Asuma sus obligaciones cristianas
“El que dice que permanece en unión con él está obligado él mismo también a seguir andando así como anduvo aquél.”—1 Juan 2:6.
1. (a) ¿Qué preguntas surgen cuando se habla de obligaciones cristianas? (b) ¿Qué es una obligación, y cómo puede decirse que los cristianos están obligados a Dios?
¡OBLIGACIONES cristianas! ¿Puede hablarse de obligaciones cristianas? ¿No son voluntarios el servicio y la adoración del cristiano? Es verdad, la adoración del cristiano es voluntaria. El venir a Dios, el dedicar su vida a Dios y el rendir su servicio aceptable todo es voluntario, lo cual resulta de ejercer libremente su albedrío, así como eran los sacrificios de los antiguos israelitas. (2 Cró. 29:31; Sal. 110:3; Rev. 22:17) No obstante, el cristiano tiene la obligación de hacer la voluntad de Dios. ¿Por qué? Según el Diccionario de la Lengua Española, obligación es el “vínculo que sujeta a hacer o abstenerse de hacer una cosa, establecido por precepto de ley, por voluntario otorgamiento o por derivación recta de ciertos actos.” Según el Webster’s Unabridged Dictionary, obligación es “cualquier deber impuesto por ley, promesa, contrato, juramento, o voto . . . condición de estar endeudado por un acto de favor o bondad.” ¿Están bajo obligaciones los cristianos? ¡Definitivamente! Ante todo, todos los hombres, incluyendo a los no cristianos, están endeudados con Dios por el favor o bondad de la vida que han recibido. Note lo que se declara en Revelación 4:11: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.” Que el Creador es digno de recibir la gloria y la honra por haber creado extiende a todos los hombres la obligación de rendir tal gloria.
2, 3. (a) ¿De qué maneras adicionales están los cristianos bajo obligaciones? (b) ¿Qué textos prueban esto?
2 Pero los cristianos están endeudados aun más. ¿Por qué? Por aceptar el rescate de la muerte a la vida eterna, que Dios proveyó por medio de Cristo Jesús—un favor muy valioso. (1 Ped. 1:18, 19; 1 Cor. 7:23) Ahora bien, Jehová podría exigir que estuviésemos obligados solo sobre esta base; pero, en cambio, con su demostración de amor hace llamamiento a nosotros sobre la base del amor. “El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados. Amados, si Dios nos amó así a nosotros, entonces nosotros mismos estamos obligados a amarnos los unos a los otros.” (1 Juan 4:10, 11) Al haber perdonado Dios nuestra deuda de pecado, estamos obligados a perdonar a los que pecan contra nosotros. (Mat. 18:32-35) En virtud de esto estamos endeudados con nuestro prójimo; le debemos amor.—Rom. 13:8.
3 Además, una obligación puede ser ‘cualquier deber impuesto por ley,’ o un mandato, y los cristianos, por ejemplo, se hallan bajo el mandato de amar. (Juan 15:9-11; 13:34, 35; Mat. 22:37) Además de nuestras obligaciones en virtud de estar endeudados con Dios, y en virtud de sus mandamientos, se han impuesto deberes sobre nosotros en virtud de nuestro voto de dedicación a Dios sobre la base de su provisión por medio de Cristo Jesús. “El que dice que permanece en unión con él está obligado él mismo también a seguir andando así como anduvo aquél.” (1 Juan 2:6) “Paga al Altísimo tus votos.”—Sal. 50:14; 61:8; Luc. 9:23.
4, 5. (a) ¿De qué manera han llegado a estar obligados los cristianos a otros? (b) ¿Cómo mostró el apóstol Pablo que estaba obligado?
4 Habiendo recibido los beneficios del sacrificio de rescate de Cristo, también estamos obligados a ayudar a otros a obtener tales beneficios. “En esto hemos venido a conocer el amor, porque ése entregó su alma por nosotros; y nosotros estamos obligados a entregar nuestras almas por nuestros hermanos.” (1 Juan 3:16) Sí, al atender los intereses de nuestros hermanos y al predicar las buenas nuevas a otros quizás hasta pongamos en peligro nuestra libertad y nuestra mismísima vida, pero esto estamos obligados a hacer ahora. Además, hemos recibido las buenas nuevas porque algún otro se esforzó por predicarlas a nosotros, probablemente empleando muchas horas en volver a visitarnos y estudiar con nosotros. Ahora estamos obligados a contribuir para adelantar la obra del Reino por medio de predicar, por medio de ayudar financieramente y por medio de mostrar hospitalidad. “Pues fue a favor del nombre de él que salieron, sin tomar nada de la gente de las naciones. Nosotros, por lo tanto, estamos obligados a recibir hospitalariamente a tales personas, para que lleguemos a ser colaboradores en la verdad.”—3 Juan 7, 8.
5 El apóstol Pablo dijo que estaba obligado a predicar a los de las naciones. “Tanto a griegos como a bárbaros . . . soy deudor: de modo que por mi parte me siento deseoso de declarar las buenas nuevas también a ustedes allí en Roma.” (Rom. 1:14, 15) Y hablando de los de las naciones que habían recibido la verdad de parte de los discípulos en Jerusalén, escribió Pablo: “No obstante ellos les eran deudores; porque si las naciones han participado de sus cosas espirituales, ellas también tienen la obligación de servir públicamente a éstos con cosas para el cuerpo físico.” (Rom. 15:27) De modo que Pablo sabía que estaba obligado a predicar. No se sentó cómodamente y dijo que predicaría solo si tuviera ganas y cuando quisiera hacerlo, ya que su predicación solo era voluntaria. El estar consciente de su obligación lo impulsó a luchar contra la tendencia de la carne de querer descansar. Sabía que, para obtener la vida, tenía que esforzarse vigorosamente. (Luc. 13:24) Mostró su sentido de obligación cuando escribió: “Ahora, si estoy declarando las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarare las buenas nuevas!”—1 Cor. 9:16.
6. (a) ¿De qué manera se han desalentado algunos cristianos en su servicio a Dios a causa de un entendimiento incorrecto de 1 Corintios 9:17? (b) ¿Qué argumentos muestran que es correcto que el cristiano se obligue a hacer lo que es correcto?
6 Pero quizás algunas personas arguyan: “¿No está la Biblia en contra del servicio obligatorio? ¿No dice Pablo también en este capítulo que obtendría su galardón solo si su servicio era anuente, queriendo decir libre por completo de cualquier sentido de obligación? Y, por lo tanto, si uno no siente el impulso y el deseo de predicar, ¿no es en vano obligarse uno mismo a hacerlo simplemente porque sabe que es correcto? ¿No debe provenir el deseo del corazón?” Sí, el deseo debe provenir del corazón, pero sabemos que el corazón humano frecuentemente es egoísta y engañoso. (Jer. 17:9, 10) Frecuentemente se necesita mucho estudio de la Palabra de Dios, muchas oraciones y esfuerzo vigoroso de parte de la mente y de la voluntad para vencer las tendencias egoístas de la carne. (Rom. 7:18-25) Algunos testigos cristianos han oído el argumento susodicho y se han desalentado y han disminuido su servicio, algunos hasta cesando porque no sentían ningún impulso ni deseo natural de predicar. Opinan que, si tienen que disciplinarse para hacer lo que es correcto, será en vano. Pero esto no es cierto. Estamos obligados a disciplinarnos para evitar lo incorrecto. “Así pues, hermanos, nos vemos obligados, no a la carne para vivir de acuerdo con la carne.” (Rom. 8:12) Y tenemos que disciplinarnos para hacer lo que es correcto usando nuestra facultad de raciocinio.—Rom. 12:1.
7. ¿Qué fue lo que Pablo mencionó que hacía de buena voluntad, y de qué galardón habló en 1 Corintios 9:17? ¿Qué estaba obligado a hacer?
7 Pero, ¿qué quiso decir el apóstol Pablo en 1 Corintios 9:17, cuando escribió: “Si hago esto de buena voluntad [de mi propio albedrío, Nueva Biblia Inglesa], tengo galardón”? ¿Qué era este hacer de ‘buena voluntad’ de que hablaba, y qué era el “galardón”? ¿Era el hacer la predicación, y el “galardón” la vida eterna? Examinemos un poco el contexto. Pablo reconoce en su carta a los Romanos (Rom. 1:14) que era deudor a los griegos, de modo que estaba obligado a predicar las buenas nuevas a los corintios que hablaban griego, y eso lo confirma cuando dice: “¡Ay de mi si no declarare las buenas nuevas!” (1 Cor. 9:16) En el capítulo nueve de esta carta Pablo está defendiendo su apostolado contra sus críticos ‘jactándose’ de que predicaba sufragando sus propios gastos; no usaba su derecho de recibir ayuda financiera en conexión con esto. (1 Cor. 9:15) De modo que lo que hacía de buena gana, de su propio albedrío, no era la predicación misma, sino el hacer la predicación sufragando él sus propios gastos. El “galardón” que menciona simplemente es su derecho de jactarse de algo que hacía de su propio albedrío, sin obligación. Estaba obligado a hacer la predicación; esto no era de su propio albedrío, y por hacerlo no podía reclamar ningún “galardón” como derecho para jactarse. (Luc. 17:10) Por eso escribe: “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que al declarar las buenas nuevas proporcione las buenas nuevas sin costo, a fin de no abusar de mi autoridad en las buenas nuevas.”—1 Cor. 9:18.
PRINCIPIOS PARA ASUMIR OBLIGACIONES
8. ¿Para con quién es la obligación principal del cristiano, y qué está implicado?
8 De modo que se establece bíblicamente que los cristianos tienen muchas obligaciones, las cuales incluyen el predicar las buenas nuevas. Estas son cargas apropiadas que deben llevar los cristianos. (Mat. 11:30; Gál. 5:6) Para asumir todas nuestras obligaciones cristianas necesitamos saber exactamente cuáles son, y en qué orden tienen que atenderse. El tener éxito en hacerlas requiere que sigamos ciertos principios básicos. Primero, nuestra obligación principal es a Jehová. “Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque esto es el deber todo del hombre.” (Ecl. 12:13; Mat. 22:37) Todos los mandamientos de Dios constituyen obligaciones para el cristiano, e incluyen el predicar, retener nuestra integridad y seguir los principios divinos a todo tiempo. (Gál. 5:22, 23) Estas obligaciones principales recaen igualmente sobre todos los cristianos dedicados prescindiendo de su lugar en la organización de Dios.
9, 10. (a) ¿Está uno libre de algunas obligaciones cristianas por haber asumido otras? Explique. (b) ¿Cómo debe considerar el cristiano las obligaciones adicionales de parte de Dios?
9 Luego, todas las obligaciones cristianas tienen que atenderse. Uno no está libre de algunas obligaciones cristianas en virtud de haber asumido otras. Jesús claramente mostró este principio cuando dijo a los fariseos que se hallaban bajo la ley mosaica, que estaba en vigor en ese tiempo: “¡Dan el décimo de la hierbabuena y de la ruda y de toda otra legumbre, pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios! Tenían la obligación de hacer estas cosas, pero de no omitir aquellas otras.” (Luc. 11:42; Mat. 23:23) Note que el cumplimiento de la obligación de dar el décimo de la hierbabuena y de otras cosas no libró a éstos de hacer los “asuntos de más peso” de la ley, y lo contrario también aplicaba.
10 Un tercer principio es que la dedicación a Dios obliga al cristiano a hacer la voluntad de Dios según se revela; obligaciones adicionales de Dios se tienen que asumir según se presenten. Dios puede extender en alcance las obligaciones, aumentar sus detalles o agregar nuevas obligaciones según desee. El cristiano tiene la obligación de probar para él mismo “la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.” (Rom. 12:2) El conocimiento y el entendimiento aumentados pueden hacernos conscientes de obligaciones adicionales.—Fili. 1:9, 10; 3:15, 16.
11, 12. (a) ¿Cómo puede surgir un ‘conflicto de intereses’ para el cristiano al asumir sus obligaciones, y qué principios bíblicos debe tener presente? (b) ¿Cómo puede dar lugar el cristiano a las obligaciones que aumentan?
11 Un cuarto principio es que no debe haber conflicto de intereses. Puesto que la entera obligación del hombre es guardar los mandamientos de Dios, el cristiano no está libre para asumir otras obligaciones que estén en pugna u obren de manera contraria a las obligaciones principales a Dios. Siendo esclavos comprados con la preciosa sangre de Cristo, ninguno de nosotros podría permitirse hacerse esclavo de otro amo. “Ningún hombre que sirve como soldado se envuelve en los negocios comerciales de la vida, a fin de conseguir la aprobación de aquel que lo alistó como soldado.” (2 Tim. 2:4; Mat. 6:24) El cristiano hace bien en considerar esto cuando escoge trabajo seglar o asume negocios u otras obligaciones.
12 Un quinto principio es que, puesto que las obligaciones se pueden aumentar y puesto que no podemos reducir algunas obligaciones cristianas para dar lugar a otras, se necesita hallar un equilibrio apropiado, para ‘asegurarse de las cosas más importantes.’ (Fili. 1:9, 10) Significa que nos libraremos de cosas que no estamos obligados a hacer para dar lugar a los intereses del Reino que van en aumento. (Efe. 5:15, 16) De modo que teniendo presente estos cinco principios veamos qué incluyen exactamente las obligaciones cristianas.
OBLIGACIONES CRISTIANAS PRINCIPALES
13. (a) Esboce detalladamente algunas de las obligaciones principales que recaen en todos los cristianos. (b) ¿Qué textos apoyan esto?
13 Primero, la obligación principal que tienen todos los cristianos es el ser ministros bien capacitados de Dios, sostener el nombre de Jehová y sostener su propósito de hecho y palabra. Puesto que esto implica el llevar a cabo mandatos específicos que Dios expresa en tiempos específicos, incluye ahora, en este “tiempo del fin,” la predicación de estas buenas nuevas del Reino a través de toda la Tierra para testimonio a todas las naciones. (Mat. 24:14) “Atribuyan a Jehová la gloria que pertenece a su nombre.” (Sal. 96:2-4, 8, 10; Rev. 14:6, 7) Significa ir de casa en casa, usar apropiadamente la Palabra de Dios en nuestra enseñanza, llevar registro apropiado para que podamos estar seguros de dar un testimonio a quienes ocupan cada casa, y poder atender apropiadamente a las personas que muestran interés. Significa preparar sermones, volver a visitar, conducir estudios bíblicos, así como entrenar a otros a hacerse expertos en este trabajo. “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente. . . . ser amable para con todos, capacitado para enseñar.” (2 Tim. 2:15, 24) La obligación principal sobre todos los cristianos incluye el estudio personal de la Palabra de Dios y también el asistir y participar en todas las reuniones de congregación, incluso las asambleas. (Heb. 10:24, 25; 2 Ped. 1:19-21; 3:2, 18) En otras palabras, todo lo que se necesita para salvarnos nosotros mismos y para salvar a los que nos escuchan.—2 Tim. 3:14-17; Rom. 15:4; 1 Tim. 4:16.
14, 15. (a) Además de las obligaciones de predicar, ¿qué otras obligaciones tiene el cristiano? (b) ¿Qué posición ocupan estas obligaciones en relación con la obligación de predicar?
14 Para ser digno de la obligación principal el cristiano también tiene que incluir todo aspecto de su vida personal y de familia, de su relación con su cónyuge, hijos, padres, hermanos cristianos, superintendentes de congregación, patrón o empleados mundanos, vecinos, parientes, asociados comerciales así como la autoridad gubernamental de este mundo. (Efe. 5:2, 28; 6:1, 4-9; Col. 3:22–4:1; Rom. 12:17; 1 Tim. 5:8; Rom. 13:1-7) Por lo tanto, si usted es esposo y padre, está incluida su obligación de encargarse bien de las necesidades materiales y espirituales de su familia. Si usted es una mujer casada, tiene la obligación como esposa y como cristiana de ser ayudante de su esposo y de atender a sus hijos. El que usted llegue a ser testigo cristiano dedicado de Jehová con obligaciones de predicar y asistir a las reuniones no debe resultar en que descuide sus obligaciones de familia, más bien debe resultar en atenderlas mejor. ¿Por qué? Porque el atender a sus obligaciones de familia ha llegado a ser ahora más que una simple obligación humana y social. Ha llegado a ser una obligación cristiana, una parte de guardar los mandamientos de Dios. Pero tampoco debe resultar el atender a sus obligaciones de familia en descuidar las obligaciones de predicar y de participar en las reuniones de congregación.
15 El llevar a cabo las obligaciones de familia y de congregación no lo libra ni lo excusa a usted de las obligaciones de ser honrado y confiable con su patrón, empleados, asociados comerciales, funcionarios gubernamentales u otros. Además de ser éstas obligaciones legales, son aun más apremiantes como obligaciones cristianas. El cristiano está obligado a llevar una vida de limpieza y rectitud morales. Sus acciones y habla tienen que ser ejemplares. “Por esto, sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.”—1 Cor. 10:31; Col. 3:17; Tito 2:1-10.
16. (a) ¿Qué actitud incorrecta podrían tener algunos en cuanto a sus obligaciones? (b) ¿Por qué está obligado el cristiano a asumir todas las obligaciones adicionales de parte de Dios?
16 No solo tienen muchas obligaciones ahora los cristianos, sino en vista de que estamos viviendo en el “tiempo del fin” cuando la sociedad del nuevo mundo está siendo edificada, ciertamente habrán de aumentar las obligaciones. Uno no puede decir: “Cuando me bauticé no teníamos todas estas obligaciones de sermones, de enseñar, del programa de entrenamiento, de las metas de horas, y de cosas semejantes, de modo que no estoy obligado a ellas. Solo estoy obligado a hacer lo que convine hacer cuando me bauticé.” A tal persona podríamos preguntar: “¿Qué convino en hacer? ¿Fue solo predicar las buenas nuevas con una tarjeta o fonógrafo, o quizás con un sermón? ¡De ninguna manera! Su dedicación fue para hacer la voluntad de Jehová como ésta se revela por medio de Cristo Jesús, el espíritu santo y la Biblia.” De modo que por nuestro voto de dedicación estamos sujetos a cumplir cualesquier obligaciones adicionales que Jehová nos imponga. Y cuando consideramos nuestra deuda con Dios, hay una razón aun más apremiante para que asumamos obligaciones adicionales. Recuerde, ‘estamos obligados a seguir andando como anduvo aquél’.—1 Juan 2:6; Luc. 24:48.
17. ¿Cómo aumentó Jehová las obligaciones de los israelitas cuando estaban entrando en la Tierra de Promisión, y en qué campos especialmente?
17 Que Jehová puede ensanchar en alcance nuestras obligaciones, aumentar detalles específicos o agregar nuevas obligaciones se puede discernir de sus tratos con los de la nación de Israel. Ellos recibieron una colección básica de leyes y obligaciones en el monte Sinaí, que se registraron en los libros de Éxodo, Levítico y Números. Pero cuando se hallaban listos para entrar en la Tierra de Promisión, obtuvieron obligaciones aumentadas, algunas de alcance más amplio, otras con mayores detalles y también algunas obligaciones enteramente nuevas. Esto se puede discernir al comparar la ley de Sinaí con el libro de Deuteronomio, nombre que significa “Segunda Ley.” Por ejemplo, aunque se mencionó la enseñanza y su importancia en la ley de Sinaí, no obstante en el libro de Deuteronomio la responsabilidad de enseñar—cuándo, cómo y por qué—se dio detalladamente. No solo la importancia de mostrar amor, sino las muchas maneras en que el amor habría de demostrarse en la práctica, y las muchas acciones que eran reguladas por el motivo del amor se muestran detalladamente en Deuteronomio. Se especificaron obligaciones aumentadas en relación con su vida social, vida de familia, fiestas religiosas, estrictez para la adoración pura y muchas advertencias contra la adoración falsa. Se dieron instrucciones detalladamente en cuanto a identificar y eliminar a los apóstatas. De modo que aquí Jehová demostró que podía aumentar y ciertamente aumentó sus requisitos u obligaciones justos sobre su pueblo.
18-20. ¿Cómo se ha observado un aumento de las obligaciones cristianas dentro de la sociedad del nuevo mundo (a) en el campo de conocimiento y enseñanza? (b) ¿en nuestro ministerio? (c) ¿en desarrollar amor y espiritualidad? (d) ¿en estrictez por la adoración pura?
18 Hoy en la sociedad del nuevo mundo cristiana observamos también que Jehová en su sabiduría y cuidado de su pueblo ha aumentado gradualmente nuestras obligaciones al irnos preparando para vivir en su nuevo orden. Considere el asunto de conocimiento y enseñanza. A través de los años el número de reuniones que celebra semanalmente la congregación ha aumentado y éstas han llegado a ser más específicas en su propósito, requiriendo más preparación y mayor participación personal, y así proporcionando mayor beneficio personal. También hay las asambleas de circuito y de distrito, así como las asambleas nacionales e internacionales, todas las cuales son parte del modelo de nuestras reuniones para conocimiento aumentado y entrenamiento específico. En cuanto a nuestro ministerio, aquí también hemos recibido instrucción más específica que extiende mayor responsabilidad personal. La enseñanza personal de casa en casa, en revisitas y estudios bíblicos, distribución de revistas, la manera apropiada de trabajar el territorio con el registro de casa en casa, el uso de sermones y el programa de entrenamiento, todo impone mayores obligaciones a nosotros individualmente. También en este campo nuestras obligaciones continuarán aumentando. Tan solo el tiempo puede imponer obligaciones adicionales. “Deberían ser maestros en vista del tiempo.”—Heb. 5:12.
19 Este desarrollo no ha sido unilateral, no ha sido una suerte de desarrollo de organización y de eficacia a costa del amor y de la espiritualidad. No, porque al mismo tiempo se nos ha enseñado con mayor énfasis y con mayor detalle la necesidad de la oración y cómo mantenernos cerca de Dios, cómo mostrar amor a Dios, a nuestras familias y a nuestros compañeros cristianos. Ha habido buen consejo sobre mostrar amor en predicar así como en ayudar a otros en la congregación según las necesidades de cada individuo.
20 Al mismo tiempo, en el consejo de las páginas de esta revista ha habido una nota de estrictez aumentada en cuanto a la adoración pura, en cuanto a imponer obligaciones adicionales a cada uno individualmente, consejo estricto sobre moralidad, honradez, neutralidad y requisitos semejantes como el mostrar respeto a la santidad de la sangre. Las congregaciones se han mantenido limpias del desarrollo de apostasía por medio de aplicar castigos como el poner a prueba o el expulsar cuando se hace necesario. Pero aun esta estrictez se ha equilibrado con misericordia y amor.
21, 22. (a) ¿Cómo debe considerar el cristiano el aumento de obligaciones? (b) ¿Cómo puede uno asumir estas obligaciones para no estar sobrecargado?
21 Si fuésemos a considerar todas estas obligaciones desde un punto de vista meramente humano, quizás nos sintiésemos abrumados, pero no hay necesidad de hacer esto. Jehová conoce nuestras necesidades y habilidades, y está conduciendo a su pueblo como un pastor cuidadoso, amoroso, bien consciente de nuestras limitaciones. Pero tenemos que asumir cada obligación según se presente y de esta manera el aumento no será una carga demasiado grande. Si nos atrasamos, entonces la carga acumulada de obligaciones no asumidas puede llegar a ser demasiado grande para llevarse. Por eso, sepamos que nuestras obligaciones principales son predicar las buenas nuevas del reino de Dios y llevar vidas cristianas ejemplares. Luego determinemos si nuestro lugar en la congregación extiende obligaciones adicionales, y cuáles son. Luego, hagamos un horario práctico para emplear algo de tiempo a cada una y apeguémonos a él. Ninguna puede ser rechazada. Sigamos el ejemplo de Jesús, porque estamos obligados a “seguir andando así como anduvo aquél.”—1 Juan 2:6.
22 Pero, ¿cómo se esfuerza uno por obligaciones adicionales? ¿Qué implican éstas, y cómo pueden ser atendidas? Esto se considerará en el siguiente artículo.
[Ilustración de la página 460]
Predicando las buenas nuevas
[Ilustración de la página 461]
Atendiendo a las necesidades de familia