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Una gran muchedumbre sin númeroApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Probablemente las ramas de palmera y los gritos de alborozo también le recuerdan a Juan la antigua fiesta israelita de las Cabañas. Para esta fiesta Jehová mandó: “Y tienen que tomar para ustedes en el primer día el fruto de árboles espléndidos, las frondas de palmeras y las ramas mayores de árboles frondosos y álamos del valle torrencial, y tienen que regocijarse delante de Jehová su Dios siete días”. Las ramas de palmeras se usaban como señal de regocijo. Las cabañas temporales eran un recordatorio de que Jehová había salvado de Egipto a su pueblo, y de que su pueblo había vivido en tiendas en el desierto. “El residente forastero y el huérfano de padre y la viuda” participaban en esta fiesta. ‘Nada sino gozoso tendría que llegar a estar todo Israel.’ (Levítico 23:40; Deuteronomio 16:13-15.)
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Una gran muchedumbre sin númeroApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Es apropiado, pues, que la gran muchedumbre, aunque no sea parte del Israel espiritual, ondee ramas de palmera, puesto que con gozo y agradecimiento atribuyen la victoria y la salvación a Dios y al Cordero, como Juan menciona aquí: “Y siguen clamando con voz fuerte, y dicen: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero’”. (Revelación 7:10.)
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