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      El planeta vivo

      La vida en la Tierra jamás habría existido de no ser por una serie de felices “coincidencias”, algunas de las cuales eran desconocidas o mal entendidas hasta el siglo XX. Son de destacar las siguientes:

      • La ubicación de la Tierra en la galaxia Vía Láctea y en el sistema solar, así como su órbita, inclinación, velocidad de rotación y su singular Luna

      • Un campo magnético y una atmósfera que forman un doble escudo protector

      • Ciclos naturales que reabastecen y purifican las reservas de aire y agua

      Al examinar cada uno de estos puntos, pregúntese: “¿Son las características de la Tierra el producto del ciego azar o de un diseño con propósito?”.

      El “domicilio” perfecto

      Ubicación de la Tierra y del sistema solar en la Vía Láctea

      ¿Podría la Tierra estar en un lugar más idóneo para la vida?

      Cuando escribimos nuestro domicilio, ¿qué datos ponemos? Entre otros, el país, la ciudad y la calle. A modo de comparación, la galaxia Vía Láctea sería el “país” de la Tierra, el sistema solar (formado por el Sol y sus planetas) sería la “ciudad”, y la órbita que la Tierra describe dentro del sistema solar sería la “calle”. Gracias a los adelantos de la astronomía y la física, los científicos han aprendido muchísimo sobre las ventajas de nuestra ubicación especial en el universo.

      Para empezar, nuestra “ciudad” —el sistema solar— se halla situada en la región ideal de la Vía Láctea, ni muy cerca ni muy lejos del centro. Esta “zona de habitabilidad”, como la denominan los astrónomos, posee la concentración adecuada de los elementos químicos necesarios para la vida. Más allá, dichos elementos escasean; más acá, el vecindario es sumamente peligroso debido a la abundancia de radiación letal y otros factores. Como dice la revista Scientific American, “vivimos en un sector exclusivo”.1

      La “calle” ideal. No menos “exclusiva” es la “calle”, es decir, la órbita o trayectoria que sigue la Tierra dentro de nuestra “ciudad”, el sistema solar. Dista del Sol 150.000.000 de kilómetros (93.000.000 de millas) y se encuentra dentro de los límites de una zona idónea para el desarrollo de la vida, porque allí los organismos ni se congelan ni se chamuscan. Además, por ser casi circular, nos mantiene más o menos a la misma distancia del astro rey todo el año.

      El Sol, por su parte, es la “central eléctrica” perfecta: es estable, tiene el tamaño ideal y libera la cantidad exacta de energía. Con razón se dice que es “una estrella muy especial”.2

      El “vecino” perfecto. Si tuviéramos que escoger un “vecino” para la Tierra, no hallaríamos uno mejor que la Luna. Su diámetro mide algo más de la cuarta parte del de la Tierra. Por lo tanto, comparada con otras lunas de nuestro sistema solar, la nuestra es excepcionalmente grande respecto a su planeta anfitrión. ¿Mera coincidencia? No parece.

      En primer lugar, la Luna es la principal causa de las mareas oceánicas, tan vitales para la ecología del planeta. Además, su presencia estabiliza la orientación del eje terrestre. Sin su satélite hecho a la medida, nuestro planeta se bambolearía como un trompo y quizás hasta se volcara y girara acostado. Los cambios que se producirían en el clima y las mareas, entre otros, serían catastróficos.

      Inclinación y rotación de la Tierra

      Inclinación y rotación perfectas. La Tierra tiene una inclinación de aproximadamente 23,4°, lo que da lugar al ciclo anual de las estaciones, modera las temperaturas y permite una amplia variedad de zonas climáticas. “La inclinación del eje terrestre parece ser la ‘idónea’”, señala el libro Rare Earth—Why Complex Life Is Uncommon in the Universe (Tierra rara: por qué la vida compleja es tan escasa en el universo).3

      “Idónea” es también la duración del día y la noche, que resulta de la velocidad de rotación de la Tierra en torno a su eje. Si fuera mucho más lenta, los días serían más largos y la cara del planeta que da al Sol se abrasaría, mientras que la otra se congelaría. Al revés, si la Tierra girara mucho más deprisa, los días durarían menos, quizás unas cuantas horas, y se generarían vientos huracanados incesantes y otros fenómenos muy perjudiciales.

      Escudos protectores

      El espacio es un lugar peligroso a causa de la radiación letal y de los meteoroides que lo surcan constantemente. Pese a ello, nuestro planeta azul viaja por esta “caseta galáctica de tiro al blanco” sin sufrir apenas daño. ¿Cómo lo logra? Gracias a que está blindado por un potente campo magnético y una atmósfera hecha a la medida.

      El invisible escudo magnético de la Tierra

      El invisible campo magnético de la Tierra

      El campo magnético. El núcleo de la Tierra es una esfera giratoria de hierro fundido, lo que crea un enorme y potente campo magnético que se extiende muchos kilómetros en el espacio. Dicho campo actúa como un escudo que nos protege del impacto directo de la radiación cósmica y de las fuerzas potencialmente letales que emanan del Sol. Entre estas figuran el viento solar, que consiste en un flujo constante de partículas de energía; las erupciones solares, que en minutos liberan una energía equivalente a la que produciría la detonación de miles de millones de bombas de hidrógeno, y las explosiones en la corona, o capa más externa del Sol, que expulsan al espacio miles de millones de toneladas de materia. Hay señales visibles que nos recuerdan la protección que nos brinda el campo magnético terrestre. Por ejemplo, las erupciones solares y las explosiones en la corona del Sol producen intensas auroras polares, fenómenos luminosos de gran colorido que se observan en la atmósfera superior cerca de los polos magnéticos de la Tierra.

      Aurora boreal

      Aurora boreal

      La atmósfera. Esta envoltura gaseosa no solo nos permite respirar, sino que también nos ofrece protección extra. Una de sus capas, la estratosfera, se caracteriza por la presencia de una variante del oxígeno llamada ozono, que absorbe hasta el 99% de los rayos ultravioleta. Así pues, la capa de ozono protege de la radiación nociva a las múltiples formas de vida que hay en la Tierra, desde el plancton —del que dependemos para la producción de gran parte de nuestro oxígeno— hasta nosotros los seres humanos. El nivel del ozono estratosférico no es fijo, sino que varía en función de la intensidad de la radiación ultravioleta. En efecto, la capa de ozono constituye un escudo eficaz y dinámico.

      Un meteorito

      La atmósfera nos protege de los meteoritos

      La atmósfera también nos defiende del bombardeo diario de millones de objetos procedentes del espacio, que van desde partículas muy finas hasta rocas gigantescas. La gran mayoría se incendia al penetrar en ella, provocando destellos luminosos conocidos como meteoros. Los escudos de la Tierra, sin embargo, no bloquean el paso de la radiación necesaria para la vida, como el calor y la luz visible. La atmósfera contribuye incluso a la distribución térmica en la superficie terrestre, y durante la noche sirve a modo de manta para retardar la fuga de calor hacia el espacio.

      La atmósfera y el campo magnético de la Tierra son verdaderas maravillas del diseño que el hombre aún no entiende a plenitud. Lo mismo es cierto de los ciclos que sostienen la vida.

      ¿Es solo coincidencia que nuestro planeta esté protegido por dos escudos dinámicos?

      Ciclos naturales para la vida

      Si una ciudad se quedara sin aire y agua puros y el sistema de alcantarillado se tapara, sus habitantes pronto enfermarían y morirían. Ahora bien, nuestro planeta es autosuficiente. No es, por ejemplo, como un restaurante, donde los alimentos frescos y otros suministros se traen de fuera y la basura se la lleva un camión. El aire y el agua puros, imprescindibles para la vida, no nos llegan del espacio sideral, ni mandamos allí la basura. Entonces, ¿cómo se mantiene la Tierra sana y habitable? Mediante ciclos naturales, como los del agua, el carbono, el oxígeno y el nitrógeno. He aquí la representación esquemática de cada uno.

      El ciclo del agua

      Ciclo del agua. El agua es esencial para la vida. Si se nos priva de ella, morimos al cabo de pocos días. El agua pura y fresca se distribuye en la naturaleza siguiendo un ciclo que comprende tres etapas. 1) Debido al calor del Sol, el agua se evapora y asciende a la atmósfera. 2) Esta agua limpia de impurezas se condensa y forma las nubes. 3) Las nubes, a su vez, se precipitan sobre el suelo en forma de lluvia, nieve o granizo, y así se completa el ciclo. ¿Cuánta agua se recicla cada año? Se calcula que la suficiente para cubrir la superficie terrestre a una altura de casi un metro (más de dos pies y medio).4

      Los ciclos del dióxido de carbono y del oxígeno

      Ciclo del carbono y el oxígeno. Es bien sabido que para vivir hay que respirar, es decir, inhalar oxígeno y expulsar dióxido de carbono. Con tantos miles de millones de personas y animales haciendo lo mismo, ¿cómo es que no se acaba el oxígeno y se carga la atmósfera de dióxido de carbono? La clave está en el ciclo del oxígeno. 1) Mediante un fascinante proceso llamado fotosíntesis, las plantas absorben el dióxido de carbono que nosotros exhalamos y lo utilizan, junto con la energía suministrada por la luz solar, para producir hidratos de carbono y oxígeno. 2) El ciclo concluye cuando aspiramos el oxígeno. Toda esta producción de aire puro e hidratos de carbono por parte de las plantas se realiza de forma limpia, eficaz y silenciosa.

      El ciclo del nitrógeno

      Ciclo del nitrógeno. La vida en la Tierra también depende de la producción de moléculas orgánicas como las proteínas. A) La formación de dichas moléculas requiere de nitrógeno. Afortunadamente, este gas constituye el 78% de la atmósfera. Los relámpagos y las bacterias convierten el nitrógeno en compuestos que pueden ser absorbidos por las plantas. B) Las plantas, a su vez, incorporan estos compuestos a sus tejidos en forma de moléculas orgánicas, que pasan a los animales herbívoros al ser ingeridas. C) Finalmente, cuando las plantas y los animales mueren, las bacterias descomponen los compuestos nitrogenados que hay en ellos. Durante el proceso se libera nitrógeno, que es devuelto al suelo y a la atmósfera, cerrándose así el ciclo.

      Reciclado perfecto

      El hombre, con toda su tecnología, genera cada año incontables toneladas de residuos tóxicos no reciclables. La Tierra, en cambio, recicla perfectamente todos sus desechos mediante procesos químicos muy originales.

      ¿Cómo cree que surgieron estos sistemas de reciclado? “Si el ecosistema terrestre hubiera evolucionado por pura casualidad, habría sido imposible que alcanzara una armonía medioambiental tan perfecta”, observa el escritor de temas científico-religiosos M. A. Corey.5 ¿Comparte usted su punto de vista?

      Un pavo real

      ¿Qué respondería usted?

      • ¿Considera que las características de la Tierra son el producto de un diseño con propósito? De ser así, ¿qué hechos de los aquí expuestos le parecen más convincentes?

      • ¿Con qué argumentos rebatiría la idea de que la Tierra no es un planeta especial, sino un escenario más donde pudo darse el proceso evolutivo?

      Peces en un arrecife de coral

      Desbordante de vida

      Nadie sabe cuántas especies hay en la Tierra, si bien los cálculos oscilan entre dos millones y cien millones.6 ¿Hasta dónde llega la presencia de vida en el planeta?

      Suelo. Tan solo 100 gramos (3,5 onzas) de tierra pueden alojar 10.000 especies de bacterias,7 y no digamos ya el número total de microbios. Se han descubierto bacterias que viven a tres kilómetros (dos millas) de profundidad.8

      Aire. Además de las aves, murciélagos e insectos que surcan los aires, la atmósfera está llena de polen y otras esporas, así como de semillas y —en ciertas regiones— de miles de distintas clases de microbios. La diversidad de vida microbiana en el aire va “a la par con la diversidad de los microbios en el suelo”, indica Scientific American.9

      Agua. Los océanos siguen siendo en gran parte un misterio, pues la exploración de las profundidades marinas implica el uso de medios técnicos muy costosos. Hasta los arrecifes coralinos, tan accesibles y estudiados, quizás alberguen millones de especies aún desconocidas.

      ¿Surgió por azar tan gran variedad de vida? Muchas personas concordarán con el poeta que dijo: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones” (Salmo 104:24).a

      Flamencos volando

      a La Biblia enseña que el nombre de Dios es Jehová (Salmo 83:18).

  • ¿Quién lo diseñó primero?
    ¿Es la vida obra de un Creador?
    • Gaviotas y una ballena

      ¿Quién lo diseñó primero?

      En los últimos años, científicos e ingenieros han sido instruidos, en un sentido muy real, por las plantas y los animales (Job 12:7, 8). Tales expertos estudian e imitan las características de los seres vivos —disciplina conocida con el nombre de biomimética— en un intento de crear nuevos productos y mejorar los ya existentes. Al analizar los siguientes ejemplos, pregúntese: “¿A quién pertenece en realidad el mérito de estos diseños?”.

      Aprenden de las aletas de la ballena

      Aleta de la ballena jorobada

      ¿Qué pueden aprender los ingenieros aeronáuticos de la ballena jorobada? Por lo visto, mucho. Un ejemplar adulto pesa unas treinta toneladas (lo mismo que un camión cargado), su cuerpo es relativamente rígido, tiene grandes aletas a modo de alas y mide hasta 12 metros (40 pies). Con todo, su agilidad en el agua es sorprendente.

      Los investigadores tenían gran curiosidad por saber cómo esta criatura de cuerpo poco flexible nada en círculos tan increíblemente cerrados. Descubrieron que el secreto residía en la forma de sus aletas. Estas no tienen el borde anterior liso, como las alas de un avión, sino dentado, con una serie de protuberancias llamadas tubérculos.

      Cuando la ballena se desplaza por el agua, tales abultamientos aumentan el empuje, o fuerza ascensional, y disminuyen la resistencia al avance. ¿De qué manera? Según la revista Natural History, los tubérculos aceleran el paso del agua por encima de la aleta y generan un flujo rotatorio ordenado, aun cuando la ballena ascienda en ángulos muy pronunciados.10

      ¿De quién es la patente de la naturaleza?

      ¿Qué aplicaciones prácticas ofrece este hallazgo? Si las alas de los aviones siguieran este mismo modelo, necesitarían menos alerones y otros dispositivos mecánicos para modificar el flujo del aire; además, serían más seguras y se facilitaría su mantenimiento. Según John Long, experto en biomecánica, “es muy probable que pronto veamos en todos los aviones de pasajeros las mismas protuberancias que tiene la ballena jorobada en las aletas”.11

      Inspirados en las alas de la gaviota

      Aunque es obvio que la forma del ala de los aviones ya imita la de los pájaros, los investigadores han ido un paso más lejos. “Ingenieros de la Universidad de Florida han construido un prototipo de avión teledirigido que permanece suspendido en el aire, desciende en picada y se remonta rápidamente, tal como hacen las gaviotas”, informa la revista New Scientist.12

      Las alas de un avión teledirigido imitan a las de una gaviota

      Las gaviotas realizan sus asombrosas acrobacias aéreas doblando las alas por la articulación del codo y del hombro. Para copiar tal flexibilidad, “el prototipo, que mide 60 centímetros (24 pulgadas), se vale de un pequeño motor conectado a una serie de varillas metálicas que mueven las alas”, explica la revista. Con estas ingeniosas alas, la diminuta nave es capaz de mantenerse en vuelo estacionario y zambullirse entre edificios altos. Al personal militar le interesa mucho desarrollar una nave tan maniobrable para buscar armas químicas o biológicas en las grandes ciudades.

      Imitan las patas de la gaviota

      La gaviota no se congela aunque esté parada sobre el hielo. ¿Cómo mantiene la temperatura corporal? Parte del secreto estriba en un fascinante sistema de intercambio contracorriente de calor, presente en muchos animales que habitan en las regiones heladas.

      El sistema de intercambio contracorriente de calor de las extremidades de la gaviota le permite estar parada sobre el hielo

      El calor se transfiere y se conserva dentro del cuerpo. El frío se queda en los pies

      ¿Cómo actúa este mecanismo? Para entenderlo, imaginemos dos tubos atados uno al otro por donde corre agua caliente y agua fría, respectivamente. Si ambos líquidos circulan en una misma dirección, el primero cederá más o menos la mitad del calor al segundo; pero si fluyen en sentidos contrarios, el calor se transferirá casi en su totalidad.

      Cuando la gaviota se posa en el hielo, los intercambiadores de calor de sus extremidades calientan la sangre que vuelve de los pies fríos; de este modo, el calor se conserva en el interior del cuerpo del ave en vez de escaparse por los pies. Arthur P. Fraas, ingeniero mecánico y aeronáutico, describió este sistema como “uno de los intercambiadores regenerativos de calor más eficaces del mundo”.13 Tan ingenioso es este diseño que los ingenieros se lo han copiado.

      ¿A quién corresponde el mérito?

      Un pez cofre y un prototipo de auto

      Un prototipo de auto calca la extraordinaria aerodinámica y estabilidad del pez cofre

      La NASA ha construido un robot de múltiples patas que camina como un escorpión, y una firma tecnológica finlandesa ya ha fabricado un tractor de seis patas que trepa sobre los obstáculos como si fuera un insecto gigante. Asimismo, a partir de la observación de las piñas del pino, se ha desarrollado un tejido que contiene laminillas que se abren o se cierran. Las prendas confeccionadas con este material se adaptan automáticamente a la temperatura corporal. Por otra parte, una empresa automotriz ha diseñado un vehículo inspirado en el pez cofre, cuya aerodinámica es ideal. También se estudian las propiedades amortiguadoras del caparazón de la oreja de mar a fin de fabricar elementos de blindaje corporal más fuertes y ligeros.

      Delfines

      El sistema de sonar de los delfines es superior a la copia hecha por el hombre

      Son tantas las buenas ideas extraídas de la naturaleza que ya existe una base de datos con miles de mecanismos biológicos catalogados. Los investigadores pueden consultarla para encontrar “soluciones naturales a problemas de diseño”, dice la revista The Economist. Los mecanismos naturales contenidos en esta base de datos reciben el nombre de “patentes biológicas”. El titular de una patente suele ser la persona o entidad que registra legalmente como propia una idea original o invento. “Al llamar ‘patentes biológicas’ a los trucos de la biomimética —puntualiza la revista—, los investigadores solo están poniendo el énfasis en el hecho de que la naturaleza es, en efecto, la dueña de la patente.”14

      Caparazón de la oreja de mar

      Los científicos estudian las propiedades amortiguadoras del caparazón de la oreja de mar

      ¿De dónde sacó la naturaleza todas estas brillantes ideas? Muchos investigadores atribuyen los aparentemente ingeniosos diseños que se evidencian en la naturaleza a un proceso evolutivo de acierto y error que duró millones de años. Otros opinan diferente. El microbiólogo Michael J. Behe escribió en The New York Times del 7 de febrero de 2005: “La clara manifestación de diseño [en la naturaleza] da pie a un argumento sencillo e irrefutable: si parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato, mientras no se demuestre lo contrario, tiene que ser un pato”. ¿Cuál fue su conclusión? “No debe descartarse la idea de diseño sencillamente por ser tan obvia.”15

      Pata de un geco

      El geco trepa por superficies sumamente lisas utilizando fuerzas moleculares

      Por supuesto, el ingeniero que diseña un ala de avión más segura y eficiente es digno de reconocimiento, como lo es también el inventor de un tejido más cómodo o de un vehículo de mayor rendimiento. Por eso, quien fabrique un producto utilizando un diseño ajeno sin atribuir el mérito a su creador puede ser acusado de un delito.

      Ahora piense en lo siguiente. Para resolver complejos problemas de ingeniería, expertos investigadores copian burdamente los ejemplos de la naturaleza. No obstante, algunos atribuyen la concepción de la ingeniosa idea original a un proceso evolutivo desprovisto de inteligencia. ¿Le parece eso lógico? Si la copia requiere un diseñador inteligente, ¿no lo necesita también el original? ¿Y quién tiene más mérito: el maestro ingeniero, o el aprendiz que emula sus diseños?

      La conclusión lógica

      Tras analizar las pruebas de diseño presentes en la naturaleza, muchas personas comparten el sentir del escritor bíblico Pablo, quien dijo: “Las cualidades invisibles de [Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad” (Romanos 1:19, 20).

      ¿Qué respondería usted?

      • ¿Le parece lógico que la magnífica ingeniería observable en la naturaleza se deba a un simple accidente?

      • ¿Con qué argumentos rebatiría la opinión de que la vida solo parece haber sido diseñada?

      Una araña orbitelar

      ¿Fue diseñado?

      Si la copia requiere un diseñador, ¿no lo necesita también el original?

      Fibras

      • Bobina de kevlar

        Producto artificial. El kevlar es una fibra sintética muy resistente utilizada en la fabricación de chalecos antibalas y otros artículos. Su producción exige el empleo de altas temperaturas y disolventes peligrosos.

      • Producto natural. Las arañas orbitelares segregan siete tipos de seda, siendo la más resistente la del hilo de seguridad (conocida también como seda Dragline). Aunque más liviana que el algodón, esta es, gramo a gramo, más resistente que el acero y más fuerte que el kevlar. Una telaraña del tamaño de un campo de fútbol tejida con hilos de un centímetro (0,4 pulgadas) de grosor dispuestos a 4 centímetros (1,6 pulgadas) de distancia unos de otros podría detener un jumbo en pleno vuelo. La araña produce dicha seda a temperatura ambiente utilizando agua como disolvente.

      Navegación

      • Un avión comercial

        Producto artificial. Los aviones de algunas aerolíneas comerciales cuentan con sistemas de piloto automático computarizados que, además de guiarlos en vuelos internacionales, pueden efectuar el aterrizaje. La computadora de un piloto automático experimental tiene el tamaño aproximado de una tarjeta de crédito.

      • Producto natural. La mariposa monarca, cuyo cerebro es del tamaño de la punta de un bolígrafo, recorre 3.000 kilómetros (1.800 millas) desde Canadá hasta una pequeña zona boscosa de México. Es capaz de reajustar el rumbo de acuerdo con la trayectoria del Sol, del cual se sirve para orientarse.

      Lentes

      • Un ojo compuesto artificial sobre la cabeza de un alfiler

        Producto artificial. Los ingenieros han inventado un ojo compuesto que contiene 8.500 lentes, ensambladas en un área del tamaño de la cabeza de un alfiler. Las lentes de este tipo pueden aplicarse a detectores de movimiento de alta velocidad y cámaras multidireccionales ultradelgadas.

      • Producto natural. El ojo de una libélula posee unas treinta mil lentes, cada una de las cuales produce imágenes que se combinan para crear una amplia visión de mosaico. El ojo compuesto de la libélula tiene una capacidad extraordinaria para detectar movimientos.

        Una libélula
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