblo con la paz!,” declaró el salmista. “Los mansos heredarán la tierra, y se deleitarán en la abundancia de la paz.” (Sals. 29:11; 37:11, Mod) Hablando a sus discípulos en el sermón del monte, Jesús se refirió a estas promesas y al deseo de los hombres sinceros de tener condiciones pacíficas. Él habló concerniente a un grupo de hombres y mujeres fieles que fomentaría la paz en la tierra durante tiempos dificultosos, diciendo: “Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios.” (Mat. 5:9, Mod) Estos pacificadores cifran su fe, no en los armisticios y treguas inseguras de los hombres, sino en la paz eterna que Dios ha prometido establecer en nuestro tiempo por medio de su reino de justicia. Comprenden que hoy ninguna nación o combinación de naciones puede asegurar la paz permanente. Por lo contrario, así como sucedió en los días de Jeremías, los hombres siguen exclamando: “¡Paz! ¡paz!” cuando no hay paz.—Jer. 6:14, Mod.
2. ¿Cuáles son algunas causas de la guerra?
2 Durante siglos hombres sinceros han trabajado por la paz, pero sus mejores esfuerzos han resultado en fracaso. Ha habido muchas causas para la guerra: expansión territorial, nacionalismo, el deseo de las naciones de tener recursos naturales, intriga política—aun la religión. A medida que progresa la ciencia, también progresa el terror de la guerra. Nunca antes ha habido una generación que tema tanto la amenaza de una guerra como la generación actual. Los estudiantes de la historia nos dicen que siempre ha habido guerras y que siempre habrá guerras. De hecho, la autorizada obra The Encyclopedia Britannica dice: “El conflicto, con la muerte como su última pena, es una ley universal de la vida.” Aunque esto puede ser cierto en cuanto al sistema del mundo actual, no es cierto en cuanto al nuevo mundo de Dios, que tiene la palabra de Jehová como su ley de la vida. Aun en este sistema la mayoría de los hombres no desea la guerra, porque conoce los beneficios de la paz. ¡Imagínese usted las condiciones que existirían en la tierra si las naciones ya no gastaran pródigamente su riqueza en armamentos y si reinasen condiciones pacíficas por todo el mundo! Ya la roja sangre de las naciones no correría en las batallas, dejando tierras arruinadas, hogares carbonizados y familias dispersas. Pero ¿es posible que venga un tiempo como ése? O ¿está condenado para siempre el hombre a viajar en una montaña rusa entre la guerra y la paz, escalando las alturas de la paz, sólo para precipitarse de nuevo a conflicto sangriento?
3. ¿Cómo predijo la Biblia las presentes condiciones del mundo?
3 Para conseguir la respuesta tenemos que acudir a la Palabra de verdad de Dios, la Biblia. Allí vemos que las mismísimas condiciones que existen en la tierra hoy día fueron predichas hace mucho tiempo en las profecías. Ni los hombres ni las naciones tienen la solución del problema. Como nos dice la Biblia: “Camino hay que al hombre le parece recto, cuyo fin son caminos de muerte.” (Pro. 14:12, Mod) El hecho de que Dios hace mucho tiempo previó las dificultades que ahora están plagando a las naciones claramente se muestra en el capítulo seis de Apocalipsis, donde la profecía habla de un caballo rojo que atropellaría a las naciones, y se hace la declaración de que a su jinete “se le concedió el quitar la paz de la tierra.” (6:4) Luego siguen el hambre, la peste y la muerte, según el modelo que tan conocido se nos ha hecho a nosotros, los que vivimos en esta generación. En ninguna parte de las Escrituras se nos dice que los hombres gradualmente ascenderían a la perfección por medio de sus propios esfuerzos. Por lo contrario, Jesús previó que las condiciones empeorarían a medida que este presente sistema de cosas se acercara a su punto culminante. Él mencionó guerra total, en la que nación se levantaría contra nación y reino contra reino. (Mat. 24:7) Aunque los escarnecedores de nuestro tiempo se mofan de la posibilidad de que las guerras mundiales que hemos visto pudieran tener algún significado especial, subsiste en pie el hecho de que tal guerra total nunca fué posible antes de nuestro tiempo. Sólo ahora han hecho posible los desarrollos en los campos de la comunicación, el transporte y la milicia que se pelee una guerra mundial, como Jesús predijo.
4. ¿De qué manera vendrá finalmente la paz?
4 Sin embargo, Jesús mostró que, en vez de desalentarse a causa de la incertidumbre de los asuntos mundiales, los cristianos verdaderos deben levantar la cabeza y regocijarse, porque estas condiciones señalan un tiempo de cambio. La esperanza que Cristo nos ofrece como Príncipe de Paz no es el sueño ilusorio de paz que las naciones ven, sino la Palabra segura de Jehová Dios: “Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin; . . . ¡El celo de Jehová de los Ejércitos hará esto!” “Quebrantará al opresor. En sus días florecerán los justos, y habrá abundancia de paz hasta que no haya luna.” (Isa. 9:7; Sal. 72:4, 7, Mod) La historia pasada prueba que esto jamás será efectuado en tanto que el mundo siga dividido en las presentes facciones políticas y religiosas. Sin embargo, Dios nos asegura que el cambio se hará, no mediante manejo humano, sino mediante intervención divina. Isaías 32:1, 17 (Mod) declara: “Para hacer justicia reinará un Rey, y príncipes gobernarán para ejecutar juicio. Y la operación de la justicia será la paz, y el resultado de la justicia, calma y confianza para siempre.” En conexión con estas profecías no hay indicación de que serán cumplidas como resultado de los esfuerzos del hombre. En realidad, el mayor esfuerzo de las naciones por fomentar la paz mundial mediante las Naciones Unidas no ha logrado unificar a los pueblos de la tierra, y la carrera de armamentos continúa a medida que las naciones acumulan bombas mortíferas, siguiendo el “camino . . . que al hombre le parece recto.”—Pro. 14:12, Mod.
5. ¿Por qué no se le pueden atribuir a Jehová las condiciones del mundo?
5 La paz duradera sólo puede venir mediante el poder de Dios. El poderoso Creador del universo tiene a toda su creación funcionando en perfecta armonía y orden, de acuerdo con su voluntad. Él ha establecido un límite de tiempo para las condiciones caóticas que reinan en la tierra y nos ha asegurado que habrá paz por medio de su reino de justicia. En Santiago 4:1 leemos: “¿De qué fuente hay guerras y de qué fuente hay peleas entre ustedes?” De seguro que no proceden de Jehová, el Dios de paz; ni son efectuadas por Cristo Jesús, el gran Príncipe de Paz. Una causa básica de la guerra es la codicia, y Santiago también habla de deseos sensuales egoístas y de propósitos incorrectos. Dios no ama tales cosas; de modo que si los hombres de fe cultivan amistad con este sistema del mundo eso significa enemistad con Dios. El camino de Dios para traer paz al género humano no es mediante el tratar de remendar y rehacer el presente sistema de cosas.
6. ¿Cómo se puede aplicar el remedio de Dios para las dificultades del mundo?
6 Jesús mostró la base duradera para la unidad entre los hombres de fe al citar los dos grandes mandamientos. Este es el verdadero remedio para los males del mundo, que amemos a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerza y que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si los hombres adoptasen este remedio hoy en día eso significaría la cesación inmediata de hostilidades y el fin duradero de la guerra. Este remedio aun ahora está siendo aplicado por Dios a favor de los hombres de fe.—Miq. 4:1-3, Mod.
7, 8. (a) ¿Toma partido Dios en las guerras entre las naciones? (b) ¿Cómo ven los clérigos el asunto de la guerra?
7 Entonces, no podemos decir que la guerra procede de Dios, que él es el fomentador e instigador de las guerras entre las naciones. Mirando hacia atrás a la historia pudiéramos preguntar: Si Dios apoya a los que afirman que luchan por él, ¿por qué, desde el punto de vista “cristiano,” fueron un fracaso tan completo las Cruzadas? O ¿qué podemos decir de la guerra de los treinta años? Esta se ha descrito como un “conflicto teológico . . . el más horrible episodio militar individual de la historia occidental.” ¿Probó el resultado de esa guerra que Dios estuviera de parte de los protestantes y que los católicos estaban equivocados? Los católicos sinceros no aceptarían esa aseveración. Cuando dos naciones que no profesan el cristianismo libran guerra, ¿de parte de quién está Dios entonces? En vista de preguntas como éstas sorprende el que algunos clérigos enseñen que la guerra cumple con los propósitos de Dios.
8 En un sermón que se pronunció en la Catedral de San Patricio en Nueva York, el monseñor Green declaró que la ‘guerra en Corea era parte del plan de Dios para poblar el reino de los cielos.’ Los cristianos no pueden esperar ganar el reino de los cielos violando el pacto eterno de Dios concerniente a la santidad de la vida. De modo que la pregunta abrasadora no es: ¿De parte de quién está Dios?, sino: ¿Estamos nosotros de parte de Dios? Considere las palabras de otros clérigos prominentes y vea si usted cree que ellos van de acuerdo con la Palabra de Dios en este asunto. Un ministro dijo: “El quitar la vida con odio es un acto horrible”; pero “el soldado cristiano en amistad hiere al enemigo. En amistad mata al enemigo. En amistad recibe la herida del enemigo. Él mantiene consigo su amigable corazón mientras el enemigo lo mata. . . . Después de haber herido al enemigo se apresura a su lado . . . con una esperanza invencible de que alguna vez . . . él y su enemigo hallarán base común . . . en alguna empresa grande de Dios.” En otra ocasión el director del Christian Register declaró: “Como cristianos, naturalmente, decimos que Cristo aprueba [la guerra]. Pero ¿pelearía y mataría él? . . . ¡No hay oportunidad de dar muerte al enemigo que él evadiría o en apoderarse de la cual él hubiera de demorarse! Él tomaría la bayoneta y la granada y la bomba y el rifle y haría el trabajo de lo que es mortífero.” (Preachers Present Arms, páginas 67, 68) No debe causar sorpresa el que muchas personas hayan abandonado la religión como resultado de tales enseñanzas sadísticas. Como Jeremías 6:15 (Mod) pregunta: “¿Acaso se avergüenzan cuando cometen abominaciones? no por cierto, que en nada se avergüenzan, ni aun saben ruborizarse.” “Desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.”—V. 13.
9, 10. (a) Describa los frutos de la guerra. (b) ¿Por qué no se contestan las oraciones por paz?
9 Las declaraciones de estos cristianos profesos no reflejan la mente de Jesús cuando él dijo a sus discípulos que deberían amar a Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerza y a su prójimo como a sí mismos. Aun aparte del punto de vista bíblico tocante a la guerra, el fruto de ésta les repugna a todos los hombres de corazón honrado. Se ha dicho que “el objeto legítimo de la guerra es una paz más perfecta”; pero ¿cuáles son los resultados? Inanición, empobrecimiento, miseria, enfermedad, muerte y la devastación de las bellezas de la tierra. Estas cosas no contribuyen a una paz más perfecta, sino sólo a enemistades y odios continuos entre la gente.
10 La historia muestra que los clérigos no han desempeñado el papel feliz de pacificadores, como hijos verdaderos de Dios, sino que en realidad han participado en fomentar la guerra. Con razón Isaías 1:15 (Mod) declara: “Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé de vosotros mi rostro; y cuando hagáis muchas oraciones, no oiré: ¡vuestras manos están llenas de sangre!” Este presente sistema del mundo, con su guerra y coerción, no puede traer paz permanente al género humano.
POR QUÉ LOS ESFUERZOS POR PAZ FRACASAN
11. (a) ¿Cuál es la fuente de la desunión del mundo? (b) ¿Cómo se describe la organización de Satanás, y que actitud manifiesta el cristiano hacia ella?
11 ¿Por qué han fracasado los esfuerzos sinceros de hombres que se han entregado con toda su energía a traer paz? La respuesta puede discernirse claramente al dirigir la luz del reflector de la Biblia hacia este tema. Dirigiendo la luz hasta el comienzo de la historia afligida del hombre vemos a una criatura espiritual nombrada como guardián del hombre en el hermoso jardín del Edén. Este querubín había de dirigir al hombre en asuntos relativos a la vida y a la adoración pura. Pero en vez de andar en las sendas que Jehová había preparado el querubín se volvió rebelde, codiciando la adoración de la primera pareja, que estaba yendo a Jehová, y determinando establecerse él mismo como gobernante universal en lugar del Creador. Su primer acto fué seducir a Adán y Eva para que se apartaran del derrotero de la adoración correcta. De esta manera se sembraron las primeras semillas de desunión y enemistad, que han florecido hasta ahora entre las organizaciones de Satanás y de Jehová. Desde ese tiempo Satanás ha edificado una poderosa organización mundial, la cual Daniel describió como siendo semejante a una imagen grande con cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre y muslos de bronce, piernas de hierro y pies en parte de hierro y en parte de barro. El querubín cubriente, o Satanás, él mismo es el dios demoníaco que gobierna la organización de este viejo mundo. (Dan. 2:31-33, 44, 45, Mod) Es el reino de Dios, semejante a una piedra cortada de una montaña, lo que se estrella contra la organización de Satanás, destruyéndola finalmente. Pero mientras esta imagen domine la tierra y mientras la gente se incline ante ella, como lo hizo en los días de la antigüedad, no habrá paz procedente de Dios. Aunque hoy en día la organización de Satanás exige apoyo y adoración totales, los cristianos verdaderos siguen el ejemplo de los fieles hebreos de la antigüedad, que rehusaron comprometer su adoración, aunque fueron amenazados con la muerte. Ellos recuerdan que Cristo, durante su ministerio, rehusó rendir homenaje a Satanás. De modo que hoy en día los estudiantes sinceros de las Escrituras en vez de poner su confianza en los esfuerzos del viejo mundo para traer paz, se dan cuenta de que sólo por Dios vendrá la paz duradera, conforme a su manera decretada.
12. ¿De qué maneras se hace sentir entre la gente la actividad de Satanás?
12 En el ínterin Satanás constriñe al género humano de muchas maneras. “Todo el mundo yace bajo el dominio del maligno.” (1 Juan 5:19, Mod) Esto nos ayuda a entender que Dios no es el que trae las guerras con hambre, enfermedad y muerte para los pueblos de la tierra, sino que Satanás continúa su maligno esfuerzo de gobernar o arruinar la creación terrestre de Jehová, y se ha determinado a quebrantar la fe de los que se esfuerzan por guardar la adoración pura. Se ve que su influencia no sólo está sobre las naciones sino que también se extiende al individuo. Job, un siervo fiel de Jehová, sintió agudamente este constreñimiento satánico cuando estuvo bajo prueba. Él vió que su ganado, sus siervos, sus hijos amados, su hogar hermoso, todos fueron destruídos a medida que Satanás proseguía actuando en contra de él. Aun su esposa le instó a que maldijera a Dios y muriera, pero Job reconoció sabiamente que estos males estaban permitidos por Dios, de modo que él retuvo su fe. Job fué un combatiente, y, aunque estuvo al borde de la muerte, rehusó rendirse. Hoy en día los cristianos verdaderos ofrecen una lucha semejante por la fe.
13. (a) ¿Por qué ha sido permitida por Dios la influencia demoníaca, y qué dicen las Escrituras concerniente al resultado? (b) ¿De qué manera podemos hacer frente a los ataques de Satanás?
13 ¿Por qué es que a Satanás se le ha permitido ejercer dominio tan tremendo sobre las naciones y aun sobre la vida de la gente? No es porque Dios no pueda restringirlo, sino que él ha permitido a Satanás esta oportunidad para suministrar una prueba final al universo de cuán vana es la jactancia de Satanás de que él podía hacer que todos los hombres se opusieran a su Creador. En Éxodo 9:16 leemos la declaración que se hizo a Faraón como representante visible de Satanás: “Por esta causa te he permitido permanecer, con el fin de mostrarte mi poder; y con el fin de que ellos proclamen mi nombre a través de toda la tierra.” (Le) Durante todos los siglos de dominio satánico sobre la tierra los propósitos de Dios han estado prosiguiendo inexorablemente hacia su punto culminante. En el alba de la historia del hombre se dijeron palabras proféticas mostrando a Satanás que en el tiempo señalado de Dios él sería aplastado. En la profecía que se dió más tarde a Daniel se muestra que la organización de Satanás que es representada por una imagen será derribada y aplastada. Pero en el ínterin su poder demoníaco continúa siendo ejercido en el mundo. Ningún hombre o nación puede hacer frente a tal poder sobrehumano; por eso el tomar las armas para tratar de corregir los males del día no es la verdadera solución del problema. ¿Quién puede luchar en contra de Satanás o de sus huestes invisibles de demonios? Es imposible luchar de una manera física en contra de un adversario espíritu a quien no se puede ver. Por eso Pablo declaró, en 2 Corintios 10:4 (Mod): “Las armas de nuestra milicia no son carnales.” Las armas de la milicia espiritual son poderosas para eliminar el misterio que oculta las dificultades y perturbaciones que se experimentan en la tierra y para dar a conocer a Satanás como la gran causa de los ayes del mundo.
14. ¿Qué efecto ha tenido la actividad de Satanás sobre el mundo hasta ahora?
14 Una vez antes en la historia humana, cuando la iniquidad alcanzó un punto culminante en el tiempo del Diluvio, la organización terrestre de Satanás fué eliminada, dejándose limpia la tierra. Otra vez este poder demoníaco se hizo sentir, y las naciones han estado en sus garras hasta este tiempo. Ahora nos acercamos al grandioso punto culminante de la profecía bíblica y Satanás está haciendo un esfuerzo supremo para dominar. El capítulo doce de Apocalipsis nos informa de los ayes que como resultado se experimentan ahora sobre la tierra. El mundo jamás ha visto alboroto como el que vemos hoy día, a medida que Satanás hace un esfuerzo final por traer ruina a la creación terrestre de Dios. Hasta ha pedido que la religión falsa santifique las guerras “santas” que él fomenta. La marca de Satanás ha sido dejada en toda faceta del sistema de este viejo mundo. Esta marca es de división, porque el derrotero desamorado de Satanás ha dividido al mundo. Lo ha dividido religiosa, comercial, nacional, política, racial y socialmente. Esto no es cierto de los que salen del dominio del sistema del mundo satánico y en armonía con la verdad bíblica se declaran parte de la sociedad del nuevo mundo.
15. Contraste la condición de la sociedad del nuevo mundo de Dios.
15 El contraste en la organización del pueblo de Dios es sobresaliente. En más de 160 países a través del mundo se halla la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová trabajando unidamente en el servicio a su Creador. Ellos no están divididos por las barreras que el viejo mundo pone entre la gente. Ellos tienen unidad de fe como hijos de Dios verdaderamente felices. El apóstol Pablo llama atención a esta unidad en 1 Corintios 1:10: “Los exhorto, . . . que todos ustedes deben hablar de acuerdo, y que no debe haber divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos con la misma mente y con la misma forma de pensar.” “Soportándose los unos a los otros en amor, esforzándose sinceramente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz. Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, un bautismo; un Dios y Padre de todas las personas.” (Efe. 4:2-6) Esta unidad de pensamiento y acción viene de un conocimiento de la Palabra de Dios y de fe en ella. Sólo es mediante la adoración verdadera que hombres de toda nación ahora están unidos como un pueblo feliz, pacífico, dando a conocer el único remedio para la angustia mundial, el reino de Dios.
16. ¿Qué cosas nos aseguran que saldremos victoriosos en el servicio de Jehová?
16 Hoy Satanás concentra su ataque en contra de este grupo internacional unido. Pero podemos cobrar ánimo del hecho de que aunque los que sirven a .Jehová parecen ser una minoría, no obstante con la protección de Dios ellos son invencibles. Esto fué ilustrado en la batalla entre David y Goliat. (1 Sam. 17:40-51, Mod) David prefiguró a Cristo peleando contra Satanás y su organización gigantesca y también prefigura la lucha del resto de los siervos de Dios en la tierra a medida que pelean para persistir en la adoración verdadera a pesar de la influencia demoníaca. Aunque David parecía pequeño e insignificante y fué despreciado por el adversario, él vino en el poder de Dios, gritando: “¡Voy contra ti en el nombre de Jehová de los Ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado!” Por el poder de Jehová él salió victorioso. Otro caso en que se vió el apoyo de Jehová aconteció cuando Eliseo fué rodeado por los guerreros del ejército sirio. Él y su compañero joven al levantarse por la mañana se hallaron cercados por las huestes del enemigo. Pero Eliseo tranquilizó al joven, diciendo: “No tengas temor; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. . . . Y Jehová abrió los ojos del mozo, y vió; ¡y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Eliseo!” (2 Rey. 6:16, 17, Mod) Una vez más el poder de Jehová bastó para librar a sus siervos de una situación abrumadoramente desventajosa.
17. ¿Fué la muerte de Jesús una derrota para Dios? ¿Por qué?
17 ¿Por qué, entonces, fué que Jesús mismo murió, aparentemente olvidado de Dios? No fué que Dios lo abandonara, pues poco antes de su muerte Jesús declaró que su Padre podía enviar inmediatamente legiones de ángeles que entraran en acción para protegerlo; pero él sabía que la voluntad de Jehová era que él muriera. Jesús había mostrado ser un combatiente en contra del poder demoníaco, habiendo dedicado su vida sobre la tierra a la obra de predicar. Aunque él dió su vida en la muerte, esto no fué una derrota para Jehová, sino un paso hacia adelante en el propósito final de Dios. Jesús no trató de incorporar a todos los hombres de fe en un ejército tremendo para arreglar los asuntos del mundo. Él rehusó inclinarse ante Satanás para poder asumir autoridad, y no siguió los caminos militaristas del mundo aunque le iba en ello la vida. Por lo contrario, declaró: ‘Mi reino no es de este mundo; de otra manera mis siervos pelearían para protegerme de los judíos.’ (Juan 18:36) Sus siervos pelearon después, pero de una manera diferente.
18. ¿Cómo se identifica positivamente a los seguidores de Cristo?
18 Ahora Satanás ha redoblado sus esfuerzos en contra de los siervos de Dios. Él dirige su ataque bélico en contra de este núcleo de resistencia, arrojándose con todo medio a su alcance contra los que guardan la fe y sirven como soldados cristianos bajo la guía de su Comandante, Cristo Jesús. El Apocalipsis 12:17 declara que Satanás ha salido para guerrear contra el resto de los seguidores de Cristo. ¿Cómo podemos identificar a éstos, dado que muchas organizaciones religiosas dicen ser de este grupo? El texto continúa e identifica claramente quiénes son ellos al decir que éstos son los que observan los mandamientos de Dios y guardan el testimonio concerniente a Cristo. Aunque hoy las organizaciones falsas del mundo dicen que observan los mandamientos de Dios, completamente echan a un lado el pacto eterno concerniente a la santidad de la vida. Sin embargo, los que luchan por la adoración verdadera reconocen que esta ley procedente de Dios, que originalmente se dió a Noé, todavía aplica hasta este día. Tampoco puede decirse que los líderes religiosos de la cristiandad hoy están guardando verdaderamente el testimonio concerniente a Cristo. Este ya no es simplemente el mensaje del ministerio terrestre de Jesús o el de su resurrección, sino que éste es el mensaje que él mismo mandó que tiene que ser predicado en este tiempo del fin, el mensaje de las buenas nuevas concerniente al establecimiento de su reino en justicia. (Mat. 24:14) Estas buenas nuevas tienen que ver con la entronización de Cristo y el tomar él su poder ahora mientras sus enemigos continúan gobernando. (Sal. 110:2) Los testigos de Jehová tienen toda razón para regocijarse a medida que anuncian este mensaje pacífico en todo el mundo.