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El aguante es fundamental para los cristianosLa Atalaya 1993 | 15 de septiembre
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La Biblia nos insta a ‘mirar atentamente’ a Jesús y a ‘considerarlo con sumo cuidado y atención’. ¿Qué pruebas aguantó? Algunas fueron el resultado del pecado y la imperfección de otras personas. Jesús no solo aguantó el “habla contraria de pecadores”, sino también las dificultades que surgían entre sus discípulos, como sus disputas constantes sobre quién entre ellos era el mayor. Además, la fe de Jesús fue sometida a una prueba sin igual. “Aguantó un madero de tormento.” (Hebreos 12:1-3; Lucas 9:46; 22:24.) Es difícil siquiera imaginarse el sufrimiento mental y físico causado por la dolorosa muerte en un madero y la deshonra de ser ejecutado como blasfemo.a
18. ¿Qué dos cosas sostuvieron a Jesús, según indicó el apóstol Pablo?
18 ¿Qué ayudó a Jesús a aguantar hasta el fin? El apóstol Pablo menciona dos cosas que sostuvieron a Jesús: ‘ruegos y peticiones’ y, además, “el gozo que fue puesto delante de él”. Jesús, el Hijo perfecto de Dios, no se avergonzó de pedir ayuda. Oró “con fuertes clamores y lágrimas”. (Hebreos 5:7; 12:2.) En especial cuando se acercaba su prueba suprema encontró que era necesario pedir fortaleza reiterada y sinceramente. (Lucas 22:39-44.) Jehová respondió a los ruegos de Jesús, no quitándole la prueba, sino fortaleciéndolo para que la aguantara. Jesús también aguantó porque miró, más allá del madero de tormento, a su galardón, es decir, al gozo de contribuir a la santificación del nombre de Jehová y rescatar a la familia humana de la muerte. (Mateo 6:9; 20:28.)
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El aguante es fundamental para los cristianosLa Atalaya 1993 | 15 de septiembre
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A veces tenemos que aguantar con lágrimas. El dolor que Jesús sintió en el madero de tormento no era en sí razón para alegrarse. Más bien, el gozo estribaba en el galardón que se había puesto delante de él. No es realista esperar que siempre nos sentiremos alegres y eufóricos cuando pasemos por pruebas. (Compárese con Hebreos 12:11.) Sin embargo, si mantenemos la vista puesta en el galardón, tal vez podamos ‘considerarlo todo gozo’, incluso cuando afrontemos situaciones muy angustiosas. (Santiago 1:2-4; Hechos 5:41.)
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