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A1 Criterios para la traducción de la BibliaLa Biblia. Traducción del Nuevo Mundo
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Criterios para la traducción de la Biblia
La Biblia se escribió en hebreo, arameo y griego antiguos. Hasta la fecha está disponible, entera o en parte, en más de 3.000 idiomas. Como la mayoría de los lectores de la Biblia no entienden los idiomas en que esta se escribió, no tienen más remedio que usar una traducción. ¿Cuáles son los criterios que deben seguirse al traducir la Biblia? ¿Cómo se aplicaron en la Traducción del Nuevo Mundo?
Algunos pudieran pensar que una traducción palabra por palabra, parecida a las versiones interlineales, le ofrece al lector ideas más cercanas a las que se escribieron originalmente. Pero eso no siempre es así. Veamos algunas razones.
No hay dos idiomas que tengan exactamente la misma gramática, vocabulario y forma de construir las frases. El profesor de hebreo Samuel Driver señala que las lenguas “no solo difieren en su gramática y vocabulario, sino también [...] en la manera de construir las frases para expresar las ideas”. Los patrones de pensamiento varían dependiendo del idioma. “Por consiguiente —añade el profesor Driver—, las formas que adoptan las frases cambian según el idioma”.
Como ningún idioma actual refleja exactamente el vocabulario y la gramática del hebreo, arameo y griego bíblicos, una traducción palabra por palabra no sería clara y a veces hasta podría transmitir una idea errónea.
El sentido de una palabra o de una expresión puede cambiar según el contexto.
Hay ciertos pasajes donde es posible traducir literalmente el idioma original, pero esto debe hacerse con mucho cuidado.
Los ejemplos que aparecen a continuación demuestran que una traducción palabra por palabra puede entenderse mal:
Las Escrituras emplean los verbos dormir y dormirse para referirse tanto al sueño físico como al sueño simbólico, el de la muerte (Mateo 28:13; Hechos 7:60). Cuando estas expresiones aparecen en contextos relacionados con la muerte, se pueden usar traducciones como “dormirse en la muerte”, y así los lectores no se confunden (1 Corintios 7:39; 1 Tesalonicenses 4:13; 2 Pedro 3:4).
En Efesios 4:14, el apóstol Pablo utilizó una expresión que literalmente se traduce “por el juego de dados de los hombres”. Se trata de una antigua expresión idiomática que alude a la práctica de hacer trampa con los dados, pero la traducción literal no tiene sentido en la mayoría de los idiomas. Una manera más clara de comunicar esa idea es usando la expresión “debido a hombres que recurren a trampas”.
En Romanos 12:11 aparece una expresión griega que, traducida al pie de la letra, diría “en el espíritu, hirvientes”. A fin de transmitir el sentido adecuado, en esta versión se tradujo “que el espíritu los llene de fervor”.
Traducción literal: “los pobres de espíritu”
Idea: “los que reconocen su necesidad espiritual”
En su famoso Sermón del Monte, Jesús utilizó una expresión que suele traducirse como “bienaventurados los pobres de espíritu” (Mateo 5:3, Biblia de Jerusalén). En muchos idiomas, la traducción literal “los pobres de espíritu” no es clara, y hasta podría transmitir la imagen de personas que sufren un desequilibrio mental o que carecen de vitalidad y determinación. Sin embargo, la intención de Jesús era enseñarle a la gente que la felicidad no depende de satisfacer las necesidades físicas, sino de reconocer que se necesita la guía divina (Lucas 6:20). De modo que traducciones como “los que se dan cuenta de que necesitan a Dios” o “los que reconocen su necesidad espiritual” comunican con mayor exactitud el verdadero significado (Mateo 5:3, nota; La Palabra de Dios para Todos).
En muchos contextos, el término hebreo que se traduce “celos” significa lo mismo que en español, o sea, el dolor de sospechar que una persona amada ha sido infiel o el sentimiento de envidia por lo que otros tienen (Proverbios 6:34; Isaías 11:13). Pero, en hebreo, ese mismo término tiene también una connotación positiva. Por ejemplo, puede referirse al “celo”, o fervor, con el que Jehová protege a sus siervos o al hecho de que él exige “devoción exclusiva” (Éxodo 34:14; 2 Reyes 19:31; Ezequiel 5:13; Zacarías 8:2). También se refiere a la “devoción” que los siervos fieles de Dios sienten por él y por su adoración, o a que ellos no toleran que tenga rivales (Salmo 69:9; 119:139; Números 25:11).
La palabra hebrea yadh suele traducirse como “mano”, pero, dependiendo del contexto, puede traducirse como “dominio”, “generosidad”, “poder” y de muchas otras maneras
La expresión hebrea que normalmente alude a la mano puede tener varios significados. Dependiendo del contexto, puede traducirse como “dominio”, “generosidad” o “poder” (2 Samuel 8:3; 1 Reyes 10:13; Proverbios 18:21). De hecho, en esta edición se usaron decenas de formas para traducirla.
Todo lo anterior demuestra que la tarea de traducir la Biblia va más allá de usar siempre el mismo término para traducir la misma palabra del idioma original. Por eso, los traductores deben seleccionar con criterio las palabras que transmitan mejor las ideas de los idiomas originales. Y, para que el texto sea fácil de leer, tienen que construir las frases siguiendo las normas gramaticales del idioma al que traducen.
Por otro lado, tampoco se puede reformular excesivamente el texto. Si un traductor se toma la libertad de parafrasear la Biblia según la interprete, puede alterar el mensaje del texto original. Podría introducir equivocadamente detalles basados en su opinión sobre el sentido del texto u omitir datos importantes. Así que, aunque las paráfrasis sean fáciles de leer, un estilo tan libre le roba al lector la oportunidad de conocer el mensaje real de la Biblia.
Las convicciones religiosas del traductor pueden condicionar su trabajo. Por citar un caso, Mateo 7:13 dice: “Espacioso es el camino que lleva a la destrucción”. Quizás influidos por sus creencias, algunos traductores han usado el término infierno en vez de destrucción, que es lo que realmente significa la palabra griega original.
Los traductores también deben tener en cuenta que la Biblia se escribió en el lenguaje cotidiano de la gente común, como campesinos, pastores y pescadores (Nehemías 8:8, 12; Hechos 4:13). Así que una buena traducción de la Biblia pone su mensaje al alcance de personas de todo tipo que tengan un corazón sincero. Por eso da prioridad a expresiones claras, cotidianas y fáciles de entender por encima de palabras raramente usadas por la gente común y corriente.
En muchas versiones modernas de la Biblia, los traductores han tenido el atrevimiento de omitir el nombre de Dios, Jehová, a pesar de que aparece en antiguos manuscritos bíblicos (vea el apéndice A4). Muchas traducciones reemplazan ese nombre por títulos como Señor. Otras ni siquiera dejan claro que Dios tiene un nombre. Por ejemplo, en Juan 17:26, algunas traducciones dicen que Jesús oró: “Les he dado a conocer quién eres”. Y en Juan 17:6 dicen: “A los que me diste del mundo les he revelado quién eres”. Sin embargo, una traducción fiel de las palabras de Jesús sería “les he dado a conocer tu nombre” y “les he dado a conocer tu nombre a quienes me diste del mundo”.
El prólogo de la primera edición en inglés de la Traducción del Nuevo Mundo declara: “No ofrecemos una paráfrasis de las Escrituras. Desde el principio hasta el final nos hemos esforzado por recurrir a la traducción más literal posible, siempre que lo permita el inglés actual y que la traducción literal no oculte las ideas”. Por lo tanto, el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo ha hecho todo lo posible por encontrar un equilibrio entre usar palabras y frases que reflejen el idioma original y evitar soluciones extrañas o que escondan el verdadero sentido. El resultado es una Biblia que la gente puede leer sin dificultad y con plena confianza en que el mensaje inspirado se ha transmitido fielmente (1 Tesalonicenses 2:13).
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A2 Características de esta revisiónLa Biblia. Traducción del Nuevo Mundo
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A2
Características de esta revisión
En 1950 se publicó la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en inglés (1963 en español), y en 1961 la edición completa: la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (1967 en español). Desde entonces, millones de lectores de más de 210 idiomas se han beneficiado de esta traducción exacta y amena de las Escrituras, elaborada a partir de los idiomas originales.
Teniendo en cuenta los cambios que han sufrido los idiomas en los últimos 50 años, el actual Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo vio necesario usar un lenguaje que llegue al corazón de la gente de hoy. Por eso, en esta revisión se hicieron bastantes cambios de estilo y vocabulario con los siguientes objetivos en mente:
Utilizar un lenguaje actual y fácil de captar. Por ejemplo, la expresión devoción piadosa, aunque es correcta, podría entenderse mal, pues el adjetivo piadoso suele relacionarse solo con la compasión, y se podría pensar que la devoción religiosa debe estar motivada por este sentimiento. Por eso, a fin de evitar esa interpretación, en esta revisión se utiliza devoción a Dios (2 Timoteo 3:5). El término ramera se cambió por prostituta (Génesis 38:15). Y las palabras inicuo e iniquidad, por malvado, maldad o Maligno, entre otras (Salmo 37:10; Lucas 11:39; 1 Juan 5:19). En lugar de emplear la expresión fornicación, ahora se suele utilizar inmoralidad sexual; en lugar de conducta relajada, se usa conducta descarada, y en vez de diversiones estrepitosas, fiestas descontroladas (Gálatas 5:19-21). Y tiempo indefinido se cambió por expresiones como para siempre, permanente o mucho tiempo atrás para transmitir el sentido correcto en cada contexto (Génesis 3:22; Éxodo 31:16; Eclesiastés 1:4; Miqueas 5:2).
Al hablar de alguien discreto, por lo general pensamos en una persona que cuida lo que dice o que no busca llamar la atención. Pero los términos bíblicos que antes se traducían por “discreto” en realidad destacan cualidades como la sensatez y la prudencia. Por eso ahora se traducen por “sensato” o “prudente” (Isaías 5:21; Mateo 24:45). La palabra ilustración, que suele usarse para las imágenes de un libro, se sustituyó por términos como comparación o parábola (Mateo 13:34).
También se cambió la traducción de algunas cualidades del fruto del espíritu santo. En ediciones anteriores se utilizaba el término gozo. Aunque no es incorrecto, cada vez se usa menos en el habla común. Además, otras palabras relacionadas —gozar, goce, gozadera o gozada— tienen solo el sentido de placer o disfrute. Por estas razones y para transmitir de forma clara y natural el sentido del término original, gozo se sustituyó por felicidad. También se reemplazó benignidad por amabilidad; aparte de ser un término poco usado, era muy difícil ver con claridad la diferencia entre la benignidad y la bondad. Por motivos similares, autodominio ahora es autocontrol (Gálatas 5:22, 23).
Se hicieron algunos cambios teniendo en cuenta las formas tradicionales de ciertas expresiones en español. Por eso ahora el último libro de la Biblia es Apocalipsis en vez de Revelación. Esto hace posible que cualquier persona lo identifique fácilmente.
Presentar de forma clara ciertas expresiones bíblicas. Algunos términos utilizados en ediciones anteriores de la Traducción del Nuevo Mundo requerían una explicación para entenderse bien. Por ejemplo, el término hebreo Seol y el griego Hades se usan en las Escrituras para referirse al lugar simbólico donde descansan los muertos. Muchos desconocen estas palabras y, en ciertos ámbitos, Hades se asocia con la mitología griega. Así que los dos términos se cambiaron por Tumba, que refleja la idea que querían transmitir los escritores bíblicos. Seol y Hades se conservaron en las notas (Salmo 16:10; Hechos 2:27).
En ediciones anteriores, el término hebreo néfesh y el griego psykhḗ siempre se tradujeron por “alma”. Como hay tantas ideas erróneas sobre el alma, dicho enfoque permitía ver la forma en que los escritores bíblicos, inspirados todos por Dios, habían usado los términos originales. Según el contexto, estos términos pueden referirse a 1) una persona, 2) la vida de una persona, 3) un animal, 4) los deseos o el apetito de alguien y 5) un muerto. Pero, como en español no es habitual usar la palabra alma con esos sentidos, en esta revisión se decidió traducir néfesh y psykhḗ según su significado en cada contexto. Y, en muchos casos, se dejó la palabra alma en una nota (vea, por ejemplo, Génesis 1:20; 2:7; Levítico 19:28; Proverbios 13:2; Eclesiastés 6:7, y Mateo 6:25). Pero, en algunos contextos poéticos o muy conocidos, quedó alma en el texto principal con una nota que remite al lector al glosario o que muestra otra posible traducción (Deuteronomio 6:5; Salmo 131:2; Proverbios 2:10; Mateo 22:37).
Algo parecido ocurre con la palabra riñones. Se dejó en el texto cuando se trata del órgano físico. Pero, cuando tiene otro sentido, se tradujo la idea con expresiones como “emociones más profundas” o “pensamientos más íntimos”, y lo literal quedó en notas (Salmo 7:9; 26:2; Apocalipsis 2:23).
Igual que en hebreo y griego, en español se utiliza el término corazón en sentido literal y simbólico. Así que, en esta revisión, por lo general quedó corazón en el texto principal. Pero, cuando el sentido no quedaba claro, se usó algo más específico. Por ejemplo, en Proverbios se hablaba del hombre “falto de corazón”, pero ahora se habla del hombre al que “le falta sensatez”; corazón se dejó en las notas (Proverbios 6:32; 7:7). Lo mismo pasó con otras palabras, como grasa, carne y cuerno: se tradujeron según el contexto (Deuteronomio 32:14; Eclesiastés 5:6; Job 16:15). Algunas de estas expresiones se explican en el glosario.
Facilitar la lectura. En el pasado, la Traducción del Nuevo Mundo recurría a ciertas expresiones para indicar si los verbos hebreos aparecían en estado perfecto o imperfecto. Por ejemplo, para expresar el énfasis del estado perfecto, añadía expresiones como ciertamente, tener que o realmente. Y, para reflejar la acción continua del verbo en estado imperfecto, usaba proceder a, pasar a, llegar a, etc. Al final, estas expresiones aparecían miles de veces. En esta revisión se emplearon soluciones como “siguieron yendo” o “solía ir” cuando había razones de peso para destacar la idea de acción continua en ciertos contextos (Génesis 7:15; 34:1). Pero, a fin de facilitar la lectura, este tipo de expresiones se quitaron donde no eran esenciales para transmitir el sentido original.
También se modificaron algunos nombres propios. Por ejemplo, en algunos se eliminó la h final para ayudar al lector a saber qué sílaba acentuar. Por eso, nombres como Nekoh, Sebnah y Uzah ahora son Nekó, Sebná y Uzá. También se evitaron usos poco comunes de la letra q, de modo que Elqaná ahora es Elcaná, Eqrón es Ecrón, y qohatitas, cohatitas.
Llegar al corazón de todos los hispanohablantes. El español es el idioma de más de 500 millones de personas y varía dependiendo de la región. Por eso se hizo todo lo posible por utilizar un español que fuera natural y entendible en todos los rincones del mundo hispanohablante. Además, se incluyeron sinónimos y regionalismos en las notas y en las entradas del glosario.
Todos los cambios realizados en el texto bíblico se hicieron con mucho cuidado, buscando la guía de Jehová mediante la oración y con un gran respeto por el extraordinario trabajo del primer Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo.
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