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¿Realmente ayuda el orar?¡Despertad! 1987 | 22 de marzo
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‘Pero ¿qué le digo?’, quizás preguntes. El orar a Dios puede ser como cuando hablas con un amigo íntimo. Si estuvieras preocupado por un problema serio, ¿no hablarías de ello francamente con ese amigo, y le expresarías tus pensamientos y preocupaciones más íntimos? Dios es un amigo a quien puedes confiar tus pensamientos más profundos, sabiendo que él comprende todo lo que quieres decirle. Pero porque sabe y puede más que cualquier humano, ¡verdaderamente puede ayudarte!
Sin embargo, ¿deberían los problemas personales siempre dominar tus oraciones? Jesús nos dio una oración modelo conocida como la Oración del Señor o el padrenuestro, que se encuentra en Mateo 6:9-13. Nota que lo más importante era la santificación (o el reconocer y sostener lo sagrado) del nombre de Dios, Jehová. Lo que venía después era que el Reino (o gobierno celestial) de Dios viniera y que la voluntad de Dios se efectuara tanto en el cielo como en la Tierra. Solo después de considerar estos asuntos importantes dio atención Jesús a los intereses personales tales como el alimento, el recibir perdón y el aguantar la tentación hacia hacer lo malo. Tus oraciones pueden reflejar ese mismo sentido de prioridad, lo cual le muestra a Dios que no estás egoístamente preocupado tan solo por tus problemas.
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¿Realmente ayuda el orar?¡Despertad! 1987 | 22 de marzo
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El salmista dijo: “Delante de él derramen ustedes su corazón”. (Salmo 62:8.) ¿Tienes alguna debilidad que constantemente tratas de vencer, pero que sigue presentándose? ¿Hay algún problema familiar que te cause mucha infelicidad? Estos son asuntos sobre los cuales puedes ‘derramar tu corazón’ a Jehová en busca de ayuda divina.
No obstante, ten presente que también debes estar dispuesto a aceptar la respuesta de Dios. Por su sabiduría, Jehová pudiera ver cosas que tú no ves. Por eso, el que pidas algo y no lo recibas no significa que Jehová no te haya escuchado. Sencillamente podría significar que pediste algo que no te sería provechoso. Como dice el proverbio: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento”. (Proverbios 3:5.) Sigue orando acerca de ello y con el tiempo recibirás la dirección de Dios.
Cuando la oración se hace una parte regular de tu vida puede conducirte a una relación íntima y feliz con Jehová Dios, algo que debes atesorar. Si todavía no has desarrollado el hábito de orar, ahora es el tiempo propicio para comenzar. ¿Por qué no le oras a Dios acerca de tu deseo de establecer una buena relación con él? De seguro él te ayudará. (Santiago 4:8.)
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