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Fortalezcamos nuestra fe en las cosas que esperamosLa Atalaya (estudio) 2016 | octubre
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Fortalezcamos nuestra fe en las cosas que esperamos
“Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan” (HEB. 11:1).
1, 2. a) ¿Qué diferencia hay entre la esperanza que anhelan los cristianos verdaderos y la de las personas de este mundo? b) ¿Qué importantes preguntas vamos a analizar?
LOS cristianos tenemos una esperanza maravillosa, la mejor que puede tener un ser humano. Seamos ungidos o de las otras ovejas, esperamos ver el cumplimiento del propósito original de Dios y la santificación de su nombre (Juan 10:16; Mat. 6:9, 10). También anhelamos recibir el premio de la vida eterna, ya sea como parte de los “nuevos cielos” de Dios o de su “nueva tierra” (2 Ped. 3:13). Mientras llega ese día, confiamos en que el pueblo de Jehová continúe prosperando espiritualmente.
2 Muchas personas de este mundo tienen algún tipo de esperanza, pero dudan de que sus deseos lleguen a hacerse realidad. Por ejemplo, millones de jugadores confían en ganar la lotería, pero no tienen la plena seguridad de conseguirlo. En cambio, la fe verdadera es “la expectativa segura” de las cosas que esperamos (Heb. 11:1). Pues bien, ¿qué podemos hacer para que nuestra expectativa sea más segura? ¿Y cómo nos beneficia tener una fe fuerte?
3. ¿En qué hecho se basa la fe del cristiano?
3 Los seres humanos no nacemos con fe; tampoco surge por sí sola. La fe cristiana es el resultado de la acción del espíritu santo en un corazón receptivo (Gál. 5:22). La Biblia no dice que Jehová tenga fe ni que la necesite. Como nuestro Padre celestial es todopoderoso y lo sabe todo, no hay nada que pueda impedirle realizar su propósito. Está tan seguro de que las bendiciones que ha prometido se cumplirán que para él ya son una realidad. Por eso, dice: “¡Han acontecido!” (lea Revelación 21:3-6). La fe del cristiano se basa en el hecho de que Jehová es “el Dios fiel” y siempre hace lo que promete (Deut. 7:9).
APRENDAMOS DE LOS EJEMPLOS DE FE DEL PASADO
4. ¿Qué esperanza anhelaban los hombres y mujeres de fe que vivieron antes de Cristo?
4 En el capítulo 11 de Hebreos encontramos los nombres de 16 hombres y mujeres que tenían fe. Pablo escribió por inspiración que ellos y muchos otros “recibieron testimonio por su fe” (Heb. 11:39). Todos tenían la “expectativa segura” de que Dios levantaría a la “descendencia” prometida para aplastar la rebelión de Satanás y cumplir el propósito original de Jehová (Gén. 3:15). Aquellas personas fieles murieron antes de que la “descendencia” prometida, Jesucristo, abriera el camino a la vida en los cielos (Gál. 3:16). Pero, de acuerdo con las infalibles promesas de Jehová, serán resucitadas con la esperanza de alcanzar la perfección en el paraíso (Sal. 37:11; Is. 26:19; Os. 13:14).
5, 6. a) ¿En qué pusieron su esperanza Abrahán y su familia? b) ¿Qué hicieron para tener una fe fuerte? (Vea el dibujo del principio).
5 Hebreos 11:13 dice lo siguiente sobre algunos siervos de Dios que vivieron antes de Cristo: “En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron”. Uno de ellos fue Abrahán. ¿Tenía presente la esperanza de la vida maravillosa que disfrutaremos bajo el gobierno de la “descendencia” prometida? Jesús respondió claramente a esta pregunta cuando les dijo a sus enemigos: “Abrahán el padre de ustedes se regocijó mucho por la expectativa de ver mi día, y lo vio y se regocijó” (Juan 8:56). Lo mismo puede decirse de Sara, Isaac, Jacob y muchos otros que pusieron todas sus esperanzas en el Reino futuro, “cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb. 11:8-11).
6 ¿Qué hicieron Abrahán y su familia para tener una fe fuerte? Probablemente aprendieron cosas sobre Dios al escuchar a hombres mayores fieles, mediante revelaciones divinas o leyendo documentos antiguos confiables. Lo más importante es que no olvidaron lo que habían aprendido. Al contrario, atesoraron las promesas de Dios y sus normas, y meditaron en ellas. Como tenían una esperanza tan segura, estos hombres y mujeres estaban preparados para ser leales a Dios ante cualquier adversidad.
7. ¿Qué nos ha suministrado Jehová para que lleguemos a tener una fe fuerte, y qué debemos hacer nosotros?
7 Jehová nos ha suministrado toda su Palabra, la Biblia, para que nuestra fe sea fuerte. Debemos tener la costumbre de leerla, si es posible todos los días, para ser felices y tener éxito (Sal. 1:1-3; lea Hechos 17:11). Además, es necesario que meditemos constantemente en las promesas de Dios y seamos obedientes a sus normas, igual que hicieron sus siervos precristianos. Otra bendición de Jehová es el suministro abundante de alimento espiritual mediante “el esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45). Por tanto, si atesoramos lo que él nos enseña mediante este alimento, seremos como los ejemplos de fe de tiempos antiguos, que tenían una “expectativa segura”: la esperanza del Reino.
8. ¿Cómo nos fortalece la fe orar?
8 La oración también fue esencial para que los testigos de Jehová de tiempos precristianos tuvieran una fe fuerte. Y su fe se fortalecía más al ver la respuesta de Dios a sus oraciones (Neh. 1:4, 11; Sal. 34:4, 15, 17; Dan. 9:19-21). Nosotros también podemos desahogarnos con Jehová contándole todo lo que nos preocupa, seguros de que nos escuchará y nos dará fuerzas para aguantar con gozo. Y nuestra fe se fortalecerá al ver cómo nos responde (lea 1 Juan 5:14, 15). Puesto que la fe es un aspecto del fruto del espíritu, tenemos que hacer tal como nos exhortó Jesús y seguir pidiendo el espíritu de Dios (Luc. 11:9, 13).
9. Además de orar por nosotros, ¿por quiénes debemos hacerlo?
9 Pero no debemos limitarnos a pedirle a Jehová que nos ayude. Todos los días podemos darle las gracias y alabarlo por sus “maravillosas obras”, que son más numerosas de lo que se puede relatar (Sal. 40:5). Además, nuestras oraciones deben mostrar que nos acordamos de “los que están en cadenas de prisión”, como si estuviéramos “encadenados con ellos”. Y también deberíamos pedir por los hermanos de todo el mundo, sobre todo por “los que llevan la delantera”. Se nos conmueve el corazón cuando vemos que Jehová responde las oraciones de su pueblo (Heb. 13:3, 7).
SE MANTUVIERON ÍNTEGROS
10. ¿Qué ejemplos tenemos de siervos de Dios que se mantuvieron íntegros, y qué les dio la fuerza para lograrlo?
10 En el capítulo 11 de Hebreos, el apóstol Pablo menciona las pruebas que sufrieron muchos siervos de Dios anónimos. Por ejemplo, escribe sobre mujeres de fe que fueron testigos de la muerte de sus hijos y de su posterior resurrección. También habla de personas que “rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor” (Heb. 11:35). No sabemos con seguridad en quiénes estaba pensando, pero algunos siervos de Dios, como Nabot y Zacarías, murieron apedreados por obedecer a Dios y hacer su voluntad (1 Rey. 21:3, 15; 2 Crón. 24:20, 21). Daniel y sus compañeros tuvieron la oportunidad de “aceptar la liberación” a cambio de violar su integridad, pero no lo hicieron. Gracias a su fe en el poder de Dios, “taparon bocas de leones” y “detuvieron la fuerza del fuego”, por decirlo así (Heb. 11:33, 34; Dan. 3:16-18, 20, 28; 6:13, 16, 21-23).
11. ¿Qué pruebas aguantaron algunos profetas debido a su fe?
11 Por su fe, profetas como Micaya y Jeremías “recibieron su prueba por mofas y [...] prisiones”. Otros, como Elías, “anduvieron vagando por los desiertos áridos y las montañas y en las cuevas y cavernas de la tierra”. Todos aguantaron porque tenían una “expectativa segura de las cosas que se esperan” (Heb. 11:1, 36-38; 1 Rey. 18:13; 22:24-27; Jer. 20:1, 2; 28:10, 11; 32:2).
12. ¿Quién puso el mayor ejemplo de aguante ante las pruebas, y qué lo ayudó?
12 Después de describir lo que habían hecho algunos hombres y mujeres de fe, Pablo resaltó el mayor ejemplo de todos: nuestro Señor Jesucristo. “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios”, dice Hebreos 12:2. Debemos considerar “con sumo cuidado y atención” su ejemplo de fe ante la prueba más difícil (lea Hebreos 12:3). Igual que él, los mártires cristianos de la antigüedad, como el discípulo Antipas, se negaron a transigir (Rev. 2:13). Fueron recompensados con la resurrección celestial, que es superior a la “resurrección mejor” que esperaban los hombres de fe que los precedieron (Heb. 11:35). Algún tiempo después del nacimiento del Reino, en 1914, todos aquellos ungidos fieles, que estaban durmiendo en la muerte, resucitaron a una vida espiritual en el cielo para gobernar con Jesús a la humanidad (Rev. 20:4).
EJEMPLOS DE FE DE NUESTROS DÍAS
13, 14. a) ¿Qué pruebas sufrió Rudolf Graichen? b) ¿Qué lo ayudó a aguantarlas?
13 Hoy, millones de siervos de Dios siguen el ejemplo de Jesús. Se concentran en su esperanza y no permiten que las pruebas debiliten su fe. Veamos el ejemplo de Rudolf Graichen, que nació en Alemania en 1925. Al recordar los cuadros con escenas bíblicas que colgaban de las paredes de su casa, escribió: “En uno de ellos estaban pintados el lobo y el cordero, el cabrito y el leopardo, el becerro y el león: todos morando en paz y conducidos por un niñito. [...] Aquellos cuadros me causaron una impresión perdurable” (Is. 11:6-9). Su fe en que habrá un paraíso se mantuvo firme a pesar de muchos años de terrible persecución, primero de parte de la Gestapo durante el régimen nazi y después de la Stasi, la policía comunista de Alemania oriental.
14 Tuvo que aguantar otras duras pruebas, como la pérdida de su querida madre, que murió de tifus en el campo de concentración de Ravensbrück, y ver que la fe de su padre se debilitó tanto que llegó a firmar un documento en el que renunciaba a ser testigo de Jehová. Al salir de prisión, Rudolf recibió el privilegio de ser superintendente de circuito y más tarde fue invitado a la Escuela de Galaad. Lo asignaron de misionero a Chile, donde volvió a ser superintendente de circuito. Pero sus sufrimientos no habían terminado. Un año después de casarse con una misionera llamada Patsy, murió su hija, que tenía pocos meses. Tiempo después, su querida esposa también murió, con tan solo 43 años. Rudolf aguantó todas estas dificultades y, cuando apareció su biografía en La Atalaya del 1 de agosto de 1997, páginas 20 a 25, servía de precursor regular y anciano a pesar de la edad y la mala salud.[1]
15. ¿Qué ejemplos tenemos de testigos de Jehová que están aguantando persecución con gozo?
15 Los testigos de Jehová seguimos regocijándonos en la esperanza aunque suframos intensa e incesante persecución. Por ejemplo, hay cientos de hermanos y hermanas encarcelados en Eritrea, Singapur y Corea del Sur, en la mayoría de los casos porque obedecen el mandato de Jesús de no tomar las armas (Mat. 26:52). Entre ellos están Isaac, Negede y Paulos, que llevan más de veinte años en un campo de prisioneros de Eritrea y no han tenido la posibilidad de ayudar a sus padres envejecidos ni de casarse. Pero a pesar de sufrir horrible maltrato, siguen siendo leales. Como podemos ver en el sitio jw.org, su rostro refleja una actitud positiva, lo que demuestra que tienen una fe fuerte. Hasta sus guardias han llegado a respetarlos.
Benefíciese de los ejemplos de fe que haya en la congregación. (Vea los párrafos 15 y 16).
16. ¿Cómo nos protege una fe fuerte?
16 La mayoría de los siervos de Dios no ha tenido que aguantar una persecución tan intensa. Sus pruebas de fe han sido diferentes. Muchos han sufrido los efectos de la pobreza o por culpa de las guerras civiles o los desastres naturales. Otros son como Moisés y los patriarcas, pues han renunciado a las comodidades y la fama que ofrece el mundo. Se esfuerzan por resistir la tentación de llevar una vida materialista y egocéntrica. ¿Qué los ha ayudado a lograrlo? Su amor a Jehová y su fe fuerte en su promesa de corregir todas las injusticias y recompensar a sus siervos fieles con vida eterna en un justo nuevo mundo (lea Salmo 37:5, 7, 9, 29).
17. a) ¿Qué estamos decididos a hacer? b) ¿Qué veremos en el siguiente artículo?
17 En este artículo hemos visto que meditar en las promesas de Dios y orarle constantemente nos ayudará a tener una fe fuerte. Esa clase de fe nos permitirá aguantar las pruebas, pues tendremos una “expectativa segura” de las cosas que esperamos.
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Ejerzamos fe en las promesas de JehováLa Atalaya (estudio) 2016 | octubre
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Ejerzamos fe en las promesas de Jehová
“Fe es [...] la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (HEB. 11:1).
1. ¿Cómo debemos ver la fe?
LA FE cristiana es muy valiosa, pero no todo el mundo la posee (2 Tes. 3:2). Sin embargo, Jehová les ha dado a sus siervos “una medida de fe” (Rom. 12:3; Gál. 5:22). Todos los que tienen fe deberían estar muy agradecidos.
2, 3. a) ¿De qué bendiciones puede disfrutar quien tiene fe? b) ¿Qué preguntas vamos a responder?
2 Jesucristo dijo que su Padre celestial atrae a sí a las personas mediante su Hijo (Juan 6:44, 65). Llegar a tener fe en Jesús hace posible recibir el perdón de los pecados, lo que da la oportunidad de disfrutar para siempre de la amistad con Jehová (Rom. 6:23). ¿Qué hemos hecho para tener esa bendición? Lo único que merecemos es la muerte, pues somos pecadores (Sal. 103:10). Pero Jehová vio nuestro potencial para hacer lo bueno y, por su bondad inmerecida, abrió nuestro corazón para que aceptáramos las buenas nuevas. Entonces, empezamos a ejercer fe en Jesús con la esperanza de recibir vida eterna (lea 1 Juan 4:9, 10).
3 Pero ¿qué es la fe exactamente? ¿Consiste solo en conocer las bendiciones que Jehová tiene preparadas para nosotros? Y, más importante aún, ¿de qué maneras tenemos que ejercer fe?
SE EJERCE FE CON EL CORAZÓN
4. ¿Es ejercer fe solo un proceso mental? Explique.
4 La fe implica mucho más que solo comprender el propósito de Dios. Es una fuerza poderosa que motiva a las personas a hacer la voluntad de él. La fe en Jesús, el medio que Dios ha puesto para la salvación, impulsa al creyente a hablar con los demás de las buenas nuevas. El apóstol Pablo explicó lo siguiente: “Si declaras públicamente aquella ‘palabra en tu propia boca’, que Jesús es Señor, y en tu corazón ejerces fe en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se presenta declaración pública para salvación” (Rom. 10:9, 10; 2 Cor. 4:13).
5. a) ¿Por qué es tan importante la fe? b) ¿Cómo podemos conservarla fuerte? Ponga un ejemplo.
5 Está claro que la posibilidad de disfrutar de vida eterna en el nuevo mundo de Dios depende de que tengamos fe y la conservemos fuerte. Igual que una planta necesita agua, nuestra fe necesita cuidados para mantenerse saludable. Las plantas naturales, a diferencia de las artificiales, no dejan de experimentar cambios. Si se las riega con regularidad, siguen creciendo. En caso contrario, se marchitan y acaban muriendo. Igual le ocurre a la fe. Si no la cuidamos, se debilitará y morirá (Luc. 22:32; Heb. 3:12). Pero si le damos los cuidados necesarios, seguirá viva y no dejará de crecer, y estaremos “saludables en fe” (2 Tes. 1:3; Tito 2:2).
QUÉ ES LA FE SEGÚN LA BIBLIA
6. ¿En qué dos cosas se centra la fe, según Hebreos 11:1?
6 En Hebreos 11:1 (léalo), encontramos la definición que la Biblia da de la fe. Allí leemos que la fe se centra en dos cosas que no vemos. 1) “Las cosas que se esperan”, como pueden ser sucesos que se ha prometido que ocurrirán, pero que aún no han tenido lugar; por ejemplo, el fin de la maldad y la venida del nuevo mundo. 2) Realidades que no se contemplan. En este contexto, la palabra griega que se traduce “demostración evidente” se refiere a una prueba evidente de una realidad invisible, como la existencia de Jehová, Jesucristo y los ángeles, y las actividades del Reino celestial (Heb. 11:3). Si nuestra esperanza está viva y creemos en las cosas invisibles de las que nos habla la Biblia, lo demostramos con nuestras palabras y acciones, sin las cuales nuestra fe estaría incompleta.
7. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Noé a comprender lo que significa tener fe? (Vea el dibujo del principio).
7 Hebreos 11:7 pone de relieve la fe de Noé. Dice: “Habiéndosele dado advertencia divina de cosas todavía no contempladas, mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su casa”. Noé demostró que ejercía fe al construir un arca gigantesca. Sus vecinos debieron preguntarle por qué hacía algo tan inmenso. ¿Se quedó callado o les dijo que se metieran en sus asuntos? No, todo lo contrario. Su fe lo impulsó a dar testimonio con valor y a avisarle a la gente que se aproximaba el castigo de Dios. Es muy probable que repitiera lo que Jehová le había dicho: “El fin de toda carne ha llegado delante de mí, porque la tierra está llena de violencia como resultado de ellos; [...] voy a traer el diluvio de aguas sobre la tierra para arruinar de debajo de los cielos a toda carne en la cual está activa la fuerza de vida. Todo lo que está en la tierra expirará”. Seguramente, Noé también repitió el mandato de Dios de entrar en el arca para explicarle a la gente cuál era la única manera de sobrevivir. Fue “predicador de justicia”, y de este modo también ejerció fe (Gén. 6:13, 17, 18; 2 Ped. 2:5).
8. ¿Qué explicó el discípulo Santiago por inspiración sobre el significado de la verdadera fe cristiana?
8 Es probable que Santiago escribiera su carta poco tiempo después de que el apóstol Pablo definiera la fe bajo inspiración. Al igual que Pablo, Santiago explicó que la verdadera fe cristiana no solo implica creer; también hay que actuar. Escribió: “Muéstrame tu fe aparte de las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Sant. 2:18). Para ilustrar la clara diferencia entre creer y ejercer fe, aludió a los demonios. Aunque creen que Dios existe, no tienen verdadera fe, y lo demuestran oponiéndose al cumplimiento del propósito de Dios (Sant. 2:19, 20). Entonces, hizo un contraste con la fe de un hombre de la antigüedad y preguntó: “¿No fue declarado justo por obras nuestro padre Abrahán después que hubo ofrecido a Isaac su hijo sobre el altar? Contemplas que su fe obró junto con sus obras, y por sus obras su fe fue perfeccionada”. Luego, para subrayar el hecho de que la fe se debe demostrar con obras, añadió: “Como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Sant. 2:21-23, 26).
9, 10. ¿Cómo nos ayuda el apóstol Juan a comprender la importancia de ejercer fe?
9 Más de tres décadas después, el apóstol Juan escribió su Evangelio y tres cartas. ¿Comprendía él todo lo que significa la verdadera fe cristiana, tal como habían explicado por inspiración otros escritores de la Biblia? Juan fue el escritor bíblico que más veces utilizó el verbo griego que se traduce en ocasiones “ejercer fe”.
10 Por ejemplo, explicó: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36). La fe cristiana implica obedecer los mandatos de Cristo. Juan citó muchas veces las palabras de Jesús que destacan que ejercer fe debe ser una constante en nuestra vida (Juan 3:16; 6:29, 40; 11:25, 26; 14:1, 12).
11. ¿Cómo demostramos que estamos agradecidos por conocer la verdad?
11 Debemos sentirnos agradecidos a Jehová por usar su espíritu santo para revelarnos la verdad y para permitir que ejerzamos fe en las buenas nuevas, ¿no es cierto? (Lea Lucas 10:21). Nunca deberíamos dejar de darle las gracias por atraernos a sí mismo mediante su Hijo, el “Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe” (Heb. 12:2). Para demostrar que valoramos esa bondad inmerecida, tenemos que seguir fortaleciendo la fe mediante la oración y el estudio de su Palabra (Efes. 6:18; 1 Ped. 2:2).
Demuestre su fe predicando las buenas nuevas en toda oportunidad. (Vea el párrafo 12).
12. ¿De qué maneras tenemos que ejercer fe?
12 Debemos seguir ejerciendo fe en las promesas de Jehová y hacerlo de formas que los demás puedan ver claramente. Por ejemplo, predicamos el Reino de Dios y hacemos discípulos. También hacemos “lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe” (Gál. 6:10). Y nos esforzamos por quitarnos “la vieja personalidad con sus prácticas” para así evitar todo lo que puede debilitarnos espiritualmente (Col. 3:5, 8-10).
LA FE EN DIOS ES PARTE DE NUESTRO FUNDAMENTO
13. a) ¿Cuánta importancia tiene la fe en Dios? b) ¿A qué se compara la fe, y por qué es apropiada esa comparación?
13 Las Escrituras declaran: “Sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” (Heb. 11:6). La Biblia indica que la fe en Dios es parte del “fundamento” necesario para llegar a ser un cristiano verdadero y no dejar de serlo (Heb. 6:1). Los cristianos debemos suministrar a la fe otras cualidades importantes para mantenernos “en el amor de Dios” (lea 2 Pedro 1:5-7; Jud. 20, 21).
14, 15. ¿De cuánta importancia es la fe en comparación con el amor?
14 Los escritores cristianos de la Biblia mencionaron la fe cientos de veces, subrayando así su importancia. Ninguna cualidad se cita con tanta frecuencia. ¿Significa eso que no hay nada más importante para un cristiano que la fe?
15 Pablo comparó la fe con el amor y dijo: “Si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy” (1 Cor. 13:2). Cuando Jesús respondió a la pregunta sobre cuál era el mandamiento más grande, subrayó que el amor a Dios era lo más importante (Mat. 22:35-40). El amor abarca, además de la fe, muchas cualidades fundamentales. La Biblia dice que el amor cree todas las cosas, es decir, tiene fe en lo que Dios ha dicho en su Palabra (1 Cor. 13:4, 7).
16, 17. a) ¿Cómo se destaca en las Escrituras la importancia de la fe y el amor? b) ¿Cuál es mayor, y por qué?
16 En las Escrituras Griegas Cristianas, la fe y el amor aparecen juntos en multitud de ocasiones, con frecuencia en la misma frase, destacando así su importancia. Pablo exhortó a sus hermanos a llevar puesta “la coraza de la fe y el amor” (1 Tes. 5:8). Pedro escribió: “Aunque ustedes nunca lo vieron [a Jesús], lo aman. Aunque ahora no están mirándolo, sin embargo ejercen fe en él” (1 Ped. 1:8). Santiago les planteó esta cuestión a sus hermanos ungidos: “Dios escogió a los que son pobres respecto al mundo para que sean ricos en fe y herederos del reino, que él prometió a los que lo aman, ¿no es verdad?” (Sant. 2:5). Juan escribió: “Este es su mandamiento [de Dios]: que tengamos fe en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos estemos amando unos a otros” (1 Juan 3:23).
17 Aunque la fe es esencial, algunos de sus aspectos dejarán de existir cuando se cumplan las promesas de Dios y nuestra esperanza cristiana se haga realidad. En cambio, nunca dejará de ser necesario que siga creciendo nuestro amor a Dios y al prójimo. Por eso, Pablo escribió: “Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor” (1 Cor. 13:13).
UNA AUTÉNTICA DEMOSTRACIÓN DE FE
18, 19. ¿Qué demostración evidente de fe vemos hoy, y de quién es el mérito?
18 El pueblo de Jehová de nuestros días ha ejercido fe en el Reino establecido por Dios. Como resultado, hoy existe un paraíso espiritual con más de ocho millones de habitantes en todo el mundo. En este paraíso abunda el fruto del espíritu de Dios (Gál. 5:22, 23). Sin duda, es una demostración evidente del amor y la fe de los cristianos verdaderos.
19 El mérito no es de ningún ser humano. Nuestro Dios es quien merece todo el crédito. Esta obra extraordinaria trae gloria a Jehová y es “una señal hasta tiempo indefinido que no será cortada” (Is. 55:13). Además, ser “salvados mediante fe” es una “dádiva de Dios” (Efes. 2:8). El paraíso espiritual seguirá creciendo y prosperando hasta que toda la Tierra esté llena de personas perfectas, justas y felices que alabarán el nombre de Jehová para siempre. Mientras llega ese día, no dejemos de ejercer fe en las promesas de Jehová.
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