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  • ¿Qué revelará el día de Jehová?
    La Atalaya 2010 | 15 de julio
    • ¿Qué revelará el día de Jehová?

      “El día de Jehová vendrá como ladrón, [...] y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas.” (2 PED. 3:10)

      1, 2. a) ¿Cómo terminará el mundo malo en que vivimos? b) ¿Qué preguntas vamos a analizar?

      ESTE mundo malo está fundado sobre una gran mentira: la creencia de que el hombre es capaz de gobernar la Tierra por sí solo, sin la ayuda de Jehová (Sal. 2:2, 3). ¿Puede perdurar eternamente algo que se basa en una falsedad? De ningún modo. Pero no hay que esperar a que el mundo de Satanás llegue a su autodestrucción. Es Jehová quien le pondrá fin. Y lo hará a su tiempo y manera, respetando en todo momento sus principios de justicia y amor (Sal. 92:7; Pro. 2:21, 22).

      2 El apóstol Pedro escribe: “El día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando intensamente calientes, serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas” (2 Ped. 3:10). En este versículo, ¿qué representan “los cielos” y “la tierra”? ¿Qué son “los elementos” que “serán disueltos”? ¿Qué quiere decir la afirmación de Pedro de que “la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas”? Busquemos la respuesta a estas preguntas, pues así estaremos mejor preparados para afrontar los temibles sucesos que se avecinan.

      Los cielos y la tierra que van a pasar

      3. ¿Qué son “los cielos” de 2 Pedro 3:10, y cómo será su desaparición?

      3 A veces, la Biblia llama “cielos” a los gobiernos, pues también ocupan una posición elevada, en su caso sobre los ciudadanos (Isa. 14:13, 14; Rev. 21:1, 2). “Los cielos [que] pasarán” simbolizan a los gobiernos del mundo alejado de Dios. ¿Por qué se dice que se irán con un intenso “ruido de silbido” o, según otra versión, con “un ruido ensordecedor”? Probablemente porque su destrucción será muy rápida.

      4. ¿Qué es “la tierra”, y cómo será destruida?

      4 “La tierra” se refiere al mundo formado por los seres humanos alejados de Dios. Tal como hoy, en tiempos de Noé existió un mundo malvado, el cual fue eliminado en el Diluvio por decreto de Dios. “Por la misma palabra los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.” (2 Ped. 3:7.) Mientras que en el Diluvio se aniquiló a los malvados de una sola vez, en la futura destrucción se hará por etapas, durante el período conocido como “la gran tribulación” (Rev. 7:14). En la primera etapa, Dios impulsará a los políticos del mundo a eliminar a su odiada enemiga, “Babilonia la Grande”, es decir, todas las religiones que han cometido prostitución espiritual (Rev. 17:5, 16; 18:8). En la etapa final —la guerra de Armagedón—, Jehová mismo acabará con el resto del mundo de Satanás (Rev. 16:14, 16; 19:19-21).

      “Los elementos [...] serán disueltos”

      5. ¿Qué abarcan los elementos simbólicos?

      5 ¿Qué son “los elementos” que “serán disueltos”? Los especialistas señalan que el término griego para “elementos” se refiere a los “fundamentos”, “rudimentos” o “principios elementales”. Un diccionario bíblico agrega: “Se usaba [para hablar] de las letras del alfabeto” como primeros “elementos del lenguaje” escrito. Por lo tanto, “los elementos” que menciona Pedro son las cosas básicas que hacen que el mundo tenga características, actitudes, metas y comportamientos contrarios a la voluntad de Dios. “Los elementos” incluyen “el espíritu del mundo”, el cual “opera en los hijos de la desobediencia” (1 Cor. 2:12; léase Efesios 2:1-3). Este espíritu también es llamado “aire”, pues está difundido por todo el mundo controlado por el Diablo. Y consigue que los pensamientos, planes, conversaciones y acciones de la gente reflejen la mentalidad del “gobernante de la autoridad del aire”, que no es otro que el orgulloso y desafiante Satanás.

      6. ¿Cómo se manifiesta el espíritu del mundo?

      6 Sea que se den cuenta o no, las personas infectadas por el espíritu del mundo permiten que Satanás influya en su mente y corazón, y por eso imitan la manera de pensar y actuar de él. Como consecuencia, viven la vida a su antojo, sin preocuparse por lo que piensa Dios. Constantemente reaccionan con orgullo y egoísmo, se rebelan contra la autoridad y ceden al “deseo de la carne y el deseo de los ojos” (léase 1 Juan 2:15-17).a

      7. ¿Por qué es necesario proteger el corazón?

      7 ¡Qué importante es que sigamos este consejo: “Salvaguarda tu corazón”! (Pro. 4:23.) Para ello tenemos que hacer uso de la sabiduría cristiana al elegir nuestras amistades, diversiones y lecturas, o al navegar por Internet. Pablo nos avisa: “Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo” (Col. 2:8). Y su advertencia es más urgente que nunca, pues está muy cerca el día de Jehová, en el que un “fuego” de temperaturas inauditas derretirá “los elementos” del mundo de Satanás. En efecto, no soportarán el fuego de la cólera divina. Malaquías 4:1 expresa una idea semejante: “Viene el día que está ardiendo como el horno, y todos los presuntuosos y todos los que hacen iniquidad tienen que llegar a ser como rastrojo. Y el día que viene ciertamente los devorará”.

      “La tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas”

      8. ¿Cómo “serán descubiertas” la tierra y sus obras?

      8 ¿A qué se refiere Pedro al señalar que “la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas”? El verbo traducido “serán descubiertas” puede verterse “quedarán expuestas”, “saldrán a la luz” o “quedarán al descubierto”. Así que la afirmación de Pedro significa que durante la gran tribulación se desenmascarará a este mundo. Jehová dejará claro que es un sistema diabólico opuesto a él y a su Reino, y que merece ser destruido. Isaías 26:21 anuncia proféticamente ese juicio divino: “Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él, y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado”.

      9. a) ¿Qué debemos rechazar, y por qué razón? b) ¿Qué debemos cultivar, y por qué motivo?

      9 En el día de Jehová, las personas que se han dejado moldear por el mundo y su malvado espíritu mostrarán sin tapujos cómo son de verdad, llegando incluso a matarse unas a otras. De hecho, es probable que el entretenimiento violento que predomina en la actualidad esté preparando la mente de muchos para el día en que alzará “cada uno [...] su mano [...] contra la mano de su compañero” (Zac. 14:13). Por eso es imprescindible que rechacemos cualquier película, libro, videojuego o actividad que siembre en nosotros el orgullo, el amor a la violencia u otras actitudes que Dios detesta (2 Sam. 22:28; Sal. 11:5). Además, debemos cultivar el fruto del espíritu, pues abarca cualidades incombustibles que nos permitirán sobrevivir cuando arda el fuego de la ira divina (Gál. 5:22, 23).

      “Nuevos cielos y una nueva tierra”

      10, 11. ¿Qué son los “nuevos cielos” y la “nueva tierra”?

      10 (Léase 2 Pedro 3:13.) Ahora bien, ¿a qué se refieren los “nuevos cielos”? Al Reino de Dios, establecido en la región espiritual en 1914 cuando terminaron “los tiempos señalados de las naciones” (Luc. 21:24). A cargo de este gobierno están Jesús y los 144.000, quienes ya han recibido en su mayoría la recompensa celestial. El libro de Revelación presenta a estos elegidos como “la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo” (Rev. 21:1, 2, 22-24). En el antiguo Israel, el gobierno tenía su sede en Jerusalén. En el nuevo mundo, el gobierno estará formado por Jesús y su novia, la Nueva Jerusalén. Esta ciudad “descend[erá] del cielo” en el sentido de que dirigirá su atención a la Tierra.

      11 La “nueva tierra” será la nueva sociedad que habitará este planeta y estará formada por los seres humanos que se hayan sometido voluntariamente al Reino. En sentido espiritual, los siervos de Dios ya disfrutamos en la actualidad de un paraíso. Pero en el futuro, ese paraíso espiritual se encontrará en el hermoso marco que merece: “la tierra habitada por venir”, es decir, el nuevo mundo (Heb. 2:5). ¿Qué debemos hacer para vivir allí?

      Preparémonos para el gran día de Jehová

      12. ¿Por qué se sentirá conmocionada la gente del mundo cuando llegue el día de Jehová?

      12 Pablo coincide con Pedro en señalar que el día de Jehová vendrá “como ladrón”, o sea, de modo sigiloso e inesperado (léase 1 Tesalonicenses 5:1, 2). Hasta los cristianos verdaderos, que están aguardándolo con expectación, se sorprenderán de que llegue tan súbitamente (Mat. 24:44). Pero, en el caso de los hombres alejados de Jehová, ese día hará mucho más que asombrarlos. Pablo escribió: “Cuando [...] estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera” (1 Tes. 5:3).

      13. ¿Cómo podemos evitar que nos engañe el mundo con su clamor de “¡Paz y seguridad!”?

      13 El clamor de “¡Paz y seguridad!” no será más que otra mentira inspirada por los demonios; pero no logrará engañar a los siervos de Jehová. El apóstol Pablo señaló: “Ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones, porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día” (1 Tes. 5:4, 5). ¡Qué necesario es que nos mantengamos en la luz espiritual, lejos de la oscuridad del mundo de Satanás! Avisando a los cristianos de que surgirían falsos maestros dentro de la congregación, Pedro escribió: “Amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia” (2 Ped. 3:17).

      14, 15. a) ¿Qué honor nos ha concedido Jehová? b) ¿Qué advertencias inspiradas debemos tomar muy en serio?

      14 Observemos que Jehová no se limita a decirnos: “Guárdense” o, en otras palabras, “manténganse en guardia” (El libro del Pueblo de Dios). Más bien, nos concede el gran honor de tener “conocimiento de antemano”, o sea, un cuadro general de lo que sucederá en el futuro.

      15 Lamentablemente, cuando en la congregación se hacen recordatorios sobre la necesidad de mantenerse alerta, hay quienes adoptan una actitud despreocupada o incluso burlona y escéptica. Quizás digan: “Llevo décadas oyendo el mismo aviso”. Pero deberían comprender que al hacer esos comentarios no solo están cuestionando al esclavo fiel, sino al propio Jehová y a su Hijo. En efecto, es Jehová quien nos dice a cada uno de nosotros: “Manténte en expectación” (Hab. 2:3). Igualmente, es Jesús el que nos dice: “Manténganse alerta, [...] porque no saben en qué día viene su Señor” (Mat. 24:42). Además, Pedro escribe: “¡Qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová[!]” (2 Ped. 3:11, 12). El esclavo fiel y su Cuerpo Gobernante jamás tomarán a la ligera esas enérgicas advertencias.

      16. ¿Qué actitudes debemos evitar, y por qué?

      16 El que cree que el Amo se está demorando es el “esclavo malo” (Mat. 24:48). Y este forma parte del grupo descrito en 2 Pedro 3:3, 4: “En los últimos días vendrán burlones [...] procediendo según sus propios deseos”. En efecto, ellos se ríen de quienes son obedientes y viven atentos al día de Jehová. Y en vez de velar por los intereses del Reino, se centran en sí mismos y en sus deseos egoístas. ¡Jamás adoptemos una actitud tan rebelde y peligrosa! Más bien, “[consideremos] la paciencia de nuestro Señor como salvación” y mantengámonos ocupados predicando y haciendo discípulos. Nunca nos inquietemos por saber el momento exacto en que ocurrirán ciertos sucesos, pues la decisión de cuándo deben producirse es algo que solo le corresponde a Jehová (2 Ped. 3:15; léase Hechos 1:6, 7).

      Confiemos en el Dios de salvación

      17. ¿Cómo respondieron los cristianos fieles a la exhortación de Jesús de salir huyendo de Jerusalén, y por qué actuaron así?

      17 En el año 66 de nuestra era, los ejércitos romanos invadieron Judea. Los cristianos fieles sabían que Jesús les había mandado salir huyendo de Jerusalén tan pronto como pudieran, y cuando se les presentó la ocasión, así lo hicieron (Luc. 21:20-23). ¿Por qué actuaron tan rápido y con tanta decisión? Es obvio que habían tenido muy presente la advertencia de Jesús. Aunque seguramente comprendían que iban a afrontar dificultades a consecuencia de su decisión —pues Cristo también se lo había avisado—, estaban seguros de que Jehová nunca los abandonaría si se mantenían leales (Sal. 55:22).

      18. Según Lucas 21:25-28, ¿cómo debería ver usted la venidera gran tribulación?

      18 Nosotros también debemos confiar con toda nuestra alma en Jehová, ya que él es el único que podrá salvarnos cuando este mundo atraviese la gran tribulación, que será el período de mayor sufrimiento de toda la historia. Antes de que Jehová ejecute su sentencia contra el resto del mundo, llegará un momento durante la gran tribulación en el que las personas desobedientes “desmaya[rán] por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada”. Pero, a diferencia de los enemigos de Dios, los siervos leales de Jehová no temblarán aterrorizados. Más bien, estarán muy alegres, ya que comprenderán que su liberación es inminente (léase Lucas 21:25-28).

      19. ¿Qué veremos en el próximo artículo?

      19 Ciertamente, a quienes se mantienen separados del mundo y sus “elementos” les aguarda un emocionante futuro. Pero, como veremos en el próximo artículo, para obtener vida eterna no basta con evitar las cosas malas. También hay que esforzarse por tener las cualidades y obras que agradan a Jehová (2 Ped. 3:11).

      [Nota]

      a Las actitudes que fomenta el espíritu del mundo se describen con más detalle en Razonamiento a partir de las Escrituras, páginas 140 a 144.

  • “¡Qué clase de personas deben ser ustedes[!]”
    La Atalaya 2010 | 15 de julio
    • “¡Qué clase de personas deben ser ustedes[!]”

      “Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa[!]” (2 PED. 3:11)

      1. ¿Por qué fue tan oportuna la segunda carta de Pedro para los cristianos de su día?

      CUANDO Pedro escribió por inspiración su segunda carta, el Diablo llevaba tiempo sometiendo a los cristianos a severas persecuciones. Sin embargo, no había conseguido acabar con su fervor ni con el crecimiento de las congregaciones. Por eso, ahora estaba empleando otra táctica que en el pasado le había dado muy buenos resultados. Como explicó el apóstol, Satanás estaba tratando de corromper al pueblo de Dios mediante falsos maestros, individuos que tenían los “ojos llenos de adulterio” y el “corazón entrenado en la codicia” (2 Ped. 2:1-3, 14; Jud. 4). Los hermanos tenían que mantenerse fieles en aquellas circunstancias. Y recibieron ánimo para hacerlo en la segunda carta de Pedro.

      2. ¿De qué habla el capítulo 3 de Segunda de Pedro, y qué preguntas deberíamos hacernos?

      2 Pedro escribió: “Considero apropiado, mientras estoy en este tabernáculo [es decir, mientras viva en este cuerpo], despertarlos por [medio] de hacerles recordar, puesto que sé que pronto veré quitado mi tabernáculo [...]. Así es que haré lo sumo posible [...] para que, después de mi partida, ustedes puedan hacer mención de estas cosas” (2 Ped. 1:13-15). Con estas palabras, el apóstol dio a entender que sabía lo cercana que estaba su muerte. Ahora bien, él deseaba que sus oportunos recordatorios perduraran. Y así sucedió: terminaron formando parte de la Biblia, y hoy están al alcance de todos. El capítulo 3 es de especial interés para nosotros, pues habla de “los últimos días” de este sistema y de la destrucción de la tierra y los cielos simbólicos (2 Ped. 3:3, 7, 10). ¿Qué consejos nos dejó Pedro en su carta? ¿Cómo pueden ayudarnos a obtener el favor de Jehová?

      3, 4. a) ¿Qué exhortación hizo Pedro, y qué advertencia dio? b) ¿Qué tres puntos analizaremos a continuación?

      3 Después de hablar de la destrucción del mundo de Satanás, Pedro señaló: “¡Qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa[!]” (2 Ped. 3:11, 12). Notemos que el apóstol no está haciendo una pregunta, sino una exclamación para exhortar a sus hermanos. Él sabía muy bien que solo los que hicieran la voluntad de Jehová y demostraran cualidades cristianas sobrevivirían al “día de la venganza” (Isa. 61:2). Por eso, añadió: “Amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos [los falsos maestros] por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia” (2 Ped. 3:17).

      4 Como Pedro estaba entre quienes poseían “conocimiento de antemano”, sabía que especialmente en los últimos días los cristianos tendrían que guardarse, o estar muy en guardia, para continuar leales. Años después, el apóstol Juan explicó con más claridad por qué sería tan necesario mantenerse vigilantes. En una visión profética contempló a Satanás después de haber sido echado del cielo, descargando su “gran cólera” sobre los que “observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús” (Rev. 12:9, 12, 17). Es cierto que el fiel pueblo de Dios, formado por los ungidos y las “otras ovejas”, saldrá victorioso (Juan 10:16). No obstante, cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Seguiré yo leal hasta el fin?”. Para poder contestar afirmativamente, hay tres cosas que hemos de hacer: 1) cultivar cualidades cristianas, 2) conservarnos inmaculados y sin tacha en sentido moral y espiritual, y 3) ver las pruebas y dificultades desde la debida perspectiva. A continuación analizaremos estos tres puntos.

      Cultivemos cualidades cristianas

      5, 6. ¿Qué cualidades debemos cultivar, y por qué necesitamos hacer un “esfuerzo solícito”?

      5 Al principio de su segunda carta, Pedro escribió: “Contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a su virtud, conocimiento; a su conocimiento, autodominio; a su autodominio, aguante; a su aguante, devoción piadosa; a su devoción piadosa, cariño fraternal; a su cariño fraternal, amor. Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ped. 1:5-8).

      6 Ciertamente, para realizar las actividades que nos ayudan a desarrollar cualidades cristianas se requiere “esfuerzo solícito”. En efecto, hay que poner gran empeño a fin de asistir a todas las reuniones, leer la Biblia a diario y seguir un programa de estudio personal. También se necesita fuerza de voluntad y buena organización para efectuar todas las semanas una Noche de Adoración en Familia que sea agradable y provechosa. Pero una vez que se crea la costumbre, es más fácil realizar estas actividades, sobre todo cuando empezamos a ver los beneficios.

      7, 8. a) ¿Qué han comentado algunos cristianos sobre la Noche de Adoración en Familia? b) ¿Cómo le ha beneficiado a usted este nuevo programa?

      7 ¿Qué acogida ha tenido la Noche de Adoración en Familia? Una hermana escribió: “Estamos aprendiendo mucho sobre diversos temas”. Otra comenta: “Siendo franca, no quería que desapareciera el estudio de libro, pues era mi reunión favorita. Pero ahora que celebramos la adoración en familia, me doy cuenta de que Jehová conoce nuestras necesidades y sabe cuándo satisfacerlas”. Un hermano dice: “Mi esposa y yo nos hemos beneficiado muchísimo. Esta reunión es magnífica, ya que podemos adaptarla a nuestras necesidades. A los dos nos parece que estamos manifestando mejor el fruto del espíritu y nos sentimos más contentos que nunca en el ministerio”. Por último, un padre señala: “Mis hijos están haciendo su propia investigación y, además, disfrutan aprendiendo. Ahora confiamos más en que Jehová se preocupa por nosotros y contesta nuestras oraciones”. Y usted, ¿qué piensa de este hermoso regalo de Jehová?

      8 No deje que interfieran asuntos de menor importancia. Una pareja comentó: “Los últimos cuatro jueves por la noche surgió algo inesperado que por poco nos hizo suspender el estudio, pero no lo permitimos”. Claro, a veces no habrá más opción que mover el horario. Pero nunca deje de celebrar la Noche de Adoración en Familia, ni siquiera una semana.

      9. ¿Qué fortaleció a Jeremías, y qué aprendemos de este ejemplo?

      9 El profeta Jeremías es un gran ejemplo para nosotros. Siempre agradeció el alimento espiritual que recibía de Dios, pues le daba las fuerzas necesarias para seguir predicando a un pueblo indiferente. Él mismo reconoció: “La palabra de Jehová [...] resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos” (Jer. 20:8, 9). Las provisiones espirituales también le ayudaron a afrontar la crisis que culminó en la destrucción de Jerusalén. Hoy día tenemos completa la Palabra escrita de Dios. Si la estudiamos diligentemente y hacemos nuestros los pensamientos de Dios, seremos como Jeremías: perseveraremos con gozo en el ministerio, seguiremos fieles a pesar de las pruebas y conservaremos nuestra pureza moral y espiritual (Sant. 5:10).

      Mantengámonos “inmaculados y sin tacha”

      10, 11. ¿Por qué debemos hacer todo lo posible por mantenernos “inmaculados y sin tacha”, y qué exige eso de nosotros?

      10 Los cristianos sabemos que estamos viviendo en el tiempo del fin. Por eso no nos sorprende que el mundo esté tan obsesionado con cosas que Jehová odia, como la codicia, la depravación sexual y la violencia. La estrategia de Satanás podría resumirse en estas palabras: “Si no logro intimidar a los siervos de Dios, tal vez pueda corromperlos” (Rev. 2:13, 14). Por lo tanto, debemos tomar muy en serio este consejo que Pedro dio a sus amados hermanos: “Hagan lo sumo posible para que finalmente [Dios] los halle inmaculados y sin tacha y en paz” (2 Ped. 3:14).

      11 La expresión “hagan lo sumo posible” está relacionada con la que el apóstol utilizó en versículos anteriores: “contribuyendo [...] todo esfuerzo solícito”. Está claro que Jehová —quien inspiró a Pedro a expresar estas ideas— sabe que tenemos que hacer un gran esfuerzo para permanecer “inmaculados y sin tacha”, es decir, limpios de la suciedad del mundo de Satanás. Por ejemplo, debemos combatir los malos deseos para que no se apoderen de nuestro corazón (léanse Proverbios 4:23 y Santiago 1:14, 15). Y hemos de resistir los ataques de quienes consideran rara nuestra forma de vivir y “siguen hablando injuriosamente de [nosotros]” (1 Ped. 4:4).

      12. ¿Qué garantía encontramos en Lucas 11:13?

      12 Debido a la imperfección, es una verdadera lucha hacer el bien (Rom. 7:21-25). La única manera de tener éxito es acudiendo a Jehová, quien da generosamente su espíritu a todo el que se lo pide con sinceridad (Luc. 11:13). Dicho espíritu produce cualidades que nos hacen dignos de recibir el favor divino y nos ayudan a resistir las tentaciones y los problemas de la vida, que seguramente seguirán aumentando al acercarse el día de Jehová.

      Las pruebas nos hacen más fuertes

      13. ¿Qué nos ayudará a aguantar las dificultades?

      13 Mientras vivamos en este viejo mundo, no dejará de haber dificultades. Pero en vez de permitir que nos desanimen, ¿por qué no las vemos como oportunidades para demostrarle nuestro amor a Dios y fortalecer nuestra fe en él y en su Palabra? El discípulo Santiago escribió: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante” (Sant. 1:2-4). Nunca olvidemos que “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa” (2 Ped. 2:9).

      14. ¿Cómo lo anima a usted el ejemplo de José?

      14 Veamos el ejemplo de José, el hijo de Jacob, quien fue vendido como esclavo por sus propios hermanos (Gén. 37:23-28; 42:21). La Biblia deja muy claro que no perdió la fe ni le reprochó a Dios que hubiera permitido esa crueldad. Y este no fue el único problema al que se enfrentó. Más tarde, lo acusaron falsamente de intento de violación y lo encarcelaron. Pero de nuevo mantuvo intacta su devoción a Jehová (Gén. 39:9-21). Las pruebas lo hicieron más fuerte, y al final recibió grandes recompensas.

      15. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Noemí?

      15 Es cierto que los problemas nos angustian e incluso nos deprimen. Probablemente así le sucedió a José. Y no tenemos ninguna duda de que otros fieles siervos de Dios se sintieron igual. Por ejemplo, Noemí, quien perdió a su esposo y a sus dos hijos, se lamentó: “No me llamen Noemí. Llámenme Mará [que significa “Amarga”], porque el Todopoderoso me ha hecho muy amarga la situación” (Rut 1:20, 21, nota). Ella reaccionó de forma muy comprensible en esas circunstancias. Pero, al igual que José, no perdió su espiritualidad ni dejó de ser leal. Y como recompensa, Jehová la bendijo (Rut 4:13-17, 22). Además, en el Paraíso él revertirá todos los daños que Noemí y el resto de sus amados siervos han sufrido a manos de Satanás y del mundo. Lo que es más, “las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón” (Isa. 65:17).

      16. ¿Cuánta importancia debemos dar a la oración, y por qué?

      16 Sin importar las pruebas que nos sobrevengan, siempre podremos superarlas si recordamos cuánto nos ama Jehová (léase Romanos 8:35-39). Aunque Satanás seguirá tratando de hundirnos en el desaliento, sus intentos fracasarán si actuamos con “juicio sano” y somos “vigilantes en cuanto a oraciones” (1 Ped. 4:7). Jesús advirtió: “Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre” (Luc. 21:36). Observemos que Jesús nos exhorta a hacer una forma muy intensa de oración: el ruego. ¿Por qué? Para destacar que es el tiempo de tomar muy en serio la posición en la que nos encontramos ante él y su Padre. En efecto, solo podremos sobrevivir al día de Jehová si estamos de pie delante de ellos, es decir, si tenemos su aprobación.

      Sigamos activos en el servicio a Jehová

      17. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de los profetas del pasado a predicar en territorios difíciles?

      17 Algo que nos fortalece y reanima son las actividades cristianas. De hecho, Pedro destaca la importancia que tienen al decirnos: “¡Qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa[!]” (2 Ped. 3:11). Entre las obras a las que alude el apóstol se destaca sobre todo la proclamación de las buenas nuevas (Mat. 24:14). Es innegable que en algunos territorios es difícil predicar, ya sea porque las personas son apáticas o se oponen a nuestra obra, o simplemente porque viven absortas en sus problemas. Los siervos de Jehová del pasado también tuvieron que lidiar con actitudes como esas. Pero nunca se dieron por vencidos, sino que regresaron “vez tras vez” con el mensaje divino (léase 2 Crónicas 36:15, 16; Jer. 7:24-26). ¿Qué les ayudó a resistir? Primero, veían su asignación como la veía Jehová, y no la gente sin espiritualidad, y segundo, consideraban que portar el nombre de Dios era el mayor de los honores (Jer. 15:16).

      18. ¿Cómo contribuirá la predicación del Reino a que en el futuro se engrandezca el nombre de Dios?

      18 También nosotros tenemos el privilegio de anunciar el nombre y el propósito de Jehová. Gracias a nuestra labor, cuando él ajuste cuentas con sus enemigos, no podrán decir que ignoraban lo que iba a pasar. Tal como el faraón de Egipto, sabrán que es Jehová quien está actuando (Éxo. 8:1, 20; 14:25). Al mismo tiempo, Dios honrará a sus siervos fieles dejando claro frente a todo el mundo que ellos son sus representantes (léanse Ezequiel 2:5 y 33:33).

      19. ¿Cómo debemos aprovechar la paciencia de Jehová?

      19 Hacia el final de su segunda carta, Pedro escribió a sus hermanos: “Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación” (2 Ped. 3:15). Como vemos, hay que aprovechar bien la paciencia de Jehová. ¿De qué modo? Cultivando cualidades cristianas, conservándonos “inmaculados y sin tacha”, viendo las pruebas y dificultades desde la debida perspectiva y manteniéndonos ocupados en el ministerio. Si así lo hacemos, podremos recibir las bendiciones eternas que traerán los “nuevos cielos” y la “nueva tierra” (2 Ped. 3:13).

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