Los años noventa: una década de incertidumbre
LOS albores de los años noventa han traído consigo nuevas esperanzas de ver un mundo de paz, pero también incertidumbre y confusión sin paralelo.
Por ejemplo, existe una gran incertidumbre respecto a lo que sucederá en las naciones que están abandonando economías de planificación central que han fracasado. Varios de estos países se están pasando al capitalismo de libre mercado. Pero muchas naciones que ya son capitalistas tienen tasas de pobreza y desempleo muy elevadas, experimentan una gran inflación y están sumidas en deudas. Incluso Estados Unidos tiene una enorme deuda interna —unos tres billones de dólares— lo que lo convierte en el mayor deudor del comercio internacional.
Una de las consecuencias de las calamidades económicas que atraviesa el mundo se destacó en un editorial del periódico New York Times que decía así: “En todo el mundo, viven en pobreza severa más personas que nunca antes”.
Mucha gente, en parte debido a las aumentantes incertidumbres, se ha refugiado en el egoísmo: la actitud de “yo primero”, la avidez por cosas materiales y el deseo de gratificación instantánea sin importar las consecuencias. Una muestra de esto la vemos en el desenfrenado consumo de droga. Christopher Lasch, profesor de historia de la universidad de Rochester, lo expresó de la siguiente manera: “El fondo moral ha desaparecido de nuestra cultura”.
Por otra parte, Arjo Klamer, economista de fama internacional, señala: “Artistas, economistas, hombres de negocios y familias han perdido la fe en las convicciones modernistas. [...] La desilusión resultó ser una emoción compartida por gente de todos los campos y disciplinas”. Después de decir que “la confusión prevalece”, añadió: “Fragmentación. Vacuidad. Ironía. Caos. Estas son algunas de las palabras que están en boga y que definen la intrincada red de posmodernismo en la que la gente moderna se ha perdido”.
Aunque resulte difícil aceptarlo, es obvio que los sistemas políticos, económicos y sociales de este mundo no tienen soluciones permanentes para los inmensos problemas e incertidumbres de hoy día. Pero esta situación es precisamente la que se predijo para nuestro tiempo en varias profecías bíblicas. Veamos algunos ejemplos: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar”. “Sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida [...], mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.” (2 Timoteo 3:1; Lucas 21:25, 26.)
[Reconocimiento en la página 31]
Fotografía de Publicaciones Capriles, Caracas (Venezuela)