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  • El punto de vista bíblico sobre la paz y seguridad
    La Atalaya 1991 | 1 de septiembre
    • El punto de vista bíblico sobre la paz y seguridad

      Muchas personas aceptan sin cuestionar la tendencia aparente a una mayor unidad mundial y a la paz y seguridad que pudiera producir tal unidad. Esperan que ese movimiento lleve a un mundo mejor. Pero la Biblia indica que la situación es más compleja.

      EL ASUNTO de paz y seguridad interesa especialmente a los cristianos por la razón que da el apóstol Pablo en una carta que por inspiración divina escribió a una congregación cristiana del primer siglo. Sus palabras se hallan en la Biblia, en 1 Tesalonicenses 5:3: “Cuando los hombres estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera”. Este texto bíblico plantea preguntas importantes.

      Paz y seguridad... ¿preludio a qué?

      Si usted lee el contexto de las palabras de Pablo citadas arriba, verá que los que dicen “paz y seguridad” no son cristianos que estén bien despiertos, sino personas que están dormidas respecto a lo que realmente sucede. Están en una situación peligrosa, pero no lo reconocen porque creen que están logrando mejoras. Sin embargo, Pablo dijo respecto a los cristianos: “En cuanto a los tiempos y a las sazones, hermanos, no tienen necesidad de que se les escriba nada”. (1 Tesalonicenses 5:1.) Sí, debemos conocer el horario de acontecimientos de Dios. ¿Por qué? Porque Pablo dijo que un tiempo de destrucción repentina, llamado “el día de Jehová”, viene “exactamente como ladrón en la noche”. (1 Tesalonicenses 5:2.)

      ¿Qué está implicado en la predicha habla de paz y seguridad? Está claro que debe ser más que simplemente palabras. Los hombres han estado hablando de paz casi por tanto tiempo como han estado peleando en guerras. Las palabras de Pablo deben señalar a un tiempo en que parece que las naciones alcanzan paz y seguridad de modo sobresaliente. Pero esto equivale solo a una fachada. Obviamente una supuesta paz y seguridad que lleva a destrucción repentina no es paz verdadera ni seguridad genuina.

      Jesús también mencionó esa destrucción repentina. La llamó una “gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder”. Varios siglos antes de la venida de Jesús, el profeta Daniel también habló sobre ese acontecimiento y lo describió como “un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo”. (Mateo 24:21; Daniel 12:1.)

      Llámese a ese acontecimiento una gran tribulación o un tiempo de angustia, las profecías indican que eliminará todo rastro del sistema terrestre de Satanás. En vez de significar aprobación divina, ¡la profetizada habla de paz y seguridad lleva a todo lo contrario! (Compárese con Sofonías 3:8.)

      Se revelan elementos de tiempo

      ¿Serán los sucesos recientes que parecen anunciar mayor unidad mundial y la esperanza resultante de paz y seguridad un cumplimiento de la advertencia profética de Pablo? Pues bien, como frecuentemente se ha señalado en esta revista, desde 1914 hemos sido testigos del cumplimiento de muchas profecías bíblicas relacionadas con la presencia celestial de Jesús en el poder del Reino. (Mateo, capítulos 24, 25; 2 Timoteo 3:1-5; Revelación 6:1-8.) Jesús indicó que el día de Jehová, tiempo de destrucción repentina para los inicuos, llegará mientras todavía vivan miembros de la generación que presenció el comienzo de ese período. (Lucas 21:29-33.)

      El apóstol Pablo también presentó otro elemento que se relaciona con el tiempo. Dijo: “Cuando estén diciendo: ‘Paz y seguridad’, entonces, de repente, caerá sobre ellos la calamidad”. Estas palabras de Pablo, tomadas de la versión de Serafín de Ausejo, muestran claramente que la gran tribulación ocurre “cuando estén diciendo”. Como ladrón en la noche —sin preverse— la destrucción azotará cuando menos lo espera la gente, mientras la atención de la mayoría está enfocada en la paz y seguridad que se espera. Por lo tanto, aunque por el momento no podemos decir conclusivamente que la actual situación de paz y seguridad es el cumplimiento de las palabras de Pablo —ni hasta qué punto el habla sobre paz y seguridad todavía tendrá que desarrollarse—, el hecho de que se oiga tal habla ahora a un grado sin precedente hace vigilantes a los cristianos respecto a mantenerse despiertos en todo momento.

      “Empuje” entre potencias mundiales

      Cuando el profeta Daniel habló del tiempo de angustia, también presentó otro elemento conectado con el tiempo. Mostró que el tiempo de angustia ocurriría al final de un conflicto de muchos años entre dos bloques de poder político, uno llamado “el rey del norte” y el otro llamado “el rey del sur”. (Daniel 11:5-43.) Desde el fin de la II Guerra Mundial esos bloques han sido representados por un “rey del sur” capitalista y un “rey del norte” socialista.

      Daniel predijo que la amarga rivalidad entre estos dos bloques, como se ha visto por los pasados 45 años, sería como “un empuje”, como cuando dos luchadores se esfuerzan por ganar ventaja el uno sobre el otro. Últimamente parece que el empuje ha disminuido. Por ejemplo, en mayo del año pasado el ministro de asuntos exteriores soviético declaró que la Guerra Fría había terminado. En junio la revista Time se refirió a una conferencia de alto nivel entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, y dijo: “Unos años atrás ciertos acuerdos sobre el control de armamentos y de pruebas nucleares hubieran parecido un logro sorprendente. Ahora, aunque se pongan todos juntos, no parecen gran cosa”.

      El tiempo dirá si esta aparente amistad entre las dos superpotencias es temporal o permanente. Con todo, una cosa es clara. Estamos muy adentrados en el período que Jesús mencionó. Y lo que está sucediendo en el mundo indica que estamos cerca de los sucesos que predijeron el apóstol Pablo y el profeta Daniel. Aunque algunos de los últimos desenvolvimientos políticos se deban hasta cierto grado a la influencia de las iglesias de la cristiandad, no llevarán a la paz duradera. Las pruebas indican que llevarán a todo lo contrario para las naciones de este mundo.

      [Fotografías en la página 6]

      El tiempo dirá cuánto durará la aparente amistad entre las dos superpotencias

      [Reconocimiento]

      USRR Mission to the UN

  • Una mirada a más allá de la “paz y seguridad” de hechura humana
    La Atalaya 1991 | 1 de septiembre
    • Una mirada a más allá de la “paz y seguridad” de hechura humana

      En realidad los humanos nunca podrán traer paz verdadera ni duradera. ¿Por qué no? Porque no son los verdaderos violadores de la paz, aunque comparten la culpa por su historia manchada de sangre. El verdadero violador de la paz es más poderoso que el hombre. Es nada menos que Satanás el Diablo, de quien la Biblia dice que está “extraviando a toda la tierra habitada”. (Revelación 12:9.)

      LA Biblia dice: “El mundo entero yace en el poder del inicuo [Satanás]”. (1 Juan 5:19.) Por eso, para alcanzar paz verdadera y seguridad duradera es necesario que Satanás sea eliminado junto con el sistema mundial que él ha establecido y que obviamente domina. (Compárese con Isaías 48:22; Romanos 16:20.) Humanos no pueden lograr eso.

      Entonces, ¿cómo se puede alcanzar paz y seguridad? Mediante el poder de Aquel que es infinitamente más poderoso que Satanás. El Dios Todopoderoso ha fijado un tiempo para poner fin a la actividad de Satanás entre la humanidad. Cuando llegue ese tiempo, “destrucción repentina” vendrá sobre el mundo que yace en el poder de Satanás. (1 Tesalonicenses 5:3-7.) Todas las pruebas nos llevan a la conclusión de que eso sucederá pronto.

      ¡Paz y seguridad ahora!

      Sin embargo, ¿qué hay de la actualidad? Podemos disfrutar de una medida de verdadera paz y seguridad aun hoy. ¿Cómo? No por medio de inmiscuirnos en los asuntos políticos de este mundo, como muchos líderes religiosos lo han hecho, sino al obedecer los mandatos y consejos de Dios.

      ¿Realmente produce paz hacer eso? ¡Claro que sí! Por ejemplo, los testigos de Jehová han hecho la prueba y han hallado que en verdad se puede disfrutar de paz genuina y de una medida de seguridad. El obedecer los mandatos divinos como se revelan en la Biblia les ha permitido reunirse en paz verdadera como una organización internacional, prescindiendo de su raza, nacionalidad o lenguaje. (Salmo 133:1.)

      En obediencia a la ley divina, simbólicamente ‘han batido sus espadas en rejas de arado y no aprenden más la guerra’. (Isaías 2:2-4.) Se sienten seguros en el amor de Dios y confían en que sus hermanos espirituales se interesan en ellos. (Romanos 8:28, 35-39; Filipenses 4:7.) Si usted duda que eso sea verdad, lo invitamos a visitar a los Testigos en uno de sus Salones del Reino para que usted mismo se cerciore de ello.

      Paz y seguridad mundial

      No obstante, ese no es el cumplimiento final de la promesa bíblica de verdadera paz y seguridad. ¡De ninguna manera! Es solo una muestra por anticipado de cómo sería este mundo si todos obedecieran las leyes divinas. Pero lo que esto anuncia será una realidad dentro de poco.

      El apóstol Pablo dijo: “Cuando los hombres [que no sirven a Dios] estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’ [al creer que por fin han traído paz y seguridad por su propia cuenta], entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. (1 Tesalonicenses 5:3.) Dios determinará cuándo Satanás habrá llegado al fin del tiempo que tiene para extraviar a la humanidad. Entonces se le quitará de la escena junto con el corrupto sistema mundial bajo su poder. En ese tiempo se cumplirá esta profecía de Daniel: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. (Daniel 2:44.)

      ¿Será ese un acto injusto de Dios? De ninguna manera. La destrucción repentina vendrá solo sobre los que la merecen según el juicio divino, según las normas de Dios. ¿Confía usted en que el Creador decidirá eso con justicia? ¡Ciertamente podemos dejar el asunto en sus manos con toda confianza! ¿Y qué resultado tendrá su juicio? El proverbio dice: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra”. (Proverbios 2:21, 22.) ¿Se lamentará alguien porque se elimine a los inicuos?

      Cuando se elimine a los violadores de la paz, toda la humanidad disfrutará de verdadera paz y seguridad bajo la gobernación benéfica del Reino de Dios. “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isaías 11:9.) ¿Cree usted en esa promesa bíblica? ¿Confía en que estas condiciones serán una realidad pronto? Si tiene alguna duda al respecto, lo animamos a examinar más a fondo este asunto. En realidad, la meta anhelada, la verdadera paz y seguridad, le vendrá al hombre cuando sea establecida a la manera de Dios.

      [Fotografías en la página 8]

      El pueblo de Jehová disfruta de verdadera paz y de una buena medida de seguridad hoy

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