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Más espacio para una familia que aumenta¡Despertad! 1989 | 22 de abril
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El Hotel Bossert El tercer edificio que incrementa considerablemente el espacio del complejo de Betel es el Hotel Bossert. Tiene doce pisos, y está situado en la calle Montague, a menos de cinco minutos a pie desde el Standish. Cuando se inauguró, en el año 1909, tenía 200 habitaciones, y se ganó la reputación de ser el mejor hotel de Brooklyn. Su arquitectura era principalmente de estilo renacentista italiano del siglo XV.
En 1914 se le añadieron otras 175 habitaciones, y dos años más tarde se construyó en la azotea un restaurante cuya decoración recordaba la cubierta de paseo de un yate. “En toda la ciudad no había otro lugar tan pintoresco —comentó en 1949 el Brooklyn Daily Eagle—. Al Marine Roof acudían importantes figuras de la vida pública y del mundo del teatro y los deportes.” Los comensales, así como los que se alojaban en los últimos pisos, disfrutaban de una amplia panorámica del puerto de Nueva York, Governor’s Island, la estatua de la Libertad, la orilla de New Jersey y el extremo sur de Manhattan.
Pero poco a poco, los años y el abandono redujeron aquel espléndido hotel a una triste condición. En 1983, la compañía Cohi Towers Associates lo compró, y se comenzó un enorme proyecto de reformas. Posteriormente, en 1988, la Sociedad Watchtower compró el Bossert. Actualmente acomoda a unos 270 miembros de la familia, y todavía viven en él unos 40 antiguos inquilinos.
Como parte de las reformas, se cambiaron todas las puertas y ventanas, la instalación de fontanería y el sistema eléctrico y de calefacción. También se instaló un nuevo montacargas y ahora se están renovando dos de los tres ascensores originales. Los salones de baile fueron convertidos en tres espaciosos comedores, y la cocina del sótano se derribó por completo, se volvió a construir y se ha acondicionado con equipo moderno. Las habitaciones del hotel se renovaron. La recepción también ha sido reformada, pero conservando el singular estilo que tenía originalmente, lo que hizo necesario reparar, mediante un trabajo de artesanía que casi se ha perdido, las columnas de mármol de imitación que estaban deterioradas.
Se limpió todo el exterior del edificio, se reparó la parte de albañilería y se reconstruyeron las grandes porciones de mampostería ornamental. En esta obra de limpiar, reparar y restaurar participaron centenares de trabajadores voluntarios de todas partes de Estados Unidos, quienes donaron su tiempo y talentos durante períodos de una semana o más. Estas 39 mujeres jóvenes, todas ellas Testigos, que se ven aquí sobre el tejado del Bossert, trabajaron durante meses subidas a andamios reparando la mampostería de la fachada del hotel.
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En la página siguiente: el Hotel Bossert y su recepción
[Fotografías en la página 26]
Trabajadoras voluntarias que repararon la mampostería de la fachada del Hotel Bossert
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