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¿Es creíble el “Antiguo Testamento”?La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
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¿Hay alguna manera de someter a prueba la alta crítica para ver si sus teorías son correctas o no? The Jewish Encyclopedia pasó a decir: “Los puntos de vista de Wellhausen se basan casi exclusivamente en análisis literal, y tendrán que ser complementados por un examen desde el punto de vista de la arqueología institucional”. A medida que pasaron los años, ¿tendió la arqueología a confirmar las teorías de Wellhausen? The New Encyclopædia Britannica contesta: “La crítica arqueológica ha tendido a comprobar que los detalles históricos típicos de hasta los períodos más antiguos [de la historia bíblica] son confiables, y a desestimar la teoría de que los relatos del Pentateuco [los registros históricos de los primeros libros de la Biblia] son simplemente el reflejo de un período muy posterior”.
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¿Es creíble el “Antiguo Testamento”?La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
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¿Tiene apoyo arqueológico la Biblia?
15, 16. ¿Cómo ha confirmado la arqueología la existencia de un gobernante antiguo mencionado en la Biblia?
15 Como campo de estudio la arqueología tiene un fundamento mucho más sólido que el de la alta crítica. De muchas maneras los arqueólogos que excavan entre los vestigios de civilizaciones pasadas han aumentado nuestro entendimiento de cómo era la vida en tiempos antiguos. Por eso no sorprende que muchas veces el registro arqueológico armonice con lo que leemos en la Biblia. A veces la arqueología hasta ha mostrado que la Biblia tiene razón y sus críticos no.
16 Por ejemplo, según el libro de Daniel, el último gobernante de Babilonia antes de su caída en manos de los persas se llamó Belsasar. (Daniel 5:1-30.) Puesto que fuera de la Biblia no había ninguna mención de Belsasar, se levantó la acusación de que la Biblia estaba equivocada y que aquel hombre nunca había existido. Pero durante el siglo XIX se descubrieron en unas ruinas del sur de Irak varios cilindros pequeños con inscripciones en grafía cuneiforme. Se halló que contenían una oración por la salud del hijo mayor de Nabonido, el rey de Babilonia. ¿Cómo se llamaba este hijo? Belsasar.
17. ¿Cómo se explica que la Biblia llame rey a Belsasar, cuando la mayoría de las inscripciones lo llaman príncipe?
17 ¡Así que había existido un Belsasar! Pero ¿era rey cuando Babilonia cayó? La mayoría de los documentos que se hallaron más tarde lo llamaban el hijo del rey, el príncipe heredero. Pero un documento cuneiforme descrito como el “Relato en versículos de Nabonido” arrojó más luz sobre la verdadera posición que ocupaba Belsasar. Informó: “Él [Nabonido] confió el ‘Campamento’ a su (hijo) mayor, el primogénito, ordenó que estuvieran bajo su (mando) las tropas de todas partes del país. Lo cedió (todo), confió el reinado a él”8. De modo que a Belsasar se le encargó el reinado. ¡Para todos los fines, eso de seguro lo hacía reyd! Esta relación entre Belsasar y su padre, Nabonido, explica por qué, durante aquel último banquete en Babilonia, Belsasar dijo que haría a Daniel el tercer gobernante del reino. (Daniel 5:16.) Puesto que Nabonido era el primer gobernante, Belsasar mismo era solo el segundo gobernante de Babilonia.
Otras pruebas en apoyo
18. ¿Qué información arqueológica confirma la paz y prosperidad que fue resultado del reinado de David?
18 Sí, muchos descubrimientos arqueológicos han demostrado la exactitud histórica de la Biblia. Por ejemplo, la Biblia informa que después que el rey Salomón hubo recibido de David su padre el reinado, Israel disfrutó de gran prosperidad. Leemos: “Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, y comían y bebían y se regocijaban”. (1 Reyes 4:20.) En apoyo de esta declaración, leemos: “La evidencia arqueológica revela que hubo una explosión demográfica en Judá durante el siglo X a. de J.C. y después, cuando la paz y prosperidad que trajo David hizo posible la edificación de muchos pueblos nuevos”10.
19. ¿Qué información adicional da la arqueología sobre el guerrear entre Israel y Moab?
19 Algún tiempo después, de una sola nación se desarrollaron dos —Israel y Judá—, e Israel conquistó el vecino país de Moab. En la ocasión de una rebelión de Moab bajo el rey Mesá, Israel formó una alianza con Judá y el vecino reino de Edom para guerrear contra Moab. (2 Reyes 3:4-27.) Un hecho extraordinario es que en 1868, en Jordania, se descubrió una estela (una losa con inscripciones) que contenía en lenguaje moabita el propio relato de Mesá sobre aquel conflicto.
20. ¿Qué nos dice la arqueología sobre la destrucción de Israel por los asirios?
20 Después, en 740 a.E.C., Dios permitió que el rebelde reino norteño, Israel, fuera destruido por los asirios. (2 Reyes 17:6-18.) Sobre el relato bíblico de este suceso la arqueóloga Kathleen Kenyon dice: “Pudiera sospecharse que parte de esto es hipérbole”. Pero ¿es así? Ella añade: “La evidencia arqueológica de la caída del reino de Israel es casi más gráfica que la del registro bíblico. [...] El arrasamiento completo de los pueblos israelitas de Samaria y Hazor y la acompañante destrucción de Meguidó es la prueba arqueológica real de que el escritor [bíblico] no exageró”11.
21. ¿Qué detalles da la arqueología sobre la caída de Judá en poder de los babilonios?
21 La Biblia nos dice que, más tarde todavía, los babilonios sitiaron Jerusalén, donde reinaba Joaquín, y la derrotaron. Hay un relato de este suceso en la Crónica de Babilonia, una tablilla con escritura cuneiforme descubierta por los arqueólogos. En esa crónica leemos: “El rey de Akkad [Babilonia] [...] puso sitio a la ciudad de Judá (iahudu) y el rey tomó la ciudad el segundo día del mes de Addaru”12. Joaquín fue llevado a Babilonia y puesto en prisión. Pero la Biblia indica que algún tiempo después lo pusieron en libertad y recibió una porción designada de alimento. (2 Reyes 24:8-15; 25:27-30.) Hasta esto tiene el apoyo de documentos administrativos hallados en Babilonia, que indican las raciones que se dieron a “Yaukín, rey de Judá”13.
22, 23. En general, ¿qué relación hay entre la arqueología y los relatos históricos de la Biblia?
22 Respecto a la relación entre la arqueología y los relatos históricos de la Biblia, el profesor David Noel Freedman observó: “Sin embargo, en general la arqueología ha tendido a apoyar la validez histórica de la narración bíblica. El amplio esquema cronológico desde los patriarcas hasta los tiempos del N[uevo] T[estamento] está en correlación con los datos arqueológicos. [...] Descubrimientos futuros probablemente sostengan la actual postura moderada de que la tradición bíblica tiene raíces históricas y ha sido transmitida fielmente, aunque no sea historia en el sentido crítico o científico”.
23 Entonces, respecto a los esfuerzos de los representantes de la alta crítica por restar crédito a la Biblia, dice: “Las reconstrucciones de la historia bíblica que han intentado efectuar eruditos modernos —por ejemplo, el punto de vista de Wellhausen de que la edad patriarcal era un reflejo de la monarquía dividida; o el rechazamiento de la historicidad de Moisés y del éxodo y la consiguiente reorganización de la historia israelita por Noth y sus seguidores— no han sobrevivido a los hechos arqueológicos con tan buen éxito como la narración bíblica”14.
La caída de Jericó
24. ¿Qué información nos da la Biblia sobre la caída de Jericó?
24 ¿Significa esto que la arqueología concuerda con la Biblia en todo caso? No; hay desacuerdos. Uno de ellos es el de la dramática conquista de Jericó que describimos al principio de este capítulo. Según la Biblia, Jericó fue la primera ciudad que Josué conquistó cuando introdujo a los israelitas en la tierra de Canaán. La cronología bíblica indica que la ciudad cayó en la primera mitad del siglo XV a.E.C. Después de la conquista, Jericó fue quemada completamente y luego quedó deshabitada por centenares de años. (Josué 6:1-26; 1 Reyes 16:34.)
25, 26. ¿A qué dos conclusiones diferentes han llegado los arqueólogos como resultado de excavaciones en Jericó?
25 Antes de la II Guerra Mundial, el profesor John Garstang excavó donde se creía que había estado Jericó. Descubrió que la ciudad de aquel lugar era muy antigua y que había sido destruida y reedificada muchas veces. Garstang halló que durante una de aquellas destrucciones los muros habían caído como por un terremoto, y la ciudad había sido quemada completamente. Garstang supuso que esto había ocurrido alrededor de 1400 a.E.C., una fecha que no dista mucho de la fecha bíblica para la destrucción de Jericó por Josué15.
26 Después de la guerra, la arqueóloga Kathleen Kenyon hizo otras excavaciones en Jericó. Llegó a la conclusión de que los muros desplomados que Garstang había identificado eran centenares de años más antiguos de lo que él creía. Sí identificó una destrucción grande de Jericó en el siglo XVI a.E.C., pero dijo que no había ninguna ciudad en la ubicación de Jericó durante el siglo XV... cuando la Biblia dice que Josué había invadido el país. Pasó a informar posibles indicaciones de otra destrucción que pudiera haber sucedido en aquel lugar en 1325 a.E.C. y propuso: “Si la destrucción de Jericó se ha de relacionar con una invasión bajo Josué, la fecha que la arqueología propone es esta [última]”16.
27. ¿Por qué no deberían perturbarnos indebidamente las discrepancias entre la arqueología y la Biblia?
27 ¿Significa esto que la Biblia esté equivocada? De ninguna manera. Tenemos que recordar que aunque la arqueología abre ante nosotros una ventana al pasado, el cristal de esa ventana no siempre permite ver con claridad. A veces es indudablemente opaco. Como señaló un comentador: “Desafortunadamente, la prueba arqueológica es fragmentaria, y por lo tanto limitada”17. Esto es especialmente cierto de los primeros períodos de la historia israelita, pues la prueba arqueológica de esos tiempos no es clara. De hecho, la prueba es hasta menos clara en Jericó, ya que ese lugar ha sido muy afectado por la erosión.
Las limitaciones de la arqueología
28, 29. ¿Qué limitaciones de la arqueología han reconocido los eruditos?
28 Los arqueólogos mismos reconocen que su ciencia tiene limitaciones. Por ejemplo, Yohanan Aharoni explica: “En lo que se refiere a interpretación histórica o histórico-geográfica, el arqueólogo sale del ámbito de las ciencias exactas y tiene que confiar en apreciaciones e hipótesis para llegar a un cuadro histórico amplio”18. En cuanto a las fechas asignadas a diversos descubrimientos, añade: “Siempre debemos recordar, por lo tanto, que no todas las fechas son absolutas, y que son sospechosas en diversos grados”, aunque cree que los arqueólogos de hoy día pueden confiar más en las fechas que asignan que los arqueólogos del pasado19.
29 The World of the Old Testament (El mundo del Antiguo Testamento) hace la pregunta: “¿Cuán objetivo o verdaderamente científico es el método arqueológico?”. Contesta: “Los arqueólogos son más objetivos cuando desentierran los hechos que cuando los interpretan. Pero sus presuposiciones humanas afectan también los métodos que usan al excavar. No pueden evitar la destrucción de sus pruebas mientras excavan en las capas de la tierra, y por eso nunca pueden someter a prueba su ‘experimento’ repitiéndolo. Esto hace que la arqueología sea singular entre las ciencias. Además, hace que el informar sobre asuntos arqueológicos exija mucho cuidado y esté lleno de escollos”20.
30. ¿Cómo consideran la arqueología los estudiantes de la Biblia?
30 Se ve, pues, que la arqueología puede ser muy útil, pero que también es falible, como cualquier esfuerzo humano. Aunque consideramos con interés las teorías arqueológicas, nunca debemos verlas como verdad indiscutible. Si los arqueólogos interpretan sus hallazgos de modo que parezcan contradecir la Biblia, no se debe suponer automáticamente que la Biblia esté equivocada y que los arqueólogos tengan razón. Se ha sabido que las interpretaciones arqueológicas han cambiado.
31. ¿Qué nueva idea se ha presentado recientemente sobre la caída de Jericó?
31 Es interesante que en 1981 el profesor John J. Bimson reexaminó la destrucción de Jericó. Estudió cuidadosamente la destrucción por fuego de Jericó que, según Kathleen Kenyon, ocurrió a mediados del siglo XVI a.E.C. Según él, aquella destrucción no solo armonizaba con el relato bíblico de Josué sobre la destrucción de la ciudad; el cuadro arqueológico de Canaán en conjunto también encajaba perfectamente con la descripción bíblica de Canaán cuando los israelitas la invadieron. Por consiguiente, sugiere que la fecha arqueológica que se ha dado está equivocada, y propone que dicha destrucción realmente tuvo lugar a mediados del siglo XV a.E.C., durante la vida de Josué21.
La Biblia es historia genuina
32. ¿Qué tendencia se ha observado entre algunos eruditos?
32 Esto ilustra que muchas veces los arqueólogos difieren entre sí. Por eso, no sorprende que algunos no concuerden con la Biblia, pero otros sí. No obstante, entre los eruditos crece el respeto a la historicidad de la Biblia en general, si es que no en todo detalle. William Foxwell Albright representó la opinión de un grupo cuando escribió: “Generalmente se ha regresado a un aprecio de la exactitud de la historia religiosa de Israel, tanto en general como respecto a detalles de los hechos. [...] En resumen, de nuevo podemos ver que desde el principio hasta el fin la Biblia es un documento auténtico de historia religiosa”22.
33, 34. ¿Cómo dan prueba de ser históricamente exactas las Escrituras Hebreas mismas?
33 En realidad la Biblia muestra en sí misma que es historia exacta. Los sucesos se enlazan con tiempos y fechas específicos, a diferencia de los sucesos de la mayoría de los mitos y leyendas antiguos. Muchos sucesos bíblicos tienen el apoyo de inscripciones que datan de los tiempos correspondientes. Cuando hay una diferencia entre la Biblia y alguna inscripción antigua, la discrepancia frecuentemente se puede atribuir a la aversión de los gobernantes de la antigüedad a llevar registro de sus propias derrotas, y a su deseo de exagerar sus éxitos.
34 En efecto, muchas de aquellas inscripciones antiguas tienen menos de historia que de propaganda oficial. En contraste, los escritores de la Biblia despliegan una franqueza excepcional. Se revela a personas prominentes de la antigüedad —como a Moisés y Aarón— con todas sus debilidades y virtudes. Hasta las flaquezas del gran rey David se revelan honradamente. Las faltas de la nación en conjunto se exponen vez tras vez. La franqueza que así se manifiesta sostiene la veracidad y fiabilidad de las Escrituras Hebreas y da peso a estas palabras de Jesús al orar a Dios: “Tu palabra es la verdad”. (Juan 17:17.)
35. ¿Qué no han logrado los pensadores racionalistas, y dónde buscan los estudiantes de la Biblia prueba de la inspiración de la Biblia?
35 Albright pasó a decir: “De todos modos, por su contenido la Biblia se eleva por encima de toda literatura religiosa anterior; y del mismo impresionante modo se eleva sobre toda literatura posterior por la sencillez directa de su mensaje y la universalidad de su atractivo para hombres de todos los países y épocas”23. Es este ‘mensaje elevado’, más bien que el testimonio de eruditos, lo que demuestra la inspiración de la Biblia, como veremos en capítulos posteriores.
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¿Es creíble el “Antiguo Testamento”?La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
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[Recuadro de la página 44]
El valor de la arqueología
“La arqueología provee una muestra de instrumentos y vasijas, muros y edificios, armas y adornos de la antigüedad. La mayoría de estos pueden disponerse cronológicamente e identificarse de modo seguro con términos y contextos apropiados de la Biblia. En este sentido la Biblia ha conservado con exactitud por escrito su ambiente antiguo. Los detalles de las historias bíblicas no son fantasías de la imaginación de un escritor, sino reflejos auténticos del mundo donde se desarrollaron los sucesos que se relatan, tanto los seglares como los milagrosos.”—The Archaeological Encyclopedia of the Holy Land.
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