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La muerte, una triste realidadLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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La muerte, una triste realidad
IMAGÍNESE que está viendo una película sobre alguien famoso, quizás una artista a quien usted admira. El video comienza con escenas de su infancia, de sus clases de música y de sus incansables horas de práctica. Luego aparece dando conciertos, viajando por todo el mundo y convirtiéndose en una estrella de fama internacional. Poco después, se ven imágenes de los últimos años de su vida y finalmente muere.
La historia es real, pero su protagonista ya no existe. Y el argumento sería parecido si se tratara de un científico, un atleta u otra persona famosa. Aunque el protagonista lograra muchas cosas durante su vida, seguramente nos preguntaríamos qué más habría logrado si no hubiera tenido que envejecer y morir.
Lamentablemente, eso es lo que nos espera a todos (Eclesiastés 9:5). Por mucho que nos esforcemos, no hay forma de escapar de la vejez y la muerte. Además, podemos perder la vida por culpa de un accidente o de una cruel enfermedad. Como dice la Biblia, somos “una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece” (Santiago 4:14).
Algunas personas creen que la vida es incierta y que no tiene sentido, por eso dicen: “Comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Corintios 15:32). Pero ¿verdad que al decir eso demuestran que tienen muy presente la muerte? Todos, tarde o temprano, terminamos preguntándonos qué sentido tiene la vida, especialmente cuando pasamos por una situación angustiosa. ¿Dónde podemos encontrar la respuesta?
Muchas personas recurren a la ciencia. Los avances científicos y médicos ya han alargado nuestra esperanza de vida y algunos investigadores están intentando alargarla aún más. Pero sea como sea, hay preguntas que siguen sin respuesta, como por qué envejecemos y morimos, y si venceremos algún día a la muerte. Los siguientes artículos analizarán estos temas y contestarán la siguiente pregunta: ¿qué sentido tiene la vida?
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En busca de la longevidadLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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¿Podremos vivir más tiempo gracias a la manipulación genética?
En busca de la longevidad
“He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos” (Eclesiastés 3:10, 11).
ESTAS palabras del sabio rey Salomón describen muy bien lo que todos sentimos. La vida es tan breve... Quizás por eso, los seres humanos siempre han buscado la manera de vivir más tiempo. La historia está llena de fábulas y leyendas que lo demuestran.
Piense, por ejemplo, en el rey sumerio Gilgamés. Una de las muchas leyendas que se cuentan sobre él, relatada en la Epopeya de Gilgamés, dice que emprendió un peligroso viaje en busca de la inmortalidad, pero que su búsqueda fracasó.
Un alquimista medieval en su laboratorio
En el siglo cuarto antes de nuestra era, los alquimistas chinos intentaron hallar una pócima que alargara la vida. Crearon un brebaje que contenía pequeñas cantidades de mercurio y arsénico. Se cree que algunos emperadores chinos murieron después de tomarlo. En la Europa medieval, algunos alquimistas intentaron hacer que el oro fuera comestible porque pensaban que, por su resistencia a la corrosión, podía alargar la vida.
Tal como en el pasado se buscaba una fórmula que pudiera alargar la vida, hoy en día, algunos biólogos y genetistas intentan descubrir la causa del envejecimiento. Sus investigaciones demuestran que el ser humano sigue creyendo que algún día podrá detener el envejecimiento y vencer a la muerte. Pero ¿qué han descubierto?
DIOS HA PUESTO EL TIEMPO INDEFINIDO EN NUESTRO CORAZÓN (ECLESIASTÉS 3:10, 11).
¿POR QUÉ ENVEJECEMOS?
Los científicos que estudian la célula humana han formulado más de trescientas teorías sobre las causas del envejecimiento y la muerte. En los últimos años, los biólogos moleculares han logrado manipular los genes y las proteínas para hacer más lento el proceso de envejecimiento en animales de laboratorio y en células humanas. Estos avances han impulsado a algunos multimillonarios a financiar a quienes se dedican a resolver “el problema de la muerte”. ¿Qué rumbo han tomado tales investigaciones?
Retrasar nuestro reloj interno. Algunos biólogos opinan que la principal causa del envejecimiento se encuentra en los telómeros, es decir, en los extremos de los cromosomas. Los telómeros protegen la información genética cuando las células se dividen, pero, con cada división celular, los telómeros se acortan. Con el tiempo, las células dejan de dividirse y empezamos a envejecer.
Elizabeth Blackburn, ganadora del premio Nobel en 2009, y su equipo identificaron una enzima que retrasa el acortamiento de los telómeros y, por lo tanto, el envejecimiento de las células. Sin embargo, en su informe reconocen que los telómeros “no son prolongadores mágicos de la vida: no van a hacer que superemos la duración de la vida humana tal como la conocemos”.
La reprogramación celular. Cuando nuestras células envejecen y dejan de reproducirse, empiezan a enviar señales erróneas a las células inmunitarias, lo que causa inflamación, dolor crónico y otras dolencias. Recientemente, unos científicos franceses han reprogramado células extraídas de personas mayores, algunas de más de 100 años. El jefe de investigación, el profesor Jean-Marc Lemaître, declaró que su trabajo demuestra que se puede “revertir el envejecimiento” de las células.
¿PUEDE LA CIENCIA ALARGAR LA VIDA?
No todos los científicos creen que los tratamientos contra el envejecimiento puedan hacer que vivamos más. Es verdad que la esperanza de vida ha aumentado a un ritmo constante desde el siglo diecinueve, pero esto se debe principalmente a las mejoras en la higiene, la prevención de enfermedades infecciosas y el uso de antibióticos y vacunas. Algunos genetistas creen que nuestra esperanza de vida ha alcanzado más o menos su límite natural.
Hace unos tres mil quinientos años, el escritor bíblico Moisés afirmó: “Los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar rápidamente, y volamos” (Salmo 90:10). A pesar de todos los esfuerzos que ha hecho el ser humano para alargar la vida, seguimos teniendo la misma esperanza de vida que mencionó Moisés.
En contraste, algunos animales, como el erizo rojo de mar o la almeja de Islandia, pueden vivir más de doscientos años. Y hay árboles, como la secuoya gigante, que viven miles de años. Cuando comparamos nuestra esperanza de vida con la de otros seres vivos, es lógico que nos preguntemos: “¿Qué sentido tiene vivir solo setenta u ochenta años?”.
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Estamos diseñados para vivir eternamenteLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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Estamos diseñados para vivir eternamente
¿A QUIÉN no le gustaría tener una vida larga y feliz? Sería maravilloso vivir para siempre disfrutando de buena salud y felicidad. Podríamos pasar más tiempo con nuestros seres queridos, viajar por todo el mundo, desarrollar nuevas habilidades, ser cada vez más sabios e investigar a fondo cualquier tema que nos interese.
¿Es este un deseo antinatural? En absoluto. La Biblia nos dice que Dios puso ese deseo en nuestro corazón (Eclesiastés 3:11). Y también nos dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Teniendo en cuenta eso, ¿sería lógico que Dios nos creara con un deseo que no pudiéramos cumplir?
Nadie quiere morir. De hecho, la Biblia dice que la muerte es un “enemigo” (1 Corintios 15:26). A veces llega pronto, otras veces llega más tarde, pero nunca falta a su cita. A muchas personas no les gusta pensar en la muerte, incluso les da miedo. ¿Lograremos vencer algún día a este enemigo?
RAZONES PARA TENER ESPERANZA
¿Sabía que Dios nunca quiso que los seres humanos murieran? El libro bíblico de Génesis demuestra que Dios quería que viviéramos para siempre en la Tierra. Jehováa preparó nuestro planeta cuidando hasta el más mínimo detalle. Entonces, creó al primer hombre, Adán, y lo puso en un paraíso, un jardín situado en Edén. A continuación, Dios vio “todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno” (Génesis 1:26, 31).
Adán fue creado a la imagen de Dios; era un hombre perfecto (Deuteronomio 32:4). Su esposa, Eva, también era física y mentalmente perfecta. Jehová les dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28).
Lograr que sus descendientes llenaran la Tierra tomaría tiempo. Para cumplir con el propósito de Dios, Eva tendría que dar a luz hijos, y estos, a su vez, tener más hijos hasta que la Tierra estuviera completamente habitada (Isaías 45:18). Si Adán y Eva no iban a ver realizado el propósito de Dios y solo iban a vivir para ver a sus hijos y tal vez a sus nietos, ¿sería lógico que Jehová les diera ese mandato?
Piense ahora en la tarea de tener a los animales en sujeción. Adán tenía que poner nombre a los animales, y eso le tomaría bastante tiempo (Génesis 2:19). Además, para saber cómo cuidar de todos los seres vivos, tendría que conocerlos bien, lo que seguramente le exigiría mucho más tiempo.
Por lo tanto, los dos mandatos que Dios dio a Adán y Eva —tener en sujeción a los animales y llenar la Tierra— demuestran que los creó para que vivieran mucho tiempo. De hecho, Adán vivió muchos años.
DIOS CREÓ A LOS SERES HUMANOS PARA QUE VIVIERAN PARA SIEMPRE EN UNA TIERRA PARADISÍACA
VIVIERON MUCHOS AÑOS
Adán (930 años)
Matusalén (969 años)
Noé (950 años)
Hoy (70-80 años)
La Biblia dice que, antes del Diluvio, los seres humanos vivían mucho más de lo que vivimos ahora. En Génesis 5:5 leemos: “Todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años”. Y, a continuación, habla de seis hombres que vivieron más de novecientos años: Set, Enós, Quenán, Jared, Matusalén y Noé, que tenía seiscientos años cuando llegó el Diluvio (Génesis 5:6-27; 7:6; 9:29). ¿Por qué vivieron tanto?
Todos ellos nacieron no mucho tiempo después de que Adán y Eva dejaran de ser perfectos. Quizás por eso disfrutaron de vidas más largas. Pero ¿qué relación hay entre la perfección y la longevidad? Y ¿cómo se vencerá a la muerte? Para responder estas preguntas, primero tenemos que saber por qué envejecemos y morimos.
a La Biblia dice que el nombre de Dios es Jehová.
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¿Por qué envejecemos y morimos?La Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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¿Por qué envejecemos y morimos?
DIOS no quería que los seres humanos murieran. Creó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, con un cuerpo y una mente perfectos. De hecho, hoy podrían estar vivos. Llegamos a esa conclusión por lo que Jehová le dijo a Adán sobre un árbol que había en el jardín de Edén.
Dios le dijo: “El día que comas de él [...] morirás” (Génesis 2:17). Si Adán iba a envejecer y morir de todos modos, esa advertencia era innecesaria. Adán sabía que, si no comía del árbol, no moriría.
DIOS NO QUERÍA QUE LOS SERES HUMANOS MURIERAN
Adán y Eva no necesitaban comer de ese árbol para vivir, pues en el jardín había muchos árboles frutales (Génesis 2:9). Si no hubieran comido del árbol, habrían sido obedientes a quien les dio la vida y habrían demostrado que reconocían que Dios tenía el derecho a decirles lo que debían hacer.
POR QUÉ MURIERON ADÁN Y EVA
Para entender por qué murieron Adán y Eva, tenemos que analizar una conversación cuyas consecuencias sufrimos hasta el día de hoy. Satanás, un ángel malvado, se valió de una serpiente para contar una perversa mentira. La Biblia dice: “Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: ‘¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?’” (Génesis 3:1).
Eva le contestó: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. Entonces, la serpiente le dijo: “No morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. Con estas palabras, Satanás afirmó que Jehová es un mentiroso y que les estaba privando de algo bueno (Génesis 3:2-5).
Eva mordió el anzuelo. Miró detenidamente el árbol. Parecía tan deseable... Alargó la mano, tomó de su fruto y empezó a comer. La Biblia dice qué sucedió a continuación: “Después dio de este también a su esposo cuando él estuvo con ella, y él empezó a comerlo” (Génesis 3:6).
Dios le dijo a Adán: “El día que comas de él [...] morirás” (GÉNESIS 2:17).
¡Qué triste debió sentirse Dios al ver que sus amados hijos decidieron desobedecerlo! ¿Cuál fue su reacción? Jehová le dijo a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:17-19). Y así fue, “todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años, y murió” (Génesis 5:5). Al morir, Adán no fue ni al cielo ni a ningún otro lugar. Antes de que Jehová lo creara del polvo del suelo, Adán no existía y, cuando murió, volvió a ser polvo, es decir, dejó de existir. ¡Qué lástima!
¿POR QUÉ NO SOMOS PERFECTOS?
Como decidieron desobedecer a Dios, Adán y Eva dejaron de ser perfectos y perdieron la posibilidad de vivir para siempre. A partir de ese momento sufrieron un cambio físico: se volvieron imperfectos y pecadores. Sin embargo, su desobediencia no solo tuvo consecuencias para ellos; todos sus descendientes heredaron el pecado. Romanos 5:12 dice: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado”.
La Biblia dice que la muerte es como un manto que envuelve a todos los pueblos y como un tejido que cubre a todas las naciones (Isaías 25:7). Ese manto que envuelve a la humanidad es como una neblina tóxica de la que es imposible escapar. Así es, “en Adán todos están muriendo” (1 Corintios 15:22). Ahora, la pregunta que surge es la misma que se hizo el apóstol Pablo: “¿Quién me librará del cuerpo que está sufriendo esta muerte?”. ¿Puede alguien librarnos? (Romanos 7:24).
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¿Cómo se vencerá a la muerte?La Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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¿Cómo se vencerá a la muerte?
AUNQUE la desobediencia de nuestros primeros padres hizo que heredáramos el pecado y la muerte, el propósito de Dios para la humanidad no ha cambiado. A lo largo de su Palabra escrita, la Biblia, Dios nos confirma constantemente que su propósito sigue siendo el mismo.
“Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29).
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro” (Isaías 25:8).
“Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada” (1 Corintios 15:26).
“La muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (Revelación [Apocalipsis] 21:4).
¿Qué hará Dios para “tragarse” a la muerte, es decir, para eliminarla por completo? Como hemos visto, la Biblia dice claramente que “los justos [...] residirán para siempre” en la Tierra. Sin embargo, también dice que “no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque” (Eclesiastés 7:20). ¿Significa eso que Dios rebajará sus normas para que podamos vivir para siempre? No, Dios jamás haría eso, porque él “no puede mentir” (Tito 1:2). Entonces, ¿qué hará para cumplir con el maravilloso propósito que tenía para la humanidad?
DIOS “SE TRAGARÁ A LA MUERTE PARA SIEMPRE” (ISAÍAS 25:8).
SE PAGA UN RESCATE PARA VENCER A LA MUERTE
El amor motivó a Jehová a pagar el rescate necesario para librarnos de la muerte. En la Biblia, un rescate es el precio que se paga para compensar un daño o para satisfacer las exigencias de la justicia. El valor del rescate debe ser equivalente al daño causado. Como todos los seres humanos somos imperfectos y estamos condenados a muerte, la Biblia afirma con franqueza: “Ni uno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él (y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido)” (Salmo 49:7, 8).
Cuando un ser humano imperfecto muere, solo puede pagar por sus propios pecados. No puede ni salvarse a sí mismo ni pagar por los pecados de otra persona (Romanos 6:7). Necesitábamos que alguien perfecto y sin pecado diera su vida, no por sus propios pecados, sino por los nuestros (Hebreos 10:1-4).
Eso es precisamente lo que Dios se encargó de hacer. Envió a su Hijo celestial, Jesús, a la Tierra para que fuera un ser humano perfecto (1 Pedro 2:22). Jesús dijo que vino “para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Marcos 10:45). Murió para vencer a la muerte y darnos la posibilidad de vivir para siempre (Juan 3:16).
¿CUÁNDO SE VENCERÁ A LA MUERTE?
Hoy vivimos tiempos críticos y difíciles de soportar, lo que demuestra que, como predijo la Biblia, estamos en los “últimos días” de este mundo malvado (2 Timoteo 3:1). Los últimos días culminarán en “el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos” (2 Pedro 3:3, 7). Pero quienes aman a Dios sobrevivirán a esa destrucción y disfrutarán de “vida eterna” (Mateo 25:46).
Jesús vino “para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Marcos 10:45).
Además, millones de personas tendrán la oportunidad de vivir para siempre cuando sean resucitadas. Jesús puede resucitar a los muertos. Cuando fue a la ciudad de Naín, la compasión lo motivó a resucitar al único hijo de una viuda (Lucas 7:11-15). El apóstol Pablo también dijo: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección así de justos como de injustos”. Esta firme esperanza es una demostración extraordinaria del amor que Dios siente por la humanidad (Hechos 24:15).
Miles de millones de personas tendrán la posibilidad de vivir eternamente. La Biblia afirma: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29). Entonces, podrán decir emocionados las mismas palabras que dijo el apóstol Pablo hace unos dos mil años: “Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?” (1 Corintios 15:55). Por fin habrá sido derrotado el mayor enemigo de la humanidad.
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Una vida mejor a su alcanceLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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Una vida mejor a su alcance
DIOS no quería que la vida fuera como la conocemos hoy. Él quería que la Tierra estuviera llena de personas que respetaran su autoridad, se beneficiaran de sus consejos y reflejaran sus maravillosas cualidades. Quería que las personas vivieran en paz, tuvieran familias felices, descubrieran cosas nuevas y convirtieran toda la Tierra en un paraíso.
DIOS PROMETE QUE LA VIDA SERÁ COMO ÉL QUERÍA QUE FUERA
“Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra” (Salmo 46:9).
Llegó “el tiempo señalado [...] para causar la ruina de los que están arruinando la tierra” (Revelación 11:18).
“Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’” (Isaías 33:24).
“La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal” (Isaías 65:22).
¿Cómo se cumplirán estas profecías? Dios ha nombrado a su Hijo, Jesús, Rey de un reino perfecto que gobernará toda la Tierra desde el cielo. La Biblia lo llama el Reino de Dios (Daniel 2:44). Y también dice sobre Jesús: “Dios le dará el trono [...], y de su reino no habrá fin” (Lucas 1:32, 33).
Mientras estuvo en la Tierra, Jesús realizó muchas obras poderosas para mostrar que, cuando él gobierne, la humanidad tendrá una vida mucho mejor.
JESÚS DEMOSTRÓ LO QUE HARÁ POR LAS PERSONAS OBEDIENTES
Curó toda clase de enfermedades, así demostró que puede eliminarlas por completo (Mateo 9:35).
Calmó una tempestad, así probó que puede controlar las fuerzas de la naturaleza (Marcos 4:36-39).
Alimentó a miles de personas, así dejó claro que puede atender bien nuestras necesidades (Marcos 6:41-44).
Convirtió el agua en vino en una boda, así mostró que bajo su gobierno disfrutaremos de la vida (Juan 2:7-11).
¿Qué debe hacer usted para disfrutar de todo lo que Dios tiene pensado para quienes lo aman? Hay un “camino” que debe seguir. La Biblia dice que es un “camino que conduce a la vida”, y que pocas personas lo encuentran (Mateo 7:14).
EL CAMINO A UNA VIDA MEJOR
¿Qué representa el camino que lleva a la vida eterna? Ese camino representa todo lo que Dios nos pide que hagamos. Él mismo nos dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Isaías 48:17). Andar por este camino es la mejor manera de vivir.
Jesús dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Juan 14:6). Creer en las enseñanzas de Jesús e imitar su ejemplo nos acerca a Dios y hace que nuestra vida sea mejor.
¿Cómo puede encontrar ese camino? Aunque existen muchas religiones o caminos, Jesús advirtió: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). También dijo: “Por sus frutos los reconocerán” (Mateo 7:16). La Biblia puede ayudarle a saber cuál es la religión verdadera (Juan 17:17).
¿Qué debe hacer para andar por ese camino? Debe conocer a quien nos ha dado la vida. Saber quién es, cómo se llama, qué clase de persona es, qué está haciendo y qué espera de nosotros.a
Dios no quiere que nuestra vida se limite a trabajar, comer, divertirnos y formar una familia. Él quiere que lo conozcamos y que seamos sus amigos. Cuando le obedecemos, le demostramos que lo amamos. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero” (Juan 17:3).
DIOS NOS ENSEÑA MEDIANTE LA BIBLIA, PORQUE DESEA LO MEJOR PARA NOSOTROS (ISAÍAS 48:17).
DÉ EL PRIMER PASO
Para hacer feliz al único Dios verdadero, usted quizás tenga que hacer algunos cambios. Tal vez le parezca difícil, pero andar por ese camino puede convertirse en un hermoso viaje, solo debe dar el primer paso. Si tiene alguna pregunta sobre Dios, solicite un curso bíblico en nuestro sitio de Internet, www.pr2711.com. Los testigos de Jehová estaremos encantados de visitarle en el lugar y en el momento más convenientes para usted.
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Ahora también puede ser felizLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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Ahora también puede ser feliz
IMAGÍNESE un futuro sin enfermedades, sin vejez y sin muerte. Ese maravilloso futuro está a su alcance. Sin embargo, la dura realidad es que el presente sigue estando lleno de problemas. ¿Cómo puede usted ser feliz ahora? La Biblia contiene consejos que pueden hacerle feliz y dar sentido a su vida. Veamos cómo puede ayudarnos la Palabra de Dios a hacer frente a algunos desafíos de la vida.
ESTAR CONTENTOS CON LO QUE TENEMOS
El consejo de la Biblia: “Que su modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes” (Hebreos 13:5).
El mundo nos bombardea con un sinfín de productos y servicios aparentemente imprescindibles. Pero la Biblia dice que es posible estar contento con lo que uno tiene. ¿Cómo podemos lograrlo?
No amando el dinero. “El amor al dinero” hace que muchas personas sacrifiquen la salud, la familia, las amistades, los valores morales y hasta su dignidad (1 Timoteo 6:10). ¡Qué precio tan alto están dispuestas a pagar! Además, quien ama las riquezas nunca “estará satisfecho” (Eclesiastés 5:10).
Recordando que las personas valen más que las cosas. Es verdad que hay cosas que son muy útiles, pero esas cosas no pueden ni amarnos ni demostrarnos cariño; eso solo pueden hacerlo las personas. Tener un amigo de verdad nos hace más felices (Proverbios 17:17).
SI SEGUIMOS LOS CONSEJOS DE LA BIBLIA, SEREMOS FELICES
TENER MALA SALUD
El consejo de la Biblia: “Un corazón que está gozoso hace bien como sanador” (Proverbios 17:22).
La alegría es la mejor “medicina” para sobrellevar la mala salud. Pero ¿cómo podemos conservar la alegría en esas circunstancias?
Siendo agradecidos. Si constantemente nos lamentamos por nuestra mala salud, “todos los días” nos parecerán malos (Proverbios 15:15). La Biblia nos recomienda todo lo contrario: “Muéstrense agradecidos” (Colosenses 3:15). Debemos aprender a dar las gracias por las cosas buenas de la vida, aunque sean pequeñas. Una hermosa puesta de sol, una suave brisa o la sonrisa de un ser querido pueden enriquecer nuestra vida.
Haciendo cosas por otros. “Hay más felicidad en dar que en recibir”, y eso también es cierto si tenemos mala salud (Hechos 20:35). Cuando los demás agradecen lo que hacemos por ellos, sentimos una gran alegría y pensamos menos en nuestros problemas. Ayudar a otros hará que nos sintamos mejor.
FORTALECER EL MATRIMONIO
El consejo de la Biblia: Asegúrense “de las cosas más importantes” (Filipenses 1:10).
Los matrimonios que pasan poco tiempo juntos corren el riesgo de distanciarse. Por eso es bueno que el esposo y la esposa den prioridad a su matrimonio, que lo consideren una de las cosas más importantes de su vida.
Hagan cosas juntos. La Biblia dice que “mejores son dos que uno” (Eclesiastés 4:9). En vez de hacer lo que a usted le gusta por su cuenta, piense en actividades que puedan hacer juntos. Por ejemplo, pueden cocinar, dar un paseo, relajarse tomando un café o entretenerse con algún pasatiempo.
Demuéstrense su amor. La Biblia dice que el esposo y la esposa deben amarse y respetarse (Efesios 5:28, 33). Una sonrisa amable, un abrazo cariñoso o un regalo sencillo pueden fortalecer mucho su relación. Y recuerde que debe reservar la intimidad sexual exclusivamente para su cónyuge (Hebreos 13:4).
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La esperanza de la resurrecciónLa Atalaya (público) 2019 | Núm. 3
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La esperanza de la resurrección
Nadie escapa a la muerte. Pero ¿es la muerte el fin de todo? ¿Son los muertos tan solo un recuerdo olvidado? ¿Volverán a vivir algún día?
PIENSE EN LO QUE DICE LA BIBLIA
DIOS NO HA OLVIDADO A LOS MUERTOS
“Todos los que están en las tumbas conmemorativas [...] saldrán” (Juan 5:28, 29).
Dios recuerda a quienes han muerto. Las personas que estén en su memoria volverán a vivir.
LOS MUERTOS RESUCITARÁN EN LA TIERRA
“Va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15).
Miles de millones de personas resucitarán y tendrán la esperanza de vivir para siempre en paz.
PODEMOS CREER EN LA RESURRECCIÓN
Dios “está contando el número de las estrellas; a todas las llama por sus nombres” (Salmo 147:4).
Si Dios es capaz de llamar a las estrellas por su nombre, puede recordar sin problema a quienes piensa resucitar.
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