Padres que se complacen en sus hijos
“Tu padre y tu madre se regocijarán.” (PROVERBIOS 23:25.)
1. ¿Qué hará que los padres se complazcan en sus hijos?
ES MUY gratificante ver crecer a un arbolillo hasta convertirse en un majestuoso árbol que ofrece belleza y cobijo, especialmente si uno lo ha plantado y lo ha cuidado. De igual manera, los padres que crían a sus hijos para que lleguen a ser siervos maduros de Dios, se complacen en ellos, como dice el proverbio bíblico: “El padre de un justo estará gozoso; el que llega a ser padre de un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán, y la que te dio a luz estará gozosa”. (Proverbios 23:24, 25.)
2, 3. a) ¿Cómo pueden evitar los padres el desconsuelo y la amargura? b) ¿Qué necesitan tanto los arbolillos como los hijos para ser una fuente de placer?
2 Ahora bien, los hijos no se hacen automáticamente ‘justos’ y ‘sabios’. Se necesita mucho esfuerzo para que los jóvenes no sean una fuente de “desconsuelo” y “amargura”, tal como puede ser que haya que trabajar mucho para convertir un arbolillo en un árbol majestuoso. (Proverbios 17:21, 25.) Por ejemplo, las estacas de apoyo ayudan al árbol nuevo a crecer derecho y fuerte. Es fundamental que reciba agua con regularidad, y puede que haya que protegerlo de las plagas. Finalmente, la poda lo ayuda a convertirse en un árbol hermoso.
3 La Palabra de Dios muestra que los hijos necesitan una formación piadosa, un buen suministro del agua de la verdad bíblica, protección de los abusos deshonestos y disciplina amorosa para podar las tendencias indeseables. A fin de satisfacer estas necesidades, se insta especialmente a los padres a que críen a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.) ¿Qué está implicado en ello?
Recalcar las palabras de Jehová
4. ¿Qué responsabilidad tienen los padres con relación a sus hijos, y qué se requiere para que puedan cumplir con ella?
4 La expresión “regulación mental de Jehová” significa regular nuestro modo de pensar para que se conforme a la voluntad divina. Los padres, pues, deben inculcar en la mente de sus hijos cómo ve Jehová los asuntos. Y también deben imitar el ejemplo de Dios de dar disciplina compasiva, es decir, formación correctiva. (Salmo 103:10, 11; Proverbios 3:11, 12.) Pero para que los padres puedan hacer eso, antes deben asimilar ellos mismos las palabras de Jehová, como aconsejó Moisés, el profeta de Dios, a los israelitas de tiempos antiguos: “Estas palabras [de Jehová] que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón”. (Deuteronomio 6:6.)
5. ¿Cuándo y de qué manera tenían que instruir a sus hijos los padres israelitas, y qué significa “inculcar”?
5 El estudio regular de la Biblia, la meditación y la oración capacitan a los padres para hacer lo que Moisés mandó a continuación: “Tienes que inculcarlas [las palabras de Jehová] en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes”. La palabra hebrea que se traduce “inculcar” significa “repetir”, “decir una y otra vez”, “impresionar profundamente”. Vea cómo Moisés recalca luego la necesidad de tener las palabras de Jehová en un lugar preponderante: “Tienes que atarlas como señal sobre tu mano, y estas tienen que servirles de venda frontal entre los ojos; y tienes que escribirlas sobre las jambas de las puertas de tu casa y sobre tus puertas”. Está claro que Jehová requiere que los padres den a sus hijos constante atención amorosa. (Deuteronomio 6:7-9.)
6. ¿Qué tenían que inculcar los padres en sus hijos, y qué beneficio obtendrían?
6 ¿Qué eran “estas palabras” de Jehová que los padres tenían que inculcar en sus hijos? Moisés acababa de reiterar lo que se conoce como los Diez Mandamientos, entre ellos los de no asesinar, no cometer adulterio, no robar, no dar falso testimonio y no codiciar. Tales requisitos morales, así como el mandato de “amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital”, eran lo que los padres israelitas particularmente tenían que inculcar en sus hijos. (Deuteronomio 5:6-21; 6:1-5.) ¿No concuerda en que esta es la clase de enseñanza que los hijos necesitan hoy?
7. a) ¿A qué se comparan los hijos en la Biblia? b) ¿Qué examinaremos a continuación?
7 Al padre israelita se le dijo: “Tu esposa será como vid que produce fruto en las partes más recónditas de tu casa. Tus hijos serán como plantones de olivos todo en derredor de tu mesa”. (Salmo 128:3.) Sin embargo, para que los padres se complazcan en sus “retoños” y estos no les causen desconsuelo, deben interesarse personalmente en ellos todos los días. (Proverbios 10:1; 13:24; 29:15, 17.) Examinemos cómo pueden los padres formar, regar espiritualmente, proteger y disciplinar con amor a sus hijos de tal modo que realmente se complazcan en ellos.
Formación desde la infancia
8. a) ¿Quiénes fueron como estacas correctoras para Timoteo? b) ¿Cuándo empezó su formación, y con qué resultado?
8 Considere el caso de Timoteo, quien tuvo el apoyo, por decirlo así, de dos firmes estacas correctoras: su madre y su abuela. Como el padre de Timoteo era griego y seguramente incrédulo, su madre judía, Eunice, y su abuela materna, Loida, fueron quienes formaron al niño ‘desde su infancia en los santos escritos’. (2 Timoteo 1:5; 3:15; Hechos 16:1.) Su esmero en enseñar a Timoteo desde muy pequeño las “cosas maravillosas que [Jehová] ha obrado” fue abundantemente recompensado. (Salmo 78:1, 3, 4.) Timoteo sirvió de misionero en tierras lejanas, quizá siendo aún adolescente, y desempeñó un papel importante en el fortalecimiento de las congregaciones cristianas primitivas. (Hechos 16:2-5; 1 Corintios 4:17; Filipenses 2:19-23.)
9. ¿Cómo pueden los jóvenes aprender a evitar los lazos del materialismo?
9 Padres, ¿qué clase de estacas correctoras son ustedes? Por ejemplo, ¿quieren que sus hijos vean con equilibrio los bienes materiales? Entonces deben dar el ejemplo no yendo tras los últimos aparatos u otras cosas que en realidad no son necesarias. Si optan por buscar las comodidades materiales, no se sorprendan si sus hijos los imitan. (Mateo 6:24; 1 Timoteo 6:9, 10.) En realidad, si las estacas correctoras no están rectas, ¿cómo puede crecer derecho el arbolillo?
10. ¿La guía de quién deben buscar siempre los padres, y cuál debe ser su actitud?
10 Los padres que se complacen en sus hijos buscan constantemente la ayuda divina para educarlos, teniendo siempre presente los mejores intereses espirituales de sus hijos. Una madre de cuatro hijos dijo: “Aun antes de que nacieran nuestros hijos, le pedíamos a Jehová que nos ayudara a ser buenos padres, que nos guiara mediante su Palabra y que pudiéramos ponerla en práctica en nuestra vida”. Añadió: “‘Jehová primero’ no era solo una frase hecha, sino nuestro modo de vivir”. (Jueces 13:8.)
Suministro regular de “agua”
11. ¿Qué necesitan tanto los arbolillos como los hijos para su crecimiento?
11 Los árboles nuevos necesitan particularmente un suministro constante de agua, como lo indica lo bien que crecen a la orilla de un río. (Compárese con Revelación [Apocalipsis] 22:1, 2.) Los niños también florecen espiritualmente si se les provee el agua de la verdad bíblica con regularidad. Pero los padres deben tener en cuenta su capacidad de concentración. Es posible que sean más efectivas varias sesiones de instrucción cortas, que pocas y largas. No minimice el valor de tales sesiones breves. El tiempo que pasan juntos es fundamental para crear una vinculación afectiva entre padres e hijos, una relación íntima que las Escrituras recomiendan en repetidas ocasiones. (Deuteronomio 6:6-9; 11:18-21; Proverbios 22:6.)
12. ¿De qué beneficio es orar con los hijos?
12 Una de estas sesiones con los hijos puede tenerse al final del día. Una joven recuerda: “Mis padres se sentaban a los pies de la cama cada noche y escuchaban nuestras oraciones”. Sobre el valor de esta costumbre, otra joven comenta: “De este modo adquirí el hábito de orar a Jehová todas las noches antes de acostarme”. Cuando los hijos oyen diariamente a sus padres hablar de Jehová y orarle, Dios se convierte en una persona real para ellos. Un joven dijo: “Podía cerrar los ojos en oración a Jehová y ver a una persona real, a una figura paternal. Mis padres me ayudaron a ver que Jehová debe influir en todo lo que hago y digo”.
13. ¿Qué pueden incluir las sesiones regulares de instrucción?
13 Para ayudar a los pequeños a absorber el agua de la verdad bíblica, los padres pueden incluir muchos aspectos prácticos en las sesiones regulares de instrucción. Los padres de dos hijos preadolescentes dijeron: “Empezamos a enseñar a ambos a estar sentados y guardar silencio en el Salón del Reino desde sus primeras semanas de vida”. Un padre explica lo que hacía su familia: “Preparamos tarjetas con los nombres de todos los libros de la Biblia y practicábamos a ponerlas por orden una vez cada uno. Los niños siempre esperaban ese momento”. Muchas familias incluyen un breve período de instrucción antes o después de una de las comidas. Un padre dijo: “A nosotros nos ha ido bien comentar el texto bíblico diario a la hora de la cena”.
14. a) ¿De qué actividades espiritualmente gratificantes puede hacerse partícipes a los niños? b) ¿Qué capacidad de aprendizaje tienen los niños?
14 A los pequeños también les gusta escuchar los vívidos relatos de Mi libro de historias bíblicas.a “Cuando nuestros hijos eran pequeños —comenta un matrimonio—, abarcábamos un capítulo del libro Historias bíblicas, y luego los niños se vestían de época y representaban los papeles como si fuera un minidrama. Les gustaba mucho, y a menudo querían abarcar más de una historia por estudio.” No subestime la capacidad de aprendizaje de su hijo. Algunos niños de cuatro años de edad han memorizado capítulos enteros del libro Historias bíblicas e incluso han aprendido a leer la Biblia. Una joven recuerda que cuando tenía tres años y medio, siempre pronunciaba mal la expresión “decisiones judiciales”, pero su padre la animó a seguir practicando.
15. ¿Qué asuntos pueden incluirse en las conversaciones con los niños, y qué prueba que estas conversaciones son valiosas?
15 Estas sesiones también pueden utilizarse para enseñar a los hijos a compartir con otras personas las aguas de la verdad, como por ejemplo, al comentar en las reuniones. (Hebreos 10:24, 25.) “En las sesiones de práctica tenía que comentar con mis propias palabras —recuerda una joven—. No se me permitía leer sin entender lo que leía.” Además, se puede preparar a los niños para que participen activamente en el ministerio del campo. Una mujer educada por padres temerosos de Dios recuerda: “No éramos simples acompañantes de nuestros padres en su obra. Sabíamos que nosotros también participábamos en ella, aunque solo tocáramos un timbre y dejáramos una hoja suelta. Nos preparábamos cuidadosamente antes de la predicación del fin de semana y sabíamos qué debíamos decir. Nunca nos levantábamos un sábado por la mañana preguntando si íbamos a salir al ministerio. Sabíamos que íbamos a hacerlo”.
16. ¿Por qué es importante la regularidad del estudio de familia con los hijos?
16 Es muy necesario suministrar el agua de la verdad bíblica a los niños regularmente, lo que significa que el estudio bíblico de familia semanal es imprescindible. Un padre que tiene dos hijos dice que “algo que irrita especialmente a los niños es la falta de regularidad”. (Efesios 6:4.) Añadió: “Mi esposa y yo escogimos un día y una hora para nuestro estudio de familia y mantuvimos regularmente ese horario. Al cabo de poco tiempo, los niños esperaban el estudio a esa hora”. Esta preparación desde la infancia es importante, pues, según reza el dicho, “desde chiquito se ha de criar al árbol derechito”.
17. ¿Qué tiene la misma importancia que suministrar a los niños las verdades bíblicas?
17 Es importante suministrar a los niños las verdades bíblicas, pero igualmente lo es el ejemplo de los padres. ¿Ven sus hijos que ustedes estudian, asisten con regularidad a las reuniones, participan en el ministerio del campo, sí, que se deleitan en hacer la voluntad de Jehová? (Salmo 40:8.) Es fundamental que lo vean. Es significativo lo que una hija dijo de su madre, que había aguantado la oposición de su esposo y había criado a seis hijos que llegaron a ser Testigos fieles: “Lo que más nos impresionó fue el ejemplo de nuestra madre; dijo mucho más que sus palabras”.
Protección de los hijos
18. a) ¿Cómo pueden los padres proteger a los hijos? b) ¿Qué instrucción recibieron los niños en Israel sobre los órganos reproductores?
18 Tal como los árboles nuevos necesitan a menudo que se les proteja de las plagas, en este sistema inicuo de cosas los niños necesitan protección de los “hombres inicuos”. (2 Timoteo 3:1-5, 13.) ¿Cómo pueden ofrecer los padres esta protección? Ayudándolos a adquirir sabiduría divina. (Eclesiastés 7:12.) Jehová mandó a los israelitas, entre ellos los “pequeñuelos”, que escucharan la lectura de su Ley, lo que incluía la explicación de lo que constituía conducta sexual propia e impropia. (Deuteronomio 31:12; Levítico 18:6-24.) Se mencionaban en varios pasajes los órganos de reproducción, como los “testículos” y el “órgano genital”. (Levítico 15:1-3, 16; 21:20; 22:24; Números 25:8; Deuteronomio 23:10.) Debido a la corrupción extrema del mundo de hoy, los niños necesitan saber cuál es el uso propio y el impropio de tales partes del cuerpo, que están incluidas en la creación que Dios llamó ‘muy buena’. (Génesis 1:31; 1 Corintios 12:21-24.)
19. ¿Qué instrucción apropiada necesitan los niños sobre sus partes íntimas?
19 Lo ideal es que ambos padres juntos, o en su defecto, el adulto encargado de criar al niño, le enseñen a conocer sus partes íntimas. Luego hay que explicarle que no debe permitir que nadie toque dichas partes. Como los corruptores de menores normalmente suelen tantear cómo responden los niños a las insinuaciones sutiles, se debe instruir al pequeño a resistirse con firmeza y exclamar: “¡Voy a decírselo a mis padres!”. Enseñe a los niños que siempre deben informar de cualquiera que intente tocarlos de manera que se sientan incómodos, sin importar la gravedad de las amenazas que reciban.
Discipline con amor
20. a) ¿Por qué puede compararse la disciplina a la poda? b) ¿Cuál es el efecto inicial de la disciplina, pero cuál es el resultado final?
20 Los niños se benefician de la disciplina amorosa, tal como el árbol se aprovecha de la poda. (Proverbios 1:8, 9; 4:13; 13:1.) Cuando se podan las ramas que no sirven, se favorece el crecimiento de otras. De modo que si sus hijos se concentran particularmente en los bienes materiales o son proclives a las malas compañías o el entretenimiento malsano, estas malas inclinaciones son como ramas que deben cortarse. Su eliminación ayudará a sus hijos a crecer en la dirección espiritual. Es posible que tal disciplina no parezca agradable al principio, como la poda puede suponer una conmoción para el árbol. Pero el excelente resultado de la disciplina es la reanudación del crecimiento de su hijo en la dirección que usted desea. (Hebreos 12:5-11.)
21, 22. a) ¿Qué indica que no es agradable disciplinar ni ser disciplinado? b) ¿Por qué no deben retraerse los padres de disciplinar a sus hijos?
21 Hay que reconocer que no es agradable ni disciplinar ni ser disciplinado. “Mi hijo pasaba bastante tiempo con un joven sobre el que los ancianos me habían advertido que no era una buena compañía —dijo un padre—. Hubiera tenido que actuar con más presteza, pero me dilaté. Aunque mi hijo no cometió ningún mal grave, me tomó tiempo reajustar su modo de pensar.” El hijo observó: “Cuando me separaron de mi mejor amigo, me sentí completamente abatido”. No obstante, añadió: “Fue una buena decisión, pues poco después lo expulsaron”.
22 “Las censuras de la disciplina son el camino de la vida”, dice la Palabra de Dios. De modo que sin importar lo difícil que resulte disciplinar a sus hijos, no se retenga de hacerlo. (Proverbios 6:23; 23:13; 29:17.) Con el tiempo le agradecerán su corrección. “Recuerdo que me enfadaba mucho con mis padres cuando me disciplinaban —comenta un joven—. Ahora estaría aún más enojado si mis padres me hubieran privado de aquella disciplina.”
El esfuerzo merece la pena
23. ¿Por qué merece la pena toda la atención amorosa que se invierta en los jóvenes?
23 No cabe duda, los hijos en quienes los padres y otras personas se complacen son el producto de mucha atención amorosa disponible diariamente. Sin embargo, todo el esfuerzo que se invierte en ellos, sean hijos físicos o espirituales, bien merece la pena. El anciano apóstol Juan lo mostró cuando escribió: “No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad”. (3 Juan 4.)
[Nota]
a Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
¿Recuerda usted?
◻ ¿Qué necesitan tanto los árboles nuevos como los niños para que sean dignos de elogio?
◻ ¿De qué manera pueden ser los padres como estacas correctoras?
◻ ¿Qué puede incluirse en las sesiones de instrucción de los niños, y qué se les debe enseñar a rechazar?
◻ ¿De qué manera beneficia al niño la disciplina, como la poda al árbol?
[Reconocimiento de la página 10]
Por cortesía de Green Chimney’s Farm