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¡Tan grande nube de testigos!La Atalaya 1987 | 15 de enero
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¡Tan grande nube de testigos!
“Porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, [...] corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros.” (HEBREOS 12:1.)
1, 2. a) ¿Qué escena figurativa pudo haber tenido presente Pablo cuando escribió a los cristianos hebreos? b) ¿Por qué necesitaban una fe sólida sus compañeros de creencia hebreos?
IMAGÍNESE en un estadio como corredor. Usted avanza con resolución, esforzando cada músculo, y con la vista puesta en la meta. Pero ¿qué hay de los espectadores? Pues, ¡todos ellos han sido corredores que han triunfado! No han sido meramente espectadores, sino testigos activos tanto en palabra como en hecho.
2 Es posible que el apóstol Pablo haya tenido en mente una escena figurativa de esa índole cuando escribió a los cristianos hebreos (c. 61 E.C.). Ellos necesitaban una fe sólida. (Hebreos 10:32-39.) Solo por fe podrían prestar atención a la advertencia de Jesús de que huyeran cuando Jerusalén fuera rodeada por ejércitos acampados (en 66 E.C.), unos años antes de su destrucción por los romanos (en 70 E.C.). La fe también los sustentaría cuando fueran “perseguidos por causa de la justicia”. (Mateo 5:10; Lucas 21:20-24.)
3. En Hebreos 12:1, ¿qué es “el pecado que fácilmente nos enreda”, y qué carrera se anima a los cristianos a correr con aguante?
3 Después de hacer un recuento (en el capítulo 11 de Hebreos) de obras de fe realizadas antes del comienzo del cristianismo, Pablo instó a hacer lo siguiente: “Porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso [que pudiera servirnos de impedimento espiritual], y el pecado [la falta de fe] que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera [con la vida eterna como meta] que está puesta delante de nosotros”. (Hebreos 12:1.) El recuento de Pablo relativo a la fe en acción subraya varios aspectos de la fe, y nos ayudará, bien que nos contemos entre los cristianos ungidos que corren la carrera por inmortalidad en el cielo o entre la “gran muchedumbre” cuya meta es vida sin fin en una Tierra paradisíaca. (Revelación 7:4-10; Lucas 23:43; Romanos 8:16, 17.) Pero, precisamente, ¿qué es fe? ¿Cuáles son algunas facetas de esta gema espiritual? Y, ¿cómo obraremos si tenemos fe? Mientras busca las respuestas a estas preguntas, en su estudio particular y junto con la congregación, sírvase leer los versículos que se citan de los capítulos 11 y 12 de Hebreos.
Qué es fe
4. ¿Qué es fe?
4 Primero Pablo definió la fe. (Léase Hebreos 11:1-3.) En parte, fe es “la expectación asegurada de las cosas aguardadas”. La persona de fe tiene una garantía de que cuanto Dios promete puede considerarse como ya cumplido. Fe es también “la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen”. La prueba convincente de realidades que no se ven es tan poderosa que se dice que la fe es equivalente a esa evidencia.
5. ¿Qué percibimos por fe?
5 Por fe ‘hombres de tiempos antiguos recibieron testimonio’ de que habían agradado a Dios. También, “por fe percibimos que los sistemas de cosas [la Tierra, el Sol, la Luna y las estrellas] fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen”. Estamos convencidos de que Jehová es el Creador de esas cosas, aunque no podemos verlo porque es un Espíritu invisible. (Génesis 1:1; Juan 4:24; Romanos 1:20.)
La fe y el “mundo antiguo”
6. ¿Por qué tuvo Abel una “expectación asegurada” de que las palabras proféticas de Jehová en torno a la ‘descendencia de la mujer’ se realizarían?
6 Una de las muchas facetas de la fe es comprender que tenía que haber un sacrificio por los pecados. (Léase Hebreos 11:4.) En el “mundo antiguo”, Abel, el segundo hijo de la primera pareja humana, Adán y Eva, demostró tener fe en un sacrificio en que se derramara sangre. (2 Pedro 2:5.) Indudablemente Abel notó en sí mismo los efectos mortíferos del pecado heredado. (Génesis 2:16, 17; 3:6, 7; Romanos 5:12.) Es patente que también notó el cumplimiento del decreto de Dios que trajo sobre Adán trabajo penoso y sobre Eva considerable dolor durante el embarazo. (Génesis 3:16-19.) De modo que Abel tenía “la expectación asegurada” de que otras expresiones de Jehová se realizarían. Entre estas estaban las palabras proféticas que Dios dirigió al archiengañador Satanás cuando dijo a la serpiente: “Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”. (Génesis 3:15.)
7. a) ¿Cómo mostró Abel comprensión de que se necesitaba un sacrificio por los pecados? b) ¿De qué manera ‘dio Dios testimonio respecto a las dádivas de Abel’?
7 Abel desplegó fe en la Simiente prometida al ofrecer a Dios un sacrificio animal que podía servir de sustitutivo pictórico de la propia vida de Abel. Pero su hermano mayor, Caín, que no tenía fe, ofreció vegetales que, por supuesto, no contienen sangre. Más adelante, Caín, haciéndose asesino, derramó la sangre de Abel. (Génesis 4:1-8.) No obstante, Abel murió sabiendo que Jehová lo consideraba justo, “pues Dios dio testimonio respecto a sus dádivas”. ¿Cómo? Aceptando el sacrificio que Abel le ofreció con fe. Por su fe y por la aprobación divina, de la cual el Registro Inspirado continúa testificando, ‘aunque Abel murió, todavía habla’. Él vio que se necesitaba un sacrificio por los pecados. ¿Tiene usted fe en el sacrificio de rescate de Jesucristo, que es de un significado mucho mayor? (1 Juan 2:1, 2; 3:23.)
8. a) ¿Qué aprendemos de la fe por el testimonio valeroso de Enoc? b) ¿Cómo fue Enoc “transferido para que no viera la muerte”?
8 La fe nos mueve a hablar el mensaje de Dios con denuedo. (Léase Hebreos 11:5, 6.) Enoc, uno de los primeros testigos de Jehová, predijo valerosamente que Dios ejecutaría juicio contra los impíos. (Judas 14, 15.) Sin duda los enemigos de Enoc procuraron matarlo, pero Dios “lo tomó”, de manera que Enoc no sufrió los dolores de la muerte. (Génesis 5:24.) Antes de morir, sin embargo, “tuvo el testimonio de que había sido de buen agrado a Dios”. ¿Cómo? “Por fe Enoc fue transferido para que no viera la muerte.” Algo similar sucedió cuando Pablo fue transferido, o “arrebatado al paraíso”, evidentemente recibiendo una visión del paraíso espiritual futuro de la congregación cristiana. (2 Corintios 12:1-4.) Por eso, Enoc aparentemente disfrutaba de una visión del Paraíso terrestre venidero cuando Jehová lo puso a dormir en la muerte, fuera del alcance de sus enemigos. Para agradar a Dios, nosotros también tenemos que hablar el mensaje de Dios con denuedo, como Enoc. (Hechos 4:29-31.) Además, tenemos que creer que Dios existe y que “llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente”.
9. ¿Cómo mostró la conducta de Noé que el obedecer cuidadosamente las instrucciones de Dios es otra faceta de la fe?
9 El seguir cuidadosamente las instrucciones de Dios es otra faceta de la fe. (Léase Hebreos 11:7.) Obrando por fe, Noé hizo “tal como le había mandado Dios”. (Génesis 6:22; 7:16.) Noé recibió “advertencia divina de cosas todavía no contempladas” y creyó la declaración de Jehová de que ocurriría un diluvio mundial. Con fe y con temor reverente a Dios “construyó un arca para la salvación de su casa”. Por obediencia y obras justas, condenó así al mundo incrédulo por sus obras inicuas y mostró que aquel mundo merecía destrucción. (Génesis 6:13-22.)
10. Aunque Noé construía el arca, ¿a qué otra actividad dedicó tiempo?
10 Noé también fue testigo de Jehová al ser “predicador de justicia”. (2 Pedro 2:5.) Aunque ocupado en la construcción del arca, sacó tiempo para predicar, como lo hacen en la actualidad los testigos de Jehová. Sí, Noé habló denodadamente a la gente antediluviana como anunciador de la advertencia de Dios, pero ellos “no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos”. (Mateo 24:36-39.)
La fe entre los patriarcas postdiluvianos
11. a) ¿Cómo mostró Abrahán que la fe incluye plena confianza en las promesas de Jehová? b) Por fe, ¿qué “ciudad” esperaba Abrahán?
11 La fe incluye tener confianza completa en las promesas de Jehová. (Léase Hebreos 11:8-12.) Por fe Abrahán (Abrán) obedeció el mandato de Dios y salió de Ur de los caldeos, una ciudad que ofrecía muchas ventajas materiales. Creyó la promesa de Jehová de que “todas las familias del suelo” se bendecirían mediante él y de que a su descendencia se le daría una tierra. (Génesis 12:1-9; 15:18-21.) Isaac y Jacob, hijo y nieto de Abrahán respectivamente, fueron “herederos con él de la mismísima promesa”. Por fe Abrahán “residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera”. Esperaba “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios”. Sí, Abrahán esperaba el Reino celestial de Dios, bajo el cual sería resucitado a la vida en la Tierra. ¿Ocupa el Reino un lugar de igual importancia en la vida suya? (Mateo 6:33.)
12. ¿Qué sucedió porque Sara desplegó fe en las promesas de Jehová?
12 Las esposas de los patriarcas temerosos de Dios también desplegaron fe en las promesas de Jehová. Por ejemplo, por fe Sara, la esposa de Abrahán, pese a haber sido estéril hasta los 90 años y a haber “pasado más allá del límite de la edad”, recibió poder “para concebir descendencia, [...] puesto que estimó fiel [a Dios] que [lo] había prometido”. Posteriormente Sara dio a luz a Isaac. De ese modo, de Abrahán, quien por tener 100 años ‘estaba como muerto’ respecto a reproducción, con el tiempo “nacieron hijos como las estrellas del cielo en multitud”. (Génesis 17:15-17; 18:11; 21:1-7.)
13, 14. a) Aunque Abrahán, Isaac y Jacob “no consiguieron el cumplimiento de las promesas”, ¿cómo reaccionaron? b) ¿Cómo puede beneficiarnos una consideración de la lealtad de los patriarcas a Jehová aunque no veamos de inmediato el cumplimiento de sus promesas?
13 La fe hace que sigamos fieles a Jehová hasta cuando no vemos de inmediato el cumplimiento de sus promesas. (Léase Hebreos 11:13-16.) Todos los patriarcas fieles murieron sin ver el cumplimiento completo de las promesas que Dios les hizo. Pero “[las cosas prometidas] las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra”. Sí, con fe vivieron toda su vida, ya que pasaron varias generaciones antes que la Tierra Prometida llegara a ser posesión de la prole de Abrahán.
14 El que no recibieran el cumplimiento de las promesas divinas durante su vida no amargó a Abrahán, Isaac y Jacob ni les dio causa para hacerse apóstatas. No abandonaron a Jehová ni regresaron a Ur para envolverse en actividades mundanas. (Compárese con Juan 17:16; 2 Timoteo 4:10; Santiago 1:27; 1 Juan 2:15-17.) No; aquellos patriarcas ‘procuraron alcanzar’ un lugar mucho mejor que Ur, “es decir, uno que pertenece al cielo”. Por eso Jehová ‘no se avergüenza de ser invocado como su Dios’. Ellos mantuvieron fe en el Altísimo hasta la muerte y dentro de poco serán resucitados a la vida en la Tierra, parte del dominio de la “ciudad”, el Reino Mesiánico que Dios preparó para ellos. Pero ¿qué hay de usted? Aunque usted haya ‘andado en la verdad’ por años, envejeciendo en el servicio de Jehová, tiene que seguir confiando en el nuevo sistema que él ha prometido. (3 Juan 4; 2 Pedro 3:11-13.) ¡Qué galardón recibirán usted y los fieles patriarcas por esa fe!
15. a) ¿Qué capacitó a Abrahán para llegar al punto de casi ofrecer a Isaac en sacrificio? b) ¿Qué efecto debe tener en nuestra fe este suceso que envolvió a Abrahán e Isaac? c) ¿Qué representó proféticamente este suceso?
15 La obediencia incondicional a Dios es una faceta vital de la fe. (Léase Hebreos 11:17-19.) Porque Abrahán obedecía a Jehová sin objeción, “ofreció, por decirlo así, a Isaac, [...] su unigénito”... el único hijo que tuvo de Sara. ¿Cómo pudo hacer esto Abrahán? Porque “estimó que Dios podía levantar [a Isaac] hasta de entre los muertos”, si fuera necesario, para cumplir la promesa de que por él vendría prole. En un instante el cuchillo que Abrahán tenía en la mano le habría quitado la vida a Isaac, pero la voz de un ángel lo impidió. Por lo tanto, Abrahán recibió a Isaac de la muerte “a manera de ilustración”. Así mismo, nosotros deberíamos sentirnos motivados a obedecer a Dios con fe aunque nuestra vida o la de nuestros hijos estuviera en peligro. (1 Juan 5:3.) Merece mencionarse, también, que en aquel tiempo Abrahán e Isaac ejecutaron un cuadro profético de que Jehová Dios ofrecería a su Hijo unigénito, Jesucristo, como rescate para que los que ejercieran fe en él tuvieran vida eterna. (Génesis 22:1-19; Juan 3:16.)
16. Respecto a nuestros hijos y a fe en las promesas de Dios, ¿qué ejemplo nos dieron los patriarcas?
16 Si tenemos fe, ayudaremos a nuestra prole a cifrar su esperanza en lo que Dios promete para el futuro. (Léase Hebreos 11:20-22.) La fe de los patriarcas era tan fuerte que, aunque las promesas que Jehová les hizo no se cumplieron completamente durante su vida, ellos las pasaron a sus hijos como una herencia apreciada. Así, “Isaac bendijo a Jacob y a Esaú respecto a cosas por venir” y Jacob, en el lecho de muerte, pronunció bendiciones sobre Efraín y Manasés, los hijos de José. Porque José mismo tenía una fe fuerte en que los israelitas saldrían de Egipto rumbo a la Tierra Prometida, hizo que sus hermanos juraran que llevarían consigo los restos de él cuando partieran. (Génesis 27:27-29, 38-40; 48:8-22; 50:24-26.) ¿Está ayudando usted a su familia a cultivar una fe como esa en lo que Jehová ha prometido?
La fe nos lleva a poner a Dios en primer lugar
17. ¿Cómo obraron con fe los padres de Moisés?
17 La fe nos mueve a poner a Jehová y a su pueblo por encima de cualquier cosa que este mundo ofrezca. (Léase Hebreos 11:23-26.) Los israelitas eran esclavos que necesitaban liberación del cautiverio en Egipto cuando los padres de Moisés obraron con fe. “No temieron la orden del rey” de dar muerte a los varones hebreos cuando nacieran. Más bien, escondieron a Moisés por tres meses y finalmente lo colocaron en un arca de papiro entre las cañas en la ribera del río Nilo. La hija de Faraón halló a Moisés, y “lo crió como hijo suyo”. No obstante, primeramente Moisés fue amamantado y recibió educación espiritual en la casa de sus padres, Amram y Jokébed. Entonces, como miembro de la casa de Faraón, “fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios” y se hizo ‘poderoso en palabras y hechos’, extraordinario en aptitudes mentales y físicas. (Hechos 7:20-22; Éxodo 2:1-10; 6:20.)
18. Por su fe, ¿qué postura asumió Moisés respecto a la adoración de Jehová?
18 Sin embargo, la educación egipcia y el esplendor material de la casa real no hicieron que Moisés abandonara la adoración de Jehová y se convirtiera en apóstata. Más bien, “por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón”, cosa que se dio a entender cuando defendió a uno de sus hermanos hebreos. (Éxodo 2:11, 12.) Moisés escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios [compañeros israelitas que adoraban a Jehová] más bien que disfrutar temporalmente del pecado”. Si usted es un siervo bautizado de Jehová que tiene el sólido respaldo de una preparación espiritual propia, ¿seguirá el ejemplo de Moisés y permanecerá firme a favor de la adoración verdadera?
19. a) ¿Cómo se evidencia que Moisés puso a Jehová y a Su pueblo en primer lugar en la vida? b) ¿Hacia el pago de qué galardón miraba Moisés?
19 Moisés unió su futuro al del pueblo de Jehová ‘porque estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto’. Lo más seguro es que Moisés ‘estimó el vituperio de ser un tipo o modelo antiguo del Cristo —o el Ungido de Dios— como riqueza más grande que los tesoros de Egipto’. Como miembro de la casa real, pudo haber disfrutado de riquezas y fama en Egipto. Pero ejerció fe y ‘miró atentamente hacia el pago del galardón’... vida eterna por resurrección en la Tierra en el prometido nuevo sistema de Dios.
20. En la experiencia de Moisés, ¿qué nos muestra que la fe nos hace intrépidos como siervos de Jehová?
20 La fe nos hace intrépidos porque confiamos en Jehová como libertador. (Léase Hebreos 11:27-29.) Tras enterarse de que Moisés había matado a un egipcio, Faraón procuró matarlo. “Pero Moisés huyó de Faraón para morar en la tierra de Madián.” (Éxodo 2:11-15.) Por eso parece que Pablo alude al éxodo posterior de los hebreos de Egipto cuando dice: “Por fe [Moisés] dejó a Egipto, pero sin temer la cólera del rey [quien lo amenazó de muerte por haber representado a Dios a favor de Israel], porque continuó constante como si viera a Aquel que es invisible”. (Éxodo 10:28, 29.) Aunque en realidad Moisés nunca vio a Dios, los tratos de Jehová con él fueron tan reales que obró como si realmente viera “a Aquel que es invisible”. (Éxodo 33:20.) ¿Tiene esa firmeza la relación de usted con Jehová? (Salmo 37:5; Proverbios 16:3.)
21. Tocante a la partida de Israel de Egipto, ¿qué sucedió “por fe”?
21 Justamente antes que Israel partiera de Egipto, Moisés ‘por fe celebró la pascua y la salpicadura de la sangre, para que el destructor no tocara a los primogénitos de los israelitas’. Sí, se necesitó fe para celebrar la Pascua con la convicción de que los primogénitos de Israel permanecerían vivos, pero los primogénitos egipcios morirían, y aquella fe fue recompensada. (Éxodo 12:1-39.) Además, ‘por fe el pueblo de Israel pasó por el mar Rojo como en tierra seca, pero los egipcios, al aventurarse sobre ella, fueron tragados’. ¡Qué maravilloso libertador resultó ser Dios! Y debido a esta liberación, los israelitas empezaron “a temer a Jehová y a poner fe en Jehová y en Moisés su siervo”. (Éxodo 14:21-31.)
22. En cuanto a la fe, ¿qué preguntas quedan por considerarse?
22 La fe de Moisés y de los patriarcas ciertamente sirve hoy de modelo para los testigos de Jehová. Pero ¿qué sucedió con relación a los tratos posteriores de Dios con los descendientes de Abrahán como nación organizada teocráticamente? ¿Qué podemos aprender de otras obras de fe de tiempos antiguos?
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El mundo no era digno de ellosLa Atalaya 1987 | 15 de enero
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El mundo no era digno de ellos
“Fueron apedreados, fueron probados, [...] y el mundo no era digno de ellos.” (HEBREOS 11:37, 38.)
1, 2. ¿En qué circunstancias mantuvieron integridad los testigos de Jehová de la antigüedad, y cómo afectan sus hechos a los siervos de Dios de hoy día?
LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ de tiempos antiguos mantuvieron integridad a Dios a pesar de las muchas pruebas a que los sometió una sociedad humana injusta. Por ejemplo, los siervos de Dios fueron apedreados y degollados a espada. Sufrieron maltrato y tribulación. Sin embargo, su fe no vaciló. Ciertamente, pues, es como dice el apóstol Pablo: “El mundo no era digno de ellos”. (Hebreos 11:37, 38.)
2 Los hechos inspiradores de fe de los hombres antediluvianos devotos, de los patriarcas y de Moisés mueven a los testigos de Jehová de la actualidad a servir a Dios con fe. Pero ¿qué hay de otras personas a quienes se menciona en los capítulos 11 y 12 de Hebreos? ¿Cómo podemos beneficiarnos de considerar las facetas de su fe?
La fe de jueces, reyes y profetas
3. ¿Cómo muestran los sucesos relativos a Jericó y Rahab que la fe tiene que ser probada por obras?
3 La fe no es meramente creencia; tiene que demostrarse por obras o acciones. (Léase Hebreos 11:30, 31.) Después de la muerte de Moisés, la fe de los israelitas resultó en que obtuvieran una victoria tras otra en Canaán, pero esto exigió esfuerzo de su parte. Por ejemplo, por la fe de Josué y de otros “los muros de Jericó cayeron después de haber sido rodeados por siete días”. Pero “por fe Rahab la ramera no pereció con los que obraron desobedientemente [los residentes sin fe de Jericó]”. ¿Por qué? “Porque [Rahab] recibió a los espías [israelitas] de manera pacífica”, dando prueba de su fe al esconderlos de los cananeos. La fe de Rahab estaba basada sólidamente en informes de que ‘Jehová había secado las aguas del mar Rojo’ de delante de los israelitas y les había otorgado la victoria sobre los reyes amorreos Sehón y Og. Rahab se transformó debidamente en sentido moral y fue bendecida por su fe activa al ser conservada con vida junto con su casa cuando Jericó cayó, y al llegar a ser antecesora de Jesucristo. (Josué 2:1-11; 6:20-23; Mateo 1:1, 5; Santiago 2:24-26.)
4. ¿Qué enfatizan las experiencias de Gedeón y Baraq en cuanto a mostrar fe frente al peligro?
4 La fe se muestra confiando plenamente en Jehová frente al peligro. (Léase Hebreos 11:32.) Pablo reconoció que le faltaría tiempo si pasara a hablar acerca de “Gedeón, de Baraq, de Sansón, de Jefté, de David, así como también de Samuel y de los demás profetas”, cuyas hazañas dieron abundante prueba de fe y confianza en Dios en medio de situaciones peligrosas. Así, por fe y con un grupo de solamente 300 hombres, el juez Gedeón fue facultado por Dios para aplastar el poderío militar de los opresivos madianitas. (Jueces 7:1-25.) Alentados por Débora la profetisa, el juez Baraq y una infantería de 10.000 hombres mal equipados triunfaron sobre las fuerzas muy superiores del rey Jabín, quien disponía de 900 carros de guerra con protección especial al mando de Sísara. (Jueces 4:1–5:31.)
5. ¿De qué maneras desplegaron Sansón y Jefté una fe que dio prueba de confianza completa en Jehová?
5 Otro ejemplo de fe de los días de los jueces de Israel fue Sansón, poderoso enemigo de los filisteos. Es cierto que acabó ciego y cautivo de ellos. Pero Sansón causó la muerte de muchos enemigos cuando derribó los pilares de la casa donde estos presentaban un gran sacrificio a su dios falso Dagón. Sí, Sansón murió con aquellos filisteos, pero no como un suicida en desesperación. En despliegue de fe confió en Jehová y le pidió en oración que le proveyera la fuerza necesaria para vengarse en los enemigos de Dios y de Su pueblo. (Jueces 16:18-30.) Jefté, a quien Jehová otorgó la victoria sobre los ammonitas, también desplegó una fe que dio prueba de que confiaba de lleno en Jehová. Solo con una fe como aquella pudo haber cumplido su voto a Dios dedicando a su hija al servicio de Jehová en virginidad perpetua. (Jueces 11:29-40.)
6. ¿Cómo mostró David su fe?
6 David también fue notable por su fe. Era solo un joven cuando peleó contra el gigante filisteo Goliat. “Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina —dijo David—, pero yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos.” Sí, David confió en Dios, mató al gigante filisteo y llegó a ser un valiente rey guerrero que peleó por los intereses del pueblo de Dios. Y debido a su fe David fue un hombre agradable al corazón de Jehová. (1 Samuel 17:4, 45-51; Hechos 13:22.) Samuel y otros profetas también desplegaron gran fe durante su vida y mostraron que dependían por completo de Dios. (1 Samuel 1:19-28; 7:15-17.) ¡Qué excelentes ejemplos para los siervos de Jehová de hoy, jóvenes y mayores!
7. a) ¿Quiénes “por fe derrotaron reinos en conflicto”? b) ¿Quiénes “efectuaron justicia” mediante fe?
7 Por fe podemos enfrentarnos con éxito a toda prueba de integridad y podemos lograr todo lo que armonice con la voluntad divina. (Léase Hebreos 11:33, 34.) Cuando mencionó otros actos de fe, parece que Pablo pensaba en jueces, reyes y profetas hebreos, pues acababa de mencionar a hombres de aquella clase. “Por fe” jueces como Gedeón y Jefté “derrotaron reinos en conflicto”. Lo mismo hizo el rey David, quien subyugó a los filisteos, moabitas, sirios, edomitas y a otros. (2 Samuel 8:1-14.) También por fe jueces rectos “efectuaron justicia”, y el consejo justo de Samuel y otros profetas movió por lo menos a algunos a evitar o abandonar el mal. (1 Samuel 12:20-25; Isaías 1:10-20.)
8. ¿Qué promesa obtuvo David, y en qué resultó?
8 David fue uno que por fe ‘obtuvo promesas’. Jehová le prometió: “Tu mismísimo trono llegará a ser un trono firmemente establecido hasta tiempo indefinido”. (2 Samuel 7:11-16.) Y Dios cumplió su promesa al establecer el Reino Mesiánico en 1914. (Isaías 9:6, 7; Daniel 7:13, 14.)
9. ¿En qué circunstancias fueron ‘tapadas las bocas de leones mediante fe’?
9 El profeta Daniel se enfrentó con éxito a una prueba de integridad cuando siguió orándole a Dios como acostumbraba hacerlo diariamente, a pesar de una prohibición real. Así, con la fe del que se mantiene íntegro, Daniel ‘tapó la boca de los leones’ al conservarlo Jehová con vida en el foso de los leones, donde había sido arrojado. (Daniel 6:4-23.)
10. ¿Quiénes “detuvieron la fuerza del fuego” mediante fe, y qué nos permitirá hacer una fe semejante?
10 Sadrac, Mesac y Abednego, compañeros hebreos de Daniel que también guardaron integridad, para los efectos “detuvieron la fuerza del fuego”. Cuando se les amenazó con muerte en un horno supercalentado, dijeron al rey Nabucodonosor que, fuera que el Dios de ellos los rescatara o no, no servirían a los dioses del monarca babilonio ni adorarían la imagen que el rey había erigido. Jehová no apagó el fuego de aquel horno, pero se aseguró de que no les causara daño a los tres hebreos. (Daniel 3:1-30.) Una fe como aquella nos permite mantener integridad a Dios hasta el punto de arrostrar la muerte a manos del enemigo. (Revelación 2:10.)
11. a) Por fe, ¿quiénes “escaparon del filo de la espada”? b) ¿Quiénes fueron “hechos poderosos” por fe? c) ¿Quiénes “se hicieron valientes en guerra” y “pusieron en fuga a los ejércitos extranjeros”?
11 David ‘escapó del filo de la espada’ de los hombres del rey Saúl. (1 Samuel 19:9-17.) Los profetas Elías y Eliseo también escaparon de morir por la espada. (1 Reyes 19:1-3; 2 Reyes 6:11-23.) Pero ¿quiénes, ‘de un estado débil, fueron hechos poderosos por fe’? Pues bien, Gedeón pensó que él y sus hombres eran demasiado débiles para salvar a Israel de los madianitas. Pero fue ‘hecho poderoso’ por Dios, quien le dio la victoria... ¡y esto con solo 300 hombres! (Jueces 6:14-16; 7:2-7, 22.) “De un estado débil” cuando le cortaron el cabello, Sansón fue ‘hecho poderoso’ por Jehová y dio muerte a muchos filisteos. (Jueces 16:19-21, 28-30; compárese con Jueces 15:13-19.) Pablo quizás haya pensado también en el rey Ezequías como uno que, de una condición débil —militar y hasta físicamente— fue ‘hecho poderoso’. (Isaías 37:1–38:22.) Entre los siervos de Dios que “se hicieron valientes en guerra” estuvieron el juez Jefté y el rey David. (Jueces 11:32, 33; 2 Samuel 22:1, 2, 30-38.) Y el juez Baraq estuvo entre los que “pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros”. (Jueces 4:14-16.) Todas estas hazañas deberían convencernos de que por fe podemos enfrentarnos con éxito a toda prueba de nuestra integridad y lograr todo lo que esté en armonía con la voluntad de Jehová.
Otras personas de fe ejemplar
12. a) ¿Qué “mujeres recibieron a sus muertos por resurrección”? b) ¿De qué manera será “mejor” la resurrección de ciertos hombres de fe?
12 La fe incluye creer en la resurrección, una esperanza que nos ayuda a mantenernos íntegros a Dios. (Léase Hebreos 11:35.) Por la fe, “mujeres recibieron a sus muertos por resurrección”. Gracias a la fe y al poder de Dios, Elías resucitó al hijo de una viuda en Sarepta, y Eliseo levantó a la vida al hijo de una sunamita. (1 Reyes 17:17-24; 2 Reyes 4:17-37.) “Pero otros hombres fueron atormentados [literalmente: “golpeados con palo”] porque rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor.” Parece que a estos testigos de Jehová, no identificados en las Escrituras, se les mató a golpes porque rehusaron aceptar una liberación que hubiera requerido que transigieran en su fe. Su resurrección será “mejor” porque no será inevitablemente necesario que mueran de nuevo (como sí murieron las personas a quienes resucitaron Elías y Eliseo) y porque acontecerá bajo la gobernación del Reino por Jesucristo, el “Padre Eterno”, cuyo rescate provee la oportunidad de vivir para siempre en la Tierra. (Isaías 9:6; Juan 5:28, 29.)
13. a) ¿Quiénes sufrieron “mofas y azotes”? b) ¿Quiénes experimentaron “cadenas y prisiones”?
13 Si tenemos fe, podremos aguantar la persecución. (Léase Hebreos 11:36-38.) Cuando se nos persigue, es provechoso recordar la esperanza de la resurrección y reconocer que Dios puede sostenernos como sostuvo a “otros [que] recibieron su prueba [de fe] por mofas y azotes, en verdad, más que eso, por cadenas y prisiones”. Los israelitas “continuamente estuvieron [...] mofándose de sus profetas, hasta que la furia de Jehová subió contra su pueblo”. (2 Crónicas 36:15, 16.) Por fe, Micaya, Eliseo y otros siervos de Dios aguantaron “mofas”. (1 Reyes 22:24; 2 Reyes 2:23, 24; Salmo 42:3.) Los “azotes” eran conocidos en los días de los reyes y los profetas de Israel, y los opositores de Jeremías lo “golpearon”, no solo lo abofetearon a manera de insulto. Las “cadenas y prisiones” quizás nos recuerden las experiencias de Jeremías así como las de los profetas Micaya y Hananí. (Jeremías 20:1, 2; 37:15; 1 Reyes 12:11; 22:26, 27; 2 Crónicas 16:7, 10.) Porque tienen una fe como la de aquellas personas, los testigos de Jehová de la actualidad han podido aguantar sufrimientos parecidos a aquellos “por causa de la justicia”. (1 Pedro 3:14.)
14. a) ¿Quién estuvo entre los que fueron “apedreados”? b) ¿Quién quizás haya sido ‘aserrado en pedazos’?
14 Pablo dice que “fueron apedreados”. Uno de aquellos hombres de fe fue Zacarías, el hijo del sacerdote Jehoiadá. Envuelto por el espíritu de Dios, habló claramente contra los apóstatas de Judá. ¿Con qué resultado? Por orden del rey Jehoás, un grupo de conspiradores le dio muerte a pedradas en el patio de la casa de Jehová. (2 Crónicas 24:20-22; Mateo 23:33-35.) Pablo añadió: “Fueron probados, fueron aserrados en pedazos”. Él quizás haya pensado en el profeta Micaya entre los que “fueron probados”, y una tradición judía de solidez cuestionable asegura que Isaías fue aserrado en dos durante el reinado del rey Manasés. (1 Reyes 22:24-28.)
15. ¿Quiénes sufrieron “maltratamiento” y “anduvieron vagando por los desiertos”?
15 Otros “murieron degollados a espada”, como, por ejemplo, los profetas de Dios compañeros de Elías que fueron ‘muertos a espada’ en los días del inicuo rey Acab. (1 Reyes 19:9, 10.) Elías y Eliseo estuvieron entre los que con fe “anduvieron de acá para allá en pieles de oveja, en pieles de cabra, hallándose en necesidad, en tribulación, bajo maltratamiento”. (1 Reyes 19:5-8, 19; 2 Reyes 1:8; 2:13; compárese con Jeremías 38:6.) Entre los que “anduvieron vagando por los desiertos áridos y las montañas y en las cuevas y cavernas de la tierra” como objeto de persecución tendrían que encontrarse no solo Elías y Eliseo, sino también los 100 profetas que Abdías escondió por grupos de cincuenta en una cueva, a los que proveyó pan y agua cuando la idólatra reina Jezabel comenzó a ‘cortar de la existencia a los profetas de Jehová’. (1 Reyes 18:4, 13; 2 Reyes 2:13; 6:13, 30, 31.) ¡Qué mantenedores de integridad! No es de extrañar que Pablo dijera: ¡“El mundo [la sociedad humana injusta] no era digno de ellos”!
16. a) ¿Por qué no han obtenido ya “el cumplimiento de la promesa” los testigos de Jehová de la era precristiana? b) Para los testigos de Jehová de tiempos precristianos el ‘ser perfeccionados’ tiene que referirse a ¿qué?
16 La fe nos da la convicción de que al tiempo debido de Dios todos los que lo aman ‘obtendrán el cumplimiento de la promesa’. (Léase Hebreos 11:39, 40.) Los que se mantuvieron íntegros en la era precristiana “recibieron testimonio por su fe”, lo que ahora es parte del registro bíblico. Pero no han recibido aún “el cumplimiento de la promesa” de Dios mediante una resurrección en la Tierra con la perspectiva de vida eterna bajo la gobernación del Reino. ¿Por qué? “Para que ellos no fueran perfeccionados aparte” de los seguidores ungidos de Jesús, para quienes “Dios previó algo mejor”: vida inmortal en los cielos y privilegios de corregentes con Cristo Jesús. Mediante su resurrección, que comenzó después del establecimiento del Reino en 1914, los cristianos ungidos son “perfeccionados” en los cielos antes que los testigos de Jehová de tiempos precristianos sean resucitados en la Tierra. (1 Corintios 15:50-57; Revelación 12:1-5.) Para aquellos primeros testigos, el ser “perfeccionados” tiene que referirse a su resurrección en la Tierra, a que finalmente se les ‘liberte de la esclavitud a la corrupción’, y a que alcancen la perfección humana mediante los servicios del Sumo Sacerdote Jesucristo y sus 144.000 subsacerdotes celestiales durante Su Reinado Milenario. (Romanos 8:20, 21; Hebreos 7:26; Revelación 14:1; 20:4-6.)
Mantengamos la vista en el Perfeccionador de nuestra fe
17, 18. a) Para tener éxito en nuestra carrera por alcanzar la vida eterna, ¿qué debemos hacer? b) ¿De qué manera es Jesucristo el “Perfeccionador de nuestra fe”?
17 Después de considerar los hechos de testigos de Jehová de la era precristiana, Pablo señaló al ejemplo principal de fe. (Léase Hebreos 12:1-3.) ¡Qué fuente de estímulo es tener “tan grande nube de testigos que nos cerca”! Nos impele a quitarnos todo peso que pudiera impedir nuestro progreso espiritual. Nos ayuda a evitar el pecado de la pérdida o la falta de fe y a correr con aguante la carrera cristiana por alcanzar la vida eterna. Sin embargo, para alcanzar nuestra meta tenemos que hacer algo más. Pero ¿qué es eso?
18 Si queremos tener éxito en nuestra carrera por alcanzar la vida eterna en el nuevo sistema de cosas de Dios, tenemos que ‘mirar atentamente al Agente Principal [o Caudillo Principal] y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús’. La fe de Abrahán y otras personas que llevaron vidas de integridad antes del ministerio terrestre de Jesucristo fue imperfecta, incompleta, por el hecho de que en aquel tiempo no entendieron las profecías todavía no cumplidas acerca del Mesías. (Compárese con 1 Pedro 1:10-12.) Pero con el nacimiento, ministerio, muerte y resurrección de Jesús se cumplieron muchas profecías mesiánicas. Así, pues, la fe en sentido perfeccionado ‘llegó’ mediante Jesucristo. (Gálatas 3:24, 25.) Además, desde su posición celestial Jesús continuó siendo el Perfeccionador de la fe de sus seguidores, como cuando derramó sobre ellos el espíritu santo en el Pentecostés de 33 E.C. y mediante revelaciones que desarrollaron progresivamente su fe. (Hechos 2:32, 33; Romanos 10:17; Revelación 1:1, 2; 22:16.) ¡Qué agradecidos estamos por este “Testigo Fiel”, este “Caudillo Principal” de los testigos de Jehová! (Revelación 1:5; Mateo 23:10.)
19. ¿Por qué debe ‘considerarse con sumo cuidado y atención’ a Jesús?
19 Puesto que no es fácil aguantar los vituperios de los que no tienen fe, Pablo exhortó: “Consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado [Jesús] tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas”. En verdad, si mantenemos nuestra vista fija en “el Testigo Fiel”, Jesucristo, nunca nos cansaremos de hacer la voluntad divina. (Juan 4:34.)
20. Mencione algunas cosas que usted ha aprendido acerca de la fe al considerar Hebreos 11:1–12:3.
20 De la ‘gran nube de testigos’ aprendemos mucho acerca de las diferentes facetas de la fe. Por ejemplo, una fe como la de Abel acrecienta nuestro aprecio del sacrificio de Jesús. La fe verdadera nos hace testigos valerosos, así como Enoc habló denodadamente el mensaje de Jehová. Como en el caso de Noé, nuestra fe nos mueve a seguir cuidadosamente las instrucciones de Dios y a servir como predicadores de justicia. La fe de Abrahán graba en nosotros la necesidad de obedecer a Dios y confiar en Sus promesas, aunque algunas de ellas no se hayan cumplido todavía. El ejemplo de Moisés muestra que la fe permite que nos mantengamos sin mancha de este mundo y que permanezcamos leales junto al pueblo de Jehová. Las hazañas de los jueces, reyes y profetas de Israel prueban que la fe en Dios puede sostenernos en medio de persecución y pruebas. Y ¡qué agradecidos estamos de que el ejemplo supremo de Jesucristo haga nuestra fe firme e inmovible! Por lo tanto, con Jesús como nuestro Caudillo y con la fuerza de nuestro Dios, continuemos manifestando fe duradera como testigos de Jehová.
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