BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • La televisión
    ¡Despertad! 2010 | marzo
    • La televisión

      EN CUANTO se descubrió cómo retransmitir sonidos, los inventores comenzaron a investigar si podían emitir imágenes en directo. Para comprender lo difícil de la empresa, veamos cómo funciona hoy la televisión.

      En primer lugar, una cámara enfoca la imagen a transmitir sobre un dispositivo que la “lee”, tal como el ojo humano lee una página impresa. Pero en vez de escanear hileras de palabras, escanea líneas de puntos (o píxeles) de la imagen. Convierte lo que ve en una señal de video electrónica que puede enviarse a cualquier lugar. Luego, un receptor convierte la señal en imágenes en movimiento.

      La primera demostración pública de una transmisión televisiva se atribuye al escocés John Logie Baird. Cuando la mala salud lo obligó a abandonar su empleo como ingeniero electrónico, se dedicó al tema que lo había apasionado desde la juventud: la invención de un aparato capaz de transmitir imágenes en movimiento.

      La cámara de Baird empleaba un disco (una sombrerera, al principio) con unos treinta agujeros distribuidos en espiral. Con el movimiento, los agujeros efectuaban un barrido secuencial de la imagen y los haces de luz se reflejaban en una célula fotoeléctrica. La célula producía una señal de video que se transmitía a un receptor. En el receptor, la señal se amplificaba a fin de producir una luz variable detrás de otro disco en rotación que reproduciría la imagen. La dificultad consistía en sincronizar ambos discos. Mientras Baird se dedicaba a su invento, se mantuvo trabajando de limpiabotas.

      El 2 de octubre de 1925, Baird retransmitió las primeras imágenes de televisión de un extremo de su buhardilla al otro. La primera persona en aparecer en pantalla fue un asustado oficinista que trabajaba en la planta inferior, a quien se le pagó media corona por sus servicios. En 1928, Baird emitió las primeras imágenes televisivas a través del Atlántico. Cuando llegó en persona a Nueva York, este escocés de carácter tímido sintió mucha vergüenza al ser recibido por una banda de gaiteros. Era famoso. Ahora bien, ¿fue él el primero en transmitir imágenes en movimiento?

  • La naturaleza fue primero
    ¡Despertad! 2010 | marzo
    • La naturaleza fue primero

      “El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo ha hecho aun a ambos.” (Proverbios 20:12)

      NUESTROS ojos son como diminutas cámaras de televisión. Convierten las imágenes en señales eléctricas y las transmiten por el nervio óptico hasta la parte posterior del cerebro, donde tiene lugar el verdadero proceso de la visión.

      El ojo es una maravilla en miniatura. Con 2,4 centímetros (una pulgada) de diámetro y 7,5 gramos (un cuarto de onza) de peso, representa una ingeniosa obra de ingeniería. Un ejemplo de ello es que posee sistemas diferenciados para detectar la luz tenue y la luz brillante. Por eso, unos treinta minutos después de que entramos en una habitación oscura, su sensibilidad a la luz puede aumentar diez mil veces.

      En condiciones normales de iluminación, ¿qué hace que veamos imágenes tan nítidas? El ojo tiene más de cien veces la cantidad de células fotosensibles (“píxeles”) que tienen la mayoría de las videocámaras. Además, un gran número de dichas células están agrupadas en un pequeño punto en el centro de la retina llamado fóvea. Esta es la zona del ojo con mayor agudeza visual. Como movemos la mirada varias veces por segundo, se produce la impresión de que todo el campo visual es nítido. Sorprendentemente, la fóvea es más o menos del tamaño del punto que cierra esta oración.

      Las señales eléctricas generadas por las células fotosensibles viajan de una célula nerviosa a otra por el nervio óptico. Pero las células nerviosas hacen más que solo transportar señales: las someten a un procesamiento previo para intensificar la información esencial y eliminar los detalles superfluos.

      La corteza visual del cerebro se parece a un fino receptor de video. Incrementa la nitidez de las imágenes definiendo los contornos y compara las señales recogidas por células sensibles a los colores primarios, lo que nos permite distinguir millones de tonalidades. El cerebro también compara las sutiles diferencias entre lo que ven ambos ojos, lo que posibilita el cálculo de distancias.

      Pensemos en la manera como los ojos estudian los rostros de una multitud lejana y envían impulsos eléctricos al cerebro, que los transforma en imágenes claras. Consideremos, asimismo, cómo compara el cerebro todos esos rostros con los que ya tenemos guardados en la memoria a fin de que reconozcamos a nuestro amigo en el acto. ¡Qué proceso tan impresionante!, ¿verdad?

      [Ilustración de la página 7]

      La manera como el ojo procesa la información testimonia su ingenioso diseño

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir