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  • ¿Cómo puedo sobrellevar el dolor?
    Cuando muere un ser querido
    • Una forma de desahogarse es hablando. Después de perder a sus diez hijos y de sufrir otras cuantas desgracias personales, el antiguo patriarca Job dijo: “Mi alma ciertamente siente asco para con mi vida. Ciertamente daré salida a [en hebreo, “soltaré”] mi preocupación acerca de mí mismo. ¡Hablaré, sí, en la amargura de mi alma!”. (Job 1:2, 18, 19; 10:1.) Job no podía contener su preocupación por más tiempo. Tenía que darle rienda suelta; tenía que ‘hablar’. El dramaturgo inglés William Shakespeare escribió algo parecido en Macbeth: “Dad palabras al dolor. La desgracia que no habla, murmura en el fondo del corazón, que no puede más, hasta que le quiebra”. (Versión de Luis Astrana Marín.)

      Por consiguiente, si habla de sus sentimientos con “un compañero verdadero” que le escuche paciente y comprensivamente, puede encontrar cierto alivio. (Proverbios 17:17.) Al expresar verbalmente las experiencias y los sentimientos, por lo general resulta más fácil comprenderlos y sobrellevarlos. Y si el oyente también perdió a alguien y se sobrepuso, posiblemente le dé unas cuantas sugerencias prácticas para que usted también lo consiga. Una señora cuyo hijo había muerto expresó así cómo le había ayudado conversar con otra mujer que había sufrido una pérdida semejante: “Saber que otra persona había pasado por lo mismo, que había sobrevivido y que estaba llevando de nuevo una vida más o menos normal, me fortaleció mucho”.

      Una mujer que ha perdido a un ser querido pone por escrito sus sentimientos

      La Biblia contiene varios ejemplos de cómo el poner por escrito los sentimientos puede ayudar a expresar el dolor

      ¿Le incomoda hablar de sus sentimientos? Tras la muerte de Saúl y Jonatán, David compuso una endecha muy emotiva en la que plasmó su dolor. Con el tiempo, este canto triste llegó a formar parte del libro bíblico de Segundo de Samuel. (2 Samuel 1:17-27; 2 Crónicas 35:25.) Hay personas a las que, como a David, les resulta más fácil expresarse por escrito. Cierta viuda dijo que ella escribía lo que sentía y varios días después lo leía. Este método le resultó útil para desahogarse.

      Comunicar sus sentimientos de palabra o por escrito contribuirá a mitigar su dolor. También puede ayudarle a aclarar malentendidos. Una madre doliente relata: “Mi esposo y yo habíamos oído hablar de otras parejas que se habían divorciado después de perder a un hijo, y no queríamos que a nosotros nos sucediera lo mismo. Así que cada vez que nos enfadábamos y nos sentíamos tentados de culparnos el uno al otro, hablábamos del problema hasta resolverlo. Creo que de esa forma nuestra relación se hizo más íntima”. Por lo tanto, al exteriorizar sus sentimientos quizás entienda que, aunque otras personas hayan sufrido la misma pérdida que usted, no van a expresar su aflicción como usted, sino que lo harán a su paso y a su manera.

  • ¿Cómo puedo sobrellevar el dolor?
    Cuando muere un ser querido
    • Como se indicó anteriormente, algunos experimentan sentimientos de culpa tras la pérdida de alguien querido. Tal reacción explicaría en parte el profundo dolor del fiel Jacob cuando le hicieron creer que “una feroz bestia salvaje” había matado a su hijo José. El propio Jacob le había mandado ir a ver si sus hermanos estaban bien. De modo que posiblemente le atormentaban ideas como: ‘¿Por qué envié a José solo? ¿Por qué lo mandé a una zona infestada de bestias salvajes?’. (Génesis 37:33-35.)

      Tal vez usted crea que algún descuido suyo contribuyó a la muerte de la persona a quien quería. Si ese es el caso, le puede servir de ayuda pensar que los sentimientos de culpa —sea esta real o imaginaria— son una reacción normal de aflicción. Y tampoco estos sentimientos deben reprimirse necesariamente. Si habla de la culpa que siente, es probable que encuentre gran alivio.

      No obstante, debe comprender que, por mucho que amemos a una persona, no podemos controlar su vida ni evitar que “el tiempo y el suceso imprevisto” le acaezcan. (Eclesiastés 9:11.) Por otra parte, seguro que sus intenciones no fueron malas. Por ejemplo, si no concertó una cita con el médico antes, ¿fue porque quería que su ser querido enfermara y muriera? ¡Claro que no! Por lo tanto, ¿es usted verdaderamente culpable de su muerte? No.

      Así expresa una madre cómo superó su sentimiento de culpa después de la muerte de su hija en un accidente automovilístico: “Me sentí culpable de haberla mandado por algo. Pero me di cuenta de que era absurdo que me sintiera así. No tuvo nada de malo que la enviara con su padre a hacer un mandado. No fue más que un lamentable accidente”.

      ‘Pero quisiera haber dicho y hecho tantas cosas...’, quizás piense. Es posible; sin embargo, ¿quién puede decir que haya sido un padre, una madre o un hijo perfecto? La Biblia nos recuerda: “Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto”. (Santiago 3:2; Romanos 5:12.) Acepte, pues, el hecho de que no es perfecto. Pensar continuamente en todo lo que hubiera querido hacer no cambiará las cosas y puede retardar su recuperación.

      Si tiene buenas razones para creer que es culpable de verdad, que no son imaginaciones suyas, piense en que lo más importante para mitigar el sentimiento de culpa es obtener el perdón divino. La Biblia nos asegura: “Si errores fuera lo que tú vigilas, oh Jah, oh Jehová, ¿quién podría estar de pie? Porque hay el verdadero perdón contigo, a fin de que se te tema”. (Salmo 130:3, 4.) Usted no puede cambiar el pasado, pero sí puede suplicar a Dios que le perdone sus errores anteriores. ¿Qué más puede hacer? Pues bien, en vista de que Dios promete perdonar los errores del pasado, ¿no cree que usted también debería perdonarse a sí mismo? (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9.)

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