-
PentecostésPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
Significado simbólico de la fiesta. En el Pentecostés del año 33 E.C. Jesucristo derramó el espíritu santo sobre unos 120 discípulos reunidos en un cuarto superior de Jerusalén. (Hch 1:13-15.) Jesús había resucitado el 16 de Nisán —durante la fiesta de las tortas no fermentadas—, el día en que el sumo sacerdote ofrecía la gavilla de cebada. En sentido figurado, Jesús no estaba leudado, pues la levadura representa el pecado. (Heb 7:26.) En el Pentecostés, en calidad de gran Sumo Sacerdote, Jesús pudo presentar a su Padre Jehová nuevos hijos: sus fieles seguidores, que habían sido tomados de entre la humanidad pecaminosa y habían aceptado su sacrificio. El derramamiento del espíritu santo de Dios sobre ellos demostró que Él había aceptado el sacrificio humano de Jesús y la presentación que había hecho de sus discípulos —aunque nacidos en pecado— para ser hijos de Dios engendrados por espíritu.
-
-
PentecostésPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
Jesús habló del nuevo pacto con sus discípulos la noche de su última Pascua, y justo antes de su ascensión, les indicó que esperasen en Jerusalén hasta recibir el prometido espíritu santo. Luego, como explicó el apóstol Pedro, “debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen”. (Lu 22:20; Hch 2:33.) La presencia del espíritu de Dios se hizo manifiesta cuando unos 120 discípulos hablaron milagrosamente en diferentes lenguas. Por este medio pudieron oír y comprender “las cosas magníficas de Dios” multitudes de judíos y prosélitos de todo rincón del Imperio romano. (Hch 2:7-11.)
-