Una de ellas es Filemón. Resulta que Filemón era un hermano que tenía un esclavo llamado Onésimo, pero se había escapado. Pablo le dijo sobre este esclavo: “Anteriormente él no te era útil”. Pero entonces le explicó que ahora era cristiano, que el propio Pablo se había convertido en su padre espiritual y que se lo enviaba de vuelta para que lo recibiera como un hermano (Filem. 10-12, 16).