-
Hablaron “con valor gracias a la autoridad de Jehová”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
-
-
“Estamos predicándoles [...] para que abandonen estas cosas inútiles y se vuelvan al Dios vivo, el que hizo el cielo, la tierra, el mar y todas las cosas” (Hechos 14:15).
Dijeron: “Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos humanos y tenemos las mismas debilidades que ustedes. Estamos predicándoles las buenas noticias para que abandonen estas cosas inútiles y se vuelvan al Dios vivo, el que hizo el cielo, la tierra, el mar y todas las cosas que hay en ellos.
-
-
Hablaron “con valor gracias a la autoridad de Jehová”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
-
-
“Estamos predicándoles [...] para que abandonen estas cosas inútiles y se vuelvan al Dios vivo, el que hizo el cielo, la tierra, el mar y todas las cosas” (Hechos 14:15).
-
-
Hablaron “con valor gracias a la autoridad de Jehová”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
-
-
12 ¿Cuál es la primera lección? Pues bien, fijémonos en que Pablo y Bernabé no los trataron como si ellos se creyeran superiores. En vez de hacerse pasar por algo que no eran, admitieron humildemente que también eran humanos y tenían limitaciones como ellos. Es cierto que habían sido liberados de las enseñanzas falsas, que habían recibido el espíritu santo y que tenían la esperanza de reinar en el cielo con Cristo. Pero sabían que la gente de Listra recibiría esas mismas bendiciones si obedecía a Cristo.
13 Y nosotros, ¿qué pensamos de la gente a la que le predicamos? ¿Entendemos que son iguales a nosotros? Si las personas a las que les enseñamos la Palabra de Dios comienzan a alabarnos, ¿tratamos de impedírselo, tal y como hicieron Pablo y Bernabé? Charles Russell, que dirigió la obra a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, también nos dejó un buen ejemplo al respecto. Aunque este hermano era un excelente maestro, en cierta ocasión escribió: “No deseamos que se nos dé honra ni reverencia, ni a nosotros mismos ni a lo que escribimos; tampoco deseamos que se nos llame reverendo o rabí”. Sin duda, era tan humilde como Pablo y Bernabé. Cuando predicamos, nuestro objetivo tampoco es recibir gloria, sino ayudar a las personas para que “se vuelvan al Dios vivo”.
-