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    La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
    • Capítulo 4

      ¿Es creíble el “Antiguo Testamento”?

      En este capítulo y otros próximos consideraremos acusaciones que dirigen contra la Biblia críticos modernos. Algunos afirman que la Biblia se contradice y es “anticientífica”, y eso lo consideraremos más adelante. Pero, primero, considere la acusación común de que la Biblia es solo una colección de mitos y leyendas. ¿Tienen base sólida para tal crítica los adversarios de la Biblia? Para empezar, examinemos las Escrituras Hebreas, el llamado Antiguo Testamento.

      1, 2. ¿Qué sucedió durante el sitio de Jericó, y qué preguntas relacionadas surgen?

      UNA ciudad antigua está bajo sitio. Los que la sitian han cruzado como un enjambre el río Jordán y ahora acampan enfrente de los altos muros de la ciudad. Pero ¡qué extrañas tácticas de combate! Durante los últimos seis días, cada día el ejército invasor ha marchado alrededor de la ciudad en silencio, excepto por unos sacerdotes acompañantes que tocan unos cuernos. Ahora, en el séptimo día, el ejército marcha siete veces, en silencio, alrededor de la ciudad. De repente los sacerdotes tocan los cuernos con todas sus fuerzas. El ejército rompe su silencio con un vigoroso grito de guerra, y los elevados muros de la ciudad se desploman, levantando una nube de polvo; la ciudad queda indefensa. (Josué 6:1-21.)

      2 Así describe el libro de Josué, el sexto libro de las Escrituras Hebreas, la caída de Jericó que tuvo lugar hace casi 3.500 años. Pero ¿realmente sucedió eso? Muchos representantes de la alta crítica responderían, muy seguros de sí mismos, que noa. Ellos afirman que el libro de Josué —lo mismo que los cinco libros anteriores de la Biblia— se compone de leyendas que fueron escritas muchos siglos después del tiempo en que supuestamente tuvieron lugar los sucesos. Muchos arqueólogos también contestarían que no. Según ellos, pudiera ser que Jericó ni siquiera existiera cuando los israelitas entraron en la tierra de Canaán.

      3. ¿Por qué es importante considerar si la Biblia contiene historia verdadera o no?

      3 Esas son acusaciones graves. A medida que uno lee la Biblia, nota que sus enseñanzas están enlazadas sólidamente con la historia. Los mandatos de Dios se dan a un pueblo histórico, y él trata con hombres, mujeres, familias y naciones de la vida real. Los eruditos modernos que ponen en duda la historicidad de la Biblia ponen en duda también la importancia y la veracidad de su mensaje. Si la Biblia es realmente la Palabra de Dios, entonces la historia que contiene debe ser digna de confianza y no tener simplemente leyendas y mitos. ¿Tienen dichos críticos razones para desafiar la veracidad histórica de la Biblia?

      La alta crítica... ¿cuán confiable?

      4-6. ¿Cuáles son algunas teorías de alta crítica de Wellhausen?

      4 La alta crítica de la Biblia empezó con ahínco durante los siglos XVIII y XIX. En la mitad posterior del siglo XIX el crítico alemán de la Biblia llamado Julius Wellhausen popularizó la teoría de que los primeros seis libros de la Biblia, entre ellos Josué, se habían escrito en el siglo V a.E.C.... unos mil años después de los sucesos descritos en ellos. No obstante, admitió que parte de su contenido se había escrito antes⁠1. Esta teoría se imprimió en la undécima edición de la Encyclopædia Britannica, publicada en 1911, que explicó: “Génesis es una obra de un tiempo posterior al exilio, compuesta de una fuente sacerdotal de ese tiempo (P) y fuentes anteriores no sacerdotales que difieren notablemente de P en lenguaje, estilo y punto de vista religioso”.

      5 De toda la historia registrada en la parte inicial de las Escrituras Hebreas, Wellhausen y sus seguidores decían que “no [era] historia literal, sino tradiciones populares del pasado”⁠2. Para ellos, los primeros relatos eran solo un reflejo de la historia posterior de Israel. Por ejemplo, decían que en realidad no hubo enemistad entre Jacob y Esaú, sino que aquello reflejó la enemistad que en tiempos posteriores hubo entre las naciones de Israel y Edom.

      6 Así pues, aquellos críticos creían que a Moisés nunca se le mandó hacer el arca del pacto, y en su opinión nunca había existido el tabernáculo, que fue el centro de la adoración israelita en el desierto. También creían que la autoridad del sacerdocio aarónico se estableció de lleno unos cuantos años antes de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, lo que los críticos creían que había ocurrido a principios del siglo VI a.E.C.⁠3.

      7, 8. ¿Qué “pruebas” tenía Wellhausen para apoyar sus teorías? ¿Estaban bien fundadas?

      7 ¿Qué “prueba” tenían para esas ideas? Los de la alta crítica alegan que pueden dividir el texto de los primeros libros de la Biblia en unos cuantos documentos diferentes. Uno de sus principios básicos es suponer que, por lo general, cualquier versículo bíblico que usa la palabra hebrea para Dios (’Elo·hím) por sí sola provino de un escritor en particular, mientras que cualquier versículo que se refiera a Dios por su nombre, Jehová, tuvo que haberlo escrito otro... como si un solo escritor no pudiera haber usado ambos términos⁠4.

      8 El que un acontecimiento se haya registrado más de una vez en un libro se toma también como prueba de que hubo más de un escritor implicado, aunque en la literatura semítica antigua hay ejemplos semejantes de repetición. Además, se supone que cualquier cambio de estilo significa un cambio de escritor. Sin embargo, hasta los escritores de hoy día suelen emplear estilos diferentes en diversas etapas de sus carreras, o cuando tratan materia diferenteb.

      9-11. ¿Qué puntos débiles descuellan en la alta crítica moderna?

      9 ¿Hay prueba verdadera para esas teorías? De ninguna manera. Cierto comentarista señaló: “La crítica, hasta en su mejor expresión, es especulativa e implica tanteo, algo siempre susceptible a modificación o a ser refutado y reemplazado por otra idea. Es un ejercicio intelectual, sujeto a todas las dudas y suposiciones que son parte inseparable de tales ejercicios”⁠5. Especialmente es “especulativa e implica tanteo”, en sumo grado, la alta crítica de la Biblia.

      10 Gleason L. Archer, hijo, muestra otro fallo en el razonamiento de la alta crítica. Dice que la dificultad está en que “la escuela de Wellhausen empezó con la suposición pura (que difícilmente se han molestado en demostrar) de que la religión de Israel era solo de origen humano como cualquier otra, y que tenía que ser explicada como un simple producto de la evolución”⁠6. En otras palabras, Wellhausen y sus seguidores comenzaron por suponer que la Biblia era solo palabra del hombre, y en eso basaron sus razonamientos.

      11 Allá en 1909 la obra de consulta judía The Jewish Encyclopedia señaló otros dos puntos débiles de la teoría de Wellhausen: “Los argumentos por los cuales Wellhausen casi se ha ganado por completo a todo el cuerpo de críticos contemporáneos de la Biblia se fundan en dos suposiciones: en primer lugar, que el ritual se complica a medida que la religión se desarrolla; en segundo lugar, que las fuentes más antiguas necesariamente tratan las etapas más primitivas del desarrollo ritual. La primera suposición va contra la prueba procedente de culturas primitivas, y la última no tiene apoyo de la prueba que viene de códigos rituales como los de la India”.

      12. ¿En qué situación queda la alta crítica moderna a la luz de la arqueología?

      12 ¿Hay alguna manera de someter a prueba la alta crítica para ver si sus teorías son correctas o no? The Jewish Encyclopedia pasó a decir: “Los puntos de vista de Wellhausen se basan casi exclusivamente en análisis literal, y tendrán que ser complementados por un examen desde el punto de vista de la arqueología institucional”. A medida que pasaron los años, ¿tendió la arqueología a confirmar las teorías de Wellhausen? The New Encyclopædia Britannica contesta: “La crítica arqueológica ha tendido a comprobar que los detalles históricos típicos de hasta los períodos más antiguos [de la historia bíblica] son confiables, y a desestimar la teoría de que los relatos del Pentateuco [los registros históricos de los primeros libros de la Biblia] son simplemente el reflejo de un período muy posterior”.

      13, 14. ¿Por qué se acepta todavía extensamente la alta crítica de Wellhausen, a pesar de la debilidad de sus fundamentos?

      13 En vista del débil apoyo con que cuenta la alta crítica, ¿por qué es tan popular entre los intelectuales de hoy? Porque les dice lo que quieren oír. Cierto erudito del siglo XIX explicó: “Personalmente acogí mejor este libro de Wellhausen que casi todos los demás; pues me pareció que al fin el problema apremiante de la historia del Antiguo Testamento se había resuelto en conformidad con el principio de la evolución humana, que me veo obligado a aplicar a la historia de toda religión”⁠7. Está claro que la alta crítica concordaba con sus prejuicios de evolucionista. Y en realidad ambas teorías tienen un propósito similar. Tal como si se acepta la evolución no hay que creer en la existencia de un Creador, así el aceptar la alta crítica de Wellhausen significa no tener que creer que la Biblia fue inspirada por Dios.

      14 En este siglo XX de tendencia racionalista, el suponer que la Biblia no es palabra de Dios, sino del hombre, les parece plausible a los intelectualesc. A ellos se les hace mucho más fácil creer que las profecías se escribieron después del tiempo de su cumplimiento que aceptarlas como genuinas. Prefieren explicar como mitos, leyendas o cuentos populares los relatos bíblicos de milagros, más bien que considerar la posibilidad de que realmente sucedieran. Pero ese punto de vista manifiesta prejuicio y no da razón sólida para rechazar la veracidad de la Biblia. La alta crítica tiene fallos serios, y su ataque contra la Biblia no ha podido demostrar que la Biblia no sea la Palabra de Dios.

      ¿Tiene apoyo arqueológico la Biblia?

      15, 16. ¿Cómo ha confirmado la arqueología la existencia de un gobernante antiguo mencionado en la Biblia?

      15 Como campo de estudio la arqueología tiene un fundamento mucho más sólido que el de la alta crítica. De muchas maneras los arqueólogos que excavan entre los vestigios de civilizaciones pasadas han aumentado nuestro entendimiento de cómo era la vida en tiempos antiguos. Por eso no sorprende que muchas veces el registro arqueológico armonice con lo que leemos en la Biblia. A veces la arqueología hasta ha mostrado que la Biblia tiene razón y sus críticos no.

      16 Por ejemplo, según el libro de Daniel, el último gobernante de Babilonia antes de su caída en manos de los persas se llamó Belsasar. (Daniel 5:1-30.) Puesto que fuera de la Biblia no había ninguna mención de Belsasar, se levantó la acusación de que la Biblia estaba equivocada y que aquel hombre nunca había existido. Pero durante el siglo XIX se descubrieron en unas ruinas del sur de Irak varios cilindros pequeños con inscripciones en grafía cuneiforme. Se halló que contenían una oración por la salud del hijo mayor de Nabonido, el rey de Babilonia. ¿Cómo se llamaba este hijo? Belsasar.

      17. ¿Cómo se explica que la Biblia llame rey a Belsasar, cuando la mayoría de las inscripciones lo llaman príncipe?

      17 ¡Así que había existido un Belsasar! Pero ¿era rey cuando Babilonia cayó? La mayoría de los documentos que se hallaron más tarde lo llamaban el hijo del rey, el príncipe heredero. Pero un documento cuneiforme descrito como el “Relato en versículos de Nabonido” arrojó más luz sobre la verdadera posición que ocupaba Belsasar. Informó: “Él [Nabonido] confió el ‘Campamento’ a su (hijo) mayor, el primogénito, ordenó que estuvieran bajo su (mando) las tropas de todas partes del país. Lo cedió (todo), confió el reinado a él”⁠8. De modo que a Belsasar se le encargó el reinado. ¡Para todos los fines, eso de seguro lo hacía reyd! Esta relación entre Belsasar y su padre, Nabonido, explica por qué, durante aquel último banquete en Babilonia, Belsasar dijo que haría a Daniel el tercer gobernante del reino. (Daniel 5:16.) Puesto que Nabonido era el primer gobernante, Belsasar mismo era solo el segundo gobernante de Babilonia.

      Otras pruebas en apoyo

      18. ¿Qué información arqueológica confirma la paz y prosperidad que fue resultado del reinado de David?

      18 Sí, muchos descubrimientos arqueológicos han demostrado la exactitud histórica de la Biblia. Por ejemplo, la Biblia informa que después que el rey Salomón hubo recibido de David su padre el reinado, Israel disfrutó de gran prosperidad. Leemos: “Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, y comían y bebían y se regocijaban”. (1 Reyes 4:20.) En apoyo de esta declaración, leemos: “La evidencia arqueológica revela que hubo una explosión demográfica en Judá durante el siglo X a. de J.C. y después, cuando la paz y prosperidad que trajo David hizo posible la edificación de muchos pueblos nuevos”⁠10.

      19. ¿Qué información adicional da la arqueología sobre el guerrear entre Israel y Moab?

      19 Algún tiempo después, de una sola nación se desarrollaron dos —Israel y Judá—, e Israel conquistó el vecino país de Moab. En la ocasión de una rebelión de Moab bajo el rey Mesá, Israel formó una alianza con Judá y el vecino reino de Edom para guerrear contra Moab. (2 Reyes 3:4-27.) Un hecho extraordinario es que en 1868, en Jordania, se descubrió una estela (una losa con inscripciones) que contenía en lenguaje moabita el propio relato de Mesá sobre aquel conflicto.

      20. ¿Qué nos dice la arqueología sobre la destrucción de Israel por los asirios?

      20 Después, en 740 a.E.C., Dios permitió que el rebelde reino norteño, Israel, fuera destruido por los asirios. (2 Reyes 17:6-18.) Sobre el relato bíblico de este suceso la arqueóloga Kathleen Kenyon dice: “Pudiera sospecharse que parte de esto es hipérbole”. Pero ¿es así? Ella añade: “La evidencia arqueológica de la caída del reino de Israel es casi más gráfica que la del registro bíblico. [...] El arrasamiento completo de los pueblos israelitas de Samaria y Hazor y la acompañante destrucción de Meguidó es la prueba arqueológica real de que el escritor [bíblico] no exageró”⁠11.

      21. ¿Qué detalles da la arqueología sobre la caída de Judá en poder de los babilonios?

      21 La Biblia nos dice que, más tarde todavía, los babilonios sitiaron Jerusalén, donde reinaba Joaquín, y la derrotaron. Hay un relato de este suceso en la Crónica de Babilonia, una tablilla con escritura cuneiforme descubierta por los arqueólogos. En esa crónica leemos: “El rey de Akkad [Babilonia] [...] puso sitio a la ciudad de Judá (iahudu) y el rey tomó la ciudad el segundo día del mes de Addaru”⁠12. Joaquín fue llevado a Babilonia y puesto en prisión. Pero la Biblia indica que algún tiempo después lo pusieron en libertad y recibió una porción designada de alimento. (2 Reyes 24:8-15; 25:27-30.) Hasta esto tiene el apoyo de documentos administrativos hallados en Babilonia, que indican las raciones que se dieron a “Yaukín, rey de Judá”⁠13.

      22, 23. En general, ¿qué relación hay entre la arqueología y los relatos históricos de la Biblia?

      22 Respecto a la relación entre la arqueología y los relatos históricos de la Biblia, el profesor David Noel Freedman observó: “Sin embargo, en general la arqueología ha tendido a apoyar la validez histórica de la narración bíblica. El amplio esquema cronológico desde los patriarcas hasta los tiempos del N[uevo] T[estamento] está en correlación con los datos arqueológicos. [...] Descubrimientos futuros probablemente sostengan la actual postura moderada de que la tradición bíblica tiene raíces históricas y ha sido transmitida fielmente, aunque no sea historia en el sentido crítico o científico”.

      23 Entonces, respecto a los esfuerzos de los representantes de la alta crítica por restar crédito a la Biblia, dice: “Las reconstrucciones de la historia bíblica que han intentado efectuar eruditos modernos —por ejemplo, el punto de vista de Wellhausen de que la edad patriarcal era un reflejo de la monarquía dividida; o el rechazamiento de la historicidad de Moisés y del éxodo y la consiguiente reorganización de la historia israelita por Noth y sus seguidores— no han sobrevivido a los hechos arqueológicos con tan buen éxito como la narración bíblica”⁠14.

      La caída de Jericó

      24. ¿Qué información nos da la Biblia sobre la caída de Jericó?

      24 ¿Significa esto que la arqueología concuerda con la Biblia en todo caso? No; hay desacuerdos. Uno de ellos es el de la dramática conquista de Jericó que describimos al principio de este capítulo. Según la Biblia, Jericó fue la primera ciudad que Josué conquistó cuando introdujo a los israelitas en la tierra de Canaán. La cronología bíblica indica que la ciudad cayó en la primera mitad del siglo XV a.E.C. Después de la conquista, Jericó fue quemada completamente y luego quedó deshabitada por centenares de años. (Josué 6:1-26; 1 Reyes 16:34.)

      25, 26. ¿A qué dos conclusiones diferentes han llegado los arqueólogos como resultado de excavaciones en Jericó?

      25 Antes de la II Guerra Mundial, el profesor John Garstang excavó donde se creía que había estado Jericó. Descubrió que la ciudad de aquel lugar era muy antigua y que había sido destruida y reedificada muchas veces. Garstang halló que durante una de aquellas destrucciones los muros habían caído como por un terremoto, y la ciudad había sido quemada completamente. Garstang supuso que esto había ocurrido alrededor de 1400 a.E.C., una fecha que no dista mucho de la fecha bíblica para la destrucción de Jericó por Josué⁠15.

      26 Después de la guerra, la arqueóloga Kathleen Kenyon hizo otras excavaciones en Jericó. Llegó a la conclusión de que los muros desplomados que Garstang había identificado eran centenares de años más antiguos de lo que él creía. Sí identificó una destrucción grande de Jericó en el siglo XVI a.E.C., pero dijo que no había ninguna ciudad en la ubicación de Jericó durante el siglo XV... cuando la Biblia dice que Josué había invadido el país. Pasó a informar posibles indicaciones de otra destrucción que pudiera haber sucedido en aquel lugar en 1325 a.E.C. y propuso: “Si la destrucción de Jericó se ha de relacionar con una invasión bajo Josué, la fecha que la arqueología propone es esta [última]”⁠16.

      27. ¿Por qué no deberían perturbarnos indebidamente las discrepancias entre la arqueología y la Biblia?

      27 ¿Significa esto que la Biblia esté equivocada? De ninguna manera. Tenemos que recordar que aunque la arqueología abre ante nosotros una ventana al pasado, el cristal de esa ventana no siempre permite ver con claridad. A veces es indudablemente opaco. Como señaló un comentador: “Desafortunadamente, la prueba arqueológica es fragmentaria, y por lo tanto limitada”⁠17. Esto es especialmente cierto de los primeros períodos de la historia israelita, pues la prueba arqueológica de esos tiempos no es clara. De hecho, la prueba es hasta menos clara en Jericó, ya que ese lugar ha sido muy afectado por la erosión.

      Las limitaciones de la arqueología

      28, 29. ¿Qué limitaciones de la arqueología han reconocido los eruditos?

      28 Los arqueólogos mismos reconocen que su ciencia tiene limitaciones. Por ejemplo, Yohanan Aharoni explica: “En lo que se refiere a interpretación histórica o histórico-geográfica, el arqueólogo sale del ámbito de las ciencias exactas y tiene que confiar en apreciaciones e hipótesis para llegar a un cuadro histórico amplio”⁠18. En cuanto a las fechas asignadas a diversos descubrimientos, añade: “Siempre debemos recordar, por lo tanto, que no todas las fechas son absolutas, y que son sospechosas en diversos grados”, aunque cree que los arqueólogos de hoy día pueden confiar más en las fechas que asignan que los arqueólogos del pasado⁠19.

      29 The World of the Old Testament (El mundo del Antiguo Testamento) hace la pregunta: “¿Cuán objetivo o verdaderamente científico es el método arqueológico?”. Contesta: “Los arqueólogos son más objetivos cuando desentierran los hechos que cuando los interpretan. Pero sus presuposiciones humanas afectan también los métodos que usan al excavar. No pueden evitar la destrucción de sus pruebas mientras excavan en las capas de la tierra, y por eso nunca pueden someter a prueba su ‘experimento’ repitiéndolo. Esto hace que la arqueología sea singular entre las ciencias. Además, hace que el informar sobre asuntos arqueológicos exija mucho cuidado y esté lleno de escollos”⁠20.

      30. ¿Cómo consideran la arqueología los estudiantes de la Biblia?

      30 Se ve, pues, que la arqueología puede ser muy útil, pero que también es falible, como cualquier esfuerzo humano. Aunque consideramos con interés las teorías arqueológicas, nunca debemos verlas como verdad indiscutible. Si los arqueólogos interpretan sus hallazgos de modo que parezcan contradecir la Biblia, no se debe suponer automáticamente que la Biblia esté equivocada y que los arqueólogos tengan razón. Se ha sabido que las interpretaciones arqueológicas han cambiado.

      31. ¿Qué nueva idea se ha presentado recientemente sobre la caída de Jericó?

      31 Es interesante que en 1981 el profesor John J. Bimson reexaminó la destrucción de Jericó. Estudió cuidadosamente la destrucción por fuego de Jericó que, según Kathleen Kenyon, ocurrió a mediados del siglo XVI a.E.C. Según él, aquella destrucción no solo armonizaba con el relato bíblico de Josué sobre la destrucción de la ciudad; el cuadro arqueológico de Canaán en conjunto también encajaba perfectamente con la descripción bíblica de Canaán cuando los israelitas la invadieron. Por consiguiente, sugiere que la fecha arqueológica que se ha dado está equivocada, y propone que dicha destrucción realmente tuvo lugar a mediados del siglo XV a.E.C., durante la vida de Josué⁠21.

      La Biblia es historia genuina

      32. ¿Qué tendencia se ha observado entre algunos eruditos?

      32 Esto ilustra que muchas veces los arqueólogos difieren entre sí. Por eso, no sorprende que algunos no concuerden con la Biblia, pero otros sí. No obstante, entre los eruditos crece el respeto a la historicidad de la Biblia en general, si es que no en todo detalle. William Foxwell Albright representó la opinión de un grupo cuando escribió: “Generalmente se ha regresado a un aprecio de la exactitud de la historia religiosa de Israel, tanto en general como respecto a detalles de los hechos. [...] En resumen, de nuevo podemos ver que desde el principio hasta el fin la Biblia es un documento auténtico de historia religiosa”⁠22.

      33, 34. ¿Cómo dan prueba de ser históricamente exactas las Escrituras Hebreas mismas?

      33 En realidad la Biblia muestra en sí misma que es historia exacta. Los sucesos se enlazan con tiempos y fechas específicos, a diferencia de los sucesos de la mayoría de los mitos y leyendas antiguos. Muchos sucesos bíblicos tienen el apoyo de inscripciones que datan de los tiempos correspondientes. Cuando hay una diferencia entre la Biblia y alguna inscripción antigua, la discrepancia frecuentemente se puede atribuir a la aversión de los gobernantes de la antigüedad a llevar registro de sus propias derrotas, y a su deseo de exagerar sus éxitos.

      34 En efecto, muchas de aquellas inscripciones antiguas tienen menos de historia que de propaganda oficial. En contraste, los escritores de la Biblia despliegan una franqueza excepcional. Se revela a personas prominentes de la antigüedad —como a Moisés y Aarón— con todas sus debilidades y virtudes. Hasta las flaquezas del gran rey David se revelan honradamente. Las faltas de la nación en conjunto se exponen vez tras vez. La franqueza que así se manifiesta sostiene la veracidad y fiabilidad de las Escrituras Hebreas y da peso a estas palabras de Jesús al orar a Dios: “Tu palabra es la verdad”. (Juan 17:17.)

      35. ¿Qué no han logrado los pensadores racionalistas, y dónde buscan los estudiantes de la Biblia prueba de la inspiración de la Biblia?

      35 Albright pasó a decir: “De todos modos, por su contenido la Biblia se eleva por encima de toda literatura religiosa anterior; y del mismo impresionante modo se eleva sobre toda literatura posterior por la sencillez directa de su mensaje y la universalidad de su atractivo para hombres de todos los países y épocas”⁠23. Es este ‘mensaje elevado’, más bien que el testimonio de eruditos, lo que demuestra la inspiración de la Biblia, como veremos en capítulos posteriores. Pero señalemos aquí que los pensadores racionalistas modernos no han podido probar que las Escrituras Hebreas no sean historia verdadera, mientras que estos escritos mismos dan toda prueba de ser exactos. ¿Puede decirse lo mismo de las Escrituras Griegas Cristianas, el “Nuevo Testamento”? Eso lo consideraremos en el capítulo siguiente.

      [Notas]

      a “Alta crítica” (o “el método histórico-crítico”) es una expresión que se usa para describir el estudio de la Biblia con el fin de averiguar detalles como quién escribió cada libro, de qué fuente vino la información y cuándo fue compuesto.

      b Por ejemplo, el poeta inglés John Milton escribió su elevado poema épico “Paraíso perdido” en un estilo muy diferente del que usó en su poema “L’Allegro”. Y el estilo de sus tratados políticos difirió del de estos dos poemas.

      c Hoy día la mayoría de los intelectuales tienden a ser racionalistas. Según el diccionario, el racionalismo es un “sistema filosófico, que funda sobre la sola razón las creencias religiosas”. Los racionalistas tratan de explicarlo todo en términos humanos más bien que tomar en cuenta la posibilidad de que Dios haya intervenido.

      d Es interesante que por la estatua de un gobernante antiguo hallada en el norte de Siria en los años setenta quedó claro que no era desconocido el que se llamara rey a un gobernante cuando en realidad tenía un título de menos categoría. La estatua era de un gobernante de Gozán y estaba inscrita en asirio y arameo. La inscripción asiria llamaba a aquel hombre gobernador de Gozán, pero la inscripción aramea paralela lo llamaba rey⁠9. Por eso, no carecería de precedente el que en las inscripciones babilónicas oficiales se llamara príncipe heredero a Belsasar, mientras que en lo que Daniel escribió en arameo se le llamara rey.

  • El “Nuevo Testamento”... ¿historia, o mito?
    La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
    • Capítulo 5

      El “Nuevo Testamento”... ¿historia, o mito?

      “Hoy se puede decir que en la historia de la literatura universal no hay libro mejor investigado que el Nuevo Testamento.” Eso dijo Hans Küng en su libro “On Being a Christian” (Sobre ser cristiano). Y tenía razón. Durante los pasados 300 años las Escrituras Griegas Cristianas han sido más que investigadas. Ninguna otra literatura ha sido tan minuciosamente analizada.

      1, 2. (Se incluye la introducción.) a) ¿Qué trato se ha dado a las Escrituras Griegas Cristianas por los pasados 300 años? b) ¿A qué conclusiones extrañas han llegado algunos investigadores?

      LAS conclusiones a que han llegado algunos investigadores han sido rarísimas. Allá en el siglo XIX, Ludwig Noack, de Alemania, llegó a la conclusión de que el Evangelio de Juan había sido escrito en 60 E.C. por el discípulo amado... ¡quien, según Noack, era Judas! El francés Joseph Ernest Renan sugirió que la resurrección de Lázaro pudo haber sido un engaño preparado por Lázaro mismo en apoyo de que Jesús hacía milagros, mientras que el teólogo Gustav Volkmar insistió en que el Jesús histórico nunca pudo haberse presentado como el Mesías⁠1.

      2 Por otra parte, ¡Bruno Bauer decidió que Jesús nunca había existido! “Sostuvo que las verdaderas fuerzas creativas del cristianismo primitivo fueron Filón, Séneca y los gnósticos. Al final declaró que nunca había habido un Jesús histórico [...] que la religión cristiana tuvo su génesis hacia fines del siglo segundo y vino de un judaísmo en el cual el estoicismo se había hecho dominante⁠2.”

      3. ¿Qué opinión tienen muchos todavía acerca de la Biblia?

      3 Hoy pocas personas tienen ideas tan extremas. Pero el que lee las obras de eruditos modernos descubre que muchos todavía creen que en las Escrituras Griegas Cristianas hay leyenda, mito y exageración. ¿Es cierto eso?

      ¿Cuándo se escribieron?

      4. a) ¿Por qué es importante saber cuándo se escribieron los libros de las Escrituras Griegas Cristianas? b) ¿Qué opiniones hay sobre cuándo se escribieron las Escrituras Griegas Cristianas?

      4 Toma tiempo el desarrollo de mitos y leyendas. Por eso es importante la pregunta: ¿Cuándo se escribieron estos libros? El historiador Michael Grant dice que se dio comienzo a los escritos históricos de las Escrituras Griegas Cristianas “treinta o cuarenta años después de la muerte de Jesús”⁠4. Según el arqueólogo bíblico William Foxwell Albright, C. C. Torrey llegó a la conclusión de que “todos los Evangelios se habían escrito antes del año 70 d. de J.C., y en ellos no había nada que no pudiera haberse escrito dentro de veinte años desde la crucifixión”. La opinión del propio Albright era que se habían terminado de escribir “a más tardar alrededor del año 80 d. de J.C.”. Otros salen con cálculos ligeramente diferentes, pero la mayoría concuerda en que el “Nuevo Testamento” terminó de escribirse para el fin del primer siglo.

      5, 6. ¿A qué conclusión debe llevarnos el hecho de que las Escrituras Griegas Cristianas se escribieran poco después de los sucesos que relatan?

      5 ¿Qué significa eso? Albright llega a esta conclusión: “Todo lo que podemos decir es que un período de entre 20 y 50 años es demasiado corto para permitir considerable corrupción del contenido esencial y hasta del fraseo específico de los dichos de Jesús”⁠5. El profesor Gary Habermas añade: “Los Evangelios están bastante cerca del período sobre el cual informan, mientras que por lo general las historias antiguas describen sucesos que tuvieron lugar siglos antes. Sin embargo, los historiadores modernos logran deducir los sucesos de hasta esos períodos antiguos”⁠6.

      6 En otras palabras, las partes históricas de las Escrituras Griegas Cristianas merecen por lo menos tanto crédito como las historias seglares. Ciertamente no hubo mucho tiempo para que se desarrollaran mitos y leyendas de aceptación universal en las pocas décadas entre la escritura de lo sucedido en el cristianismo primitivo y los sucesos mismos.

      Testimonio de testigos oculares

      7, 8. a) ¿Quiénes estaban vivos todavía mientras se escribían y distribuían las Escrituras Griegas Cristianas? b) ¿A qué conclusión llegamos de acuerdo con el comentario del profesor F. F. Bruce?

      7 Hay confirmación especial de esto en el hecho de que muchos de los relatos mencionan el testimonio de testigos oculares. El escritor del Evangelio de Juan dijo: “Este es el discípulo [el discípulo a quien Jesús amaba] que da testimonio acerca de estas cosas”. (Juan 21:24.) El escritor del libro de Lucas dice: “Nos los entregaron los que desde el principio llegaron a ser testigos oculares y servidores del mensaje”. (Lucas 1:2.) El apóstol Pablo, refiriéndose a los que fueron testigos de la resurrección de Jesús, dijo: “La mayoría [de ellos] permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido en la muerte”. (1 Corintios 15:6.)

      8 Sobre esto el profesor F. F. Bruce observa, con perspicacia: “Jamás pudiera haber sido tan fácil como algunos escritores parecen pensar el inventar palabras y hechos de Jesús en aquellos primeros años, cuando tantos de Sus discípulos estaban vivos, personas que podían recordar lo que había sucedido y lo que no había sucedido. [...] Los discípulos no podrían arriesgarse a presentar inexactitudes (sin mencionar el alterar deliberadamente los hechos), que al momento serían denunciadas por personas que se regocijarían mucho al hacerlo. Por el contrario, un buen argumento a favor de la predicación original de los apóstoles es que ellos reconocían con confianza que los que les escuchaban conocían los sucesos; no solo decían: ‘Somos testigos de estas cosas’, sino también: ‘Como ustedes también lo saben’ (Hechos 2:22.)”⁠7.

      ¿Se puede confiar en el texto?

      9, 10. En lo que tiene que ver con las Escrituras Griegas Cristianas, ¿de qué podemos estar seguros?

      9 ¿Sería posible que estos testimonios de testigos oculares se hubieran escrito con exactitud, pero después hubieran sido corrompidos? En otras palabras, ¿se introdujeron mitos y leyendas después de haberse completado la escritura original? Ya hemos visto que el texto de las Escrituras Griegas Cristianas está en mejor condición que toda otra literatura antigua. Kurt y Barbara Aland, doctos en el texto griego de la Biblia, alistan casi 5.000 manuscritos que han sobrevivido desde la antigüedad hasta nuestro día, algunos desde el siglo II E.C.⁠8. El testimonio general de toda esta prueba es que el texto es esencialmente exacto. Además, hay muchas traducciones antiguas —la primera de alrededor del año 180 E.C.— que ayudan a comprobar la exactitud del texto⁠9.

      10 Por eso, viendo el asunto desde todo ángulo, podemos estar seguros de que en las Escrituras Griegas Cristianas no se infiltraron leyendas ni mitos después que los escritores originales terminaron su trabajo. El texto que tenemos es esencialmente el mismo que prepararon los escritores originales, y su exactitud está confirmada por el hecho de que los cristianos contemporáneos lo aceptaron. ¿Pudiéramos, entonces, comprobar la historicidad de la Biblia mediante compararla con otras historias antiguas? Hasta cierto grado, sí.

      Las pruebas documentales

      11. ¿Cuánto apoyo hay para los relatos históricos de las Escrituras Griegas Cristianas en las pruebas documentales externas?

      11 En realidad, fuera de las pruebas que contiene la Biblia misma, las pruebas documentales para sucesos de la vida de Jesús y sus apóstoles son muy limitadas. Por supuesto, eso sería de esperarse, ya que en el primer siglo los cristianos eran un grupo relativamente pequeño que no se inmiscuía en la política. Pero las pruebas que vienen de la historia seglar sí concuerdan con lo que leemos en la Biblia.

      12. ¿Qué nos cuenta Josefo sobre Juan el Bautizante?

      12 Por ejemplo, después de una tremenda derrota militar de Herodes Antipas, Josefo, historiador judío, escribió lo siguiente en 93 E.C.: “Para algunos judíos la destrucción del ejército de Herodes pareció ser venganza divina, y ciertamente una venganza justa, por el trato que dio a Juan, apodado el Bautista. Porque Herodes le había dado muerte aunque era un hombre bueno y había exhortado a los judíos a llevar vidas justas, a practicar la justicia con sus compañeros y piedad hacia Dios”⁠10. Así Josefo confirma el relato bíblico de que Juan el Bautizante fue un hombre justo que predicó arrepentimiento y que fue ejecutado por Herodes. (Mateo 3:1-12; 14:11.)

      13. ¿Cómo apoya Josefo la historicidad de Santiago y de Jesús mismo?

      13 Josefo también menciona a Santiago, el medio hermano de Jesús, quien, según nos dice la Biblia, al principio no siguió a Jesús, pero después fue anciano prominente en Jerusalén. (Juan 7:3-5; Gálatas 1:18, 19.) Josefo documenta el arresto de Santiago así: “[El sumo sacerdote Anano] convocó a los jueces del Sanedrín y trajo ante ellos a un hombre llamado Santiago, el hermano de Jesús a quien llamaban el Cristo, y a otros”⁠11. Al escribir estas palabras, Josefo también confirma que “Jesús a quien llamaban el Cristo” era una persona real, histórica.

      14, 15. ¿Qué apoyo da Tácito a los escritos bíblicos?

      14 Otros escritores del pasado también mencionan cosas de que hablan las Escrituras Griegas. Por ejemplo, los Evangelios nos dicen que muchas personas respondieron a la predicación de Jesús en Palestina. Cuando Poncio Pilato lo sentenció a muerte, los seguidores de Jesús quedaron confundidos y desalentados. Poco después estos mismos discípulos obraron denodadamente y llenaron a Jerusalén del mensaje de que su Señor había sido resucitado. En pocos años el cristianismo se había extendido por todo el Imperio Romano. (Mateo 4:25; 26:31; 27:24-26; Hechos 2:23, 24, 36; 5:28; 17:6.)

      15 Testimonio de que esto fue realidad viene del historiador romano Tácito, quien no era amigo del cristianismo. Él escribió poco después del año 100 E.C., y menciona la cruel persecución de los cristianos por Nerón, y añade: “Cristo, el fundador del nombre, había sufrido la pena de muerte en el reinado de Tiberio, sentenciado por el procurador Poncio Pilato, y la perniciosa superstición se detuvo momentáneamente, pero surgió de nuevo, no solamente en Judea, donde comenzó aquella enfermedad, sino en la capital misma [Roma]”⁠12.

      16. ¿Qué suceso histórico mencionado en la Biblia también menciona Suetonio?

      16 En Hechos 18:2 el escritor bíblico menciona que “[el emperador romano] Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma”. Suetonio, historiador romano del siglo segundo, también menciona esta expulsión. En su obra Claudio deificado, el historiador dice: “Puesto que los judíos constantemente causaban disturbios por instigación de Cresto, él [Claudio] los expulsó de Roma”⁠13. Si Cresto aquí se refiere a Jesucristo, y si en Roma los sucesos siguieron el modelo de lo que pasó en otras ciudades, entonces los alborotos no fueron realmente por instigación de Cristo (es decir, los seguidores de Cristo). Más bien, fueron la reacción violenta de los judíos a la fiel predicación de los cristianos.

      17. ¿Qué fuentes de que disponía Justino Mártir en el siglo segundo apoyaban el relato bíblico de los milagros de Jesús y de su muerte?

      17 Justino Mártir, quien escribió a mediados del siglo segundo, dijo lo siguiente respecto a la muerte de Jesús: “Por las Actas de Poncio Pilato puedes determinar que estas cosas sucedieron”⁠14. Además, según Justino Mártir estos mismos registros mencionaban los milagros de Jesús, de los cuales dice: “De las Actas de Poncio Pilato puedes aprender que Él hizo esas cosas”⁠15. Es verdad que estas “Actas” o registros oficiales ya no existen. Pero es patente que existían en el siglo segundo, y Justino Mártir instó con confianza a sus lectores a comprobar con ellas la veracidad de lo que decía.

      Las pruebas arqueológicas

      18. ¿Qué apoyo da la arqueología a la existencia de Poncio Pilato?

      18 Los descubrimientos arqueológicos también han ilustrado o confirmado lo que leemos en las Escrituras Griegas. Por ejemplo, en 1961 se halló el nombre de Poncio Pilato en una inscripción descubierta en las ruinas de un teatro romano en Cesarea⁠16. Hasta el momento de este descubrimiento solo había habido prueba limitada —aparte de la Biblia misma— de la existencia de este gobernante romano.

      19, 20. ¿Qué personalidades bíblicas mencionadas por Lucas (en Lucas y Hechos) están atestiguadas por la arqueología?

      19 En el Evangelio de Lucas leemos que Juan el Bautizante empezó su ministerio “cuando [...] Lisanias era gobernante de distrito de Abilene”. (Lucas 3:1.) Algunos dudaban de esa declaración porque Josefo mencionaba a un Lisanias que había gobernado en Abilene y había muerto en 34 a.E.C., mucho tiempo antes del nacimiento de Juan. Sin embargo, unos arqueólogos han descubierto en Abilene una inscripción que menciona a otro Lisanias que fue tetrarca (gobernante de distrito) durante el reinado de Tiberio, quien era el césar de Roma cuando Juan empezó su ministerio⁠17. Bien pudiera ser este el Lisanias a quien se refirió Lucas.

      20 En Hechos leemos que Pablo y Bernabé fueron enviados a efectuar obra misional en Chipre y allí conocieron a un procónsul llamado Sergio Paulo, “varón inteligente”. (Hechos 13:7.) A mediados del siglo XIX, en unas excavaciones en Chipre se descubrió una inscripción de 55 E.C. que menciona a este mismo hombre. De esto el arqueólogo G. Ernest Wright dice: “Es la única referencia que tenemos a este procónsul fuera de la Biblia, y es interesante que Lucas nos dé correctamente su nombre y título”⁠18.

      21, 22. ¿Qué prácticas religiosas mencionadas en la Biblia han sido confirmadas por descubrimientos arqueológicos?

      21 Cuando Pablo estuvo en Atenas dijo que había observado un altar con la dedicación: “A un Dios Desconocido”. (Hechos 17:23.) En partes del territorio del Imperio Romano se han descubierto altares dedicados en latín a dioses anónimos. Se halló uno en Pérgamo, con la inscripción escrita en griego, como habría sucedido en Atenas.

      22 Después, estando Pablo en Éfeso, se enfrentó a la violenta oposición de unos plateros, cuyos ingresos provenían de hacer templetes e imágenes de la diosa Ártemis. Se llamaba a Éfeso “la guardiana del templo de la gran Ártemis”. (Hechos 19:35.) En conformidad con esto, varias figurillas de Ártemis hechas de arcilla y mármol se han descubierto en el lugar donde estaba la antigua Éfeso. Durante el siglo pasado se desenterraron los restos de un templo enorme.

      El sonido de la verdad

      23, 24. a) ¿Dónde hallamos la prueba más sólida de que las Escrituras Griegas Cristianas dicen la verdad? b) ¿Qué cualidad inherente al registro bíblico testifica a favor de su veracidad? Ilustre.

      23 Por lo tanto, la historia y la arqueología ilustran, y hasta cierto grado confirman, los elementos históricos de las Escrituras Griegas. Sin embargo, de nuevo hay que decir que la prueba más firme de la veracidad de estos escritos está en los libros mismos. La lectura de ellos no deja la impresión de que sean mitos. Tienen el sonido de la verdad.

      24 Para empezar, son muy francos. Piense en lo que se escribe sobre Pedro. Se detalla su embarazoso fracaso en cuanto a andar sobre el agua. Después Jesús dice a este apóstol tan respetado: “¡Ponte detrás de mí, Satanás!”. (Mateo 14:28-31; 16:23.) Además, Pedro, después de protestar vigorosamente que aunque los demás abandonen a Jesús él nunca lo haría, se queda dormido mientras se supone que vigile de noche, y luego niega tres veces al Señor. (Mateo 26:31-35, 37-45, 73-75.)

      25. ¿Qué debilidades de los apóstoles ponen francamente al descubierto los escritores bíblicos?

      25 Pero no se exponen solo las debilidades de Pedro. En su franqueza, las Escrituras no ocultan la riña que hubo entre los apóstoles sobre quién era el mayor. (Mateo 18:1; Marcos 9:34; Lucas 22:24.) Tampoco omiten el hecho de que la madre de los apóstoles Santiago y Juan le pidió a Jesús que pusiera a sus hijos en los puestos más favorecidos de su Reino. (Mateo 20:20-23.) El “agudo estallido de cólera” entre Bernabé y Pablo también se documenta fielmente. (Hechos 15:36-39.)

      26. ¿Qué detalle sobre la resurrección de Jesús se habría incluido sólo si hubiera sido cierto?

      26 Además debe notarse que el libro de Lucas nos dice que fueron “las mujeres, que habían venido con él desde Galilea”, quienes primero se enteraron de la resurrección de Jesús. Este es un detalle muy inusitado en la sociedad del primer siglo, dominada por los varones. De hecho, se escribe que lo que las mujeres decían les ‘pareció tonterías’ a los apóstoles. (Lucas 23:55–24:11.) Si la historia que aparece en las Escrituras Griegas no es verdadera, tiene que haber sido inventada. Pero ¿por qué inventaría nadie una historia que pintara de manera tan poco halagadora a personas tan respetadas? Estos detalles solo se habrían registrado si fueran verdad.

      Jesús: persona de la vida real

      27. ¿Qué testimonio da un historiador sobre la existencia histórica de Jesús?

      27 Para muchos, el Jesús que describe la Biblia es imaginación idealista. Pero el historiador Michael Grant indica: “Si, como debemos, aplicamos al Nuevo Testamento el mismo criterio que debemos aplicar a otros escritos antiguos que contienen materia histórica, el rechazar la existencia de Jesús se nos haría tan imposible como rechazar un conjunto masivo de personajes paganos cuya historicidad nunca se pone en tela de juicio”⁠19.

      28, 29. ¿Por qué es significativo el que los cuatro Evangelios presenten un cuadro unificado de la personalidad de Jesús?

      28 En la Biblia no solo se proyecta con claro tono de verdad la existencia de Jesús, sino también su personalidad. No es fácil inventar a un personaje extraordinario y luego presentar un cuadro consecuente de él por todo un libro. Es casi imposible que cuatro escritores diferentes escriban sobre el mismo personaje y pinten consecuentemente el mismo cuadro de él si esa persona nunca existió en realidad. El que sea obvio que el Jesús a quien describen los cuatro Evangelios es la misma persona convence de la veracidad de los Evangelios.

      29 Michael Grant cita una pregunta muy apropiada: “¿Cómo se explica que, por toda tradición evangélica, sin excepción, se presente un cuadro notablemente perfilado de un joven atractivo que se mueve con libertad entre mujeres de toda clase, entre ellas algunas de reputación decididamente dudosa, sin que se vea en él sentimentalismo, anormalidad ni mojigatería, y, sin embargo, que mantenga en todo caso una sencilla integridad de carácter?”⁠20. La única respuesta es que tal hombre realmente existió, y que obró tal como dice la Biblia.

      Por qué no creen

      30, 31. ¿Por qué no aceptan muchos la exactitud histórica de las Escrituras Griegas Cristianas a pesar de toda la prueba?

      30 Puesto que hay pruebas de peso para decir que las Escrituras Griegas son historia verdadera, ¿por qué dicen algunos que no lo son? ¿Qué hace que muchos, aunque digan que partes de ellas son genuinas, todavía rehúsen aceptar todo su contenido? La razón principal de eso es que la Biblia registra cosas que los intelectuales modernos no desean creer. Por ejemplo, dice que Jesús cumplió y pronunció profecías. También dice que ejecutó milagros y que después de su muerte fue resucitado.

      31 En este siglo XX en que la gente es tan escéptica, tales sucesos son increíbles. Respecto a los milagros, el profesor Ezra P. Gould indica: “Hay un punto que algunos críticos creen que con justicia no pueden aceptar [...] el que sucedan milagros”⁠21. Algunos aceptan que Jesús quizás haya efectuado curaciones, pero solo del tipo sicosomático, del ‘triunfo de la mente sobre la materia’. En cuanto a los otros milagros, la mayoría los explican como invenciones o como algo que en realidad pasó, pero que fue tergiversado por alguien.

      32, 33. ¿Cómo han tratado algunos de anular mediante explicaciones el milagro de Jesús de haber alimentado a una gran muchedumbre, pero por qué no es lógico tal proceder?

      32 Como ejemplo de esto, considere la ocasión en que Jesús alimentó a una muchedumbre de más de 5.000 personas con solo unos cuantos panes y dos pescados. (Mateo 14:14-22.) Heinrich Paulus, erudito del siglo XIX, sugirió que lo que en realidad pasó fue esto: Jesús y sus apóstoles se vieron rodeados de una enorme multitud que empezaba a tener hambre. Por eso, Jesús decidió dar un buen ejemplo para los ricos de la muchedumbre. Tomó el poco alimento que él y sus apóstoles tenían y lo compartió con la multitud. En poco tiempo otros que habían traído alimento siguieron su ejemplo y compartieron el suyo. Finalmente resultó que toda la multitud se alimentó⁠22.

      33 Pero si eso fue lo que en realidad sucedió, fue una prueba notable del poder de un buen ejemplo. ¿Por qué torcer tan interesante y significativo relato para que pareciera un milagro sobrenatural? Sí, todos esos esfuerzos por explicar los milagros como no milagrosos presentan más problemas de los que resuelven. Y todos se basan en una premisa falsa. Empiezan por suponer que los milagros son imposibles. Pero ¿por qué debería ser así?

      34. Si la Biblia en realidad contiene profecías exactas y relatos de milagros verdaderos, ¿qué prueba eso?

      34 Según las normas más razonables, tanto las Escrituras Hebreas como las Escrituras Griegas son historia verdadera, pero tanto unas como las otras contienen ejemplos de profecías y milagros. (Compárese con 2 Reyes 4:42-44.) ¿Qué hay si las profecías son genuinas? ¿Y qué si los milagros realmente acontecieron? Entonces Dios estuvo tras la escritura de la Biblia, y este libro es en realidad Su palabra, no la del hombre. En un capítulo posterior consideraremos la cuestión de las profecías, pero primero consideremos los milagros. ¿Es razonable creer, en este siglo XX, que en siglos anteriores hubo milagros?

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