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“¡Mira! ¡La esclava de Jehová!”Ejemplos de fe
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CAPÍTULO 17
“¡Mira! ¡La esclava de Jehová!”
1, 2. a) ¿Con qué palabras saludó el visitante a María? b) ¿Qué significaría para María la visita de aquel desconocido?
MARÍA levanta la vista y mira asombrada al visitante que ha llegado a su casa. Le llama la atención que él no pregunte por su padre o su madre... ¡Es a ella a quien quiere ver! Aquel desconocido no puede ser de Nazaret, de eso está segura. En una ciudad tan pequeña, los extraños no pasan inadvertidos, y el que tiene delante se destacaría donde fuera. Además, él le ha dirigido un saludo bastante inusual: “Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo” (lea Lucas 1:26-28).
2 Así nos presenta la Biblia a María, hija de Helí, de la ciudad galilea de Nazaret. Está comprometida con un carpintero llamado José, quien tiene poco dinero pero mucha fe en Dios. Hasta este preciso día, el futuro de María parecía bastante claro: llevaría una vida sencilla trabajando junto a su esposo y criando una familia. Pero ahora, esta joven está a punto de enfrentarse a una decisión de vital importancia. De pronto se encuentra con que aquel visitante le encarga una comisión procedente de Dios, una responsabilidad que va a cambiar por completo su vida.
3, 4. Para conocer la verdad sobre María, ¿qué ideas debemos dejar a un lado, y en qué debemos centrarnos?
3 A muchos les sorprende saber que la Biblia en realidad contiene poca información sobre María. Apenas nos dice algo sobre su familia, menciona menos aún sobre su personalidad, y absolutamente nada sobre su apariencia. No obstante, lo poco que la Palabra de Dios revela sobre ella es muy significativo.
4 Para conocer a María, primero tenemos que desechar muchas ideas preconcebidas que han difundido diversas religiones. Así que olvidémonos de las numerosas representaciones e imágenes que se han hecho de ella, ya sea en pintura, mármol o yeso. Dejemos a un lado también los dogmas y las complicadas doctrinas teológicas que dan a esta humilde mujer títulos tan elevados como “Madre de Dios” y “Reina de los Cielos”. Y centrémonos, más bien, en lo que la Biblia realmente dice acerca de ella, pues en sus páginas hallamos lecciones muy valiosas sobre su fe y sobre cómo podemos imitar su ejemplo.
La visita de un ángel
5. a) ¿Qué revela sobre María la manera en que reaccionó al saludo del ángel Gabriel? b) ¿Qué verdad fundamental prueba el caso de María?
5 Aquel desconocido que visita a María no es un simple hombre, sino el ángel Gabriel. Cuando la llamó “altamente favorecida”, ella “se turbó profundamente” y se preguntó por qué la había saludado de una manera tan extraña (Luc. 1:29). ¿Altamente favorecida por quién? La humilde María no busca el reconocimiento de ningún ser humano, pero el ángel no está hablando de eso, sino que se está refiriendo al favor de Jehová. Y una cosa es segura: María desea recibir el favor divino. Pero, aun así, no da por sentado que ya lo tenga. Si nosotros nos esforzamos por conseguir el favor de Dios y no suponemos altivamente que ya lo tenemos, comprobaremos una verdad fundamental, una verdad que la joven María comprendía muy bien. ¿Cuál es? Que Dios se opone a los altivos y orgullosos, pero ama y apoya a los humildes (Sant. 4:6).
María no dio por sentado que ya tenía el favor de Dios
6. ¿Qué privilegio puso el ángel ante María?
6 Era necesario que María tuviera esa humildad, pues el ángel pone ante ella un privilegio sumamente especial. Le anuncia que va a dar a luz a un niño, el cual llegaría a ser la persona más importante de todos los tiempos. Gabriel le dice: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin” (Luc. 1:32, 33). Sin duda, María sabe que, más de mil años antes, Dios le había prometido a David que uno de sus descendientes gobernaría para siempre (2 Sam. 7:12, 13). En efecto, ¡su hijo sería el Mesías que el pueblo de Dios llevaba siglos esperando!
El ángel Gabriel puso ante María un privilegio sin igual
7. a) ¿Qué revela sobre María la pregunta que le hizo al ángel? b) ¿Qué pueden aprender de María los jóvenes de hoy?
7 Por si fuera poco, el ángel añade que sería llamado “Hijo del Altísimo”. ¿Cómo podría una simple mujer dar a luz al Hijo de Dios? Lo que es más, ¿cómo sería posible que María siquiera tuviera un hijo? Está comprometida con José, pero todavía no se han casado, así que pregunta con franqueza: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?” (Luc. 1:34). Observe que, para María, ser virgen no es ninguna vergüenza. Muy al contrario, valora muchísimo su castidad. Hoy en día, numerosos jóvenes de ambos sexos están ansiosos por dejar de ser vírgenes y se burlan de quienes aún lo son. Ciertamente, el mundo ha cambiado mucho, pero Jehová no (Mal. 3:6). Como en los tiempos de María, Dios siente gran aprecio por quienes obedecen sus normas morales (lea Hebreos 13:4).
8. ¿Cómo podía María, que era imperfecta, tener un hijo perfecto?
8 Aunque María es una fiel sierva de Dios, no deja de ser una mujer imperfecta. ¿Cómo va a producir un niño perfecto, al propio Hijo de Dios? Gabriel le explica: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios” (Luc. 1:35). “Santo” significa limpio, puro, sagrado. Los seres humanos siempre han transmitido a sus descendientes el pecado y la imperfección. Pero en este caso, Jehová realizará un milagro sin precedentes: transferirá la vida de su Hijo desde el cielo a la matriz de María y con su fuerza activa —el espíritu santo— la “cubrirá”, protegiendo así al bebé de toda mancha del pecado. ¿Cree María en la promesa del ángel? ¿Qué le responde?
La respuesta de María
9. a) ¿Qué pasan por alto algunas personas en el relato sobre María? b) ¿Cómo fortaleció Gabriel la fe de María?
9 Hay quienes ven con cierta desconfianza este relato. Incluso a algunos teólogos de la cristiandad les cuesta creer que una virgen pudiera quedar embarazada. A pesar de todos sus estudios, no llegan a captar la sencilla verdad que expresó el ángel Gabriel: “Con Dios ninguna declaración será una imposibilidad” (Luc. 1:37). María no duda de las palabras del ángel, pues es una joven de gran fe. Pero no se trata de una fe ciega, de simple credulidad. Al igual que cualquier persona razonable, María basa su fe en pruebas. Gabriel entonces le aporta más pruebas aún. Le dice que Elisabet, una pariente suya que es estéril y ya está bastante mayor, ha quedado embarazada por un milagro de Dios.
10. ¿Qué dificultades presentaba el privilegio que se le dio a María?
10 ¿Qué decidirá hacer María? Tiene ante sí una misión que cumplir y cuenta con suficientes pruebas de que Dios hará todo lo que el ángel le ha anunciado. Sin duda se siente inmensamente privilegiada, pero ¡hay tanto envuelto en esa decisión! Para empezar, tiene que pensar en su compromiso con José. ¿Querrá él tomarla por esposa cuando se entere de que está embarazada? Por otro lado, tal vez se sienta abrumada por la responsabilidad. Al fin y al cabo, su comisión implica llevar en sus entrañas al ser que Dios considera más valioso: nada menos que a su amado Hijo. Luego tendrá que cuidarlo mientras sea un bebé indefenso y protegerlo de este mundo malvado. ¡Qué gran responsabilidad!
11, 12. a) ¿Cómo reaccionaron algunos siervos fieles de Dios cuando se les encomendaron tareas difíciles? b) ¿Qué revela sobre María lo que le contestó al ángel Gabriel?
11 La Biblia muestra que, en ocasiones, hubo siervos fieles de Dios —hombres hechos y derechos— que dudaron a la hora de aceptar misiones difíciles que él les confió. Moisés afirmó que no tenía la fluidez necesaria para hablar en nombre de Dios (Éx. 4:10). Jeremías dijo que no era más que “un muchacho”, que era demasiado joven para encargarse de la tarea que Dios le había encomendado (Jer. 1:6). ¡Y Jonás incluso huyó para no tener que cumplir con su comisión! (Jon. 1:3.) Pues bien, ¿qué contestó María?
12 Hasta el día de hoy, sus palabras emocionan a los siervos de Dios por la sencillez, humildad y obediencia que reflejan. Ella le dijo a Gabriel: “¡Mira! ¡La esclava de Jehová! Efectúese conmigo según tu declaración” (Luc. 1:38). Las esclavas jóvenes eran las siervas de más baja condición; su vida estaba completamente en manos de su amo. Eso era lo que sentía María hacia su Amo, Jehová. Ella sabía que él es leal con quienes le son leales y que la bendeciría si cumplía lo mejor que pudiera con aquella difícil misión, así que se sentía a salvo en sus manos (Sal. 18:25).
María se sentía a salvo en las manos de Jehová, el Dios leal
13. ¿Cómo nos puede ayudar el ejemplo de María cuando nos parezca que Dios nos pide algo difícil o hasta imposible?
13 Puede que a veces Dios nos pida cosas que nos parezcan difíciles o hasta imposibles. No obstante, en su Palabra nos da razones de sobra para confiar en él, para ponernos en sus manos como hizo María (Prov. 3:5, 6). ¿Seguiremos su ejemplo? Si así lo hacemos, Dios nos bendecirá y nuestra fe en él se hará aún más fuerte.
La visita a Elisabet
14, 15. a) ¿Cómo recompensó Jehová a María cuando visitó a Elisabet y Zacarías? b) ¿Qué revelan sobre María las palabras registradas en Lucas 1:46-55?
14 Lo que dijo Gabriel sobre Elisabet significa mucho para María. ¡Al fin alguien podrá comprender por lo que está pasando! María enseguida decide visitarla y viaja a la región montañosa de Judá, un trayecto de tres o cuatro días. Cuando entra en el hogar de Elisabet y Zacarías el sacerdote, Jehová la recompensa con una señal que fortalece su fe. Al oír su saludo, Elisabet siente a su bebé saltar de alegría en su matriz y, llena de espíritu santo, llama a María “la madre de mi Señor”. Así es: Dios le reveló a Elisabet que el hijo de María sería su Señor, el Mesías. Además, la inspiró para alabar a María por su fidelidad y obediencia con estas palabras: “Feliz también es la que creyó” (Luc. 1:39-45). No cabe duda: todo lo que Jehová le ha prometido a María va a hacerse realidad.
La amistad de María y Elisabet fue una bendición para ambas
15 La respuesta que María le da a Elisabet se ha conservado cuidadosamente en la Biblia (lea Lucas 1:46-55). Es, con diferencia, su intervención más larga registrada en las Escrituras, y nos dice mucho de ella. Por ejemplo, que era una joven agradecida, como reflejan sus expresiones de alabanza a Jehová por concederle el privilegio de ser la madre del Mesías. Sus palabras también muestran la profundidad de su fe, pues se refirió a Jehová como aquel que humilla a los altivos y poderosos, pero ayuda a los pobres y humildes que desean servirle. Además, lo que dijo evidencia su amplio conocimiento de la Palabra de Dios, pues se calcula que hizo más de veinte referencias a las Escrituras Hebreas.a
16, 17. a) ¿Qué actitud ejemplar demostraron tanto María como Jesús? b) ¿Qué nos enseña el caso de María y Elisabet sobre la amistad?
16 Está claro que María acostumbraba meditar en la Palabra de Dios. Sin embargo, en vez de expresar sus propias ideas, con toda humildad prefirió que fueran las Escrituras las que hablaran por ella. El hijo que ahora crecía en su interior mostraría con el tiempo esa misma actitud, pues llegó a decir: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado” (Juan 7:16). Al enseñar a otras personas, ¿demostramos ese mismo respeto y reverencia por la Palabra de Dios? ¿O preferimos basarnos en nuestras opiniones personales? Sin duda, haremos bien en imitar el excelente ejemplo de María.
17 La joven se queda con Elisabet unos tres meses, y podemos estar seguros de que se animan muchísimo la una a la otra (Luc. 1:56). Este cálido relato bíblico nos recuerda cuánto nos pueden reconfortar las buenas amistades. Si buscamos amigos que sientan verdadero amor por Jehová, creceremos espiritualmente y nos acercaremos más a él (Prov. 13:20). Finalmente llega el momento de que María vuelva a su hogar. ¿Qué dirá José cuando se entere de su embarazo?
María y José
18. ¿Qué le contó María a José, y cómo reaccionó él?
18 Sin duda, María no espera a que su embarazo se haga evidente para hablar con José. Antes de darle la noticia, quizá se pregunte cómo reaccionará este hombre temeroso de Dios. Aun así, le cuenta con valor todo lo que le ha ocurrido. Tal como podemos imaginarnos, José se siente muy afligido. Desea creer en las palabras de su amada, pero todo parece indicar que ella le ha sido infiel. La Biblia no revela qué pensamientos se le cruzan por la cabeza, pero sí nos dice que decide divorciarse de ella, puesto que en aquel tiempo a las parejas comprometidas ya se las consideraba casadas. Sin embargo, no desea exponerla a la vergüenza o escándalo público, así que opta por divorciarse en secreto (Mat. 1:18, 19). ¡Qué difícil debe ser esto para María! Pero a pesar de todo, ella no culpa a José por no creerle. De hecho, le duele ver sufrir a este hombre tan bondadoso.
19. ¿Cómo ayudó Jehová a José a tomar la decisión correcta?
19 Entonces, Jehová interviene y ayuda a José a tomar la decisión correcta. En un sueño, un ángel le aclara que el embarazo de María realmente es milagroso. ¡Qué aliviado se debe sentir José! Ya mucho más tranquilo, ahora decide hacer lo que María llevaba haciendo desde el principio: seguir la dirección de Jehová. Se casa con ella y asume una responsabilidad única en la historia: cuidar al Hijo de Dios (Mat. 1:20-24).
20, 21. ¿Qué pueden aprender de José y María tanto los matrimonios como quienes desean casarse?
20 Tanto las personas casadas como las que están pensando en casarse pueden aprender mucho de aquella joven pareja que vivió hace dos mil años. Cuando José vio cómo María cumplía con ternura sus deberes de madre, debió alegrarse de haber seguido las instrucciones del ángel de Jehová. Además, comprobó que es fundamental apoyarse en Dios al tomar decisiones importantes (Sal. 37:5; Prov. 18:13). Y, sin duda, sus decisiones como cabeza de familia siguieron reflejando consideración y bondad.
21 Por otra parte, ¿qué aprendemos de que María estuviera dispuesta a casarse con José? Es cierto que en un principio a él no se le hizo nada fácil aceptar lo que María le había contado, pero ella supo esperar y siguió confiando en el hombre que sería el cabeza de la familia. No hay duda de que comprobó la importancia de ser paciente, y esa es una buena lección también para las cristianas de la actualidad. Y por último, todo lo sucedido debió enseñarles tanto a José como a María el valor de mantener siempre una comunicación franca y sincera (lea Proverbios 15:22).
22. ¿Cuál era el fundamento del matrimonio de José y María, y qué tarea tenían por delante?
22 Ciertamente, aquella joven pareja comenzó su matrimonio con el mejor fundamento. Ambos amaban a Jehová sobre todas las cosas y deseaban agradarle siendo padres responsables y cariñosos. Les aguardaban enormes bendiciones, pero también enormes retos. Tenían ante sí la tarea de criar a Jesús, quien llegaría a ser el hombre más grande que el mundo ha conocido.
a Al parecer, entre estas referencias se cuentan las palabras de la oración de Ana, otra fiel sierva de Dios que también recibió de Jehová la bendición de tener un hijo (vea el recuadro “Dos oraciones memorables”, del capítulo 6).
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Sacó “conclusiones en su corazón”Ejemplos de fe
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CAPÍTULO 18
Sacó “conclusiones en su corazón”
1, 2. ¿Qué viaje hizo María con su esposo, y por qué debió ser bastante incómodo para ella?
MARÍA, ya cansada, trata de acomodarse lo mejor que puede; ¡son tantas las horas que lleva sobre los lomos del asno! Su esposo, José, camina adelante, guiándolos en su trayecto hacia la lejana Belén. De nuevo, ella siente al niño moverse en su interior.
2 Le falta poco para dar a luz, pues la Biblia dice que se encuentra “en estado avanzado de gravidez” (Luc. 2:5). Es posible que, al verlos pasar, algunos labradores se pregunten qué hace viajando una mujer en su estado. Ahora bien, ¿qué llevó a María tan lejos de su hogar en Nazaret?
3. ¿Qué comisión había recibido María, y qué aprenderemos de su ejemplo?
3 Todo había comenzado varios meses atrás, cuando esta joven judía recibió una comisión única en toda la historia: ser la madre del futuro Mesías, el Hijo de Dios (Luc. 1:35). Aunque ya estaba próximo el momento del parto, María tuvo que salir de viaje. Como veremos, varios de los sucesos que le ocurrieron pusieron a prueba su fe. ¿Qué la ayudó a mantenerse fuerte espiritualmente?
El viaje a Belén
4, 5. a) ¿Por qué se dirigían a Belén José y María? b) ¿Qué profecía se cumplió gracias al decreto que emitió el césar?
4 José y María no eran los únicos que estaban de viaje. Por orden del emperador César Augusto, todos los habitantes del país tenían que ir a su ciudad de origen para inscribirse en un censo. ¿Qué hizo José? “Subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser miembro de la casa y familia de David.” (Luc. 2:1-4.)
5 No fue por casualidad que el césar emitió dicho decreto en ese preciso momento. Unos setecientos años antes se había predicho que el Mesías nacería en Belén. Había una ciudad con ese nombre a apenas 11 kilómetros (7 millas) de Nazaret, pero la profecía indicaba que nacería en “Belén Efrata” (lea Miqueas 5:2). Para llegar de Nazaret a este pequeño pueblo, había que recorrer unos 130 kilómetros (80 millas) a través de las tierras montañosas de Samaria. Pues bien, hacia allá tenía que ir José, ya que ese era el lugar de origen de la familia del rey David, a la que tanto él como María pertenecían.
6, 7. a) ¿Por qué el viaje a Belén debió ser particularmente duro para María? b) ¿Cómo afectó las decisiones de María el hecho de que estuviera casada con José? (Vea también la nota.)
6 ¿Y qué hay de María? ¿Apoyaría la decisión de José de obedecer el decreto? A fin de cuentas, el viaje sería particularmente duro para ella. Es probable que estuvieran a principios de octubre, cuando terminaba la estación seca y empezaban a hacerse más comunes las lloviznas. Además, el relato bíblico dice que José “subió desde Galilea”. Y así fue, pues Belén se encontraba a bastante altitud, a más de 760 metros (2.500 pies) sobre el nivel del mar. Tras varios días de camino, esta última parte del trayecto debía resultar muy agotadora. Hasta es posible que el viaje les tomara más tiempo de lo habitual, pues seguramente tendrían que hacer frecuentes paradas para que María descansara un poco. En su estado, cualquier mujer preferiría quedarse en su casa, cerca de familiares y amigos que pudieran ayudarla cuando llegara el parto. Sin duda, se necesitaba valor para emprender un viaje así.
El viaje a Belén no fue fácil
7 Así y todo, el relato de Lucas dice específicamente que José fue a inscribirse “con María”. También indica que ella “le había sido dada [a José] en matrimonio” (Luc. 2:4, 5). El hecho de estar casada influyó mucho en las decisiones de María a partir de ese momento. Ella respetaba el papel que Jehová había asignado al hombre como cabeza de familia y a la mujer como su colaboradora, por lo que apoyaba fielmente las decisiones de José.a Así pues, su fe en Dios la ayudó a ser obediente a su esposo.
8. a) ¿Qué otros factores pudieron influir en la decisión de María? b) ¿En qué sentido es María un excelente ejemplo para todos los siervos de Dios?
8 ¿Qué más pudo haber impulsado a María a obedecer? ¿Conocería la profecía de que el Mesías iba a nacer en Belén? La Biblia no dice nada al respecto. Con todo, no podemos descartar esa posibilidad, pues se trataba de una profecía muy conocida en aquel tiempo, tanto entre los líderes religiosos como entre el pueblo (Mat. 2:1-7; Juan 7:40-42). Además, María conocía muy bien las Escrituras (Luc. 1:46-55). En todo caso, ya fuera por obedecer a su esposo, por acatar un decreto civil, por cumplir la profecía de Jehová o por una combinación de todas estas razones, lo cierto es que María emprendió el viaje. Y al hacerlo, nos dejó un magnífico ejemplo. Jehová valora muchísimo tanto a los hombres como a las mujeres que son obedientes y humildes. Y en estos tiempos en que ser sumiso no se considera precisamente una virtud, María es un excelente modelo para todos los siervos de Dios.
El nacimiento de Cristo
9, 10. a) ¿Qué debieron recordar José y María mientras se acercaban a Belén? b) ¿Dónde tuvieron que pasar la noche José y María, y por qué?
9 María debe respirar aliviada cuando por fin ve Belén a lo lejos. Mientras suben por una ladera cargada de olivos —cuyo producto era de los últimos en cosecharse—, puede que José y María recuerden la historia de Belén. Era una localidad tan pequeña que, como había dicho el profeta Miqueas, ni siquiera se la contaba entre las ciudades de Judá. Aun así, personajes como Boaz, Noemí y David habían nacido allí más de mil años antes.
10 Debido al censo, el pueblo está abarrotado de gente. Muchos otros viajeros han llegado antes que ellos, y no hay espacio en el lugar de hospedaje.b Así que no les queda más remedio que pasar la noche en un establo. Pero eso no es todo: de pronto María empieza a sufrir dolores que nunca antes ha sentido y que se van intensificando. ¿Nos imaginamos el nerviosismo y la preocupación de José al ver que ha llegado el momento de que su esposa dé a luz? ¡Y tenía que pasar justo allí, en un establo!
11. a) ¿Por qué pueden las madres de todo el mundo identificarse con María? b) ¿En qué diferentes sentidos fue Jesús “primogénito”?
11 Mujeres de todo el mundo saben por lo que está pasando María. Cuatro mil años antes, Jehová había predicho que, debido al pecado de Adán y Eva, la mujer sufriría durante el parto (Gén. 3:16). Y nada indica que María fuera la excepción. Sin entrar en muchos pormenores, Lucas se limita a declarar que ella “dio a luz a su hijo, el primogénito” (Luc. 2:7). Aunque más adelante María tuvo por lo menos otros seis hijos, este niño —el primero— era especial (Mar. 6:3). No solo era su primogénito, sino también “el primogénito de toda la creación”: ¡nada menos que el Hijo unigénito de Dios! (Col. 1:15.)
12. ¿Dónde acostó María al bebé, y en qué se diferenciaba aquella escena de las representaciones y pinturas que se han hecho?
12 A continuación, el relato aporta otro conocido detalle: “Lo envolvió con bandas de tela y lo acostó en un pesebre” (Luc. 2:7). Numerosas representaciones, pinturas y obras teatrales del mundo entero suelen pintar esta escena de forma idealista. Pero la realidad era muy distinta. Para empezar, el pesebre no es más que un cajón donde se echa la comida de los animales. Además, recordemos que la familia se encuentra en un establo, un lugar que ni siquiera hoy día se caracteriza por estar limpio y ventilado. ¿Qué padres elegirían un lugar así para traer su bebé al mundo? Los padres normalmente quieren darles lo mejor a sus hijos. ¡Cuánto más José y María, que tienen a su cargo al Hijo de Dios!
13. a) ¿En qué sentido hicieron José y María todo lo que estaba en sus manos por cuidar al bebé? b) ¿Cómo pueden los padres de hoy imitar el ejemplo de José y María al criar a sus hijos?
13 Sin embargo, ellos no se amargan por la situación; más bien, se concentran en hacer todo lo que está en sus manos. María, por ejemplo, envuelve con cuidado al bebé con bandas de tela y lo acuesta a dormir en el pesebre, procurando que esté cómodo y no pase frío. Dadas las circunstancias, lo atiende lo mejor que puede. Además, tanto ella como José tienen claro que lo más importante es el cuidado espiritual que le darán al niño al enseñarle a amar a Jehová (lea Deuteronomio 6:6-8). Aunque hoy día se desprecian los valores espirituales, los buenos padres tienen el mismo orden de prioridades que José y María.
Una animadora visita
14, 15. a) ¿Por qué estaban los pastores deseosos de ver al recién nacido? b) ¿Qué hicieron los pastores después de ver a Jesús en el establo?
14 La calma se interrumpe cuando un grupo de pastores entra de repente en el establo. Están deseosos de ver a la familia, especialmente al recién nacido. Han llegado corriendo desde las laderas donde cuidaban a sus rebaños.c Con los rostros irradiando alegría y el corazón palpitando de emoción, les cuentan a los sorprendidos padres lo que acaba de sucederles. Aquella noche, mientras estaban en el campo, un ángel se les apareció ante sus ojos. La brillante gloria de Jehová los rodeó, y el ángel les anunció que el Cristo (o Mesías) acababa de nacer en Belén y que lo encontrarían envuelto en bandas de tela en un pesebre. Y luego sucedió algo todavía más espectacular: ¡una grandiosa multitud de ángeles se reunió para alabar a Jehová! (Luc. 2:8-14.)
15 ¡Con razón los pastores habían llegado corriendo a Belén! Podemos imaginarnos la emoción de estos humildes hombres al encontrar al recién nacido exactamente como el ángel les había dicho. Y no se callaron las buenas noticias. Al contrario, “dieron a conocer el dicho que se les había hablado [...]. Y cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les dijeron” (Luc. 2:17, 18). Es muy probable que los líderes religiosos de aquel tiempo menospreciaran a gente sencilla como los pastores. Sin embargo, resulta evidente que Jehová valoraba mucho a estos hombres humildes y fieles. Ahora bien, ¿qué impresión causó en María esta visita?
Jehová valoraba mucho a aquellos pastores humildes y fieles
16. ¿Cómo sabemos que María reflexionaba en lo que aprendía, y cómo la ayudó esto?
16 Seguramente, María se encuentra agotada por el parto. Aun así, no se pierde palabra de lo que se dice. Y no solo eso: el relato explica que “iba conservando todos estos dichos, sacando conclusiones en su corazón” (Luc. 2:19). María —una joven profunda y reflexiva— capta enseguida el significado del mensaje de los ángeles. Su Dios, Jehová, quería que ella comprendiera y valorara la identidad e importancia de su hijo. Así que ella hizo más que solo escuchar. Fue guardando estas palabras en su corazón para seguir reflexionando en ellas mes tras mes y año tras año. Sin duda, la meditación contribuyó muchísimo a que la fe de María se mantuviera siempre firme (lea Hebreos 11:1).
María prestó mucha atención a los pastores y guardó sus palabras en el corazón
17. ¿Cómo podemos imitar el ejemplo de María?
17 Y usted, ¿imitará a María? Jehová ha llenado las páginas de la Biblia con verdades espirituales. Pero estas no nos servirán de nada si no les prestamos atención. Para eso, tenemos que leer la Biblia con regularidad, conscientes de que no es un libro más, sino la Palabra inspirada de Dios (2 Tim. 3:16). Luego debemos guardar esas enseñanzas en nuestro corazón y sacar lecciones útiles, tal como hizo María. Si meditamos en lo que leemos y buscamos maneras de ponerlo en práctica a mayor grado, nuestra fe se hará más fuerte.
Más en lo que meditar
18. a) ¿Cómo obedecieron la Ley mosaica José y María poco después de nacer Jesús? b) ¿Qué revela sobre la situación económica de José y María la ofrenda que presentaron?
18 A los ocho días de nacer el niño, José y María lo circuncidan de acuerdo con lo que manda la Ley mosaica y, tal como se les ha indicado, le ponen por nombre Jesús (Luc. 1:31). Luego, cuando cumple cuarenta días, lo llevan de Belén al templo de Jerusalén, que está situado a unos 10 kilómetros (6 millas) de distancia. Una vez allí, presentan la ofrenda de purificación que la Ley establece para los pobres: dos tórtolas o dos pichones. Tal vez se sientan mal porque no les es posible ofrecer un carnero y un pichón o una tórtola, como hacen otros padres; pero si así es, no dejan que eso los afecte. El caso es que reciben mucho ánimo mientras están en el templo (Lev. 12:6-8; Luc. 2:21-24). Veamos qué fue lo que sucedió.
19. a) ¿Cómo le dio Simeón a María más ideas en las que meditar? b) ¿Cuál fue la reacción de Ana al ver a Jesús?
19 Un anciano llamado Simeón se acerca a la pareja y pronuncia unas palabras que María guarda muy profundamente en su corazón. Explica que Jehová le ha prometido que vería al Mesías antes de morir, y el espíritu santo le ha revelado que el pequeño Jesús es el Salvador predicho en las Escrituras. Sin embargo, Simeón también le comunica a María que llegaría el día en que ella iba a sentir un gran dolor, como si una larga espada la atravesara (Luc. 2:25-35). Cuando finalmente llegó ese terrible momento —más de treinta años después—, es posible que estas palabras del anciano la hayan ayudado a aguantar. A continuación, mientras están allí en el templo, una profetisa de nombre Ana también reconoce al pequeño Jesús y empieza a hablar de él a todos los que esperan la liberación de Jerusalén (lea Lucas 2:36-38).
José y María recibieron mucho ánimo en el templo de Jehová en Jerusalén
20. ¿Qué bendiciones recibieron José y María por haber llevado a Jesús al templo de Jerusalén?
20 ¡Cuántas bendiciones recibieron José y María por haber llevado al bebé al templo de Jehová en Jerusalén! Esta fue la primera de muchas visitas al templo que su hijo haría fielmente a lo largo de toda su vida. En aquella ocasión, la pareja le ofreció a Jehová todo lo que estaba en su mano, y él sin duda los recompensó, pues recibieron valiosas enseñanzas y palabras de ánimo. Seguro que ese día María salió del templo llena de fe y con el corazón repleto de verdades espirituales en las que podría meditar, profundos pensamientos que podría compartir con otras personas.
21. ¿Cómo lograremos que nuestra fe se fortalezca?
21 Es hermoso ver que muchos padres de la actualidad siguen este excelente ejemplo. Los testigos de Jehová también acostumbran llevar a sus hijos a las reuniones cristianas. Al igual que José y María, estos padres dan a Dios todo lo que pueden. Por ejemplo, aprovechan estas ocasiones para ofrecer palabras de ánimo a sus hermanos en la fe. A su vez, salen fortalecidos, felices y con la mente y el corazón llenos de cosas buenas que compartir con los demás. ¡Qué alegría nos da ver a estas fieles familias! Al reunirnos con ellas para alabar a Jehová, nuestra fe se fortalece más y más, tal como le sucedió a María.
a Hay una interesante diferencia entre este viaje de María y otro anterior. Según la Biblia, en ese otro viaje, “María se levantó [...] y fue” a visitar a Elisabet (Luc. 1:39). Para ese entonces, María estaba comprometida con José, pero todavía no se habían casado, así que es posible que tomara esa decisión sin consultárselo. Sin embargo, ahora leemos que, una vez casados, José partió de Galilea con María, por lo que la decisión de viajar a Belén se le atribuye a él, y no a ella.
b En los pueblos de aquellos días era habitual preparar un lugar para alojar a los viajeros que iban de paso.
c El hecho de que los rebaños estuvieran a la intemperie confirma lo que indica la cronología bíblica: que Cristo nació en algún momento a principios de octubre, y no en diciembre, pues en este último caso los rebaños estarían resguardados cerca de las casas.
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