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Los desastres naturales y el factor humano¡Despertad! 2005 | 22 de julio
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Los desastres naturales y el factor humano
SI UN automóvil recibe buen mantenimiento, probablemente será un medio de transporte seguro, pero si se lo maltrata y se lo descuida, puede resultar peligroso. En cierto sentido ocurre lo mismo con la Tierra.
Numerosos científicos creen que nuestro planeta se ha vuelto un lugar peligroso debido a los cambios que el ser humano ha provocado en la atmósfera y los océanos. Dichos cambios, a su vez, han propiciado el aumento de la frecuencia y la gravedad de los desastres naturales. Y no parece que la situación vaya a mejorar en el futuro. “Estamos realizando un exhaustivo experimento sin ningún tipo de control con el único planeta del que disponemos”, dice un editorial de la revista Science acerca del cambio climático.
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Los desastres naturales y el factor humano¡Despertad! 2005 | 22 de julio
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Como se mencionó en el artículo anterior, en los últimos años se han formado algunas tormentas muy fuertes. Los científicos están estudiando si este hecho puede deberse al calentamiento global, que tal vez esté suministrando más energía a los sistemas tormentosos. No obstante, el cambio climático quizás sea solo una de las consecuencias del calentamiento del planeta. Es posible que ya se esté experimentando otra potencialmente más peligrosa.
Subida del nivel del mar y deforestación
De acuerdo con un editorial de la revista Science, “el nivel del mar subió entre 10 y 20 centímetros durante el siglo pasado, y no parece que vaya a parar”. ¿De qué forma influye el calentamiento global en este fenómeno? Los investigadores apuntan a dos mecanismos posibles. Uno sería mediante el derretimiento de los casquetes polares y los glaciares, con el consiguiente aumento del volumen oceánico. Y el otro, mediante la expansión térmica de los líquidos: cuando los océanos se calientan, aumenta su volumen.
Es probable que las diminutas islas Tuvalu, en el Pacífico, ya estén sufriendo las consecuencias de la subida del nivel del mar. La revista Smithsonian declara que, según datos obtenidos en el atolón de Funafuti, el nivel del mar aumentó “una media anual de 5,6 milímetros [0,22 pulgadas] en la pasada década”.
En muchos lugares del mundo, el crecimiento de la población conlleva más urbanización, mayor número de poblados marginales y, por tanto, mayor degradación del medio ambiente. Estos factores pueden incrementar la gravedad de los desastres naturales. Veamos algunos ejemplos.
El país insular de Haití tiene una alta densidad de población y problemas de deforestación. Una noticia reciente afirmaba que, aunque su situación económica, política y social es precaria, lo que en verdad pone en peligro la existencia del país es la deforestación. Esta amenaza se hizo patente de forma trágica en 2004 cuando las lluvias torrenciales provocaron avalanchas de lodo que se cobraron miles de vidas.
La edición asiática de Time culpa al “calentamiento global, las represas, la deforestación y la agricultura de tala y quema” del aumento de los desastres naturales que han plagado el sur de Asia. Por otro lado, la deforestación puede agravar la sequía al hacer que el suelo pierda la humedad con mayor rapidez. En los últimos años, a consecuencia de las sequías en Indonesia y Brasil, se han declarado incendios como nunca antes en bosques que por lo general son demasiado húmedos como para arder.
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Los desastres naturales y el factor humano¡Despertad! 2005 | 22 de julio
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Sin embargo, también en estos casos, la magnitud de los desastres depende hasta cierto punto del factor humano. Un elemento determinante es la elevada densidad de población de las áreas de alto riesgo. “En la actualidad, casi la mitad de las grandes ciudades del mundo están emplazadas en zonas proclives a los sismos”, dice el escritor Andrew Robinson. Otro factor son los materiales y el diseño estructural de las edificaciones. Se ha dicho que “los terremotos no son los que matan a la gente, sino los edificios”, lo cual ha resultado ser cierto muy a menudo. Pero ¿acaso tienen alguna alternativa quienes no pueden permitirse construir hogares a prueba de terremotos?
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Los desastres naturales y el factor humano¡Despertad! 2005 | 22 de julio
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Afortunadamente, los volcanes suelen avisar antes de hacer erupción. Este fue el caso de la Montagne Pelée de la isla caribeña de Martinica en 1902. Dado que estaban a punto de celebrarse elecciones en la cercana Saint Pierre, los políticos convencieron a la población para que se quedara, a pesar de las cenizas, el malestar físico resultante y el miedo que dominaba a la ciudad. De hecho, la mayoría de las tiendas llevaban días cerradas.
El 8 de mayo era la festividad de la Ascensión, así que muchas personas acudieron a la catedral católica a pedir en oración que se las librara del volcán. Ese día, poco antes de las ocho de la mañana, la Montagne Pelée hizo erupción, arrojando una abrasadora masa de piroclastos —cenizas, polvo volcánico, obsidiana, piedra pómez y gases calientes— con una temperatura que oscilaba entre los 200 y los 500 °C [400-900 °F]. La mortal nube negra resultante descendió a gran velocidad pegada al suelo, cubrió la ciudad, mató a unas treinta mil personas, fundió la campana de la iglesia y quemó los barcos del puerto. Fue la erupción volcánica más mortífera del siglo XX. Con todo, no hubiera causado tantas muertes si la gente hubiera prestado atención a los avisos.
¿Se intensificarán los desastres naturales?
En el Informe mundial sobre desastres 2004, la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja indica que los desastres geofísicos y climáticos se incrementaron en más de un sesenta por ciento en la pasada década. “Estos datos muestran tendencias a más largo plazo”, dice el informe, publicado antes de que se produjera el devastador maremoto del 26 de diciembre en el océano Índico. Está claro que si la población sigue aumentando en las zonas de alto riesgo y los bosques siguen desapareciendo, hay pocos motivos para ser optimistas.
Por si esto fuera poco, muchos países industrializados continúan liberando a la atmósfera más gases de efecto invernadero que nunca antes. En cierto editorial de la revista Science se decía que posponer la reducción de tales emisiones “es como rechazar un tratamiento médico para una infección incipiente. No cabe duda de que a la larga habrá que invertir más para curarla”. Teniendo en cuenta el precio que habrá que pagar, un informe canadiense sobre cómo mitigar los efectos de los desastres afirmaba: “El cambio climático puede considerarse el problema medioambiental más extendido y de mayor alcance con el que ha tenido que enfrentarse la comunidad internacional”.
Por el presente, no obstante, la comunidad internacional no consigue ponerse de acuerdo ni siquiera en si las actividades humanas contribuyen o no al calentamiento del planeta, menos aún en cómo controlarlo.
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