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  • ¿Cómo debemos ver al prójimo a medida que se acerca el día de Jehová?

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  • ¿Cómo debemos ver al prójimo a medida que se acerca el día de Jehová?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
w03 15/7 págs. 15-20

¿Cómo debemos ver al prójimo a medida que se acerca el día de Jehová?

“Jehová no es lento respecto a su promesa, [...] pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2 PEDRO 3:9.)

1, 2. a) ¿Cómo ve Jehová a las personas hoy? b) ¿Qué preguntas podemos hacernos?

LOS siervos de Jehová tienen la comisión de “ha[cer] discípulos de gente de todas las naciones” (Mateo 28:19). Mientras efectuamos esta labor y aguardamos “el gran día de Jehová”, es preciso que veamos a las personas como él las ve (Sofonías 1:14). ¿Y de qué manera las ve? El apóstol Pedro señala: “Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Dios ve en todo ser humano el potencial de alcanzar el arrepentimiento, y Su “voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Timoteo 2:4). De hecho, le complace enormemente que “alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo” (Ezequiel 33:11).

2 ¿Tenemos nosotros el mismo criterio? ¿Pensamos, como Jehová, que personas de toda raza y nación pueden ser “ovejas de su apacentamiento”? (Salmo 100:3; Hechos 10:34, 35.) Veamos dos ejemplos que resaltan la importancia de compartir el punto de vista de Dios. En ambos casos se avisó a Sus siervos de la destrucción que se avecinaba, de modo que tales ejemplos son muy significativos para quienes aguardamos el gran día de Jehová.

Abrahán tuvo el punto de vista de Jehová

3. ¿Cuál fue el punto de vista de Jehová en cuanto a los habitantes de Sodoma y Gomorra?

3 El primer ejemplo está relacionado con el fiel patriarca Abrahán y las malvadas ciudades de Sodoma y Gomorra. Cuando Jehová oyó “el clamor de queja” acerca de ellas, no las destruyó inmediatamente con todos sus habitantes, sino que primero investigó la situación (Génesis 18:20, 21). Envió dos ángeles a Sodoma, los cuales se alojaron en la casa del justo Lot. La noche de su llegada, “los hombres de la ciudad [...] cercaron la casa, desde el muchacho hasta el viejo, toda la gente en una chusma”, deseosos de tener relaciones homosexuales con ellos. Estaba claro que la depravación de sus residentes hacía que la ciudad mereciera destrucción. Con todo, los ángeles dijeron a Lot: “¿Tienes otros aquí? Yerno y tus hijos y tus hijas y cuantos sean tuyos en la ciudad, ¡sácalos del lugar!”. Jehová dio oportunidad a que algunos de los habitantes se salvaran, pero, al final, únicamente Lot y sus dos hijas escaparon de la destrucción (Génesis 19:4, 5, 12, 16, 23-26).

4, 5. ¿Por qué intercedió Abrahán por los habitantes de Sodoma? ¿Coincidía su punto de vista con el de Jehová?

4 Pero volvamos al momento en que Jehová reveló su intención de inspeccionar Sodoma y Gomorra, al momento en que Abrahán le dijo a Jehová: “Supongamos que haya cincuenta hombres justos en medio de la ciudad. ¿Los barrerás, pues, y no perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén en él? ¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”. Por dos veces, Abrahán empleó la expresión “es inconcebible de ti”, pues sabía por experiencia que Jehová no destruiría al recto junto con el inicuo. Cuando Dios le dijo que no acabaría con Sodoma si hubiera “cincuenta hombres justos en medio de la ciudad”, Abrahán fue reduciendo la cifra hasta que llegó a solo diez (Génesis 18:22-33).

5 ¿Habría escuchado Jehová los ruegos de Abrahán si no hubieran coincidido con su propio criterio? Obviamente no. El patriarca era “amigo de Jehová”, y todo indica que conocía y compartía Su punto de vista (Santiago 2:23). Cuando Dios dirigió su atención a Sodoma y Gomorra, estuvo dispuesto a tener en cuenta las peticiones de Abrahán. ¿Por qué razón? Porque nuestro Padre celestial “no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento”.

El punto de vista de Jonás sobre la gente: un marcado contraste

6. ¿Cómo reaccionaron los ninivitas ante la proclamación de Jonás?

6 Veamos ahora el segundo ejemplo, el de Jonás. En este caso, la ciudad amenazada de destrucción era Nínive, y dicho profeta recibió el mandato de proclamar que la maldad de ella había ‘subido delante de Jehová’ (Jonás 1:2). Si incluimos las afueras, Nínive era tan grande que para atravesarla se requerían “tres días de camino”. Cuando Jonás finalmente obedeció y entró en la ciudad, declaró una y otra vez: “Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada”. Ante aquello, “los hombres de Nínive empezaron a poner fe en Dios, y procedieron a proclamar un ayuno y a ponerse saco”. Hasta el rey mismo se arrepintió (Jonás 3:1-6).

7. ¿Cómo consideró Jehová la actitud de arrepentimiento de los ninivitas?

7 ¡Qué respuesta tan distinta de la de Sodoma! ¿Cómo consideró Jehová a los arrepentidos ninivitas? Jonás 3:10 dice así: “El Dios verdadero sintió pesar en cuanto a la calamidad de que había hablado que les causaría; y no la causó”. Jehová “sintió pesar” en el sentido de que modificó lo que se proponía hacer con los ninivitas debido a que cambiaron de actitud. Aunque las normas divinas no habían cambiado, Jehová alteró su decisión al ver que estaban arrepentidos (Malaquías 3:6).

8. ¿Por qué fue presa del resentimiento Jonás?

8 Cuando el profeta comprendió que Nínive no sería destruida, ¿vio la situación desde la óptica de Jehová? No, pues leemos que “a Jonás, sin embargo, esto le desagradó sumamente, y llegó a estar enardecido de cólera”. ¿Qué otra cosa hizo? El relato agrega: “Oró a Jehová y dijo: ‘Ah, pues, oh Jehová, ¿no era este un asunto mío, mientras yo estaba en mi propio suelo? Por eso proseguí y huí a Tarsis; porque sabía que tú eres un Dios benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y que sientes pesar en cuanto a la calamidad’” (Jonás 4:1, 2). Pese a conocer las cualidades de Jehová, en aquel momento fue presa del resentimiento y no compartió el punto de vista divino en cuanto a los arrepentidos habitantes de Nínive.

9, 10. a) ¿Qué lección le dio Jehová al profeta Jonás? b) ¿Por qué cabe suponer que Jonás llegó a adoptar el punto de vista de Jehová en cuanto a los ninivitas?

9 Jonás salió de Nínive, se construyó una cabaña y se sentó a su sombra “hasta ver lo que llegaría a ser de la ciudad”. Jehová dejó que una calabaza vinatera creciera hasta dar sombra al profeta, pero al día siguiente, la planta se marchitó. Jonás se enojó por ello, y entonces Dios le dijo: “Tú, por tu parte, sentiste lástima por la calabaza vinatera [...]. Y, por mi parte, ¿no debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su izquierda, además de muchos animales domésticos?” (Jonás 4:5-11). ¡Qué lección le dio Jehová al profeta en cuanto a la forma en que considera a las personas!

10 No hay constancia de cuál fue la respuesta de Jonás a las palabras de Dios sobre sentir lástima por la gente de Nínive. Sin embargo, es evidente que el profeta cambió de opinión en cuanto a aquellas personas arrepentidas. El hecho de que Jehová lo usara para poner por escrito este relato inspirado lleva a esa conclusión.

¿Cuál es nuestra actitud?

11. ¿Qué es probable que pensara Abrahán acerca de quienes viven hoy?

11 Hoy se avecina otra destrucción, la que acabará con el actual sistema de cosas perverso en el gran día de Jehová (Lucas 17:26-30; Gálatas 1:4; 2 Pedro 3:10). ¿Qué pensaría Abrahán acerca de la gente de este mundo que pronto será destruido? Con toda probabilidad estaría preocupado por quienes aún no han oído las “buenas nuevas del reino” (Mateo 24:14). Recordemos que repetidamente rogó a Dios por los justos que pudiera haber en Sodoma. ¿Sentimos nosotros el mismo interés por las personas que rechazarían los caminos del mundo de Satanás si se les diera la oportunidad de arrepentirse y servir a Jehová? (1 Juan 5:19; Revelación 18:2-4.)

12. ¿Por qué es fácil adoptar la actitud de Jonás para con las personas que encontramos en el ministerio, y qué podemos hacer al respecto?

12 Ciertamente, es apropiado que anhelemos el fin de la maldad (Habacuc 1:2, 3). No obstante, resulta muy fácil adoptar la actitud de Jonás y despreocuparnos respecto al bienestar de quienes pudieran arrepentirse, sobre todo si al llevar a los hogares las buenas nuevas del Reino encontramos vez tras vez personas apáticas, opuestas al mensaje o incluso hostiles. Podríamos dejar de pensar en aquellas a las que Jehová todavía tiene que recoger de este malvado sistema de cosas (Romanos 2:4). Si un serio autoexamen revelara que nuestra actitud se parece siquiera un poco a la que Jonás tuvo al principio para con los ninivitas, pidamos a Jehová que nos ayude a amoldar nuestro criterio al Suyo.

13. ¿Por qué podemos afirmar que Jehová se interesa por quienes viven en nuestros días?

13 Jehová se interesa por quienes aún no le sirven y escucha las peticiones de sus adoradores dedicados (Mateo 10:11). Por ejemplo, en respuesta a sus oraciones, se encargará de que “se haga justicia” (Lucas 18:7, 8). Además, cumplirá todas sus promesas y propósitos según su propio calendario (Habacuc 2:3). Entre sus objetivos figura el de limpiar la Tierra de toda maldad, tal como destruyó a Nínive cuando sus habitantes reincidieron en sus caminos perversos (Nahúm 3:5-7).

14. ¿Qué debemos hacer mientras aguardamos el gran día de Jehová?

14 ¿Aguardaremos pacientemente, muy ocupados en hacer la voluntad divina, hasta que este sistema de cosas se derrumbe en el gran día de Jehová? No podemos precisar el alcance que tendrá la predicación hasta que llegue ese momento, pero sí sabemos que, antes de que venga el fin, las buenas nuevas del Reino se predicarán en toda la Tierra habitada al grado que a Jehová le satisfaga. Por consiguiente, debemos interesarnos por “las cosas deseables” que todavía faltan por recoger, con las que Jehová seguirá llenando de gloria Su casa (Ageo 2:7).

Nuestros actos evidencian qué actitud tenemos

15. ¿Qué puede hacernos más conscientes de la necesidad de predicar?

15 Quizá vivamos en una comunidad donde la predicación no tiene una buena acogida y no nos sea posible mudarnos a un lugar con mayor necesidad de proclamadores del Reino. Ahora bien, supongamos que puedan hallarse diez merecedores en nuestro territorio antes de que llegue el fin. ¿Pensamos que vale la pena buscarlos? Jesús “se compadeció” de las muchedumbres “porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9:36). El estudio de la Biblia y la lectura cuidadosa de los artículos de La Atalaya y ¡Despertad! nos permiten entender mejor la difícil situación mundial, y tal comprensión nos hace más conscientes de la necesidad de predicar las buenas nuevas. Además, utilizar con gratitud las publicaciones bíblicas que recibimos mediante “el esclavo fiel y discreto” contribuye a que seamos más persuasivos en zonas donde se predica con frecuencia (Mateo 24:45-47; 2 Timoteo 3:14-17).

16. ¿Cómo pudiéramos lograr mejores resultados en el ministerio?

16 La preocupación que sentimos por quienes pudieran responder al mensaje bíblico que salva vidas nos impulsa a buscar los mejores momentos y maneras de visitar a las personas en el ministerio. ¿Nos encontramos con que muchas no están en casa cuando tocamos a su puerta? En tal caso, quizá logremos mejores resultados variando las horas y los lugares en que predicamos. Los pescadores salen a pescar cuando hay peces. ¿Podemos nosotros hacer algo parecido en nuestra pesca espiritual? (Marcos 1:16-18.) ¿Por qué no intentamos predicar al anochecer, o tal vez por teléfono donde las leyes lo permitan? Algunos hermanos han hallado productivos “bancos de pesca” en estacionamientos, áreas de descanso para camiones, gasolineras y comercios. También demostramos la actitud de Abrahán hacia la gente cuando aprovechamos las oportunidades de dar testimonio informal.

17. ¿Cómo podemos estimular a los misioneros y otros hermanos que sirven en el extranjero?

17 Millones de personas aún no han oído el mensaje del Reino. Aparte de nuestra predicación, ¿podemos interesarnos por tales personas sin siquiera salir de casa? Pues bien, ¿conocemos misioneros u otros siervos de tiempo completo que sirvan en el extranjero? Si así es, quizá podamos escribirles para hacerles saber cuánto apreciamos su labor. ¿Cómo beneficiará eso a la gente en general? Muy sencillo: nuestras cartas de estímulo y encomio fortalecerán a los misioneros para que permanezcan en su asignación y ayuden a muchas más personas a conocer la verdad (Jueces 11:40). También podemos orar por ellos y por quienes tienen hambre de la verdad en otros países (Efesios 6:18-20). Además, demostramos nuestro interés cuando apoyamos con donaciones monetarias la obra mundial de los testigos de Jehová (2 Corintios 8:13, 14; 9:6, 7).

¿Podríamos mudarnos?

18. ¿Qué han hecho algunos cristianos para promover los intereses del Reino en el país donde residen?

18 Dios ha bendecido la abnegación de quienes se han trasladado a lugares con mayor necesidad de proclamadores del Reino. También hay testigos de Jehová que, aunque no se han mudado, han aprendido otro idioma para brindar ayuda espiritual a los inmigrantes. Tales esfuerzos se han visto muy recompensados. Por ejemplo, siete hermanos que predicaban a la población china de una ciudad de Texas (EE.UU.) dieron la bienvenida a 114 personas a la celebración de la Cena del Señor del año 2001. Quienes ayudan a las comunidades extranjeras han constatado que son campos listos para la siega (Mateo 9:37, 38).

19. ¿Qué es aconsejable hacer si estamos pensando en mudarnos a otro país para ayudar en la predicación del Reino?

19 Tal vez usted y su familia crean que sus circunstancias les permiten mudarse a un lugar donde haya más necesidad de proclamadores del Reino. Claro está, quien es sabio “se sienta primero y calcula los gastos” (Lucas 14:28). Esto es especialmente importante si uno planea mudarse a otro país. Todo el que contemple tal posibilidad debería hacerse preguntas como estas: “¿Seré capaz de mantener a mi familia? ¿Podré obtener el visado correspondiente? ¿Hablo ya el idioma o estoy dispuesto a aprenderlo? ¿He pensado en el clima y la cultura? ¿Realmente seré ‘un socorro fortalecedor’ en vez de una carga para los hermanos locales?” (Colosenses 4:10, 11). A fin de averiguar cuánta necesidad hay en el país, siempre es apropiado escribir a la sucursal de los testigos de Jehová que supervisa la predicación en esa zona.a

20. ¿Cómo amplió su servicio cierto joven cristiano para beneficio de sus hermanos en la fe y de otras personas de un país extranjero?

20 Un cristiano que ha colaborado en la edificación de Salones del Reino en Japón se enteró de que se precisaban trabajadores experimentados para construir un lugar de adoración similar en Paraguay. Aprovechando su condición de soltero y su vigor juvenil, se mudó a dicho país y por ocho meses fue el único trabajador de tiempo completo de la construcción. Durante su estancia aprendió español y dirigió estudios bíblicos, lo cual le permitió ver la necesidad de proclamadores del Reino que había en el país. Aunque regresó a Japón, pronto se hallaba de vuelta en Paraguay, donde contribuyó a llenar de personas aquel mismo Salón del Reino.

21. ¿Cuál debe ser nuestro principal interés, así como nuestro punto de vista, mientras esperamos el gran día de Jehová?

21 Jehová se encargará de que, en armonía con su voluntad, la predicación se efectúe plenamente. En la actualidad está acelerando la siega espiritual final (Isaías 60:22). Por tanto, mientras esperamos el día de Jehová, participemos con celo en la siega y veamos a las personas como las ve nuestro amoroso Dios.

[Nota]

a No siempre es útil mudarse por cuenta propia a un país en el que la predicación está prohibida o sujeta a restricciones. De hecho, hasta pudiera perjudicar a los publicadores del Reino que trabajan discretamente en esas circunstancias.

¿Recuerda usted?

• ¿Cómo deberíamos ver a la gente mientras aguardamos el día de Jehová?

• ¿Cómo consideró Abrahán a los justos que pudieran hallarse en Sodoma?

• ¿Qué pensó Jonás sobre los arrepentidos ninivitas?

• ¿Cómo demostramos que compartimos el punto de vista de Jehová sobre quienes aún no han oído las buenas nuevas?

[Ilustración de la página 16]

El punto de vista de Abrahán sobre las personas coincidía con el de Jehová

[Ilustración de la página 17]

Jonás llegó a adoptar el punto de vista de Jehová sobre los arrepentidos ninivitas

[Ilustraciones de la página 18]

La preocupación por los demás nos impulsa a buscar los mejores momentos y maneras de predicar las buenas nuevas

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