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La lucha de la Biblia por vivirLa Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?
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Copias falibles
10. ¿Cómo se conservó originalmente la Biblia?
10 Muchas de las obras antiguas ya mencionadas que al fin pasaron al olvido se habían tallado en piedra o grabado en tablillas de barro duraderas. No fue así con la Biblia. Esta fue escrita originalmente en papiro o en pergamino... materiales mucho menos durables. El resultado de esto fue que los manuscritos originales desaparecieron hace muchísimo. Entonces, ¿cómo se conservó la Biblia? Mediante incontables miles de copias hechas laboriosamente a mano. Así se reproducía por lo general un libro antes de la invención de la imprenta.
11. ¿Qué sucede, inevitablemente, cuando los manuscritos se copian a mano?
11 Pero hay un peligro cuando algo se copia a mano. Sir Frederic Kenyon, el famoso arqueólogo que fue bibliotecario del Museo Británico, explicó: “Hasta ahora no se han creado la mano ni el cerebro humanos que puedan copiar completamente una obra larga sin cometer algún error. [...] De seguro se introducirían errores”4. Cuando un error se introducía en un manuscrito, se repetía cuando ese manuscrito se usaba como la base para copias futuras. Cuando se hacían muchas copias durante un largo período de tiempo, se introducían muchos errores humanos.
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En la segunda mitad del siglo VI a.E.C., cuando los judíos regresaron del exilio en Babilonia, un grupo de hebraístas conocido como los soferim, “escribas”, llegaron a ser los guardianes del texto de la Biblia hebrea, con la responsabilidad de copiar aquellas Escrituras para su uso en la adoración pública y privada. Eran hombres muy devotos a su labor, profesionales, y su obra fue de la mejor calidad.
13 Desde el siglo VII hasta el X E.C. los que hicieron la obra que antes hacían los soferim fueron los masoretas. Su nombre se deriva de una palabra hebrea que significa “tradición”, y básicamente ellos también eran escribas encargados de conservar el texto hebreo tradicional. Los masoretas eran meticulosos. Por ejemplo, el escriba tenía que usar como texto maestro una copia debidamente autenticada, y no se le permitía escribir nada de memoria. Tenía que verificar cada letra antes de escribirla5. El profesor Norman K. Gottwald informa: “Una indicación del cuidado con que cumplían sus deberes era el requisito rabínico de que todos los manuscritos nuevos se sometieran a corrección de pruebas y las copias defectuosas se descartaran inmediatamente”6.
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