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Seamos humildes y sometámonos a nuestros amorosos pastoresLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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Por inspiración, el apóstol Pablo escribió: “Acuérdense de los que llevan la delantera entre ustedes, los cuales les han hablado la palabra de Dios, y al contemplar detenidamente en lo que resulta la conducta de ellos, imiten su fe.
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Seamos humildes y sometámonos a nuestros amorosos pastoresLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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Notemos que Pablo nos invita a “contemplar”, o considerar con atención, los resultados de la fiel conducta de los ancianos y luego seguir su ejemplo de fe.
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Seamos humildes y sometámonos a nuestros amorosos pastoresLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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En Hebreos 13:7, 17, que ya hemos citado, el apóstol Pablo da cuatro razones para obedecer sumisamente a los superintendentes cristianos. La primera es que nos “han hablado la palabra de Dios”. Recordemos que Jesús entrega “hombres” como “dádivas” a la congregación teniendo en mira el “reajuste de los santos” (Efesios 4:11, 12). Él reajustó, o corrigió, la manera de pensar y comportarse de los cristianos del siglo primero valiéndose de pastores fieles, algunos de los cuales escribieron cartas inspiradas a las congregaciones. Mediante estos superintendentes nombrados por espíritu, guió y edificó a los primeros cristianos (1 Corintios 16:15-18; 2 Timoteo 2:2; Tito 1:5).
11 En la actualidad, Jesús nos dirige a través del “esclavo fiel y discreto”, representado por su Cuerpo Gobernante y los ancianos de la congregación (Mateo 24:45). Por consideración al “pastor principal”, Jesucristo, seguimos este consejo de Pablo: “Respeten a los que trabajan duro entre ustedes y los presiden en el Señor y los amonestan” (1 Pedro 5:4; 1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 5:17).
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