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Adore al Creador, no a la creaciónLa Atalaya 1989 | 1 de mayo
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Sin embargo, la palabra the·o·tó·kos no aparece en las Escrituras inspiradas. Y en ningún lugar dice la Biblia que María sea la “madre de Dios”. Jesús no enseñó eso, ni lo hicieron los cristianos del primer siglo. Además, la Biblia muestra claramente que Jesús no es el Dios Todopoderoso en forma humana, sino que es el Hijo de Diosb. Sí, cuando un ángel notificó a María que ella daría a luz un hijo, le informó: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”. (Lucas 1:35.) De modo que Jesús era el Hijo de Dios, no Dios mismo en forma humana. Por lo tanto, María era la madre de Jesús el Hijo de Dios, no la madre de Dios en forma humana. Por eso, ni Jesús ni sus discípulos llamaron alguna vez “madre de Dios” a María.
10, 11. a) ¿Qué ejemplos muestran cómo consideraba Jesús a su madre? b) ¿Cómo consideraban los apóstoles y discípulos a María, la madre de Jesús?
10 El modo como Jesús consideró a su madre indica la posición relativa de ella. Sobre un banquete de bodas en Caná, el relato bíblico nos dice: “Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino’. Pero Jesús le dijo: ‘¿Qué tengo que ver contigo, mujer?’”. La versión católica romana de Straubinger dice: “¿Qué (nos va en esto) a Mí y a ti, mujer?”. (Juan 2:3, 4.) En otra ocasión, alguien le dijo: “¡Feliz es la matriz que te llevó y los pechos que mamaste!”. Aquella era una excelente oportunidad para que Jesús diera honor especial a su madre y mostrara que otros deberían hacer lo mismo. En vez de eso, Jesús dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:27, 28.)
11 Esas referencias muestran que Jesús se cuidó de dar devoción u honor indebido a María o de dirigirse a ella por algún título especial. Él no permitió que la relación que existía entre ellos ejerciera influencia en él. Y los apóstoles y discípulos siguieron su ejemplo, porque en ningún lugar de sus escritos inspirados se da a María honor, título o influencia indebidos. Aunque ellos la respetaban como la madre de Jesús, no fueron más allá de eso. Ciertamente nunca se refirieron a ella como la “madre de Dios”. Sabían que Jesús no era el Dios Todopoderoso en forma humana y, por lo tanto, que María de ninguna manera podía ser la madre de Dios, una posición que va mucho más allá de lo que la Palabra de Dios permite para María.
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Adore al Creador, no a la creaciónLa Atalaya 1989 | 1 de mayo
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Adoración impropia
15. a) Con relación a María, ¿qué se desarrolló en la cristiandad? b) Según la Biblia, ¿quién únicamente puede interceder ante Dios por nosotros?
15 Afirmar que María es la “madre de Dios” eleva a María a una posición que pondría en los humanos la tendencia a adorarla, y eso es lo que ha sucedido por siglos. En muchos países, centenares de millones de personas han orado a ella o mediante ella y han dado la devoción del adorador a imágenes e iconos de ella. Aunque los teólogos traten de excusar esto diciendo que tal veneración a María es solo una manera indirecta de adorar a Dios, no es así como Dios ve el asunto. “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús.” (1 Timoteo 2:5; 1 Juan 2:1, 2.) Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6.)
16. ¿Cómo aclararon Pedro y Juan que solamente se ha de adorar a Jehová?
16 El dar directa o indirectamente devoción a María, orándole, inclinándose a imágenes e iconos de ella, es adorar a la creación más bien que al Creador. Es idolátrico, y a los cristianos se les da la instrucción de ‘huir de la idolatría’. (1 Corintios 10:14.) Cuando Cornelio, un gentil, se inclinó reverentemente ante el apóstol Pedro, note lo que sucedió: “Al momento en que entraba Pedro, Cornelio salió a su encuentro, cayó a sus pies y le rindió homenaje. Pero Pedro lo alzó, y dijo: ‘Levántate; yo mismo también soy hombre’”. (Hechos 10:25, 26.) El inclinarse en actitud de adoración ante un humano era impropio, y Pedro se negaba a aceptarlo. Además, el apóstol Juan, después de recibir una visión de un ángel, informa: “Caí para adorar delante de los pies del ángel que me había estado mostrando estas cosas. Pero él me dice: ‘¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios’”. (Revelación 22:8, 9.) Si ni siquiera se debe adorar a un ángel de Dios, ¡cuánto menos debe adorarse a humanos o imágenes de ellos!
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