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Armagedón: ¿el fin catastrófico del mundo?La Atalaya 2005 | 1 de diciembre
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Armagedón: ¿el fin catastrófico del mundo?
¡ARMAGEDÓN! ¿Le evoca esta palabra imágenes de destrucción a gran escala o de una explosión cósmica? Pocas expresiones bíblicas se han hecho tan populares en algunos idiomas como Armagedón. Este término se ha usado ampliamente para referirse a las perspectivas tenebrosas que tiene ante sí la humanidad. El mundo del espectáculo ha llenado la imaginación del público con escenas espantosas de un “Armagedón” inminente. La palabra está envuelta en un velo de misterio y errores. Aunque abundan las ideas respecto a su significado, la mayoría de ellas no están en armonía con lo que la Biblia —la fuente de este nombre— enseña sobre el Armagedón.
Dado que las Escrituras relacionan el Armagedón con “el fin del mundo”, ¿no le parece que es importante entender bien el significado de dicho término? (Mateo 24:3, Biblia de Jerusalén.) ¿Y no sería lógico recurrir a la fuente suprema de la verdad, la Palabra de Dios, para encontrar las respuestas sobre la naturaleza del Armagedón y el efecto que tendrá en usted y su familia?
Dicho examen revelará que en vez de traer un fin catastrófico, el Armagedón marcará un feliz comienzo para las personas que desean vivir y prosperar en un justo nuevo mundo. Al analizar la información sobre el verdadero significado de Armagedón en el próximo artículo, obtendrá como recompensa un claro entendimiento de esta verdad bíblica fundamental.
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Armagedón: un feliz comienzoLa Atalaya 2005 | 1 de diciembre
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Armagedón: un feliz comienzo
LA PALABRA Armagedón proviene de la expresión hebrea “Har–Magedón”, o “Montaña de Meguidó”, y se halla en Revelación (Apocalipsis) 16:16, que dice: “Los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón”. ¿A quiénes se reúne en Armagedón, y con qué objetivo? Dos versículos antes, en Revelación 16:14, leemos que “los reyes de toda la tierra habitada” son reunidos para “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. Lógicamente, tales declaraciones hacen surgir otras preguntas intrigantes, como: ¿Dónde pelean estos “reyes”? ¿Por qué combaten, y contra quién lo hacen? ¿Emplearán armas de destrucción masiva, como creen muchos? ¿Habrá sobrevivientes? Dejemos que la Biblia responda.
¿Significa la referencia a la “Montaña de Meguidó” que la batalla de Armagedón se desarrollará en una montaña determinada de Oriente Medio? No. En primer lugar, no existe tal montaña. En el emplazamiento de la antigua Meguidó solo hay un montículo que se eleva unos 20 metros [70 pies] sobre el nivel de la llanura adyacente; además, los alrededores no podrían contener a todos “los reyes de la tierra y a sus ejércitos” (Revelación 19:19). Ahora bien, Meguidó fue el escenario de algunas de las batallas más encarnizadas y decisivas de la historia de Oriente Medio; por eso, el nombre Armagedón se usa como símbolo de un conflicto decisivo, en el que solo hay un vencedor (véase el recuadro de la página 5 “Meguidó, un símbolo apropiado”).
El Armagedón no puede ser sencillamente un conflicto entre las naciones de la Tierra, pues Revelación 16:14 dice que “los reyes de toda la tierra habitada” forman un frente unido en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. En su profecía inspirada, Jeremías anunció que “los muertos por Jehová” estarían dispersos “desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra” (Jeremías 25:33). Por lo tanto, el Armagedón no es una guerra humana que se libre en un lugar específico de Oriente Medio, sino que es la guerra de Jehová, y abarca todo el planeta.
Observe, sin embargo, que en Revelación 16:16 se llama al Armagedón un “lugar”. En la Biblia, “lugar” puede significar condición o situación; en este caso designa la situación en la que el mundo se une para oponerse a Jehová (Revelación 12:6, 14). En el Armagedón, todas las naciones de la Tierra se alían para luchar contra “los ejércitos que est[án] en el cielo” al mando del “Rey de reyes y Señor de señores”, Jesucristo (Revelación 19:14, 16).
¿Y qué hay de la afirmación de que el Armagedón será un holocausto en el que se utilizarán armas de destrucción masiva o un choque con un cuerpo celeste? ¿Permitirá un Dios amoroso que la humanidad y su hogar, la Tierra, tengan un final tan terrible? No. Él dice con claridad que no creó la Tierra “sencillamente para nada”, sino que “la formó aun para ser habitada” (Isaías 45:18; Salmo 96:10). En el Armagedón, Jehová no acabará con nuestro planeta mediante una explosión catastrófica; al contrario: “causar[á] la ruina de los que están arruinando la tierra” (Revelación 11:18).
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