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“¡Ayúdame donde necesite fe!”La Atalaya 1991 | 15 de septiembre
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Especialmente las Escrituras Griegas Cristianas dicen mucho en cuanto a la fe. De hecho, en el Evangelio de Juan se emplean varias palabras griegas relacionadas con “fe” con una frecuencia que sobrepasa por más de 40% lo que se hace en los otros tres Evangelios combinados. Juan subrayó que no basta con tener fe; es vital ejercerla. Al escribir su Evangelio alrededor del año 98 E.C., podía ver que los tentáculos venenosos de la apostasía se extendían con el fin de entrampar a los cristianos que eran débiles en la fe. (Hechos 20:28-30; 2 Pedro 2:1-3; 1 Juan 2:18, 19.) De modo que era vital ejercer fe, dar prueba de ello mediante hechos de devoción piadosa. Vendrían tiempos difíciles.
4. ¿Por qué no hay nada imposible para los que tienen fe?
4 La fe permite que los cristianos hagan frente a las dificultades que se presenten. Jesús dijo a sus discípulos que si tenían “fe del tamaño de un grano de mostaza” nada les sería imposible. (Mateo 17:20.) De ese modo hizo resaltar el poder de la fe, que es un fruto del espíritu santo. Así Jesús recalcó, no lo que los humanos pueden efectuar, sino lo que el espíritu o fuerza activa de Dios puede hacer. Los que se guían por este no exageran los problemas ni obstáculos pequeños. El aplicar la sabiduría que el espíritu de Dios imparte les ayuda a ver los asuntos en su justa perspectiva. Hasta problemas serios no parecen tan graves cuando se someten al poder sostenedor de la fe. (Mateo 21:21, 22; Marcos 11:22-24; Lucas 17:5, 6.)
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“¡Ayúdame donde necesite fe!”La Atalaya 1991 | 15 de septiembre
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Piense en cómo se sintió Pedro cuando oyó a Jesús decir: “He hecho ruego a favor de ti para que tu fe no desfallezca”. ¡Imagínese! Su Señor y Amo había orado para que la fe de Pedro no decayera. Y no decayó, no desfalleció. De hecho, el día del Pentecostés, Pedro y otros fueron los primeros en ser ungidos por espíritu santo para ser hijos espirituales de Dios con la perspectiva de ser coherederos de Cristo en gloria celestial. Con espíritu santo funcionando en ellos en medida sin precedente, podrían manifestar como nunca antes el fruto de este, incluso la fe. ¡Qué maravillosa contestación a su súplica: “Danos más fe”! (Lucas 17:5; Gálatas 3:2, 22-26; 5:22, 23.)
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