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¿Cuánto tiempo podemos vivir?¡Despertad! 1990 | 22 de abril
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En el primer capítulo de Génesis, leemos que después de crear a la primera pareja humana, “los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’”. (Génesis 1:28.)
Para llevar a cabo tal asignación, tanto Adán y Eva como su descendencia tendrían que vivir mucho tiempo. ¿Cuánto? En el libro bíblico de Génesis, no encontramos ninguna mención de que a Adán y Eva se les dijese que su vida iba a durar un tiempo específico.
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¿Cuánto tiempo podemos vivir?¡Despertad! 1990 | 22 de abril
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[Recuadro en la página 7]
DURACIÓN DE VIDA
Los que nacían a finales del siglo XVIII en Norteamérica o en la parte occidental de Europa podían tener la esperanza de vivir hasta los treinta y cinco o cuarenta años. Hoy día los hombres y las mujeres de Estados Unidos pueden esperar que su vida alcance alrededor de los setenta y uno y setenta y ocho años respectivamente, y en otros países también se ha ampliado de modo semejante la esperanza de vida. Nos estamos acercando más a nuestro potencial de longevidad. No obstante, ¿cuántos años puede ampliarse todavía la esperanza de vida? ¿Existe un límite?
En la historia reciente no hay nadie que haya vivido o esperado vivir quinientos, trescientos o ni siquiera doscientos años. A pesar de los adelantos en el campo de la medicina, la esperanza actual de vida sigue estando por debajo de los ochenta años. Sin embargo, hay informes de personas que viven hasta los ciento cuarenta o ciento cincuenta años, y en tiempos bíblicos la gente vivía centenares de años. ¿Es eso tan solo un mito o una leyenda?
En un artículo de The New Encyclopædia Britannica se hace una afirmación interesante: “Se desconoce la duración exacta de la vida humana”. Como explica dicho artículo, suponiendo que cierta persona viviera hasta cumplir ciento cincuenta años, “no hay razón sólida para rechazar la posibilidad de que alguna otra persona pueda vivir ciento cincuenta años y un minuto. Y si se acepta la edad de ciento cincuenta años y un minuto, ¿por qué no ciento cincuenta años y dos minutos, y así sucesivamente?”. Luego añade: “No se puede dar una cifra exacta para la duración de la vida humana basándose en lo que se sabe sobre la longevidad”.
¿A qué conclusión nos lleva esto? Sencillamente a que todo aquello que la ciencia médica ha aprendido sobre el envejecimiento y la muerte se basa en la condición humana tal y como la vemos hoy día. La pregunta crucial es si la condición humana siempre ha sido la misma o si siempre lo seguirá siendo. Dios promete: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas”. En el nuevo mundo que tan deprisa se aproxima Él “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. (Revelación 21:4, 5.)
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