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  • ¿Se debe orar a Jesús?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
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  • ¿Qué es la oración?
  • Reconocimiento de Jesús en nuestras oraciones
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
w94 15/12 págs. 23-25

¿Se debe orar a Jesús?

ALGUNAS personas creen que es correcto orar a Jesús. En Alemania ha sido costumbre enseñar a los niños que antes de comer deben cruzar las manos y dar las gracias a Jesucristo.

Según la Biblia, Jesús efectivamente ocupa un puesto muy importante en el cielo. Ahora bien, ¿quiere decir esto que debemos orarle a él? Quizás usted sea de los que, por amor a Jesús, le dirigen a él las oraciones; pero, ¿qué opina Jesús mismo de tales oraciones?

En primer lugar, ¿por qué surgen siquiera estas preguntas? Porque la Biblia dice que Jehová Dios es el “Oidor de la oración”. Poco sorprende, pues, que los siervos de Dios de tiempos antiguos, como los israelitas, oraran solo a Jehová Dios, el Todopoderoso. (Salmo 5:1, 2; 65:2.)

¿Cambió la situación cuando Jesús, el Hijo de Dios, vino a la Tierra para librar a la humanidad del pecado y la muerte? No, las oraciones todavía se dirigían a Jehová. Durante su estancia en la Tierra, Jesús mismo oró con frecuencia a su Padre celestial, y enseñó a otras personas a hacer lo mismo. Piense tan solo en la oración modelo, llamada a veces el Padrenuestro, una de las oraciones más conocidas del mundo. Jesús no nos enseñó a orarle a él; nos dio el siguiente modelo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. (Mateo 6:6, 9; 26:39, 42.)

Investiguemos a continuación este asunto más a fondo examinando qué es exactamente la oración.

¿Qué es la oración?

Toda oración es una forma de adoración. The World Book Encyclopedia lo confirma, al decir: “La oración es una forma de adoración en la que la persona ofrece devoción, agradecimiento, confesión o súplica a Dios”.

En cierta ocasión, Jesús dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. Jesús se apegó a la verdad fundamental de que la adoración y, por tanto, también la oración, deben dirigirse solo a su Padre, Jehová Dios. (Lucas 4:8; 6:12.)

Reconocimiento de Jesús en nuestras oraciones

Jesús murió como sacrificio de rescate por la humanidad; Dios lo resucitó y lo ensalzó a un puesto superior. Como se puede imaginar, todo esto produjo un cambio en relación con las oraciones aceptables. ¿De qué forma?

El apóstol Pablo explica la enorme influencia que ejerce en la oración el puesto que ocupa Jesús, al decir: “Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor, para la gloria de Dios el Padre”. (Filipenses 2:9-11.)

¿Implican las palabras “en el nombre de Jesús se doble toda rodilla” que debemos orarle? No. La frase griega que se utiliza aquí “denota el nombre en el que se une toda rodilla que se dobla, mediante el cual todos rinden adoración unidos (πᾶν γόνυ). El nombre que ha recibido Jesús impulsa a todos a la adoración unida”. (A Grammar of the Idiom of the New Testament, de G. B. Winer.) En efecto, para que una oración sea aceptable, debe presentarse “en el nombre de Jesús”, pero ha de dirigirse a Jehová Dios y sirve para glorificarlo a él. Por esta razón Pablo dice: “En todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios”. (Filipenses 4:6.)

Tal como todo sendero lleva a un destino, así Jesús es el “camino” que conduce al Dios Todopoderoso. “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”, enseñó Jesús a los apóstoles. (Juan 14:6.) Por esa razón, debemos presentar nuestras oraciones a Dios mediante Jesús y no directamente a Jesús mismo.a

Quizás haya quien pregunte: “¿No dice la Biblia que tanto el discípulo Esteban como el apóstol Juan hablaron a Jesús cuando ya estaba en el cielo?”. Es cierto. Pero estos sucesos no tienen nada que ver con oraciones, pues tanto Esteban como Juan contemplaron a Jesús en visión y le hablaron directamente. (Hechos 7:56, 59; Revelación 1:17-19; 22:20.) Tenga en cuenta que tan solo hablar, aunque sea a Dios, no constituye una oración de por sí. Adán y Eva hablaron a Dios con el fin de excusarse por su gran falta, cuando él los juzgó tras su pecado en Edén. Hablarle de esa forma no fue una oración. (Génesis 3:8-19.) Por lo tanto, sería incorrecto presentar el que Esteban y Juan le hablaron a Jesús como prueba de que debemos orarle.

¿Cómo se ‘invoca’ el nombre de Jesús?

¿Persisten sus dudas y piensa que, pese a todo, es correcto orar a Jesús? Cierta señora escribió lo siguiente a una sucursal de la Sociedad Watch Tower: “Desgraciadamente, todavía no estoy convencida de que los primeros cristianos no oraran a Jesús”. Ella pensaba en las palabras de Pablo en 1 Corintios 1:2, donde él mencionó a “todos los que en todo lugar están invocando el nombre de nuestro Señor, Jesucristo”. Repárese, sin embargo, en que en el idioma original el término “invocar” puede significar otras cosas, no necesariamente orar.

¿Cómo se ‘invocó’ el nombre de Cristo en todo lugar? Una manera de hacerlo fue cuando los seguidores de Jesús de Nazaret lo reconocieron abiertamente como el Mesías y el “Salvador del mundo”, y efectuaron muchos milagros en su nombre. (1 Juan 4:14; Hechos 3:6; 19:5.) Por lo tanto, The Interpreter’s Bible dice que la frase “invocar el nombre de nuestro Señor [...] significa confesar su señorío en vez de orarle”.

Aceptar a Cristo y ejercer fe en su sangre derramada, que hace posible el perdón de los pecados, también es ‘invocar el nombre de nuestro Señor, Jesucristo’. (Compare Hechos 10:43 con Hch 22:16.) Y literalmente decimos el nombre de Jesús cuando oramos a Dios mediante él. Así que aunque la Biblia muestra que podemos invocar el nombre de Jesús, no indica que debamos orarle. (Efesios 5:20; Colosenses 3:17.)

Qué puede hacer Jesús por nosotros

Jesús prometió claramente a sus discípulos: “Si ustedes piden algo en mi nombre, lo haré”. ¿Exige esto orarle a él? No. La petición se dirige a Jehová Dios, pero en el nombre de Jesús. (Juan 14:13, 14; 15:16.) Pedimos a Dios que su Hijo, Jesús, ejerza su gran poder y autoridad en nuestro favor.

¿Cómo se comunica Jesús con sus verdaderos seguidores hoy en día? La descripción que hace Pablo de la congregación de cristianos ungidos puede servir de ilustración. La asemejó a un cuerpo, y a Jesucristo lo comparó a la cabeza del cuerpo. La “cabeza” satisface las necesidades de los miembros del cuerpo espiritual mediante “coyunturas y ligamentos”, o sea, los medios y disposiciones para suministrar nutrición y dirección espiritual a su congregación. (Colosenses 2:19.) De igual modo, hoy en día Jesús se vale de “dádivas en hombres”, hombres cualificados en sentido espiritual, que llevan la delantera en la congregación e incluso disciplinan si se hace necesario. No hay provisión alguna para que los miembros de la congregación se comuniquen directamente con Jesús o le oren; pero, desde luego, sí tienen el deber de orar al Padre de Jesús, Jehová Dios. (Efesios 4:8-12.)

¿Cómo honra usted a Jesús?

Jesús desempeña un papel clave en la salvación de los seres humanos. El apóstol Pedro exclamó: “No hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”. (Hechos 4:12.) ¿Es usted consciente de la importancia que tiene el nombre de Jesús?

No degradamos la posición de Jesús por no dirigirle personalmente nuestras oraciones; antes bien, Jesús recibe honra cuando oramos en su nombre. Y tal como los niños honran a sus padres siendo obedientes, nosotros honramos a Jesucristo obedeciendo sus mandamientos, especialmente el nuevo mandamiento de amarnos los unos a los otros. (Juan 5:23; 13:34.)

Oraciones aceptables

¿Desea usted ofrecer oraciones aceptables? Pues entonces diríjaselas a Jehová Dios y en el nombre de su Hijo, Jesús. Aprenda la voluntad de Dios, y que sus oraciones reflejen esa comprensión. (1 Juan 3:21, 22; 5:14.) Obtenga fortaleza de las palabras de Salmo 66:20: “Bendito sea Dios, que no ha apartado mi oración, ni su bondad amorosa de mí”.

Como hemos visto, las oraciones son una forma de adoración que le pertenece exclusivamente al Dios Todopoderoso. Al dirigirle a Jehová Dios todas nuestras oraciones, mostramos que hemos tomado a pecho las instrucciones de Jesús de orar: “Padre nuestro que estás en los cielos”. (Mateo 6:9.)

[Nota a pie de página]

a Puede que algunos oren a Jesús porque crean que él es Dios. Pero Jesús era el Hijo de Dios, y él mismo adoró a Jehová, su Padre. (Juan 20:17.) Si desea analizar con detalle este asunto, consulte el folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad?, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

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