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¿Quién domina el mundo?La Atalaya 2011 | 1 de septiembre
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◼ “El Diablo es solo un símbolo del mal” Si así fuera, sería casi imposible entender algunos pasajes bíblicos. Analicemos por ejemplo Job 2:3-6. ¿Con quién hablaba Dios? ¿Con la maldad que había en Job, o tal vez consigo mismo? Y si Dios acababa de expresar su confianza en las virtudes de Job, ¿por qué acto seguido le enviaría desgracias para probarlo? Atribuirle a Dios esos motivos equivale a decir que es un ser malvado, en vez de aquel “en quien no hay injusticia” (Salmo 92:15). En realidad, Dios se negó a “alargar la mano” contra Job. Es obvio que el Diablo no puede ser una representación abstracta, o símbolo, del mal ni un supuesto lado oscuro de la personalidad de Dios. Más bien, es un espíritu que se convirtió en el principal enemigo de Dios.
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Se desenmascara al gobernante secreto del mundoLa Atalaya 2011 | 1 de septiembre
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“El gobernante de este mundo” se da a conocer
Por lo general, a los criminales les gusta presumir de sus logros, y eso mismo hizo el Diablo cuando tentó a Jesús, el Hijo de Dios. Primero le mostró “todos los reinos de la tierra”, y luego le hizo la siguiente oferta: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy. Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo” (Lucas 4:5-7).
Si el Diablo fuera solo un símbolo del mal como algunos piensan, ¿cómo podría explicarse este episodio? ¿Estaba Jesús siendo tentado por un mal pensamiento o por una serie de dudas internas tras su reciente bautismo? Y si así hubiera sido, ¿podría haberse afirmado: “No hay pecado en él”? (1 Juan 3:5.) Jesús no negó que el Diablo tuviera semejante poder sobre la humanidad. Por el contrario, lo confirmó al llamarlo “el gobernante del mundo” y describirlo como “un asesino y un gran mentiroso” (Juan 14:30; 8:44, Traducción en lenguaje actual).
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