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  • La historia y el legado de los Asmoneos
    La Atalaya 2001 | 15 de junio
    • Aparecen los fariseos y los saduceos

      Josefo habla por primera vez de la creciente influencia de los fariseos y los saduceos al escribir sobre el reinado de Hircano. (Ya había mencionado a los fariseos que vivieron durante el reinado de Jonatán.) No nos cuenta los orígenes de los fariseos, pero algunos investigadores opinan que procedían de los hasidim, una secta piadosa que apoyó a Judas Macabeo mientras trató de alcanzar sus objetivos religiosos, pero que lo abandonó cuando este empezó a abrigar ambiciones políticas.

      Por regla general, el nombre fariseo se relaciona con una raíz hebrea que significa “los separados”, aunque hay quien cree que está emparentado con “intérprete”. Los fariseos eran eruditos que no pertenecían a un linaje especial, sino que procedían de la gente común. Se separaban de la impureza ritual rigiéndose por unos principios de piedad especial, en virtud de los cuales aplicaban a las situaciones cotidianas las leyes del templo relativas a la santidad sacerdotal. Idearon una nueva manera de interpretar las Escrituras y el concepto que más adelante recibió el nombre de ley oral. Durante el reinado de Simón incrementaron su influencia gracias a que algunos entraron a formar parte de la Gerousía (consejo de ancianos), que tiempo después recibió el nombre de Sanedrín.

      Josefo cuenta que al principio Juan Hircano fue discípulo y partidario de los fariseos, pero en un determinado momento ellos lo censuraron por no renunciar al sumo sacerdocio, lo que desembocó en una drástica ruptura. Hircano prohibió las ordenanzas religiosas farisaicas y, como castigo adicional, tomó partido por los saduceos, adversarios religiosos de los fariseos.

      El nombre saduceo probablemente se relaciona con el sumo sacerdote Sadoc, cuyos descendientes habían ocupado el sacerdocio desde los días de Salomón, si bien no todos los saduceos eran de este linaje. Según Josefo, eran aristócratas y gente acaudalada de la nación, y no contaban con el apoyo de las masas. El profesor Schiffman comenta que, ‘al parecer, la mayoría de ellos eran sacerdotes o se habían casado con mujeres de las familias de los sumos sacerdotes’. Así que llevaban mucho tiempo relacionados estrechamente con quienes ostentaban el poder, por lo cual percibían como una amenaza que podía minar su autoridad natural la creciente importancia de los fariseos en la vida pública, así como su idea de extender la santidad sacerdotal a todo el mundo. En los últimos años del reinado de Hircano, los saduceos recuperaron el control.

  • La historia y el legado de los Asmoneos
    La Atalaya 2001 | 15 de junio
    • El legado de los Asmoneos

      En la época asmonea, desde Judas Macabeo hasta Aristóbulo II, se puso el fundamento de la división religiosa existente cuando Jesús estuvo en la Tierra. El celo por la adoración de Dios que caracterizó al principio a los Asmoneos degeneró en un abusivo interés personal. Sus sacerdotes, que tuvieron la oportunidad de unir al pueblo en la práctica de la Ley de Dios, llevaron a la nación al abismo de los enfrentamientos políticos internos. En este ambiente florecieron las ideas religiosas divisivas. Los Asmoneos dejaron de existir, pero la lucha por el control religioso entre saduceos, fariseos y otros partidos caracterizaría a la nación bajo Herodes y Roma.

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