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Puntos sobresalientes de la carta a los RomanosLa Atalaya 2008 | 15 de junio
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¿DE QUÉ MANERA SON DECLARADOS JUSTOS LOS SERES HUMANOS?
“Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”, escribe Pablo, y añade: “Es como dádiva gratuita que por [la] bondad inmerecida [de Dios] se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús”. Y después, el apóstol especifica que “el hombre es declarado justo por fe aparte de obras de ley” (Rom. 3:23, 24, 28). Mediante la fe en “un solo acto de justificación”, los cristianos ungidos y los de la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” pueden ser ‘declarados justos’: los primeros para vivir en el cielo como coherederos con Cristo y los últimos como amigos de Dios, a la espera de sobrevivir a “la gran tribulación” (Rom. 5:18; Rev. 7:9, 14; Juan 10:16; Sant. 2:21-24; Mat. 25:46).
“¿Cometeremos un pecado porque no estamos bajo ley, sino bajo bondad inmerecida? ¡Jamás suceda eso!”, dice Pablo. Luego pasa a explicar: “Son esclavos [...], ya sea del pecado con la muerte en mira o de la obediencia con la justicia en mira” (Rom. 6:15, 16). Después declara: “Si por el espíritu hacen morir las prácticas del cuerpo, vivirán” (Rom. 8:13).
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Puntos sobresalientes de la carta a los RomanosLa Atalaya 2008 | 15 de junio
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EL HECHO DE HABER SIDO DECLARADOS JUSTOS TIENE QUE REFLEJARSE EN NUESTRA VIDA
“Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos —dice Pablo—, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios.” (Rom. 12:1.) “Por consiguiente”, o en vista de lo anterior —de que los cristianos son declarados justos por su fe—, lo que Pablo dice a continuación debería influir en su actitud hacia sí mismos, los demás y las autoridades gubernamentales.
“Digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar”, escribe Pablo, y exhorta: “Sea su amor sin hipocresía” (Rom. 12:3, 9). Más adelante dice: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores” (Rom. 13:1). En lo que tiene que ver con cuestiones de conciencia, Pablo anima a los cristianos a ‘no juzgarse unos a otros’ (Rom. 14:13).
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