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HombrePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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¿En qué sentido está hecho el hombre “a la imagen de Dios”?
Cuando Dios reveló a su “obrero maestro” el propósito divino de crear a la humanidad, le dijo: “Hagamos al hombre [ʼa·dhám] a nuestra imagen, según nuestra semejanza”. (Gé 1:26, 27; Pr 8:30, 31; compárese con Jn 1:1-3; Col 1:15-17.) Nótese que las Escrituras no dicen que Dios creó al hombre a la imagen de una bestia salvaje o de un animal doméstico o de un pez. Se hizo al hombre ‘a la imagen de Dios’; era un “hijo de Dios”. (Lu 3:38.) En cuanto a la forma o aspecto del cuerpo de Dios, “nadie ha contemplado a Dios nunca”. (1Jn 4:12.) Nadie en la Tierra conoce la apariencia del cuerpo de Dios, que es glorioso, celestial y espiritual; por lo tanto, no podemos comparar el cuerpo del hombre con el de Dios. “Dios es un Espíritu.” (Jn 4:24.)
El hombre y la mujer fueron hechos a ‘la imagen de Dios’ en el sentido de que fueron creados con cualidades morales como las de Él, a saber, amor y justicia. (Compárese con Col 3:10.) El ser humano también tiene facultades y sabiduría superiores a las de los animales, de manera que puede apreciar aquello que Dios aprecia y valora, como la belleza y las artes, el habla y el raciocinio, así como otros procesos similares de la mente y el corazón. Además, tiene capacidad espiritual y puede llegar a conocer a Dios y comunicarse con Él. (1Co 2:11-16; Heb 12:9.) Por tales razones el hombre estaba capacitado para ser el representante de Dios y tener en sujeción a las criaturas voladoras, terrestres y marinas.
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HombrePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HOMBRE
La forma de vida terrestre más elevada y una obra del Creador, Jehová Dios. Jehová formó al hombre del polvo del suelo, sopló en sus narices el aliento de vida “y el hombre vino a ser alma viviente”. (Gé 2:7; 1Co 15:45.) Después que Adán fue creado y puso nombre a los animales, Jehová hizo que cayese en un profundo sueño, y, mientras dormía, tomó una de sus costillas y la usó para hacer a la mujer. Por esa razón, cuando se la presentó, Adán pudo decir: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. La llamó Mujer (ʼisch·scháh) “porque del hombre fue tomada esta”. (Gé 2:21-23.) Después Adán le puso por nombre Eva (que significa “Una Viviente”). (Gé 3:20.)
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