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Un rescate correspondiente por todosLa Atalaya 1991 | 15 de febrero
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Un rescate correspondiente por todos
“El Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (MATEO 20:28.)
1, 2. a) ¿Por qué se puede decir que el rescate es la mayor dádiva de Dios a la humanidad? b) ¿Qué beneficio trae el que examinemos el rescate?
EL RESCATE es la mayor dádiva de Dios a la humanidad. Mediante “la liberación por rescate” podemos tener “el perdón de nuestras ofensas”. (Efesios 1:7.) Es el fundamento de una esperanza de vida eterna, sea en el cielo o en una Tierra paradisíaca. (Lucas 23:43; Juan 3:16.) Y, debido al rescate, los cristianos pueden tener una buena relación con Dios aun ahora. (Revelación 7:14, 15.)
2 Por lo tanto, el rescate no es algo oscuro ni abstracto. Puesto que tiene un fundamento legal en principios divinos, el rescate puede traer beneficios verdaderos, tangibles. Puede que ciertos aspectos de esta doctrina sean “difíciles de entender”. (2 Pedro 3:16.) Pero usted hallará que bien vale la pena esforzarse por examinar cuidadosamente el rescate, pues refleja el amor sobrepujante de Dios a la humanidad. Captar el significado del rescate es comprender uno de los rasgos principales de ‘las riquezas, la sabiduría y el conocimiento’ insondables de Dios. (Romanos 5:8; 11:33.)
Cuestiones que tienen que resolverse
3. ¿Por qué se hizo necesario el rescate, y por qué no podía Dios sencillamente excusar la culpabilidad de la humanidad?
3 El rescate se hizo necesario debido al pecado del primer humano, Adán, quien legó a su prole una herencia fútil de enfermedad, dolencia, tristeza y dolor. (Romanos 8:20.) Por su imperfección heredada, todos los descendientes de Adán son “hijos de la ira”, merecedores de muerte. (Efesios 2:3; Deuteronomio 32:5.) Dios no podía ceder al sentimentalismo y obrar sin principios y sencillamente perdonar enseguida a la humanidad. Su Palabra misma muestra que “el salario que el pecado paga es muerte”. (Romanos 6:23.) ¡Para excusar la culpabilidad de la humanidad, Dios habría tenido que pasar por alto sus propias normas justas, invalidar su propia justicia legal! (Job 40:8.) Sin embargo, “justicia y juicio son el lugar establecido [del] trono [de Dios]”. (Salmo 89:14.) Cualquier desviación de la justicia por parte de Dios solo animaría a otros a cometer desafuero y socavaría Su posición de Soberano Universal. (Compárese con Eclesiastés 8:11.)
4. ¿Qué cuestiones hizo surgir la rebelión de Satanás?
4 Dios también tenía que resolver otras cuestiones que surgieron debido a la rebelión de Satanás, cuestiones mucho más importantes que la situación difícil en que se hallaban los humanos. Satanás oscureció el buen nombre de Dios al acusar a Jehová de ser mentiroso y un cruel dictador que privaba a sus criaturas de conocimiento y libertad. (Génesis 3:1-5.) Además, Satanás hizo que Dios pareciera ser un fracasado al frustrar, según parecía, el propósito de Dios de llenar la Tierra de humanos justos. (Génesis 1:28; Isaías 55:10, 11.) Satanás también se envalentonó y calumnió a los siervos leales de Dios, pues los acusó de servir a Dios solo por motivos egoístas. Si se les presionaba, dijo con presunción Satanás, ¡ninguno permanecería leal a Dios! (Job 1:9-11.)
5. ¿Por qué no podía Dios pasar por alto los desafíos de Satanás?
5 Esos desafíos no se podían pasar por alto. Si se dejaban sin respuesta, finalmente socavarían la confianza en la gobernación de Dios y el apoyo a esta. (Proverbios 14:28.) Si el orden público deterioraba, ¿no reinarían la confusión y el desorden por todo el universo? Así que, por causa de sí mismo y por sus justos caminos, Dios tenía que salir en defensa de su soberanía. Tenía que permitir que sus siervos fieles demostraran su lealtad inquebrantable a él. Esto significaba que tenía que tratar con la situación difícil de la humanidad pecaminosa de una manera que pusiera en primer lugar las cuestiones más importantes. Más tarde él dijo a Israel: “Yo... yo soy Aquel que borra tus transgresiones por causa de mí mismo”. (Isaías 43:25.)
El rescate: una cubierta
6. ¿Cuáles son algunos términos que se usan en la Biblia para describir el medio que Dios emplea para salvar a la humanidad?
6 En Salmo 92:5 leemos: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”. Por eso se requiere esfuerzo para comprender lo que Dios hizo por la humanidad. (Compárese con Salmo 36:5, 6.) Felizmente, la Biblia nos ayuda a entender estos asuntos mediante emplear varios términos que describen o ilustran las magníficas obras de Dios desde diversos puntos de vista. La Biblia habla del rescate en términos de una compra, una reconciliación, una propiciación, una redención y una expiación. (Salmo 49:8; Daniel 9:24; Gálatas 3:13; Colosenses 1:20; Hebreos 2:17.) Pero quizás la expresión que mejor describe estos asuntos es la que usó Jesús mismo en Mateo 20:28: “El Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate [griego: lý·tron] en cambio por muchos”.
7, 8. a) ¿Qué aprendemos de las palabras griega y hebrea para rescate? b) Ilustre cómo un rescate implica correspondencia.
7 ¿Qué es un rescate? La palabra griega lý·tron se deriva de un verbo que significa “desatar”. Se usaba para describir el dinero que se pagaba a cambio de la liberación de prisioneros de guerra. Sin embargo, en las Escrituras Hebreas la palabra para rescate, kó·fer, se deriva de un verbo que significa “cubrir” o “revestir”. Por ejemplo, Dios dijo a Noé que cubriera (ka·fár) el arca con alquitrán. (Génesis 6:14.) Por eso, desde este punto de vista el rescatar, o el expiar los pecados, significa cubrir los pecados. (Salmo 65:3.)
8 El Theological Dictionary of the New Testament (Diccionario teológico del Nuevo Testamento) señala que kó·fer “siempre denota un equivalente” o una correspondencia. Así, la cubierta (kap·pó·reth) del arca del pacto correspondía en forma con el arca misma. De igual manera, para expiar el pecado, o rescatar, la justicia divina exige ‘alma por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie’. (Deuteronomio 19:21.) No obstante, a veces se puede cumplir con la justicia si se ofrece un equivalente en lugar de castigo severo. Para ilustrarlo: Éxodo 21:28-32 habla de un toro que acornea y mata a una persona. Si el dueño sabía lo que tendía a hacer el toro, pero no tomaba las precauciones debidas, ¡podía obligársele a cubrir por la vida de la víctima muerta, o pagar por ella, con su propia vida! Sin embargo, ¿qué habría de hacerse si el dueño tenía solamente parte de la culpa? Necesitaría un kó·fer, algo para cubrir su error. Jueces nombrados podían imponerle un rescate o una multa como precio de redención.
9. ¿Cómo ilustra la exactitud que se requería en un precio de redención lo que sucedió en un caso que implicó a los primogénitos de Israel?
9 Otro término hebreo relacionado con “rescatar” es pa·dháh, un verbo que básicamente significa “redimir”. Números 3:39-51 ilustra cuán exacto tenía que ser el precio de redención. Puesto que Dios había rescatado de la ejecución a los primogénitos israelitas en la Pascua de 1513 a.E.C., ellos le pertenecían. Por eso él podría haber exigido que todo varón primogénito de Israel le sirviera en el templo. En vez de eso, Dios aceptó un “precio de redención” (pidh·yóhm, un sustantivo derivado de pa·dháh), al decretar: “[Toma] a los levitas para mí [...] en lugar de todos los primogénitos entre los hijos de Israel”. Pero la sustitución tenía que ser exacta. Se hizo un censo de la tribu de Leví: 22.000 varones. Luego, se hizo un censo de todos los primogénitos israelitas: 22.273 varones. Los 273 primogénitos excedentes podían ser redimidos o eximidos del servicio en el templo solamente si se pagaba un “precio de rescate” de cinco siclos por cada uno de ellos.
Un rescate correspondiente
10. ¿Por qué no podían cubrir adecuadamente los sacrificios de animales los pecados de la humanidad?
10 Lo antes mencionado ilustra que un rescate tiene que ser el equivalente de la cosa cuyo lugar toma, o la cual cubre. Los sacrificios de animales que ofrecían los hombres de fe desde Abel en adelante no podían cubrir realmente los pecados de los hombres, puesto que los humanos son superiores a las bestias brutas. (Salmo 8:4-8.) Por eso Pablo pudo escribir que “no es posible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados”. Aquellos sacrificios servían solo como una cubierta representativa o simbólica en espera del rescate que habría de venir. (Hebreos 10:1-4.)
11, 12. a) ¿Por qué no tenían que experimentar muertes de sacrificio miles de millones de humanos para que se cubriera la culpabilidad de la humanidad? b) ¿Quién era el único que podía servir de “rescate correspondiente”, y qué propósito tiene su muerte?
11 Ese rescate prefigurado tenía que ser el equivalente exacto de Adán, pues la pena de muerte que Dios, con justicia, aplicó a Adán tuvo como resultado la condenación de la raza humana. “En Adán todos están muriendo”, dice 1 Corintios 15:22. De modo que no era necesario que miles de millones de humanos experimentaran individualmente muertes de sacrificio para corresponder con cada individuo de la prole de Adán. “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado.” (Romanos 5:12.) Y “dado que la muerte es mediante un hombre”, la redención de la humanidad también podía venir “mediante un hombre”. (1 Corintios 15:21.)
12 El hombre que podía ser el rescate tenía que ser un humano perfecto de carne y sangre... el equivalente exacto de Adán. (Romanos 5:14.) Una criatura celestial o un “Dios-hombre” no equilibraría la balanza de la justicia. Solo un humano perfecto, alguien que no estuviera bajo la sentencia de la muerte adánica, podía ofrecer un “rescate correspondiente”, uno que correspondiera perfectamente con Adán. (1 Timoteo 2:6a.) Al sacrificar su vida voluntariamente, este “último Adán” podía pagar el salario por el pecado del “primer hombre, Adán”. (1 Corintios 15:45; Romanos 6:23.)
13, 14. a) ¿Se benefician del rescate Adán y Eva? Explique. b) ¿Cómo beneficia el rescate a los descendientes de Adán? Ilustre.
13 No obstante, ni Adán ni Eva se benefician del rescate. La Ley de Moisés contenía este principio: “No deben tomar rescate por el alma de un asesino que merece morir”. (Números 35:31.) Adán no fue engañado, de modo que su pecado fue intencional, deliberado. (1 Timoteo 2:14.) Aquello equivalió al asesinato de su prole, pues esta entonces heredó la imperfección de él, y así llegó a estar bajo la condenación de la muerte. Está claro que Adán merecía morir, pues, como hombre perfecto, había optado voluntariosamente por desobedecer la ley de Dios. Habría estado en contra de los principios justos de Jehová el que él aplicara el rescate a favor de Adán. Sin embargo, ¡el pagar el salario del pecado de Adán es provisión para anular la sentencia de muerte que le vino a la prole de Adán! (Romanos 5:16.) En sentido legal, se corta de raíz el poder destructivo del pecado. El rescatador ‘gusta la muerte por todo hombre’, y así carga las consecuencias del pecado por todos los hijos de Adán. (Hebreos 2:9; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:24.)
14 Para ilustrarlo: Imagínese una enorme fábrica con centenares de empleados. La falta de honradez del gerente de la fábrica causa la quiebra del negocio; se cierra la fábrica. Ahora centenares de personas quedan desempleadas y no pueden pagar sus deudas. Sus cónyuges, sus hijos y, sí, sus acreedores... ¡todos sufren debido a la corrupción de un solo hombre! Entonces aparece un benefactor acaudalado que paga la deuda de la compañía y abre de nuevo la fábrica. La cancelación de esa deuda, a su vez, trae alivio completo a los muchos empleados, sus familias y los acreedores. Pero ¿participa de la nueva prosperidad el primer gerente? No; ¡él está preso, y por lo tanto desempleado permanentemente! De igual manera, la cancelación de aquella deuda única de Adán trae beneficios a millones de sus descendientes... pero no a Adán.
¿Quién provee el rescate?
15. ¿Quién podía suministrar un rescate por la humanidad, y por qué?
15 El salmista se lamentó así: “Ni uno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él (y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido)”. La Biblia, versión de Serafín de Ausejo, dice que “ni uno de ellos es capaz [...] de pagar” el precio de rescate. (Salmo 49:7, 8.) Entonces, ¿quién proveería el rescate? Solo Jehová podía suministrar el “Cordero [perfecto] [...] que quita el pecado del mundo”. (Juan 1:29.) Dios no envió a cualquier ángel para rescatar a la humanidad. Hizo el sacrificio supremo de enviar a su Hijo unigénito ‘con quien él estuvo especialmente encariñado’. (Proverbios 8:30; Juan 3:16.)
16. a) ¿Cómo llegó a nacer como humano perfecto el Hijo de Dios? b) ¿Cómo podía llamarse a Jesús en sentido legal?
16 Al participar de buena gana en el arreglo divino, el Hijo de Dios “se despojó a sí mismo” de su naturaleza celestial. (Filipenses 2:7.) Jehová transfirió la fuerza de vida y el patrón de la personalidad de su Hijo primogénito celestial a la matriz de una virgen judía llamada María. Entonces espíritu santo ‘la cubrió con su sombra’, lo cual garantizaba que la criatura que se desarrollaría en su matriz sería santa y estaría absolutamente libre del pecado. (Lucas 1:35; 1 Pedro 2:22.) Como hombre, sería llamado Jesús. Pero en sentido legal podía llamársele ‘el segundo Adán’, pues correspondía perfectamente con Adán. (1 Corintios 15:45, 47.) Por eso Jesús podía ofrecerse en sacrificio como “un cordero sin tacha e inmaculado”, un rescate por la humanidad pecaminosa. (1 Pedro 1:18, 19.)
17. a) ¿A quién se paga el rescate, y por qué? b) Puesto que Dios provee y recibe el rescate, ¿qué razón hay para que se efectúe el intercambio?
17 Pero ¿a quién se pagaría ese rescate? Por siglos los teólogos de la cristiandad alegaron que se pagó a Satanás el Diablo. La verdad es que a la humanidad se la ha “vendido bajo” el pecado y así ha llegado a estar bajo el control de Satanás. (Romanos 7:14; 1 Juan 5:19.) Con todo, es Jehová, no Satanás, quien “exige castigo” por males cometidos. (1 Tesalonicenses 4:6.) Por eso, como declara explícitamente Salmo 49:7, el rescate tiene que pagarse “a Dios”. Jehová hace posible el rescate, pero después que el Cordero de Dios ha sido sacrificado el valor de su rescate tiene que pagarse a Dios. (Compárese con Génesis 22:7, 8, 11-13; Hebreos 11:17.) Esto no rebaja el rescate a un intercambio inútil o mecánico, como si se sacara dinero de un bolsillo y se pusiera en otro. El rescate no solo implica un intercambio físico, sino una transacción legal. Al insistir en que se pagara un rescate —aunque el costo fuera enorme para él— Jehová confirmó su adherencia inquebrantable a principios justos. (Santiago 1:17.)
“¡Se ha realizado!”
18, 19. ¿Por qué tenía que sufrir Jesús?
18 En la primavera de 33 E.C. llegó el tiempo de pagar el rescate. Jesucristo fue arrestado bajo acusaciones falsas, declarado culpable y clavado a un madero de ejecución. Él hizo peticiones a Dios con “fuertes clamores y lágrimas” debido al dolor intenso y la humillación que experimentó. (Hebreos 5:7.) ¿Tenía que sufrir así Jesús? Sí; pues al permanecer “leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores” hasta el mismo fin, Jesús resolvió de modo concluyente y espectacular la cuestión sobre la integridad de los siervos de Dios. (Hebreos 7:26.)
19 Los sufrimientos de Cristo también sirvieron para perfeccionarlo para su papel de Sumo Sacerdote a favor de la humanidad. En tal posición, él no sería un burócrata insensible e indiferente. “Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que están siendo puestos a prueba.” (Hebreos 2:10, 18; 4:15.) Con su último suspiro, Jesús pudo clamar en triunfo: “¡Se ha realizado!”. (Juan 19:30.) No solo había demostrado su propia integridad, sino que había tenido éxito en colocar la base para la salvación de la humanidad... y más importante, ¡para la vindicación de la soberanía de Jehová!
20, 21. a) ¿Por qué se levantó a Cristo de entre los muertos? b) ¿Por qué fue “hecho vivo en el espíritu” Jesucristo?
20 Sin embargo, ¿de qué manera se aplicaría en realidad el rescate a la humanidad pecaminosa?, ¿cuándo?, ¿cómo? Estos asuntos no se dejaron a la casualidad. Al tercer día después de la muerte de Cristo, Jehová lo levantó de entre los muertos. (Hechos 3:15; 10:40.) Mediante este acto trascendental —un hecho verificado por centenares de testigos oculares— Jehová no solo recompensó el servicio fiel de su Hijo, sino que le dio a él la oportunidad de terminar su obra redentora. (Romanos 1:4; 1 Corintios 15:3-8.)
21 Jesús fue “hecho vivo en el espíritu”, y Dios dispuso de sus restos terrestres de alguna manera no revelada. (1 Pedro 3:18; Salmo 16:10; Hechos 2:27.) Como criatura celestial, el resucitado Jesús ahora podía regresar triunfalmente al cielo. ¡Qué júbilo incontenible tiene que haber habido en el cielo en aquella ocasión! (Compárese con Job 38:7.) Jesús no regresó al cielo simplemente para disfrutar de la bienvenida que le darían. Volvió para efectuar otra obra, que incluye hacer posible que la entera raza humana se beneficie de su rescate. (Compárese con Juan 5:17, 20, 21.) Precisamente cómo logró esto y qué significa para la humanidad se considerará en el artículo siguiente.
[Nota a pie de página]
a La palabra griega que se emplea aquí, an·tí·ly·tron, no aparece en ningún otro lugar de la Biblia. Está relacionada con la palabra que usó Jesús para rescate (lý·tron) en Marcos 10:45. Sin embargo, The New International Dictionary of New Testament Theology (El nuevo diccionario internacional de teología del Nuevo Testamento) señala que an·tí·ly·tron ‘acentúa la noción de un intercambio’. La Traducción del Nuevo Mundo correctamente vierte este vocablo “rescate correspondiente”.
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‘Ustedes fueron comprados por precio’La Atalaya 1991 | 15 de febrero
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‘Ustedes fueron comprados por precio’
“[Ustedes] fueron comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo que son ustedes.” (1 CORINTIOS 6:20.)
1, 2. a) ¿Qué abrió “los caminos de salir de la muerte”? b) ¿Qué se requería para que el sacrificio de Cristo fuera legalmente válido, y qué lo había prefigurado?
“EL Dios verdadero es para nosotros un Dios de hechos salvadores —dijo el salmista—; y a Jehová el Señor Soberano pertenecen los caminos de salir de la muerte.” (Salmo 68:20.) El sacrificio de Jesucristo abrió ese camino. Pero para que ese sacrificio fuera legalmente válido, Cristo tenía que comparecer personalmente ante Dios mismo.
2 Esto se había prefigurado en el día de Expiación, cuando el sumo sacerdote entraba en el Santísimo. (Levítico 16:12-15.) “Sin embargo —escribió el apóstol Pablo—, cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...], él entró —no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros.” (Hebreos 9:11, 12, 24.)
El poder de la sangre
3. a) ¿Cómo consideran la sangre los adoradores de Jehová, y por qué? b) ¿Qué demuestra que la sangre tiene poder legal para expiar pecados?
3 ¿Qué papel desempeña la sangre de Cristo en nuestra salvación? Desde los días de Noé, los adoradores verdaderos han considerado sagrada la sangre. (Génesis 9:4-6.) La sangre desempeña un papel importante en el proceso de la vida, pues la Biblia dice que “el alma [o la vida] de la carne está en la sangre”. (Levítico 17:11.) Por eso la Ley de Moisés requería que al sacrificar un animal se derramara su sangre delante de Jehová. A veces se ponía sangre también sobre los cuernos del altar. Es evidente que el poder expiatorio de un sacrificio estaba en su sangre. (Levítico 8:15; 9:9.) “Casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón.” (Hebreos 9:22.)
4. a) ¿Con qué propósito limitó Dios el uso de la sangre? b) ¿Qué tiene de significativa la manera como se dio muerte a Jesús?
4 ¡No es de extrañar, pues, que bajo la Ley se castigara con muerte cualquier uso incorrecto de la sangre! (Levítico 17:10.) Todos sabemos que cuando una sustancia se hace poco común o su uso se limita en sumo grado, su valor aumenta. La limitación que Jehová impuso respecto al uso de la sangre aseguró que esta no se considerara algo de valor ordinario, sino precioso, valioso. (Hechos 15:29; Hebreos 10:29.) Esto concordaba con el propósito elevado que cumpliría la sangre de Cristo. Apropiadamente, él murió de una manera que llevó al derramamiento de su sangre. Así que fue patente que Cristo no solo sacrificó su cuerpo humano, sino que derramó su alma, ¡sacrificó su mismísima vida como humano perfecto! (Isaías 53:12.) Cristo no perdió el derecho legal a aquella vida debido a imperfección, de modo que su sangre derramada tenía gran valor y podía ser presentada ante Dios para expiar los pecados de la humanidad.
5. a) ¿Qué llevó Cristo al cielo, y por qué? b) ¿Cómo se hizo patente que Dios aceptó el sacrificio de Cristo?
5 Cristo no podía llevar su sangre literal al cielo. (1 Corintios 15:50.) Más bien, llevó lo que la sangre simbolizaba: el valor legal del sacrificio de su vida humana perfecta. Pudo presentar formalmente ante la persona de Dios aquella vida como un rescate a cambio de la humanidad pecaminosa. El hecho de que Jehová aceptó ese sacrificio se hizo patente en el Pentecostés de 33 E.C., cuando el espíritu santo fue derramado sobre 120 discípulos en Jerusalén. (Hechos 2:1-4.) Cristo, por decirlo así, ahora era dueño de la raza humana por compra. (Gálatas 3:13; 4:5; 2 Pedro 2:1.) En consecuencia, los beneficios del rescate podrían fluir hacia la humanidad.
Los primeros que se benefician del rescate
6. ¿Qué arreglos ha hecho Dios para aplicar los beneficios del rescate de Cristo?
6 Sin embargo, esto no significaba que a la humanidad se le otorgaría perfección física al instante, pues a menos que se venciera la naturaleza pecaminosa del hombre la perfección física no sería posible. (Romanos 7:18-24.) ¿Cómo y cuándo se alcanzaría victoria sobre el pecado? Primero Dios dispuso que 144.000 ‘sacerdotes celestiales para nuestro Dios reinaran sobre la tierra’ con Cristo Jesús. (Revelación 5:9, 10; 7:4; 14:1-3.) Mediante ellos se aplicarán gradualmente a la humanidad los beneficios del rescate durante un período de mil años. (1 Corintios 15:24-26; Revelación 21:3, 4.)
7. a) ¿Qué es el nuevo pacto, entre quiénes funciona, y qué propósito tiene? b) ¿Por qué tenía que morir alguien para hacer posible el nuevo pacto, y qué papel desempeña en esto la sangre de Cristo?
7 En preparación para eso, los 144.000 reyes y sacerdotes son “comprados de entre la humanidad”. (Revelación 14:4.) Esto se realiza mediante “un nuevo pacto”. Este pacto es un contrato entre Jehová Dios y el Israel espiritual de Dios para que sus miembros sirvan de reyes y sacerdotes. (Jeremías 31:31-34; Gálatas 6:16; Hebreos 8:6-13; 1 Pedro 2:9.) No obstante, ¿cómo es posible que haya un pacto entre Dios y el hombre imperfecto? Pablo explica: “Donde hay un pacto [entre Dios y el hombre imperfecto], es necesario que se suministre la muerte del humano que hace el pacto. Porque el pacto es válido sobre víctimas muertas, puesto que no está en vigor en ningún tiempo mientras vive el humano que ha hecho el pacto”. (Hebreos 9:16, 17.)
8, 9. ¿Qué relación hay entre el rescate y el nuevo pacto?
8 Por lo tanto, el sacrificio de rescate es fundamental para el nuevo pacto, del cual Jesús es el Mediador. Pablo escribió: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos... de esto ha de darse testimonio a sus propios tiempos particulares”. (1 Timoteo 2:5, 6.) Estas palabras aplican especialmente a los 144.000, con quienes se hace el nuevo pacto.
9 Cuando Dios hizo un pacto con el Israel carnal, no fue legalmente válido sino hasta cuando se derramó sangre animal en sacrificio. (Hebreos 9:18-21.) De igual manera, para que entrara en vigor el nuevo pacto Cristo tenía que derramar la “sangre del pacto”. (Mateo 26:28; Lucas 22:20.) Con Cristo en calidad de Sumo Sacerdote y “mediador de un nuevo pacto”, Dios aplica el valor de la sangre de Jesús a los que son introducidos en el nuevo pacto y les concede legalmente el mérito de la justicia humana. (Hebreos 9:15; Romanos 3:24; 8:1, 2.) ¡Entonces Dios puede admitirlos en el nuevo pacto para que sean reyes y sacerdotes celestiales! Jesús, como el Mediador y Sumo Sacerdote de ellos, les ayuda a mantener una posición limpia ante Dios. (Hebreos 2:16; 1 Juan 2:1, 2.)
Reunión de las cosas en la Tierra
10, 11. a) ¿Cómo se extiende el rescate a otros, aparte de los cristianos ungidos? b) ¿Quiénes son la gran muchedumbre, y qué posición tienen ante Dios?
10 ¿Son solamente los cristianos ungidos quienes pueden experimentar una liberación por rescate, el perdón de sus pecados? No; Dios está reconciliando consigo mismo todas las otras cosas al hacer la paz mediante la sangre derramada en el madero de tormento, como indica Colosenses 1:14, 20. Esto implica las cosas en los cielos (los 144.000) y las cosas sobre la Tierra. Estas últimas son las personas encaminadas a la vida terrestre, humanos que van a disfrutar de vida perfecta en el Paraíso en la Tierra. Especialmente desde 1935 se ha hecho un esfuerzo, de concierto, por reunirlas. Revelación 7:9-17 las describe como “una gran muchedumbre” que debe la salvación a Dios y al Cordero. Estos todavía tienen que sobrevivir a la “gran tribulación” y ser ‘guiados a fuentes de aguas de vida’, pues Revelación 20:5 muestra que llegan a vivir de lleno cuando alcanzan la vida humana perfecta hacia fines del Reinado de Mil Años de Cristo. Las personas que entonces superen una prueba final en su estado humano perfecto serán declaradas justas y recibirán vida eterna en la Tierra. (Revelación 20:7, 8.)
11 Sin embargo, de modo preliminar, los que componen la gran muchedumbre ya han “lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. (Revelación 7:14.) Cristo no es Mediador del nuevo pacto para con ellos, pero ellos se benefician de ese pacto por la obra del Reino de Dios. Sin embargo, Cristo todavía actúa con relación a ellos como Sumo Sacerdote, y mediante él Jehová puede aplicar el rescate —y lo hace— hasta el grado de declararlos justos ahora como amigos de Dios. (Compárese con Santiago 2:23.) Durante el Milenio la gran muchedumbre ‘será libertada gradualmente de la esclavitud a la corrupción hasta que al fin tenga la gloriosa libertad de los hijos de Dios’. (Romanos 8:21.)
12. ¿En qué se basó Dios al tratar con hombres fieles durante los tiempos de antes del cristianismo?
12 En cuanto a su posición ante Dios, pudiera parecer que los de la gran muchedumbre difieren poco de los que adoraban a Dios antes de establecerse el cristianismo. Con todo, Dios trató con estos últimos teniendo presente la provisión futura del rescate. (Romanos 3:25, 26.) Ellos recibieron el perdón de sus pecados solamente de manera provisional. (Salmo 32:1, 2.) En vez de librarlos por completo de la “conciencia de pecados”, el que ellos ofrecieran animales como sacrificio les ‘hacía recordar los pecados’. (Hebreos 10:1-3.)
13. ¿Qué ventajas tenemos sobre los que servían a Dios antes de establecerse el cristianismo?
13 La situación de los cristianos verdaderos hoy día es diferente. ¡Su adoración se basa en un rescate que se ha pagado! Mediante su Sumo Sacerdote ‘se acercan con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida’. (Hebreos 4:14-16.) ¡Su reconciliación con Dios no es algo que esperan que suceda en el futuro, sino una realidad actual! (2 Corintios 5:20.) Cuando yerran, pueden recibir verdadero perdón. (Efesios 1:7.) Tienen una conciencia realmente limpiada. (Hebreos 9:9; 10:22; 1 Pedro 3:21.) ¡Estas bendiciones son un goce por anticipado de la gloriosa libertad de los hijos de Dios que los siervos de Jehová tendrán en el futuro!
La profundidad de la sabiduría y el amor de Dios
14, 15. ¿Cómo es que el rescate hace resaltar la insondable sabiduría de Jehová, así como su justicia y amor?
14 ¡Qué maravillosa dádiva de Jehová es el rescate! Aunque se comprende con facilidad, es lo suficientemente profundo como para infundir temor reverente en la persona más inteligente. Nuestro repaso de las funciones del rescate apenas ha profundizado en el asunto. Sin embargo, exclamamos al igual que el apóstol Pablo: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!”. (Romanos 11:33.) La sabiduría de Jehová se muestra por el hecho de que él ha podido rescatar a la humanidad y defender Su soberanía. Por medio del rescate, “la justicia de Dios ha sido puesta de manifiesto [...] Dios lo presentó [es decir, a Cristo] como ofrenda para propiciación mediante fe en su sangre”. (Romanos 3:21-26.)
15 No se puede criticar a Dios por perdonar los pecados que cometieron en el pasado adoradores de antes del cristianismo. Además, no se puede criticar a Jehová por declarar justos a los ungidos como sus hijos o a la gran muchedumbre como sus amigos. (Romanos 8:33.) A alto precio para sí, ¡Dios ha sido perfectamente justo o recto en sus tratos, a la vez que ha refutado por completo la afirmación mentirosa de Satanás de que Jehová es un gobernante injusto! El amor altruista de Dios a sus criaturas también se ha demostrado fuera de duda. (Romanos 5:8-11.)
16. a) ¿Cómo ha contribuido el rescate a resolver la cuestión de la integridad de los siervos de Dios? b) ¿Cómo nos proporciona el rescate una base para ejercer fe en un nuevo mundo de justicia que se acerca?
16 La manera como se proveyó el rescate resolvió también las cuestiones relacionadas con la integridad de los siervos de Dios. La obediencia de Jesús por sí sola logró eso. (Proverbios 27:11; Romanos 5:18, 19.) ¡Pero añada a eso el derrotero de vida de 144.000 cristianos que, a pesar de la oposición de Satanás, permanecen fieles hasta la muerte! (Revelación 2:10.) El rescate hace posible que ellos sean recompensados con inmortalidad... ¡vida indestructible! (1 Corintios 15:53; Hebreos 7:16.) ¡Esto prueba que es absurda la alegación de Satanás de que los siervos de Dios no son dignos de confianza! El rescate nos ha proporcionado también una base sólida para ejercer fe en las promesas de Dios. Podemos contemplar una estructura de salvación que está ‘establecida legalmente’ mediante el sacrificio de rescate. (Hebreos 8:6.) ¡Así que un nuevo mundo de justicia está garantizado! (Hebreos 6:16-19.)
No dejen de cumplir el propósito del rescate
17. a) ¿Cómo muestran algunos que han dejado de cumplir el propósito del rescate? b) ¿Qué puede motivarnos a permanecer moralmente limpios?
17 Para que uno se beneficie del rescate tiene que adquirir conocimiento, ejercer fe y vivir según las normas bíblicas. (Juan 3:16; 17:3.) Sin embargo, relativamente pocas personas están dispuestas a hacer eso. (Mateo 7:13, 14.) Hasta entre los cristianos verdaderos puede que algunos “acepten la bondad inmerecida de Dios y dejen de cumplir su propósito”. (2 Corintios 6:1.) Por ejemplo, a través de los años se ha expulsado a miles de individuos por conducta incorrecta de índole sexual. ¡Qué lástima, en vista de lo que Jehová y Cristo han hecho por nosotros! ¿No debería el aprecio por el rescate inducir a cada uno a no hacerse “olvidadizo respecto al limpiamiento de sus pecados de hace mucho”? (2 Pedro 1:9.) Apropiadamente, pues, Pablo recuerda a los cristianos: “[Ustedes] fueron comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo que son ustedes”. (1 Corintios 6:20.) ¡El recordar esto nos suministra motivación poderosa para permanecer moralmente limpios! (1 Pedro 1:14-19.)
18. ¿Cómo puede el cristiano que incurre en un pecado grave obtener provecho todavía del rescate?
18 ¿Qué hay si alguien ya ha incurrido en un pecado grave? Debe aprovechar el perdón que el rescate hace posible, a la vez que recibe ayuda de superintendentes amorosos. (Santiago 5:14, 15.) Aunque se requiera fuerte disciplina, el cristiano arrepentido no debe desfallecer cuando reciba esa corrección. (Hebreos 12:5.) Tenemos esta maravillosa garantía bíblica: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia”. (1 Juan 1:9.)
19. ¿Cómo puede ver el cristiano la mala conducta de que fue culpable antes de aprender la verdad?
19 De vez en cuando algunos cristianos se desaniman indebidamente por su mala conducta del pasado. “Antes de entrar en la verdad —escribió cierto hermano desalentado—, mi esposa y yo contrajimos herpes genital. A veces nos sentimos inmundos, como si no ‘encajáramos’ en la organización limpia de Jehová.” Es cierto que algunos, hasta después de hacerse cristianos, tal vez sieguen cierto grado de sufrimiento por errores que hayan cometido en el pasado. (Gálatas 6:7.) Con todo, no hay razón para que la persona se sienta inmunda a los ojos de Jehová si se ha arrepentido. “La sangre del Cristo” puede ‘limpiar nuestra conciencia de obras muertas’. (Hebreos 9:14.)
20. ¿Cómo puede la fe en el rescate librar al cristiano de un sentimiento de culpa innecesario?
20 Sí, la fe en el rescate puede contribuir a librarnos de cargas innecesarias por sentimientos de culpa. Cierta hermana joven admite: “Ya he luchado con el inmundo hábito de la masturbación por más de 11 años. En cierto momento crítico casi dejé la congregación, pues creía que Jehová nunca querría que una persona tan inmunda ensuciara su congregación”. Sin embargo, ¡tenemos que recordar que Jehová es ‘bueno y está listo para perdonar’ con tal que luchemos a conciencia contra el mal, sin sucumbir a él! (Salmo 86:5.)
21. ¿Qué efecto debe tener el rescate en cómo consideramos a los que nos ofenden?
21 El rescate debe influir también en cómo tratamos con otros. Por ejemplo, ¿cómo reacciona usted cuando un compañero cristiano le ofende? ¿Lo perdona liberalmente como lo ejemplificó Cristo? (Lucas 17:3, 4.) ¿Es ‘tiernamente compasivo y perdona liberalmente a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente lo ha perdonado a usted’? (Efesios 4:32.) ¿O tiende a guardar rencor o a abrigar resentimiento? Eso ciertamente sería dejar de cumplir el propósito del rescate. (Mateo 6:15.)
22, 23. a) ¿Qué efecto debe tener el rescate en nuestras metas y estilo de vida? b) ¿Qué deben resolverse a hacer en cuanto al rescate todos los cristianos?
22 Finalmente, el aprecio por el rescate debe tener un efecto profundo en nuestras metas y nuestro estilo de vida. Pablo dijo: “Ustedes fueron comprados por precio; dejen de hacerse esclavos de los hombres”. (1 Corintios 7:23.) ¿Son todavía el centro de su vida las necesidades económicas: el hogar, el empleo, el alimento, la ropa? ¿O busca usted primero el Reino y ejerce fe en la promesa de que Dios le proveerá lo necesario? (Mateo 6:25-33.) ¿Pudiera ser que se afanara por su patrono, pero no apartara suficiente tiempo para las actividades teocráticas? Recuerde, Cristo “se dio a sí mismo por nosotros para [...] limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes”. (Tito 2:14; 2 Corintios 5:15.)
23 ¡“Gracias a Dios mediante Jesucristo” por esta dádiva suprema, el rescate! (Romanos 7:25.) Nunca dejemos de cumplir el propósito del rescate, sino permitamos que este sea una verdadera fuerza en nuestra vida. Siempre glorifiquemos a Dios al pensar, hablar y obrar, mientras recordamos con agradecimiento que hemos sido comprados por precio.
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