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¡“Hemos hallado al Mesías”!La Atalaya 1992 | 1 de octubre
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Se profetizó su llegada
8. a) ¿Qué profecía señala con precisión la llegada del Mesías? b) ¿Qué dos factores tenemos que conocer para entender esta profecía?
8 Concentrémonos en una de estas profecías. En Daniel 9:25 a los judíos se les dijo cuándo vendría el Mesías. Este texto dice: “Debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas”. A primera vista, puede que esta profecía parezca críptica. Pero en realidad solo tenemos que conocer dos factores para entenderla: el punto de partida y el espacio de tiempo que abarca. Para ilustrarlo: Si usted tuviera un mapa que indicara que había un tesoro enterrado a “50 codos al este de la fuente del parque público”, quizás encontrara extrañas esas instrucciones, especialmente si no supiera dónde se halla la fuente, ni la longitud de un ‘codo’. ¿Verdad que usted averiguaría esas dos cosas a fin de encontrar el tesoro? Pues bien, lo mismo sucede con la profecía de Daniel, excepto que en este caso tenemos que fijar un punto de partida y medir el período que le sigue.
9, 10. a) ¿Cuándo empezaron las 69 semanas? b) ¿Cuánto tiempo abarcaban las 69 semanas, y cómo lo sabemos?
9 Primero hay que fijar el punto de partida: la fecha en que ‘salió la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén’. Y luego tenemos que saber el espacio de tiempo que transcurriría desde esa fecha, o sea, precisamente la duración de esas 69 (7 más 62) semanas. Ninguno de estos datos es difícil de conseguir. Nehemías nos dice claramente que la palabra de reedificar el muro de Jerusalén, lo cual la hizo por fin una ciudad restaurada, salió “en el año veinte de Artajerjes el rey”. (Nehemías 2:1, 5, 7, 8.) Eso significa que el punto de partida es el año 455 a.E.C.d.
10 Respecto a las 69 semanas, ¿pudieran ser semanas literales de siete días cada una? No; pues el Mesías no se presentó poco más de un año después de 455 a.E.C. Por eso la mayoría de los escriturarios y numerosas traducciones —incluso la Tanakh, una Biblia judía en inglés, en una nota de este versículo Da 9:25— concuerdan en que estas son semanas “de años”. Este concepto de una ‘semana de años’, o un ciclo de siete años, era común para los judíos de la antigüedad. Tal como observaban un día sabático cada séptimo día, también observaban un año sabático cada séptimo año. (Éxodo 20:8-11; 23:10, 11.) De modo que 69 semanas de años equivaldría a 69 veces 7 años, o sea, 483 años. Lo único que tenemos que hacer ahora es contar. Si contamos 483 años a partir de 455 a.E.C., llegamos a 29 E.C.: el año en que se bautizó Jesús y se convirtió en ma·schí·aj, ¡el Mesías! (Véase “Setenta semanas”, Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2, páginas 1014, 1015.)
11. ¿Qué podemos decirles a los que alegan que esta es solo una forma moderna de interpretar la profecía de Daniel?
11 Puede que algunos objeten diciendo que esta es meramente una forma moderna de interpretar la profecía para que encaje con la historia. Si así es, ¿por qué estaba la gente de los días de Jesús esperando que el Mesías apareciera en aquel tiempo? El historiador cristiano Lucas, los historiadores romanos Tácito y Suetonio, el historiador judío Josefo y el filósofo judío Filón vivieron cerca de aquella época e informaron sobre la expectación que había en aquel tiempo. (Lucas 3:15.) Algunos eruditos de la actualidad insisten en que la opresión romana hizo que los judíos anhelaran y esperaran al Mesías en aquellos días. Si así fuera, entonces ¿por qué esperaron los judíos al Mesías en aquel tiempo y no durante la persecución brutal griega siglos antes? ¿Por qué dijo Tácito que fueron las “palabras ambiguas”, o profecías misteriosas, las que hicieron que los judíos esperaran que de Judea salieran gobernantes poderosos que “habían de dominar al mundo”? En su libro A History of Messianic Speculation in Israel (Historia de la especulación mesiánica en Israel), Abba Hillel Silver admite que “se esperaba al Mesías alrededor del segundo cuarto del siglo I E.C.”, no debido a la persecución romana, sino a “la cronología popular de aquellos días”, que se basaba en parte en el libro de Daniel.
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¡“Hemos hallado al Mesías”!La Atalaya 1992 | 1 de octubre
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Por qué el Mesías tuvo que morir
17. ¿Cómo mostró claramente la profecía de Daniel que el Mesías tendría que morir, y por qué moriría?
17 Además, las profecías mesiánicas mostraron claramente que el Mesías tenía que morir. Por ejemplo, la misma profecía que predijo cuándo llegaría el Mesías también predijo en el versículo siguiente: “Después de las sesenta y dos semanas [que siguieron a las siete semanas] Mesías será cortado”. (Daniel 9:26.) La palabra hebrea ka·ráth que se utiliza aquí para “cortado” es la misma palabra que se usó para la pena de muerte impuesta bajo la Ley de Moisés. No hay duda de que el Mesías tenía que morir. ¿Por qué? El versículo 24 Da 9:24 nos da la respuesta: “Para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error, y para introducir la justicia para tiempos indefinidos”. Los judíos sabían bien que solo un sacrificio, una muerte, podía hacer expiación por el error. (Levítico 17:11; compárese con Hebreos 9:22.)
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