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  • ¿Hacia dónde vamos?
    ¡Despertad! 1995 | 22 de abril
    • ¿Hacia dónde vamos?

      IMAGÍNESE que está viajando por un lugar en el que nunca antes ha estado. A estas horas ya debería haber llegado a su destino; pero las señales viales, el nombre de los pueblos y los puntos de referencia no coinciden con lo que esperaba ver. ‘¿Dónde estoy? —se pregunta usted—. ¿Iré en la dirección correcta?’

      El mundo actual se encuentra en un aprieto semejante. El hombre transita por un territorio desconocido al observar a la sociedad deteriorarse en una escala nunca antes vista. Con todos los avances de la ciencia y la tecnología era de esperar que ya viviéramos en un mundo mejor. Russell Bourne, director de la serie Las grandes épocas de la humanidad, señaló que no ha sido sino hasta el siglo XX cuando “se ha hecho factible el ideal de la fraternidad de todos los pueblos”.

      Sin embargo, el hombre no ha alcanzado ese destino, a saber, “la fraternidad de todos los pueblos”. Los prometidos hitos de seguridad económica, alimentación apropiada, mejor salud y una vida de familia feliz no se ven por ninguna parte. El libro Milestones of History (Hitos de la Historia) observa: “En muchos sentidos el progreso científico ha llevado aparejadas la crueldad y la destrucción”.

      No cabe duda de que el género humano está perdido en una región desconocida, totalmente desviado de su curso, lejos de la paz y la seguridad que se vaticinaron en los albores de este siglo. A ello se debe que muchas personas estén pidiendo indicaciones: “¿Cómo nos metimos en esta situación? ¿Hacia dónde va el mundo? ¿Estamos viviendo en los últimos días?”.

      Para averiguar dónde estamos, es preciso determinar primero nuestra ubicación presente. Unos dicen que nos encontramos en los umbrales de un nuevo orden mundial; otros, que nos hallamos al borde de la destrucción. La Biblia, a modo de mapa vial, nos muestra con exactitud dónde estamos y hacia dónde vamos.

      Al viajar, es importante observar las señales que indican el lugar en que nos hallamos. Las Escrituras describen ciertos rasgos —situaciones y actitudes a nivel mundial— que caracterizarían el período de la historia llamado “los últimos días”. (2 Timoteo 3:1-5.) Por “últimos días” debemos entender, no el fin de los cielos y la tierra físicos, sino “la conclusión del sistema de cosas” o el “final de esta época”, como lo traduce una versión de la Biblia. (Mateo 24:3; Reina-Valera, 1977.)

      “En los últimos días —escribió el apóstol Pablo— se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.” (2 Timoteo 3:1.) Verdad es que estas palabras pudieran parecer aplicables a otras épocas de la historia. En efecto, a cada edad le ha tocado su propia cuota de sufrimiento.

      Por lo tanto, ¿qué razón tenemos para creer que tales palabras señalan a nuestros días?

  • ¿Estamos viviendo en los últimos días?
    ¡Despertad! 1995 | 22 de abril
    • ¿Estamos viviendo en los últimos días?

      LA EXPRESIÓN “tiempos críticos, difíciles de manejar”, es una traducción del griego kai·rói kja·le·pói. (2 Timoteo 3:1.) Kja·le·pói es el plural de una palabra que literalmente significa “fiero”, y transmite la idea de amenaza y peligro. Cierto comentarista bíblico dice que se refiere a un “tremendo ataque del mal”. Por lo tanto, aunque las anteriores épocas experimentaron agitación, la fiereza de “los últimos días” sería de una magnitud extraordinaria. Como dice 2 Timoteo 3:13, ‘los hombres inicuos e impostores avanzarían de mal en peor’.

      ¿Cuadra dicha descripción con nuestros tiempos? Analicemos algunas pruebas concretas que aparecen en 2 Timoteo 3:2-5 para ver si en realidad estamos viviendo en los últimos días.

      “Los hombres serán [...] amadores del dinero.” (2 Timoteo 3:2.)

      Según U.S.News & World Report, el fraude se ha vuelto “una orgía de delitos financieros”. En Estados Unidos, las pérdidas por fraude tan solo en el servicio médico oscilan entre 50.000 millones y 80.000 millones de dólares al año. Lamentablemente, tal deshonestidad es muy frecuente. En palabras de Gary Edwards, presidente del Ethics Resource Center (Centro de Información sobre la Ética), vivimos en “una cultura que en ocasiones celebra la falta de honradez”. Explica: “Convertimos en héroes a maleantes, a políticos e industriales que defraudan al sistema con la más absoluta impunidad”.

      “Altivos.” (2 Timoteo 3:2.)

      Los altivos tratan con desdén a los demás, según se evidencia en el racismo y nacionalismo tan extendidos hoy día. “Las minorías, sin excepción, son un blanco —dice The Globe and Mail, de Toronto (Canadá)—. La violencia racial crece en Alemania, el Ku Klux Klan está activo en Estados Unidos y las esvásticas afean las aceras y sinagogas de Toronto.” Irving Abella, presidente del Congreso Judeocanadiense, afirma: “[La violencia racial] está presente en todas partes: tanto en Suecia, Italia, Holanda y Bélgica como en Alemania”.

      “Desobedientes a los padres.” (2 Timoteo 3:2.)

      “Muchos culpan a los que nacieron después de la II Guerra Mundial de haber criado una generación de insolentes, contenciosos e irrespetuosos”, indica The Toronto Star. La rebeldía que comienza en casa se extiende a la escuela. Una profesora comenta que hasta los niños de 4 años son respondones. “Los maestros dedicamos más tiempo al comportamiento que a la enseñanza”, sostiene. Naturalmente, no todos los jóvenes son rebeldes. Sin embargo, como dice el veterano profesor de secundaria Bruce MacGregor, “la tendencia parece ser la de no tener respeto a nada”.

      “Sin tener cariño natural.” (2 Timoteo 3:3.)

      Los últimos días presenciarían un marcado deterioro de la familia, donde más que en ninguna otra parte debería imperar el cariño natural. The New York Times informa que “la violencia doméstica es la principal causa de lesiones y muertes femeninas en Estados Unidos, y el daño que provoca es mayor que la suma de accidentes de tránsito, violaciones y atracos”. En la mayoría de los casos de abuso deshonesto de menores, los agresores son familiares de confianza. El alto índice de divorcios, el maltrato de ancianos y el aborto constituyen una prueba más de que el mundo está lleno de individuos “desnaturalizados”. (Nácar Colunga.)

      “Feroces, sin amor del bien.” (2 Timoteo 3:3.)

      “Los jóvenes asesinos no precisan de un móvil —escribe el columnista Bob Herbert—. Muchos han acogido con entusiasmo el concepto de volarle la tapa de los sesos a un ser humano ‘solamente porque sí’.” Hasta algunos padres carecen de toda fibra moral. Cuando se acusó a un grupo de adolescentes de competir para ver quién se acostaba con el mayor número de muchachas, el padre de uno de ellos comentó: “Mi hijo hizo lo que hubiera hecho cualquier norteamericano fogoso de su edad”.

      “Amadores de placeres más bien que amadores de Dios.” (2 Timoteo 3:4.)

      De acuerdo con ciertos cálculos, por cada hora que los adolescentes ocupan en asuntos religiosos, dedican quince a los medios electrónicos. “Hoy —informa el Altoona Mirror—, la vida del adolescente está dominada por la cultura que promueven los medios de comunicación y que prospera en los centros comerciales y los pasillos de las escuelas. Después, está la familia; la última en la lista es la iglesia.” Y añade: “Si los padres no están presentes y las iglesias no se pronuncian, entonces los medios informativos se constituyen en la voz que guía la vida de los jóvenes”.

      “Teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder.” (2 Timoteo 3:5.)

      La verdad bíblica tiene el poder de transformar vidas. (Efesios 4:22-24.) Pero al amparo de la religión se perpetran algunos de los actos más impíos. Un vergonzoso ejemplo es el abuso sexual de menores por parte del clero. Según The New York Times, un abogado de Estados Unidos “afirma tener pendientes en veintisiete estados 200 asuntos de clientes que alegan haber sido agredidos sexualmente por sacerdotes”. En realidad, las obras malas de estos eclesiásticos revelan la hipocresía de sus pretensiones de devoción piadosa.

      MÁS PRUEBAS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

      2 TIMOTEO 3:2-4 DICE TAMBIÉN QUE LOS HOMBRES SERÍAN:

      □ Presumidos

      □ Blasfemos

      □ Desagradecidos

      □ Desleales

      □ No dispuestos a ningún acuerdo

      □ Calumniadores

      □ Sin autodominio

      □ Traicioneros

      □ Testarudos

      □ Hinchados de orgullo

      “LA SEÑAL DE TU PRESENCIA”

      Poco antes de que Jesús muriera, le plantearon la pregunta: “¿Qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. (Mateo 24:3.) Jesús precisó las condiciones y los acontecimientos que distinguirían a los últimos días. Examinemos algunos de ellos.

      “Se levantará nación contra nación y reino contra reino.” (Mateo 24:7.)

      “Aunque el siglo XX ha sido en general un período de mejora social en el que los gobiernos han prestado más atención a los pobres, ha estado dominado por la ametralladora, el tanque, el [bombardero] B-52, la bomba nuclear y, por último, el misil. En él han ocurrido las guerras más sangrientas y destructivas de todas las épocas.” (Milestones of History.)

      “Terremotos en un lugar tras otro.” (Mateo 24:7.)

      En lo que va de siglo, se han producido terremotos de una intensidad de 7,5 a 8,3 en la escala de Richter en Chile, China, India, Irán, Italia, Japón, Perú y Turquía.

      “Habrá escenas espantosas.” (Lucas 21:11.)

      Como consecuencia de los aterradores acontecimientos de los últimos años, el temor es probablemente el sentimiento que más predomina en la gente: temor a la guerra, el crimen, la contaminación, las enfermedades, la inflación y muchas otras cosas que ponen en peligro la seguridad y la vida.

      “Escaseces de alimento.” (Mateo 24:7.)

      “Mientras los grupos asistenciales discuten, la inanición se cierne sobre el mundo”, anunció un titular de la revista New Scientist. De acuerdo con lo manifestado por un expresidente de Estados Unidos, el hambre amenaza con asolar el planeta en las dos siguientes décadas. El mismo artículo añade: “Pese a los terribles presagios, el monto de la ayuda de las naciones ricas para el progreso agrícola de los países en desarrollo va reduciéndose de manera drástica”.

      “En un lugar tras otro pestes.” (Lucas 21:11.)

      Según una comisión de expertos, la batalla que el gobierno estadounidense libra contra el sida —con un costo superior a los 500 millones de dólares anuales— es un total fracaso. “Estamos perdiendo toda una generación de productividad por culpa del sida”, advierte la Dra. Donna Sweet, quien atiende de 200 a 300 pacientes. En Estados Unidos, el sida es la principal causa de muerte entre los varones de 25 a 44 años.

      “Aumento del desafuero.” (Mateo 24:12.)

      Una encuesta realizada entre 2.500 jóvenes estadounidenses reveló que el 15% había portado un arma en algún momento de los últimos treinta días, el 11% había recibido heridas de bala el año anterior y el 9% había disparado contra otra persona.

      ¿QUÉ NOS DEPARA EL FUTURO?

      Como hemos visto, el hombre se halla completamente fuera de curso, muy lejos de alcanzar un mundo pacífico. En términos de mera magnitud, las condiciones enumeradas en este artículo no tienen precedente. No cabe duda de que el género humano se halla en un territorio desconocido: está atravesando la era llamada los últimos días.

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