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Libro bíblico número 4: Números“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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No obstante, surgen dificultades en el campamento. En su viaje hacia el norte a Qadés-barnea hay por lo menos tres ocasiones de quejas. Para sofocar el primer estallido Jehová envía un fuego que consume a algunos del pueblo. Luego “la muchedumbre mixta” hace que Israel comience a lamentar que ya no tiene como alimento el pescado, los pepinos, las sandías, los puerros, las cebollas y los ajos de Egipto, sino solo el maná (11:4). Moisés se angustia tanto que pide a Jehová que le dé muerte más bien que dejarle seguir haciendo de nodriza para todo este pueblo. Por consideración Jehová quita de Moisés parte del espíritu y lo coloca sobre 70 de los ancianos, quienes proceden a ayudar a Moisés como profetas en el campamento. Entonces llega carne en abundancia. Tal como había sucedido una vez antes, un viento procedente de Jehová arrastra hacia ellos codornices desde el mar, y el pueblo apresa con avaricia grandes suministros y los acumula egoístamente. La ira de Jehová se enciende contra el pueblo y él derriba a muchos por su vehemente deseo egoísta. (Éxo. 16:2, 3, 13.)
19. ¿Cómo trata Jehová con la crítica de Míriam y Aarón?
19 Continúan las dificultades. Por no ver apropiadamente a su hermano menor, Moisés, como el representante de Jehová, Míriam y Aarón lo critican debido a su esposa, quien recientemente ha llegado al campamento. Exigen más autoridad, comparable a la de Moisés, aunque “el hombre Moisés era con mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo”. (Núm. 12:3.) Jehová mismo corrige el asunto y da a conocer que Moisés ocupa una posición especial, mientras hiere de lepra a Míriam, quien probablemente había sido la instigadora de la queja. Solo por la intercesión de Moisés se sana ella más tarde.
20, 21. ¿Qué sucesos provocan el decreto de Jehová de que Israel tiene que vagar 40 años por el desierto?
20 Al llegar a Qadés, Israel acampa a los umbrales de la Tierra Prometida. Jehová ahora da a Moisés la instrucción de enviar espías a explorar la tierra. Ellos entran por el sur y viajan hacia el norte hasta “el punto de entrada de Hamat”, tras caminar centenares de kilómetros en 40 días (13:21). Cuando regresan con algunos de los abundantes frutos de Canaán, diez de los espías sostienen, por falta de fe, que sería insensato marchar contra gente tan fuerte y ciudades fortificadas tan grandes. Caleb trata de calmar a la asamblea con un informe favorable, pero no tiene éxito. Los espías rebeldes infunden temor en el corazón de los israelitas al afirmar que aquella tierra “se come a sus habitantes” y al decir: “Toda la gente que vimos en medio de ella son hombres de tamaño extraordinario”. Mientras se extienden por el campamento los murmullos de rebelión, Josué y Caleb afirman: “Jehová está con nosotros. No los teman” (13:32; 14:9). Sin embargo, la asamblea empieza a hablar de apedrearlos.
21 Entonces Jehová interviene directamente y dice a Moisés: “¿Hasta cuándo me tratará sin respeto este pueblo, y hasta cuándo no pondrán fe en mí por todas las señales que he ejecutado en medio de ellos?” (14:11). Moisés le implora que no destruya a la nación, ya que están implicados el nombre y la fama de Jehová. Por consiguiente, Jehová decreta que Israel tiene que seguir vagando por el desierto hasta que hayan muerto todos los que están inscritos entre el pueblo, de 20 años de edad para arriba. De los varones inscritos, solo a Caleb y Josué se les permitirá entrar en la Tierra de Promisión. En vano trata el pueblo de subir por su propia iniciativa, pues sufre una derrota terrible a manos de los amalequitas y los cananeos. ¡Qué alto precio paga el pueblo por su falta de respeto a Jehová y a sus representantes leales!
22. ¿De qué maneras se recalca la importancia de obedecer?
22 En realidad, tienen mucho que aprender en lo que toca a obediencia. Por eso es apropiado que Jehová les dé leyes adicionales que recalcan esta necesidad. Les deja saber que, cuando entren en la Tierra Prometida, tienen que hacer expiación por los errores, pero al que sea deliberadamente desobediente se le debe cortar de la existencia sin falta. Así, cuando se halla a un hombre que recoge madera en violación de la ley sabática, Jehová manda: “Sin falta el hombre debe ser muerto” (15:35). Como recordatorio de los mandamientos de Jehová y de la importancia de obedecerlos, Jehová da la instrucción de que el pueblo lleve flecos en las faldas de sus prendas de vestir.
23. ¿Qué resultado tiene la rebelión de Coré, Datán y Abiram?
23 No obstante, de nuevo asoma la rebelión. Coré, Datán, Abiram y 250 hombres prominentes de la asamblea se reúnen en oposición a la autoridad de Moisés y Aarón. Moisés presenta la cuestión ante Jehová y dice a los rebeldes: ‘Tomen braserillos e incienso y preséntenlos delante de Jehová, y que él escoja’ (16:6, 7). La gloria de Jehová aparece ahora ante toda la asamblea. Él ejecuta juicio rápidamente al hacer que la tierra se abra y se trague a las casas familiares de Coré, Datán y Abiram, y al enviar un fuego que consume a los 250 hombres, incluso a Coré, que ofrecían el incienso. El mismísimo día siguiente el pueblo empieza a condenar a Moisés y Aarón por lo que Jehová ha hecho, y de nuevo Él los plaga, dando muerte a 14.700 quejumbrosos.
24. ¿Qué señal realiza Jehová para poner fin a la rebeldía?
24 En vista de estos sucesos, Jehová manda que cada tribu presente una vara delante de él, incluso una vara con el nombre de Aarón por la tribu de Leví. Al día siguiente se muestra que Aarón es la elección de Jehová para el sacerdocio, pues solo su vara se encuentra en plena floración y con almendras maduras. Esta ha de conservarse en el arca del pacto “como señal para los hijos de la rebeldía”. (Núm. 17:10; Heb. 9:4.) Después de instrucciones adicionales en cuanto a sostener al sacerdocio mediante diezmos y respecto al uso del agua de limpieza junto con las cenizas de una vaca roja, el relato nos lleva de vuelta a Qadés. Allí muere Míriam, y es sepultada.
25. ¿De qué manera no santifican Moisés y Aarón a Jehová, y con qué consecuencias?
25 De nuevo a los umbrales de la Tierra de Promisión, la asamblea empieza a disputar con Moisés por la falta de agua. Jehová considera eso una disputa con Él, y aparece en Su gloria, a la vez que manda a Moisés que tome la vara y saque agua del peñasco. ¿Santifican ahora Moisés y Aarón a Jehová? En vez de eso, Moisés golpea con cólera dos veces el peñasco. El pueblo y su ganado reciben agua para beber, pero Moisés y Aarón no honran por ello a Jehová. Aunque el viaje angustioso por el desierto casi ha terminado, ambos incurren en el desagrado de Jehová y se les dice que no entrarán en la Tierra de Promisión. Aarón muere más tarde en el monte Hor, y su hijo Eleazar asume los deberes de sumo sacerdote.
26. ¿Qué sucesos distinguen el desvío alrededor de Edom?
26 Israel se vuelve hacia el este y trata de atravesar la tierra de Edom, pero es rechazado. Mientras toma un largo desvío alrededor de Edom, el pueblo se mete en dificultades nuevamente al quejarse de Dios y Moisés. Están cansados del maná, y tienen sed. Por su rebeldía, Jehová envía serpientes venenosas entre ellos, y muchos mueren. Por fin, cuando intercede Moisés, Jehová le da instrucciones de hacer una serpiente abrasadora de cobre y colocarla en un poste-señal. A los que reciben mordeduras pero miran fijamente a la serpiente de cobre se les perdona la vida. En dirección al norte, los israelitas se encuentran vez tras vez con obstáculos que les ponen los agresivos reyes Sehón, de los amorreos, y Og, de Basán. Israel los derrota a ambos en batalla, y ocupa sus territorios al este del valle de la Grieta.
27. ¿Cómo anula Jehová los planes de Balac respecto a Balaam?
27 Sucesos en las llanuras de Moab (22:1–36:13). En expectación ansiosa de su entrada en Canaán, los israelitas se reúnen ahora en las llanuras desérticas de Moab, al norte del mar Muerto y al este del Jordán, al otro lado de Jericó. Al ver el vasto campamento extendido ante ellos, los moabitas sienten un pavor deprimente. Su rey Balac, en consulta con los madianitas, manda llamar a Balaam para que emplee adivinación y cause una maldición a Israel. Aunque Dios le dice directamente a Balaam: “No debes ir con ellos”, él quiere ir (22:12). Balaam desea la recompensa. Finalmente parte, pero solo para que un ángel lo detenga y su propia asna hable milagrosamente y lo reprenda. Cuando por fin Balaam se las arregla para hacer una declaración formal sobre Israel, el espíritu de Dios lo impele, de modo que sus cuatro expresiones proverbiales profetizan solamente bendiciones para la nación de Dios, y hasta predicen que una estrella saldría de Jacob y un cetro se alzaría de Israel para sojuzgar y destruir.
28. ¿En qué trampa sutil se hace caer a Israel por sugerencia de Balaam, pero cómo se detiene el azote?
28 Después de enfurecer a Balac por no poder maldecir a Israel, Balaam busca el favor del rey sugiriendo que los moabitas usen a sus propias mujeres para seducir a los hombres de Israel con el fin de que participen en los ritos lascivos implicados en la adoración de Baal (31:15, 16). Allí, al borde mismo de la Tierra Prometida, los israelitas empiezan a caer en inmoralidad crasa y en la adoración de dioses falsos. Mientras la cólera de Jehová se enciende en un azote, Moisés pide que se castigue severamente a los malhechores. Cuando Finehás, hijo del sumo sacerdote, ve a un principal que trae a una madianita a su tienda justamente dentro del campamento, va tras ellos y los mata, hiriendo a la mujer por sus partes genitales. Esto hace que se detenga el azote, pero no antes de que 24.000 israelitas mueran a causa de él.
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¿Por qué se sentenció a los israelitas a vagar 40 años por el desierto? Por su falta de fe. El apóstol Pablo dio vigorosa amonestación sobre este punto: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; pero sigan exhortándose los unos a los otros cada día”. Por su desobediencia y su falta de fe, aquellos israelitas murieron en el desierto. “Hagamos, por lo tanto, lo sumo posible para entrar en [el] descanso [de Dios], por temor de que alguien caiga en el mismo modelo de desobediencia.” (Heb. 3:7–4:11; Núm. 13:25–14:38.) Como advertencia contra los hombres impíos que hablan injuriosamente de las cosas santas, Judas se refirió a la codicia de Balaam por la paga y al habla rebelde de Coré contra el siervo de Jehová llamado Moisés. (Jud. 11; Núm. 22:7, 8, 22; 26:9, 10.) También Pedro se refirió a Balaam como alguien “que amó la paga de la maldad”, y el glorificado Jesús, en su revelación mediante Juan, dijo que Balaam ‘puso delante de Israel un tropiezo de idolatría y fornicación’. Sin duda, se debe advertir a la congregación cristiana hoy día contra impíos de ese tipo. (2 Ped. 2:12-16; Rev. 2:14.)
36. ¿Contra qué prácticas perjudiciales advirtió Pablo, y cómo podemos aprovechar hoy día su consejo?
36 Cuando surgió inmoralidad en la congregación de Corinto, Pablo les escribió acerca de ‘desear cosas perjudiciales’ y se refirió específicamente a Números. Amonestó: “Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día”b. (1 Cor. 10:6, 8; Núm. 25:1-9; 31:16.) ¿Qué hay de la ocasión en que el pueblo se quejó de que el obedecer los mandatos de Dios imponía penalidades personales, y expresó descontento con la provisión del maná procedente de Jehová? Respecto a esto, Pablo dice: “Ni pongamos a Jehová a prueba, como algunos de ellos lo pusieron a prueba, de modo que perecieron por las serpientes”. (1 Cor. 10:9; Núm. 21:5, 6.) Pablo entonces continúa: “Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor”. ¡Qué amargas fueron las experiencias de Israel por murmurar contra Jehová, sus representantes y sus provisiones!
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