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    Anuario de los testigos de Jehová para 1989
    • Las dedicaciones de nuevas sucursales ocasionan gozo

      “Las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día”, escribió Lucas con referencia al rápido crecimiento del cristianismo en el primer siglo. (Hech. 16:⁠5.) De igual manera, el constante aumento en la cantidad de testigos de Jehová por todo el mundo en nuestro siglo veinte es prueba sólida de que se está respondiendo a la llamada de la novia del Cordero: “¡Ven!”. (Rev. 22:17.) ¡Qué causa de regocijo! Pero junto con el alborozo, también viene la necesidad de ampliar las oficinas sucursales ya existentes y de construir otras enteramente nuevas, con fábricas y hogares Betel. Por esta razón, durante el pasado año de servicio, se condujeron ocho programas de dedicación de sucursales. Examinemos ahora brevemente estos emocionantes acontecimientos.

      Ecuador

      Nuestros hermanos de Ecuador se sintieron exultantes el día 11 de octubre de 1987, cuando el hermano Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, dedicó la nueva oficina sucursal. Durante el animador discurso de dedicación que presentó ante un auditorio de 5.500 personas, dijo: “Para que Jehová considere significativo un sacrificio, primero debe significar algo para nosotros”. ¡Qué ciertas habían resultado ser aquellas palabras! Por un período superior a tres años, más de doscientos ecuatorianos y otros doscientos setenta Testigos de catorce países fueron a trabajar en la construcción de la sucursal a sus propias expensas. Hasta un niño de doce años de edad quiso contribuir al proyecto de construcción, y quizás hizo la más conmovedora contribución de todas. Mientras la leucemia consumía su vida, pidió a su madre que enviara su contribución de 118 sucres (59 centavos de dólar) a los hermanos de la sucursal.

      En 1977 un hermano donó bondadosamente un terreno de unas 34 hectáreas que se encuentra a unos 18 kilómetros de la ciudad de Guayaquil. Allí fue donde se construyeron la sucursal y el Salón de Asambleas. Ahora que ya se ha finalizado la construcción de estos bellos edificios, contribuirán a difundir el nombre de Dios debido a su misma ubicación, pues todos los años, centenares de miles de personas que van camino a las playas pasarán con sus vehículos delante de la nueva sucursal.

      Papuasia Nueva Guinea

      La fecha fue el 12 de diciembre de 1987. ¿El acontecimiento? La dedicación de la nueva oficina sucursal en una tierra de 700 idiomas: Papuasia Nueva Guinea. ¿Y el orador? El superintendente de zona, el hermano Robert W. Wallen, de la central de Brooklyn. Presentó el discurso de dedicación a un feliz auditorio de 564 personas.

      Hace más de treinta y cinco años, en diciembre de 1951, dos Testigos celosos, Tom y Rowena Kitto, llevaron la verdad por primera vez a la capital de Papuasia Nueva Guinea, Port Moresby. Para el año 1955, 61 publicadores participaban activamente en la proclamación de las buenas nuevas. En la actualidad, la sucursal informa un máximo de 2.023 publicadores.

      En septiembre de 1960 se estableció una oficina sucursal; en un principio estaba en la sala de estar de la casa de un publicador. Con el tiempo, la sucursal se mudó a un edificio más grande. Pero el crecimiento de la obra del Reino requería una mayor expansión. De manera que en mayo de 1982 comenzaron los preparativos para la construcción de una nueva oficina sucursal y hogar Betel. Basándose en planos confeccionados en la central de Brooklyn, voluntarios de Australia, Nueva Zelanda y, por supuesto, Papuasia Nueva Guinea, construyeron un edificio de cuatro pisos que comprende habitaciones, oficinas y espacio para fábrica. Un total de 200 trabajadores de tiempo completo (en cualquier momento de la construcción había una media de 54 trabajadores) contribuyeron su tiempo y energías durante un período de cuatro años. De acuerdo con las estrictas ordenanzas de inmigración y trabajo vigentes en este país, el Ministerio de Trabajo exigió que se entrenara a un nativo de Papuasia Nueva Guinea junto con cada trabajador voluntario que participara en el proyecto. Como consecuencia, 30 hermanos y hermanas locales aprendieron oficios durante la construcción.

      La apariencia de la oficina sucursal es única. Ha sido la primera vez que en Papuasia Nueva Guinea se han empleado bloques de cemento de color en la construcción de un edificio. En algunas ocasiones los trabajadores se sintieron cansados e incapaces de salvar diversos problemas, pero Jehová les infundió “poder” para superar sus debilidades. (Isa. 40:29.) La nueva sucursal sobresale no como un monumento a quienes lo hicieron, sino como testimonio de que el espíritu de Jehová se ha hecho operativo en sus siervos imperfectos. ¡Cómo rebosaron de felicidad los corazones de nuestros hermanos cuando se dieron los últimos toques que completaron el proyecto!

      Guyana

      Allá en el primer siglo, Áquila y Prisca utilizaron su casa con fines teocráticos. (1 Cor. 16:19.) De igual modo, un hermano amoroso y humilde de Guyana permitió que su hogar fuera usado como oficina sucursal desde 1914 hasta 1946, año en que se adquirió la primera oficina sucursal y hogar misional. En 1946 el máximo de publicadores fue de 91. Sin embargo, el año de servicio de 1987 presentó un máximo de 1.353 publicadores. Como resultado de este excelente aumento, se hicieron planes para construir una nueva oficina sucursal.

      Las laboriosas hermanas que participaron en el proyecto de construcción realizaron una impresionante proeza. Se encargaron de una fábrica casera de bloques de cemento. Unas 120 hermanas, divididas en equipos de diez o doce, fueron capaces de producir unos 12.080 bloques de cemento en cincuenta y cinco días, y eso solo con dieciséis moldes. Pero si mucho fue el trabajo previo a la construcción, el edificio mismo es historia aparte.

      Durante los fines de semana, el lugar de construcción bullía con trabajadores voluntarios procedentes de las congregaciones locales. El primer ministro del país y su séquito visitaron las obras e hicieron comentarios favorables. Un carpintero del lugar comentó: “Están haciendo ustedes un trabajo de calidad inmejorable en su edificio”.

      La noche del día 14 de enero de 1988, el superintendente de zona, el hermano Don A. Adams, de la central de Brooklyn, presentó el discurso de dedicación a las 1.935 personas que se congregaron en el amplio salón de actos del National Cultural Center, de Georgetown.

      Ghana

      La verdad se ha estado predicando en Ghana desde 1924, pero el sábado 30 de enero de 1988 pasará a la historia de la sucursal de este país como un día para el recuerdo. Fue entonces cuando se dedicaron las nuevas instalaciones de la sucursal. El discurso de dedicación lo presentó el hermano Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, a un auditorio de 3.812 personas. Los edificios han dado un testimonio eficaz al nombre de Jehová. Como ejemplo notemos lo que escribió una hermana de Estados Unidos cuyo marido incrédulo asistió a la Conferencia para Inversiones en Ghana en el Centro de Conferencias Kwame Nkrumah, de Acra:

      “Durante el tiempo que mi marido estuvo en la conferencia, a menudo oía a la gente referirse al centro como el segundo edificio más bonito de Ghana. Esto le hizo preguntar a su guía, un contratista ghanés: ‘¿Cuál es el edificio más bonito?’. El guía contestó: ‘Una de esas iglesias que han construido los testigos de Jehová’.”

      Entre los muchos visitantes que recibió la sucursal durante el año, figuraban 40 estudiantes y profesores de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Kumasi, situada a más de trescientos kilómetros al norte de Acra. Al grupo le impresionó tanto la nueva sucursal, que los profesores de la universidad han propuesto que se hagan visitas periódicamente como parte del programa de estudios.

      La primera sucursal de Ghana abrió sus puertas en Acra el 1 de enero de 1948. Para finales de los años sesenta, los 7.000 publicadores habían excedido las posibilidades de aquella primera oficina sucursal, de tan solo una habitación. De manera que se construyó un hogar Betel de dos pisos y ocho habitaciones y se dedicó el 19 de marzo de 1963. En 1973 hubo que ampliar de nuevo la sucursal, y, finalmente, en 1978 se adquirió la actual propiedad de unas siete hectáreas para dar cabida a las instalaciones de imprenta.

      Hawai

      Aunque a primeras horas de la mañana del 3 de abril de 1988, estaba lloviendo en Honolulú, no se apagó el espíritu de los 5.870 que acudieron a un estadio para escuchar el refrescante discurso de dedicación presentado por el hermano Milton G. Henschel, del Cuerpo Gobernante. Los otros 2.838 hermanos que se congregaron en las islas de Maui, Kauai y Hawai, la más grande, estuvieron conectados por línea telefónica con Honolulú para escuchar el programa de un día de duración. Este programa de dedicación culminó un período de ajetreada actividad teocrática que comenzó a finales del mes de marzo, cuando varios miembros del Cuerpo Gobernante participaron en la celebración de la Conmemoración, así como en los días especiales de asamblea que se celebraron en las islas de Kauai, Oahu, Maui y Hawai. Qué feliz acontecimiento resultó ser ese en los setenta años de historia del pueblo de Jehová en Hawai.

      ¿Cómo se encontró esta propiedad en una isla donde el suelo edificable está a precios prohibitivos? En 1985 se puso en venta un antiguo supermercado. Su ubicación era ideal, de modo que se adquirió en noviembre de ese mismo año. Una vez terminadas las reformas requeridas, en agosto de 1987 se trasladaron las oficinas a su nueva ubicación, que también da cabida a dos Salones del Reino. La familia Betel se instaló en las espaciosas nuevas viviendas que se encuentran en el segundo piso.

      Cuando Charles T. Russell, el primer presidente de la Sociedad Watch Tower, visitó Honolulú en 1912, no había ningún Estudiante de la Biblia en el archipiélago. Ahora, Hawai tiene 72 congregaciones y un máximo de 5.729 publicadores.

      Hong Kong

      Durante todos estos años en que se ha venido efectuando la actividad del Reino en Hong Kong, Jehová nunca ha dejado de proveer lo que se necesita al tiempo oportuno. A todos se les recordó este hecho el día 7 de mayo de 1988, cuando un miembro del Cuerpo Gobernante, el hermano Lyman A. Swingle, dedicó un nuevo edificio a Jehová. Pero, ¿por qué se necesitaba este nuevo edificio?

      Examinemos brevemente lo que ha sucedido en Hong Kong desde que el 1 de septiembre de 1950 se estableció por primera vez una oficina sucursal en la calle Tai Po para atender las necesidades de nueve publicadores. Años más tarde, la sucursal se mudó al número 312 de la calle Prince Edward. En 1979 comenzó a buscarse otra ubicación, tarea que parecía poco menos que imposible en una ciudad tan apiñada como esta. Entonces, cierto día, mientras leía el periódico, una hermana se fijó en que se había puesto a la venta una propiedad: el número 4 de la calle Kent, en Kowloon Tong. Esta fue la propiedad que se compró, de modo que la sucursal se mudó a un suburbio limpio y tranquilo, muy convenientemente situado para atender a las congregaciones de toda la colonia.

      En junio de 1983 se alcanzó por primera vez un máximo de 1.000 publicadores. Solo cuatro años después ya se había llegado a la cantidad de 1.600. Para poder asumir trabajo adicional, la familia Betel tenía que aumentar.

      Todos los esfuerzos que se hicieron por adquirir las propiedades adyacentes a la sucursal fueron en vano. Entonces, cierto día llegó una carta en el correo en la que se anunciaba la venta de una propiedad que había en la misma calle, a tan solo cuatro puertas de la sucursal. Cuando los hermanos fueron a verla, apenas podían creer lo que tenían ante sus ojos. Se trataba de un moderno edificio que ni siquiera había sido estrenado. Efectivamente, esa llegó a ser la ampliación del hogar Betel, el edificio que dedicó el hermano Swingle.

      Portugal

      En Portugal, donde, como dijo un famoso poeta, “termina la tierra y comienza el mar”, la pesca es una de las actividades principales. Pero en años recientes, en este pequeño país europeo bañado por el Atlántico se ha llevado a cabo una clase diferente de pesca, una pesca que ha afectado las vidas de una parte importante de sus casi diez millones de habitantes.

      El 13 de mayo de 1925 dio comienzo una obra de pescar espiritual cuando el hermano Rutherford visitó Lisboa y presentó un discurso a un auditorio de más de dos mil personas. Sin embargo, le aguardaban años difíciles al pueblo de Jehová. La obra fue proscrita, nuestros hermanos fueron hostigados y encarcelados y la oficina sucursal tuvo que funcionar clandestinamente desde diversos hogares.

      Entonces, el 25 de abril de 1974 una revolución política acabó fulminantemente con la vieja dictadura. Y para diciembre se confirmó de manera oficial la libertad religiosa para el pueblo de Jehová. En febrero de 1975 se alquiló en Estoril una casa grande, de veinte habitaciones, que serviría de oficina sucursal y desde donde se atendería la obra, no solo en Portugal, sino también en Madeira, las Azores, Angola y Santo Tomé. Diez años después, era insuficiente, pues la cantidad de publicadores se elevaba a 28.984. Se encontró un terreno donde construir unas nuevas instalaciones, y se contrató a una empresa mundana para levantar la estructura de cemento armado. El resto del proyecto lo completaron trabajadores voluntarios, todos ellos Testigos.

      ¿Cómo pudo financiarse una obra de proporciones tan descomunales? Aunque Portugal no es un país rico, los hermanos contribuyeron “más allá de lo que verdaderamente podían hacer”, y fueron abundantemente bendecidos debido a ello. (2 Cor. 8:2-4.) Una familia con cinco hijos se reunió para ver cómo podían ayudar. Las hijas contribuyeron sus joyas y uno de los hijos, el dinero que había ahorrado para comprar una bicicleta. En la carta que envió a la sucursal, el padre escribió: “Esta contribución es el resultado de la venta de tres pulseras, cinco anillos y un par de pendientes, además del dinero de las huchas de mis hijos”.

      El programa de dedicación se celebró la mañana del sábado 23 de abril de 1988 en el nuevo Salón del Reino, y fue transmitido por circuito cerrado de televisión a la fábrica y por línea telefónica al estadio de fútbol lisboeta de Restelo. El programa de la mañana concluyó con el alentador discurso de dedicación que presentó el hermano Milton G. Henschel.

      Por la tarde, el hermano Henschel dirigió la palabra desde el mismo estadio a una asistencia récord de 45.522 personas que se congregaron para oírle hablar sobre el tema “¿Tendrán que clamar las piedras?”. Los hechos prueban que las piedras nunca tendrán que clamar en Portugal, como atestigua el nuevo máximo alcanzado en agosto de 33.739 publicadores. Actualmente hay en Portugal un proclamador de las buenas nuevas por cada 291 habitantes.

      Chipre

      Chipre, la tercera isla de mayor extensión del mar Mediterráneo, ha sido el escenario de actividad cristiana desde que Pablo y Bernabé pusieron pie en ella en 47-48 E.C. (Hech. 13:12.) Su población, de unos 620.000 habitantes, se compone mayormente de comunidades griegas, turcas, armenias y maronitas.

      En tiempos modernos, la verdad llegó a Chipre en 1924. De tres publicadores de las buenas nuevas que había en 1925, el número aumentó hasta alcanzar 59 en 1948, cuando la Sociedad estableció la primera oficina sucursal. Para cuando se construyó una nueva oficina sucursal y hogar Betel en 1969, el número de publicadores se había elevado hasta 485.

      No obstante, la situación cambió drásticamente en 1974. Hubo que abandonar abruptamente la oficina sucursal. Un golpe de estado derrocó al presidente, y solo unos días más tarde, el norte de Chipre fue invadido. Durante los enfrentamientos, hubo que evacuar la sucursal mientras las balas atravesaban las persianas bajadas. De manera que a partir de 1974 la obra se dirigió desde un edificio que había en Limasol, la segunda ciudad más importante de la isla, y que originalmente había servido de hogar misional.

      Posteriormente, se compró y renovó un edificio en Nissou, un pequeño pueblo situado a 19 kilómetros de la capital, Nicosia. El hermano Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, dedicó el nuevo edificio de la sucursal el 2 de agosto de 1988.

  • Anuario de los testigos de Jehová para 1989
    Anuario de los testigos de Jehová para 1989
    • [Ilustración de la página 22]

      El nuevo hogar Betel del país sudamericano de Guyana es una estructura de ladrillos de arcilla. Se dedicó el 14 de enero de 1988

      [Ilustración de la página 22]

      El edificio en forma de “u” de la sucursal de Ecuador alberga las oficinas, la cocina, los comedores, la lavandería y los dormitorios. Se dedicó el 11 de octubre de 1987

      [Ilustraciones de la página 27]

      Las habitaciones de la sucursal de Papuasia Nueva Guinea están en los pisos superiores. El edificio también contiene una enfermería, biblioteca, oficinas, estudio de grabación, lavandería, cocina y comedor. Se dedicó el 12 de diciembre de 1987

      [Ilustraciones de la página 28]

      La fábrica, las oficinas, la recepción y el Salón del Reino de la sucursal de Ghana están agrupados en forma de una gran “u”. Se dedicó el 30 de enero de 1988

      [Ilustraciones de la página 29]

      Las instalaciones de la sucursal de Hawai incluyen oficinas, una sala de conferencias, un comedor y una cocina. En la propiedad también hay dos Salones del Reino. Se dedicó el 3 de abril de 1988

      [Ilustraciones de la página 30]

      El edificio de viviendas de la sucursal de Portugal tiene 40 habitaciones e incluye dependencias para el servicio de la familia. Emplea calefacción solar. En el edificio de cuatro pisos donde está la fábrica, también hay una zona de oficinas y un Salón del Reino. Se dedicó el 23 de abril de 1988

      [Ilustración de la página 33]

      En la sucursal de Chipre hay cuatro apartamentos con vistas a unos jardines. También se construyó un Salón del Reino. Se dedicó el 2 de agosto de 1988

      [Ilustración de la página 33]

      La nueva sucursal de Hong Kong añade a las instalaciones de la calle Kent seis dormitorios —cada uno con su cuarto de baño⁠—, una cocina y un comedor que puede acomodar perfectamente a treinta y seis personas. Se dedicó el 7 de mayo de 1988

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