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Ayudemos al prójimo a aceptar el mensaje del ReinoLa Atalaya 2003 | 15 de noviembre
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Por consiguiente, si persuadimos a alguien de que acepte una enseñanza bíblica, nos hemos ganado su confianza, de modo que pone fe en la veracidad de esa enseñanza. Obviamente, para que crea y actúe en consecuencia no basta con decirle lo que la Biblia enseña. La persona debe convencerse de que nuestras palabras son ciertas, ya se trate de un niño, un vecino, un pariente o un compañero de trabajo o de estudios (2 Timoteo 3:14, 15).
8. ¿Qué se requiere para convencer de una verdad bíblica a alguien?
8 ¿Cómo puede usted convencer a alguien de que lo que proclama de la Palabra de Dios es la verdad? Pablo se esforzó por inducir un cambio en la manera de pensar de las personas a las que hablaba, y para ello se valió de razonamientos lógicos, argumentos sólidos y súplicas sinceras.a Por tanto, en vez de limitarse a afirmar que algo es cierto, usted debe aportar pruebas convincentes de ello. ¿Cómo puede hacerlo? Pues bien, asegúrese de que sus palabras se basen por completo en la Palabra de Dios, no en opiniones personales. A continuación, aporte las pruebas que respalden sus declaraciones sinceras y basadas en la Biblia (Proverbios 16:23). Por ejemplo, si señala el hecho de que la humanidad obediente disfrutará de la vida en un paraíso terrestre, apoye tal enseñanza con un texto bíblico como Lucas 23:43 o Isaías 65:21-25. ¿Cómo puede presentar pruebas que confirmen dicha verdad bíblica? Quizá recurriendo a ejemplos que le resulten familiares al oyente. Podría recordarle el placer sencillo y sin costo que nos produce la belleza de una puesta de sol, la fragancia de una flor, el delicioso sabor de una fruta o la contemplación de un ave que alimenta a sus polluelos. Ayúdele a ver que tales placeres son prueba de que el Creador desea que disfrutemos de la vida en la Tierra (Eclesiastés 3:11, 12).
9. ¿Cómo podemos manifestar una actitud razonable en la predicación?
9 Al tratar de persuadir de cierta enseñanza bíblica a una persona, tenga cuidado de que su entusiasmo no lo haga parecer irrazonable o dogmático, pues eso cerraría la mente y el corazón del oyente. El libro Benefíciese da esta advertencia: “Aunque recitemos una larga lista de textos bíblicos, no es fácil que alguien reciba con agrado una declaración directa de la verdad en la que expongamos la falsedad de una creencia que le sea muy preciada. Por ejemplo, si nos limitamos a condenar las celebraciones populares por su origen pagano, es probable que no cambiemos el sentir de nuestros oyentes. Un enfoque que apele a la razón suele ser más provechoso”. ¿Por qué debemos hacer un esfuerzo consciente por razonar con la persona? El mismo libro responde: “Un planteamiento que apela a la razón, además de ser muy persuasivo, estimula el análisis imparcial, promueve la posterior reflexión de quien escucha y abre la puerta a futuras conversaciones” (Colosenses 4:6).
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Usemos hábilmente la Palabra de Dios
13. ¿Cómo puede usted imitar a Pablo en cuanto a motivar a sus oyentes?
13 Pablo deseaba motivar a sus oyentes a actuar en armonía con las buenas nuevas (1 Tesalonicenses 1:5-7). Para ello trató de llegar a su corazón figurado, el asiento de los motivos. Volvamos a su defensa ante Agripa y observe cómo ‘manejó la palabra de Dios correctamente’ al citar a Moisés y los profetas (2 Timoteo 2:15).
14. Explique cómo se valió Pablo de la persuasión ante Agripa.
14 Pablo sabía que, aunque fuera de nombre, Agripa era judío. Apelando a los conocimientos que el monarca tenía del judaísmo, explicó que con su predicación realmente no estaba “diciendo ninguna cosa salvo las que los Profetas así como Moisés declararon que habían de efectuarse” en cuanto a la muerte y resurrección del Mesías (Hechos 26:22, 23). Entonces le preguntó directamente: “¿Crees tú, rey Agripa, a los Profetas?”. Agripa se enfrentaba a un dilema. Si decía que rechazaba a los profetas, su reputación de judío creyente se derrumbaría. Pero si concordaba con el razonamiento del apóstol, se pondría en una posición de público acuerdo con él y se arriesgaría a que lo llamaran cristiano. Pablo respondió con habilidad a su propia pregunta diciéndole: “Yo sé que crees”. ¿Qué respuesta salió del corazón de Agripa? “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano.” (Hechos 26:27, 28.) Aunque aquel rey no se convirtió al cristianismo, parece que el mensaje de Pablo hizo alguna mella en su corazón (Hebreos 4:12).
15. ¿Por qué logró Pablo establecer una congregación en Tesalónica?
15 ¿Se ha dado cuenta de que Pablo no solo proclamó las buenas nuevas, sino que también recurrió a la persuasión? Debido a que de esa forma ‘manejaba la palabra de Dios correctamente’, algunos de sus oyentes dejaron de ser simples espectadores y se hicieron creyentes. Así sucedió en la sinagoga de Tesalónica, donde el apóstol buscó a judíos y gentiles temerosos de Dios. Hechos 17:2-4 relata: “Según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras, explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos [...]. Como resultado, algunos de ellos se hicieron creyentes”. Pablo era persuasivo. Hacía razonar, explicaba y probaba con las Escrituras que Jesús era el Mesías que tanto habían esperado. Gracias a ello, se estableció una congregación de creyentes.
16. ¿Cómo puede hallar mayor disfrute en proclamar el Reino?
16 ¿Puede usted hacerse más diestro en el arte de la persuasión cuando explica la Palabra de Dios? En tal caso, hallará más disfrute y satisfacción personal en la obra de predicar el Reino de Dios y enseñar las verdades relacionadas con él. Esa ha sido la experiencia de los publicadores de las buenas nuevas que han puesto en práctica las sugerencias ofrecidas para utilizar más la Biblia en la predicación.
17. Muestre los beneficios de usar la Biblia en el ministerio mediante una experiencia personal o comentando la esencia de las observaciones que se citan en este párrafo.
17 Por ejemplo, un superintendente viajante de los testigos de Jehová escribió: “Bastantes hermanos llevan ahora la Biblia en la mano cuando van de puerta en puerta, lo que les ha permitido leer un texto bíblico a muchas de las personas que han encontrado. Esto ha ayudado tanto al amo de casa como al publicador a asociar la Biblia, y no solo revistas y libros, con nuestro ministerio”. Claro está, el hecho de que llevemos la Biblia en un lugar visible cuando predicamos dependerá de diversos factores, como las costumbres locales. Sin embargo, deseamos adquirir la reputación de usar hábilmente la Palabra de Dios para persuadir a nuestro prójimo de modo que acepte el mensaje del Reino.
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