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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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El clero continúa la lucha
Después de la II Guerra Mundial, el clero de la parte oriental de Checoslovaquia siguió fomentando la persecución contra los testigos de Jehová. Durante el tiempo de la dominación nazi habían acusado a los Testigos de ser comunistas; ahora alegaban que se oponían al gobierno comunista. A veces, los sacerdotes instaban a los maestros a dejar salir a centenares de niños de las escuelas para apedrear a los Testigos cuando estos visitaban a la gente en sus hogares.
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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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A mediados de los años cuarenta los testigos de Jehová de Quebec (Canadá) también fueron sometidos a terribles abusos tanto por chusmas católicas como por funcionarios. Representantes del palacio episcopal iban a diario a la jefatura de policía para exigir que se deshicieran de los Testigos. Con frecuencia se veía a los policías salir por la puerta trasera de la iglesia antes de efectuar un arresto. En 1949 una multitud desordenada de católicos expulsó de Joliette (Quebec) a varios misioneros de los testigos de Jehová.
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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Con todo, la Iglesia Católica se ha valido de cualquier medio a su alcance para mantener sometida a la gente. En Italia presionó a funcionarios gubernamentales en 1949 para que expulsaran del país a los misioneros y, durante los años cincuenta, hizo todo lo posible para que se cancelaran los permisos que los Testigos habían obtenido para celebrar asambleas. A pesar de todo esto, los testigos de Jehová siguieron aumentando, y para 1992 había más de ciento noventa mil de ellos evangelizando en Italia.
Al igual que durante la Inquisición, el clero de España hacía las denuncias y luego dejaba para el Estado el trabajo despreciable de enjuiciar a los Testigos. Por ejemplo, en Barcelona, donde en 1954 el arzobispo lanzó una cruzada contra los Testigos, el clero se valió de los púlpitos, las escuelas y la radio para aconsejar a la gente que cuando los Testigos la visitaran los invitaran a entrar en sus hogares y enseguida llamaran a la policía.
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