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Página 2¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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Fumar o no fumar: he aquí el problema. La mayoría de las personas se encaran a esa cuestión durante la adolescencia. Nadie les obliga a fumar, la decisión es voluntaria. No obstante, según ciertas autoridades médicas, esa decisión podría tener serias repercusiones en su vida, hasta podría determinar cuándo y cómo van a morir.
En vista de esto, se plantean importantes preguntas: ¿es ético anunciar los productos del tabaco? ¿Es moralmente justificable que las naciones llamadas cristianas exporten grandes cantidades de tabaco a otras naciones? ¿Están vendiendo enfermedad y muerte los vendedores de cigarrillos? Y como al fin y al cabo es la gente quien decide fumar, ¿importa mucho cuál sea la respuesta a estas preguntas?
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El tabaco y la salud, ¿hay alguna relación?¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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El tabaco y la salud, ¿hay alguna relación?
“Gracias por no fumar” (Un letrero que se ve a menudo.)
“Gracias por fumar” (Un contraataque publicado en una revista de una compañía tabacalera.)
SE HA trazado la línea de batalla. Los propagandistas ponen a trabajar su pluma y su ordenador, y las agencias publicitarias emiten mensajes contrarios. Esta guerra, la guerra del tabaco, se combate en el mercado mundial, y son muchos los intereses envueltos, pues todos los años se mueven miles de millones de dólares. Tanto si usted es fumador como si no, esta situación le afecta.
La guerra se pelea en dos frentes principales: la economía y la salud. Para los que están en contra de fumar, lo que más importancia tiene es la salud, mientras que para los magnates del tabaco y todos los que dependen de esta industria, lo que está en juego es la economía, las ganancias y los puestos de trabajo. Las emociones y las reacciones tienden a exaltarse, como lo ilustra lo que sucedió en un aeropuerto cuando un fumador pidió fuego a una persona. “Lo siento, no fumo”, fue la inocente respuesta que se le dio. “¡Yo no le he preguntado si fumaba!”, gruñó el fumador.
Pero, ¿qué hay detrás de toda esta controversia? ¿Es verdaderamente tan malo el tabaco? ¿Debería dejar de fumar?
Advertencias gubernamentales sobre la salud
En Estados Unidos lleva décadas debatiéndose la cuestión del tabaco y el cáncer. En los años sesenta, la industria tabacalera donó millones de dólares para efectuar investigaciones supuestamente dirigidas a precisar la relación entre el cáncer y el tabaco, con el fin de encontrar alguna manera de fabricar cigarrillos libres de elementos cancerígenos. Una de las consecuencias de esas investigaciones probablemente ha ido más allá de lo que esperaban los industriales tabaqueros.
En el año 1964 el director general de Sanidad de Estados Unidos publicó un primer informe en el que advirtió sobre los peligros de fumar. Desde 1965, los fabricantes estadounidenses de cigarrillos se han visto bajo la obligación legal de imprimir advertencias en las cajetillas. Al principio el mensaje era moderado: “Advertencia: el director general de Sanidad dictamina que fumar es peligroso para la salud”. Posteriormente, en el año 1985, se exigió que las compañías tabacaleras alternasen cuatro diferentes mensajes tanto en sus anuncios publicitarios como en el envoltorio de sus productos. Cada uno de ellos comienza con las palabras: “ADVERTENCIA DEL DIRECTOR GENERAL DE SANIDAD”. Los mensajes son los siguientes: “Fumar produce cáncer de pulmón, enfermedades cardiacas, enfisema y puede ser la causa de complicaciones en el embarazo” (véase el recuadro de la página 4). “El que mujeres embarazadas fumen puede causar daño al feto, provocar un parto prematuro y resultar en que la criatura nazca con falta de peso.” “Si deja de fumar ahora, reduce en gran manera los graves riesgos a los que está expuesta su salud.” “El humo del cigarrillo contiene monóxido de carbono.”a
Además de Estados Unidos, hay otros países que también advierten sobre el peligro de los cigarrillos. En la revista India Today aparecen anuncios publicitarios en los que se incluyen las palabras: “ADVERTENCIA ESTATUTARIA: FUMAR CIGARRILLOS PERJUDICA LA SALUD”. En Canadá solían imprimir en letra pequeña: “Advertencia: Sanidad y Seguridad Social de Canadá informa que el peligro para la salud aumenta con la cantidad que se fuma; evítese inhalar el humo”. Pero desde el 31 de mayo de 1988 ese país ha prohibido los anuncios de tabaco. En Gran Bretaña, los anuncios de cigarrillos incluyen estas palabras: “MEDIO EN ALQUITRÁN [o BAJO EN ALQUITRÁN] / Según determina el Gobierno de Su Majestad / PELIGRO: Las Autoridades Sanitarias ADVIERTEN QUE: LOS CIGARRILLOS PUEDEN PERJUDICAR SERIAMENTE SU SALUD”. En Italia, los anuncios de tabaco han estado prohibidos desde 1962. (Con todo, en los últimos veinte años los italianos fuman el doble.) Con tantas advertencias basadas en la arrolladora evidencia científica —más de cincuenta mil estudios efectuados a través de los años—, la conclusión es ineludible: fumar perjudica la salud.
Aunque fumar es un fenómeno mundial, no todos los países exigen que se impriman advertencias en el envoltorio del tabaco. Además, cuando en alguna zona se reduce el mercado, los magnates tabaqueros, abren nuevos mercados en otros países gracias a sus tenaces campañas publicitarias. ¿Existen muchos anuncios de tabaco en su país? ¿Se ha hecho que los cigarrillos extranjeros parezcan más atrayentes? ¿Qué hay de cierto tras la gran campaña publicitaria?
[Nota a pie de página]
a El monóxido de carbono, gas inodoro que constituye entre el 1 y el 5% del humo del cigarrillo, tiene una gran afinidad con la hemoglobina de la sangre, la molécula que transporta el oxígeno. Su presencia reduce la cantidad de oxígeno que debería circular en la sangre, lo que puede ser peligroso para la persona que ya padece alguna enfermedad cardiaca.
[Recuadro en la página 5]
TABACO y enfisema
El enfisema es una enfermedad que resulta en la pérdida progresiva de elasticidad de los pulmones, lo que con el tiempo imposibilita la suficiente exhalación del aire viciado. La publicación Columbia University College of Physicians and Surgeons Complete Home Medical Guide explica: “Los [estadounidenses] que tienen enfisema encajan en un mismo patrón: en su mayor parte son hombres que tienen entre cincuenta y setenta años y que durante mucho tiempo han sido fumadores empedernidos. En el pasado esta enfermedad era más frecuente entre el sexo masculino que entre el femenino, pero como cada vez más mujeres son fumadoras empedernidas, esta tendencia está cambiando”.
Esta misma obra añade: “El enfisema puede hacerse pasar por otra enfermedad durante años. Una persona con enfisema probablemente haya tenido todos los inviernos durante unos años varios resfriados fuertes, acompañados de mucha tos y quizás de bronquitis crónica. La tos suele persistir y convertirse en crónica”. ¿Cuáles son algunos de los demás síntomas de esta dolencia?
“El enfisema se desarrolla poco a poco. A las ligeras molestias que se sienten al respirar por las mañanas y por las noches, les suelen seguir poco después síntomas que empiezan a interferir en la realización de diferentes actividades. Un breve paseo puede ser suficiente para dejar a la persona sin aliento, y le resulta difícil subir escaleras. Finalmente, como los pulmones cada vez se ven más limitados para cumplir con la función de inhalar, exhalar y efectuar el intercambio de gases, llega un momento en que cada inhalación requiere un importante esfuerzo, y el paciente se encuentra incapacitado para llevar a cabo las actividades normales.”
Esta misma guía médica añade que el enfisema puede desembocar en graves trastornos cardiovasculares. ¿Realmente vale la pena? ¿Por qué malograr la preciosa dádiva de la vida a cambio del placer efímero de la nicotina?▪
[Recuadro/Fotografía en las páginas 4, 5]
TABACO y embarazo
La revista soviética Nauka I Zhizn (Ciencia y Vida) recientemente publicó un artículo del doctor Víctor Kazmin en el que se detallaban los peligros que afrontan tanto la madre que fuma durante el embarazo como la criatura. Declaró que “fumar causa un daño enorme al organismo de la mujer, cuyas diferencias biológicas la convierten en un ser bastante sensible a los envenenamientos. Al fin y al cabo, el humo del tabaco contiene componentes que representan una grave amenaza para la salud”.
Dice que las madres fumadoras pueden envenenar a la criatura no nacida. “Análisis de laboratorio han detectado la presencia de venenos —nicotina y su metabolito, la cotinina— en el líquido amniótico de esas pacientes. Lo más espantoso, no obstante, es que, como ha podido detectarse mediante microscopios electrónicos, hasta cambia la estructura del cordón umbilical de las mujeres que fuman durante el embarazo, y es a través de dicho cordón que la madre da al feto todo lo que necesita para vivir. [...]
”Si la madre fuma durante las dos o tres semanas que siguen a la concepción, los efectos producidos en el sistema nervioso central del embrión [...] son, por regla general, peores. Durante la cuarta o quinta semana del embarazo se desarrolla el sistema cardiovascular, así que es lo primero que se envenena.”
¿A qué conclusión llegó el doctor Kazmin? “Fumar es mucho más peligroso para el feto que para la propia madre.” ¿Merece la pena? Recuerde la advertencia del director general de Sanidad de Estados Unidos: “Fumar [...] puede ser la causa de complicaciones en el embarazo”, por no decir más.▪
[Fotografía]
Traducción: ¿Por qué empezar una vida envuelta en humo?
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Vendedores de muerte, ¿es usted uno de sus clientes?¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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Vendedores de muerte, ¿es usted uno de sus clientes?
“Al fumador se le ha advertido cien mil veces que el tabaco va a matarle, y eso es lo que yo opino, creo que va a matarle. Creo que todos los tontos que traguen humo van a sufrir. Yo no he fumado un cigarrillo en toda mi vida, aunque he ganado una fortuna con el tabaco. [...] Hemos levantado este país vendiendo tabaco al resto de los tontos del mundo.” (James Sharp, tabacalero de Kentucky (E.U.A.) de dilatada experiencia, citado por Larry C. White en “Merchants of Death—The American Tobacco Industry”.)
ESTA franca observación es muy explícita, pero deja varias preguntas sin responder. ¿Por qué fuman más de mil millones de personas en el mundo? ¿Qué los induce a seguir con un hábito que se sabe que es mortífero? Al fin y al cabo, la situación del tabaco es básicamente la misma que la de la droga, se rige por la ley de la oferta y la demanda, así que si no hay ningún mercado lucrativo, la oferta cesa. Entonces, ¿por qué fuma la gente?
La palabra clave es adicción. Una vez que la nicotina se asienta en el organismo, se crea una necesidad diaria de tomar dosis regulares de ella. Y a la adicción le acompaña el hábito. Este crea situaciones que despiertan el deseo de fumarse un cigarrillo. Hay quien tiene el hábito de fumar tan pronto como se levanta o al tomar la primera taza de café por la mañana, otros fuman con la copa de después de la comida, para otros es la presión del trabajo o los compromisos sociales que este crea lo que les incita a fumar y los hay que fuman en momentos de expansión. Decenas de hábitos aparentemente insignificantes pueden despertar el deseo de fumarse un cigarrillo.
¿Por qué fumaban?
¡Despertad! entrevistó a varios ex fumadores para tratar de entender qué les movía a hacerlo. Tenemos el caso de Ray, un hombre de más de cincuenta años que en el pasado fue cabo de la Marina de Estados Unidos. Él explicó: “Empecé a fumar más o menos a los nueve años, y para cuando cumplí los doce ya había adquirido el hábito de fumar. Recuerdo que me echaron de los Boy Scouts por esta razón”.
¡Despertad!: “¿Qué le llevó a fumar?”.
Ray: “Era lo que se esperaba de alguien que fuese un ‘macho’, era varonil. Recuerdo que en aquel entonces en los anuncios se veía a bomberos y policías fumando. Tiempo después, durante mi servicio en la Marina, ocupé un puesto en la navegación que entrañaba mucha tensión, y me parecía que fumar me ayudaba a soportarla.
”Solía fumarme una cajetilla y media diarias [30 cigarrillos], y jamás empezaba el día sin mi cigarrillo. Por supuesto, me tragaba el humo, porque no tiene sentido fumar si no se traga el humo.”
Bill, artista profesional de Nueva York también de algo más de cincuenta años, explica algo parecido:
“Empecé de niño, a los trece años, pues quería ser como los mayores. Una vez adquirido el hábito, no pude dejarlo. Tener un cigarrillo era como tener un amigo. Si me iba a acostar y me daba cuenta de que no había cigarrillos en casa, volvía a vestirme y, sin importar qué tiempo hiciese, salía a comprar tabaco para el día siguiente. Me fumaba de una a dos cajetillas diarias. Admito que era adicto. Y además también bebía mucho. Parece que una cosa iba con la otra, en especial en los bares, donde pasaba gran parte de mi tiempo.”
Amy, joven y sociable, empezó a fumar a los doce años. “Al principio me influyó la presión de mis compañeros, pero luego fue el sentimiento de pérdida por la muerte de mi padre cuando yo tenía quince años lo que me empujó aún más a fumar. Más tarde, al hacerme mayor, me vi influida por los anuncios publicitarios, en especial uno que decía: ‘Has avanzado mucho, nena’. Estaba estudiando una carrera, quería ser enfermera de quirófano. Pronto me encontré fumando tres cajetillas diarias. Mis momentos preferidos eran después de la comida y cuando hablaba por teléfono, lo que hacía con frecuencia.” ¿Notó algún mal efecto? “Me daba tos por las mañanas y tenía dolores de cabeza, ya no me encontraba en forma. Tan solo subir las escaleras de mi casa me dejaba sin aliento. ¡Y solo tenía diecinueve años!”
Harley, ex aviador de la Marina de más de sesenta años, empezó a fumar durante la Depresión, a los ¡cinco años! ¿Por qué? “En Aberdeen (Dakota del Sur, E.U.A.), de donde yo soy, todos los chicos fumaban. Era una señal de dureza.”
Harley no se anda con rodeos al explicar por qué fumaba. “Lo hacía por puro placer. Inhalaba el humo hasta el fondo de los pulmones y lo retenía. Después, me gustaba exhalarlo formando anillos. Llegué hasta el punto de no poder vivir sin mi cigarrillo. Comenzaba y terminaba el día con un pitillo. En la Marina me fumaba de dos a tres cajetillas diarias y una caja de puros al mes.”
Bill, Ray, Amy y Harley dejaron de fumar, y lo mismo han hecho otros, más de 43 millones de personas tan solo en Estados Unidos. Pero los vendedores de tabaco no se dan por vencidos, sino que constantemente buscan nuevos mercados.
¿Es USTED uno de sus objetivos?
Puesto que en los países industrializados muchos hombres están dejando de fumar, y además otros clientes se pierden debido a la muerte —incluso a la muerte provocada por el mismo tabaco—, las compañías tabacaleras han tenido que ir en busca de nuevos mercados. En algunos casos han cambiado sus estrategias publicitarias con la mira de mantener sus ventas. Una manera eficaz de dar al tabaco una imagen supuestamente limpia es patrocinar acontecimientos deportivos, como torneos de tenis y de golf. Otro cambio de estrategia tiene que ver con los mercados que se pondrán como objetivo. ¿Es usted uno de sus posibles clientes?
Objetivo número uno: las mujeres. Son una minoría las mujeres que fuman desde hace décadas, motivadas por el ejemplo de actrices de cine como Gloria Swanson, quien para 1917, a los dieciocho años, ya era fumadora. En realidad, consiguió uno de sus primeros papeles porque, según las palabras del director, “tu pelo, tu rostro, la manera de sentarte, la manera de fumar un cigarrillo..., eres exactamente lo que busco”.
Asimismo, otra fumadora, Lauren Bacall, quien en los años cuarenta protagonizó varias películas con su marido, Humphrey Bogart —un gran fumador—, se convirtió en el modelo de la mujer elegante que fuma. No obstante, el colectivo de mujeres fumadoras siempre se quedaba rezagado en comparación con el de los hombres, y lo mismo sucedía con los casos de cáncer en las mujeres. En la actualidad estas se están poniendo al día rápidamente, tanto en el tabaco como en el cáncer de pulmón.
En años recientes se ha apreciado una nueva tendencia en las campañas publicitarias, en parte debido al papel más competitivo de la mujer en la sociedad y también a la sutil influencia de los anuncios de tabaco. ¿Qué mensaje se quiere hacer llegar a la mujer? Veamos un ejemplo. La compañía Philip Morris fabrica varias marcas de cigarrillos, una de ellas es “Virginia Slims”, dirigida a la mujer moderna. Su eslogan es el que atrajo a Amy: “Has avanzado mucho, nena”. En el anuncio se ve a una mujer moderna y refinada con un cigarrillo entre los dedos. Sin embargo, hoy día algunas mujeres tendrían que preguntarse cuánto han avanzado en realidad. Durante los pasados dos años el porcentaje de mujeres que han muerto de cáncer de pulmón ha superado al de las que han muerto de cáncer de mama.
Otra marca de cigarrillos ofrece a las mujeres una ganga: “¡Cinco gratis en cada cajetilla!”. “¡Cincuenta gratis en cada cartón!” Y algunas revistas femeninas hasta incluyen cupones para recibir cajetillas gratis.
Otra manera fácil de hacer atractivos los cigarrillos es usar el sexo. Cierta marca ofrece la siguiente invitación: “Derive más placer”. Parte de su mensaje es un anuncio breve que dice: “SE NECESITA: Forastero alto y de tez oscura para mantener relación duradera. Imprescindible que sea de buena apariencia y tenga mucho gusto. Firmado: Alguien que busca impacientemente la satisfacción de fumar”. Los cigarrillos que se anuncian son largos (“altos”) y vienen en papel oscuro, una conexión muy sutil.
Las vinculaciones con la moda son otro anzuelo que se utiliza para atraer a las mujeres. A una marca se la llama “Una fiesta de estilo y gusto ofrecida por YVES SAINT LAURENT”. Para las mujeres que están muy pendientes de su peso, se utiliza otro cebo. El anuncio presenta la fotografía de una modelo delgada, y de los cigarrillos se dice que son “Ultra Lights... el estilo más ‘light’”.
¿Por qué son las mujeres el objetivo de los fabricantes de cigarrillos? La Organización Mundial de la Salud da la clave cuando dice que, según sus cálculos, “en los países en desarrollo fuman más del 50% de los hombres pero menos del 5% de las mujeres, en comparación con aproximadamente el 30% de ambos sexos en el mundo industrializado”. Como ahí existe un enorme mercado sin explotar, el tabaco puede producir grandes ganancias, a pesar de que el precio final tal vez haya que pagarlo en salud. Y parece que los vendedores de tabaco tienen éxito, pues según The New York Times, el informe del director general de Sanidad de Estados Unidos, publicado en enero de 1989, decía que ‘los niños, en especial las niñas, comienzan a fumar a edades más tempranas’ y esto incluye los de escuela primaria. Otra fuente dice que en los últimos años en Estados Unidos ha aumentado en un 40% la cantidad de fumadoras adolescentes. De todas formas, las mujeres no son el único objetivo de los vendedores de muerte y enfermedad.
Otro objetivo: los de raza negra
En su libro Merchants of Death—The American Tobacco Industry, Larry C. White dice: “La gente de color es un buen mercado para los fabricantes de cigarrillos. El National Center for Health Statistics indicó que desde 1986 hay [en Estados Unidos] un mayor porcentaje de fumadores de raza negra que de raza blanca [...]. No es de extrañar que haya una mayor proporción de fumadores de color, porque constituyen un objetivo especial de los que fomentan el consumo de tabaco”. ¿Por qué? Según el periódico The Wall Street Journal, son “un colectivo de población que se queda rezagado a la hora de abandonar el hábito”. Por consiguiente, un cliente de color suele ser un cliente “leal”, “hasta que la muerte nos separe”.
¿Cómo se concentran en la población de raza negra las compañías tabacaleras? White dice: “En las revistas dirigidas hacia la gente de color, como Ebony, Jet y Essence, hay muchos anuncios de cigarrillos. En 1985 las compañías tabacaleras gastaron 3,3 millones de dólares en anuncios publicados tan solo en la revista Ebony”. Una compañía tabacalera todos los años promociona un desfile de modas dirigido al mercado de la mujer de color en el que se distribuyen cigarrillos gratis. Tiempo atrás, otra compañía patrocinaba un festival de jazz, y actualmente continúa auspiciando festivales musicales populares entre los de color. ¿Hasta qué punto es especial el objetivo constituido por la población de raza negra? Un portavoz de la firma Phillip Morris dijo: “La gente de color compone un mercado muy importante, tiene enormes posibilidades”.
Pero existe un mercado todavía más importante para los gigantes del tabaco; no lo constituyen solo ciertas razas o colectivos, sino naciones enteras.
[Comentario en la página 7]
“Tener un cigarrillo era como tener un amigo”
[Fotografía en la página 8]
Los anuncios de tabaco van dirigidos a la mujer, y están logrando su objetivo
[Recuadro en la página 9]
EL TABACO y la enfermedad de Buerger
Un caso ocurrido recientemente en Canadá y publicado en la revista Maclean’s pone de actualidad otra enfermedad más de las atribuidas al tabaco. Roger Perron empezó a fumar a los trece años. A los veintisiete padecía la enfermedad de Buerger, y tuvieron que amputarle una pierna por debajo de la rodilla. Se le advirtió que si seguía fumando, la enfermedad podía volver a atacarle. Maclean’s comenta: “Pero Perron pasó por alto la advertencia, y en 1983 los médicos tuvieron que amputarle la otra pierna. Después de aquello, [...] finalmente dejó de fumar”. Ahora ha entablado una demanda por daños y perjuicios contra una compañía tabacalera.
¿En qué consiste esta enfermedad? Se “presenta con más frecuencia en los hombres que fuman. Se caracteriza por una reacción inflamatoria de las arterias, venas y nervios que lleva a un engrosamiento de las paredes del vaso sanguíneo, debido a la infiltración de glóbulos blancos. Los primeros síntomas suelen ser el amoratamiento de un dedo del pie o de la mano y una sensación de frío en el miembro afectado. Como los nervios también están inflamados, puede producirse un fuerte dolor y el estrangulamiento de los pequeños vasos sanguíneos que ellos controlan. Cuando los nervios del sistema simpático están demasiado activos, también hacen que los pies suden profusamente, aunque se noten fríos. [...] Las úlceras isquémicas y la gangrena son complicaciones comunes de la enfermedad progresiva de Buerger.
”Se desconoce la causa de esta dolencia, pero en vista de que los que la padecen son en su mayoría fumadores jóvenes, se cree que se debe a una reacción a algo que hay en los cigarrillos. El mejor tratamiento es dejar de fumar.” (Las bastardillas son nuestras.)—The Columbia University College of Physicians and Surgeons Complete Home Medical Guide.▪
[Recuadro en la página 9]
TABACO y ataques cardiacos
“Aunque la mayoría de las personas están muy al corriente de la relación entre fumar cigarrillos y el cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares, muchos todavía no se dan cuenta de que fumar también es un importante factor de riesgo en los ataques de corazón. En realidad, el [...] informe del director general de Sanidad sobre ‘Tabaco y Salud’ calcula que de todas las muertes anuales de americanos [estadounidenses] a causa de enfermedades cardiovasculares, doscientas veinticinco mil están directamente relacionadas con el tabaco, muchas más que la totalidad de muertes a causa de cáncer y de enfermedades pulmonares atribuidas al tabaco.
”Los fumadores suelen preguntar si los cigarrillos bajos en alquitrán y nicotina reducen el peligro de contraer enfermedades cardiovasculares. La respuesta parece ser ‘no’. De hecho, algunos de los cigarrillos con filtro aumentan la cantidad de monóxido de carbono inhalado, lo que los hace aún peores para el corazón que los que no tienen filtro.” (Las bastardillas son nuestras.)—The Columbia University College of Physicians and Surgeons Complete Home Medical Guide.▪
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¿Es su país un objetivo codiciado?¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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¿Es su país un objetivo codiciado?
ESTADOS Unidos tiene excedentes de tabaco porque lo compra más barato en Brasil y Zimbabue. Así que, ¿a quién se lo van a vender los magnates del tabaco? A los países africanos y asiáticos. Por eso, la revista Asiaweek dice: “En la actualidad los países asiáticos consumen aproximadamente el 50% de las exportaciones americanas de tabaco, con lo que reemplazan a Gran Bretaña y la República Federal de Alemania como principales mercados”.
¡Y qué magníficas perspectivas tienen delante los vendedores de tabaco! Un mercado que dentro de veinte años tal vez cuente con una población de casi dos mil millones de personas. Es sorprendente el número de habitantes que hay en la actualidad en tan solo China e India: un total combinado de unos 1.800 millones de personas. Además la revista World Health comentó que “mientras que en Occidente los mercados del tabaco están decreciendo a razón de un 1% al año, el consumo de tabaco en los países en desarrollo aumenta a razón de un 2% anual”. Hay que recordar además que la población del mercado occidental es mucho menor que la atrayente población que el mercado de Oriente va en camino de tener. La industria tabacalera estadounidense espera que para el año 2000 las ventas en Asia aumenten en un 18%. Sin embargo, existe por lo menos una barrera: la arancelaria.
Normas dobles para diseminar enfermedad y muerte
¿Cómo pueden conseguir las compañías tabacaleras americanas que otros países acepten sus excedentes de cigarrillos? Aunque resulte paradójico, cuentan con un aliado que por un lado advierte a su opinión pública de los peligros que encierra fumar y por otro promueve activamente la venta de este mortífero producto en otros países. ¿De quién se trata? Del gobierno de Estados Unidos.
Asiaweek explica que “la irresistible fuerza con que se abre camino la exportación de tabaco goza del fuerte respaldo del gobierno estadounidense. [...] El Departamento del Representante Comercial de Estados Unidos [...] no ha escatimado esfuerzos para derribar las barreras comerciales y ganar el acceso a los medios informativos asiáticos para las compañías americanas, aunque en las ondas aéreas de Estados Unidos hace mucho tiempo que están prohibidos los anuncios de cigarrillos”. La revista World Health informa: “Las compañías tabacaleras estadounidenses ejercen una considerable influencia política. Se han empleado sanciones comerciales, o la amenaza de tales sanciones, contra Hong Kong, Taiwan, Japón y Corea a menos que abran sus mercados a la venta y publicidad del tabaco americano”.
Aún peor, las compañías tabacaleras no solo venden sus productos en Asia, sino que además promueven sus ventas con tenaces campañas publicitarias. Esa presión impulsa a algunos países, como Taiwan y Corea del Sur, a incluso levantar la proscripción que habían impuesto a la publicidad del tabaco. En la actualidad China también es uno de los futuros clientes más codiciados de los fabricantes de cigarrillos de Estados Unidos. Así que no es de extrañar que un ejecutivo de una compañía tabacalera dijese: “¿Saben lo que queremos? Queremos Asia”. Pero, ¿cómo ven algunos estas tenaces tácticas americanas?
Según un corresponsal del New York Times, un hombre de negocios coreano censuró “la deshonestidad americana por promocionar sus cigarrillos entre el pueblo coreano”. Y lo que dice está bien fundado, pues Estados Unidos por un lado lucha contra las importaciones de cocaína y heroína, esenciales para otras economías, y por otro quiere exportar su propia planta venenosa a otras naciones. Además, ya que afirma tener elevadas normas éticas, ¿es consecuente que imponga a otras naciones, muchas de ellas en graves aprietos económicos, sus excedentes de peligrosos productos del tabaco?
Algunas naciones se resisten
Algunas naciones africanas, como Gambia, Mozambique y Senegal, han prohibido la publicidad de cigarrillos. El año pasado, el ministro de Sanidad de Nigeria dijo que su gobierno iba a “prohibir toda la publicidad del tabaco en la prensa, la radio, la televisión y las vallas publicitarias. Vamos a prohibir que se fume en todos los lugares y transportes públicos”. Un funcionario nigeriano informó a ¡Despertad! (en enero de 1989) que esta cuestión todavía está debatiéndose.
China tiene 240 millones de fumadores, y las autoridades médicas calculan que para el año 2025 perderán anualmente dos millones de personas como resultado de enfermedades relacionadas con el tabaco. Este país tiene un enorme problema, como lo admite la revista China Reconstructs: “A pesar de que el gobierno chino ha prohibido la publicidad de cigarrillos, de los frecuentes informes que aparecen en los periódicos y las revistas sobre los efectos perjudiciales del tabaco y del precio cada vez más elevado de los cigarrillos, en China sigue aumentando la cantidad de fumadores”. ¿Cuál es una de las consecuencias? “El cáncer y las dolencias cardiovasculares y respiratorias son hoy día las principales enfermedades mortales de China.”
En algunas partes de ese país se considera una señal de hospitalidad ofrecer cigarrillos a los invitados. Pero, ¡qué precio están pagando por ello los chinos! La revista China Reconstructs comenta: “Las autoridades médicas han advertido que la incidencia del cáncer de pulmón está aumentando por todas partes”. Un perito chino dijo al respecto: “Ya estamos pagando un precio demasiado alto”.
Sin embargo, el poder que ejercen los que fomentan el consumo de tabaco encierra otro peligro: su sutil influencia en los medios informativos.
[Fotografía en la página 10]
Anuncio contra el tabaco en Hong Kong
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El tabaco y la censura¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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El tabaco y la censura
“¡Basta de censura! La libertad de expresión —incluida la libertad de anunciar— es un derecho que debemos conservar. La mayoría de los americanos no apoyan que se prohíba la publicidad de cigarrillos.” (Anuncio publicado en enero de 1989 en un periódico y que hacía referencia a “una encuesta telefónica realizada a escala nacional entre 1.500 adultos”. Pero, ¿acaso representan 1.500 personas a “la mayoría de los americanos”?)
LOS anunciantes de tabaco sostienen que su publicidad no inicia a la gente en el hábito de fumar, solo se limita a determinar la distribución del negocio entre las diferentes marcas. No obstante, el actual incremento en el número de mujeres fumadoras hace que esta afirmación sea discutible. Además, del poder que ejercen los anunciantes de tabaco brota otra influencia perniciosa.
En años recientes las compañías tabacaleras de Estados Unidos han conseguido cierto grado de respetabilidad al comprar compañías alimentarias y eliminar la palabra tabaco de los nombres de sus sociedades. Así fue como la American Tobacco Company pasó a ser American Brands, la R. J. Reynolds Tobacco Company se convirtió recientemente en RJR/Nabisco y la Brown and Williamson Tobacco Corporation cambió a Brown and Williamson Industries. Ahora bien, ¿cuál ha sido una de las consecuencias de estos cambios? Más presión publicitaria. ¿Por qué?
Hasta las revistas en las que nunca se anuncia tabaco tienen que pensárselo dos veces antes de publicar artículos que critiquen este hábito y los productos del tabaco. Es cierto que en este caso no perderían los ingresos procedentes de la publicidad del tabaco, pero, ¿qué hay de las compañías que ahora pertenecen a los magnates del tabaco y que anuncian alimentos u otros productos? ¿Y qué hay de los artículos o declaraciones que pueden dejar en mal lugar este hábito? En estos factores radica una autocensura sutil y casi subliminal.
Un ejemplo muy interesante que viene al caso lo suministra el número del 6 de junio de 1983 de la revista Newsweek. En los números anteriores y posteriores se incluían de siete a diez páginas de anuncios de cigarrillos. Pero este número de la revista Newsweek publicó 4,3 páginas sobre una controvertida serie titulada “Showdown on Smoking” (Confrontación sobre el tabaco). ¿Cuántas páginas de anuncios de cigarrillos aparecieron en aquella revista? Ninguna. White dice que “cuando las compañías de cigarrillos se enteraron de la intención de publicar esos artículos, pidieron que retirasen sus anuncios. Por publicar dichos artículos, la revista posiblemente perdió hasta un millón de dólares en concepto de publicidad”.
Las revistas y los periódicos viven de los ingresos por publicidad. La evidencia indica que los editores se lo piensan mucho antes de decidirse a publicar críticas a la industria del tabaco, y si lo hacen, se piensan qué tipo de información publicarán. Un escritor sobre temas de la salud comentó: “Si incluyo el tabaco en una lista de factores que provocan enfermedades cardiacas, por ejemplo, mi editor lo colocará al final de la lista o lo eliminará por completo”. Hay un dicho que reza: “Quien paga manda”. La autocensura se ha puesto a la orden del día.
El periódico The Wall Street Journal informó que durante los seis años que dos revistas dirigidas al público de raza negra publicaron anuncios de tabaco, ninguna de ellas publicó un solo artículo que tratase directamente del tabaco y la salud. ¿Pura coincidencia? Es evidente que a las revistas que anuncian tabaco les resulta difícil morder la mano que las alimenta, de ahí que se retengan de exponer los peligros de fumar.
Este análisis sobre el tabaco, el fumar y la publicidad nos ayuda a ver que hay mucho en juego. Para los tabacaleros, está en juego su medio de vida; para los magnates y los vendedores de tabaco, sus grandes beneficios; para los gobiernos, los ingresos que perciben de sus impuestos, y para los millones de fumadores, su salud y su vida.
Tanto si es fumador como si piensa serlo, es usted quien debe decidir, pues como gustan de recordar los magnates estadounidenses del tabaco, tiene el derecho constitucional de fumar. Sin embargo, recuerde además que esto significa que también tiene el derecho constitucional de correr el riesgo de morir de cáncer de pulmón o de garganta, de enfermedades cardiovasculares, de enfisema, de la enfermedad de Buerger (véase el recuadro de la página 9) y de un sinfín de otras dolencias mortales. Por otro lado, si desea dejar de fumar, ¿cómo puede conseguirlo? ¿Qué se necesita? Motivación.
[Fotografía en la página 12]
El doctor Koop, director general de Sanidad de Estados Unidos, ha advertido con firmeza sobre los peligros del consumo de tabaco
[Reconocimiento]
Foto: Public Health Service
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El tabaco. El punto de vista cristiano¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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El tabaco. El punto de vista cristiano
ES NATURAL que la Biblia no mencione el tabaco ni el hábito de fumar, pues es algo que no se conocía en el Oriente Medio de la antigüedad, y por una sencilla razón: la planta del tabaco es originaria de América del Sur, México y las Antillas, y no se introdujo en el resto del mundo hasta mediados del siglo XVI.
¿Significa esto que la Biblia no dice nada relevante respecto a este hábito? En absoluto. En ella se declaran con claridad principios de aplicación universal que sirven de pautas para nuestra conducta. ¿Cuáles son algunos de esos principios básicos?
Amor a Dios y al prójimo
La fuerza motivadora fundamental para un cristiano tiene que ser la que Jesús expresó: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente’, y, ‘a tu prójimo como a ti mismo’”. (Lucas 10:27.)
¿Cómo puede una persona amar a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas si deliberadamente mina sus facultades mediante entregarse a un hábito, un vicio, que conduce a enfermedad y muerte prematuras? ¿Cómo es posible que una persona manifieste aprecio por la dádiva divina de la vida si inhala una droga adictiva como la nicotina? Dios dio “a toda persona vida y aliento”. (Hechos 17:24, 25.) ¿Deberíamos contaminar ese aliento que Dios nos ha dado? Desde el punto de vista de Dios, fumar es verdaderamente un vicio, una “costumbre o apetito morboso [...] que lleva al hombre hacia algo que puede serle dañoso o perjudicial”. (Nueva Enciclopedia Larousse.)
¿Cómo puede un fumador decir que ama a su prójimo cuando su mal aliento y el humo contaminan la ropa y el aire que le rodea? ¿Y qué hay de su prójimo más cercano: su cónyuge e hijos? ¿Es una muestra de amor seguir un proceder que tal vez conduzca a una muerte prematura, lenta y dolorosa que ellos tuvieran que presenciar? ¿Es manifestar consideración cristiana obligarlos a ser fumadores pasivos, a que inhalen las exhalaciones venenosas del fumador? No es de extrañar que el jardín botánico de Blanes (España) tenga la planta del tabaco en la sección de plantas venenosas.
¿Y qué hay de amarse a uno mismo? Es apropiado hacerlo hasta el punto de preocuparse por la salud corporal, mental y espiritual. El apóstol Pablo dijo que “nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia”. ¿Demuestra que se ama a sí mismo el que se entrega a un hábito que lentamente arruina la salud? (Efesios 5:28, 29.)
Jehová Dios ha prometido ‘nuevos cielos y una nueva tierra en los que la justicia habrá de morar’. (2 Pedro 3:13.) Será un nuevo mundo limpio, sin contaminación de ninguna clase, donde no se permitirá fumar y ni siquiera se deseará hacerlo. Entonces, ¿para qué fumar ahora? Aquí se puede aplicar el consejo de Pablo: “Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. (2 Corintios 7:1.) La nicotina contamina la carne de una forma muy literal. Fumar impide que el cristiano presente su cuerpo “como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio”. (Romanos 12:1.) La facultad del raciocinio dicta que es perjudicial fumar y que va contra los principios cristianos. Si uno desea agradar a Dios, esa es la principal razón para dejar de fumar.
¿Por qué dejaron de fumar?
Alrededor del mundo hay millones de personas que han dejado de fumar, de modo que es posible conseguirlo. ¿Pero cómo? ¿Qué se necesita? Una fuerte motivación. Para muchos es la salud, la dignidad personal y el amor que sienten por su familia, pero para otros también hay un motivo religioso: un deseo de agradar a Dios.
¿Cuál fue el caso de Ray, Bill, Amy y Harley, mencionados en el segundo artículo? ¿Por qué dejaron de fumar?
Bill, quien antes era un artista con barba y cabello largo, estudió la Biblia con los testigos de Jehová. ¿Qué pasó después? “Decidí que quería agradar a Dios y servirle con un cuerpo y una mente limpios. Lo dejé de golpe, no por un proceso gradual. El 1 de enero de 1975 di la última chupada a un cigarrillo y tiré la cajetilla. Desde entonces mi salud ha mejorado, aunque todavía tengo algo de enfisema, y hasta mi percepción de los colores es mejor.”
Amy, la enfermera de quirófano, explica cómo lo dejó. “Yo ayudaba en las operaciones a corazón abierto, y he visto pulmones de todas clases: rosados y sanos, oscuros y envenenados. Aunque veía aquellos pulmones tan horriblemente enfermos, con aspecto de estar impregnados de pimienta negra, seguía sin dejar de fumar. Me engañaba a mí misma, diciéndome: ‘Todavía eres joven. Eso no te pasará a ti’.
”Para 1982 sentí la necesidad de enderezar mi vida y empecé a estudiar la Biblia con los Testigos. Aunque vivía en la casa de una Testigo, solía salir al tejado para fumar a escondidas, así que tuve que luchar conmigo misma. Oré mucho. Sin embargo, una vez que tomé la decisión, fue fácil. Aunque los dos primeros días supusieron una prueba, en mi caso la clave fue la oración constante.”
A Harley, quien había sido aviador de la Marina, le costó mucho romper con el hábito de la nicotina. “Traté de fumar menos, pero no funcionó. Entonces, cuando decidí que quería bautizarme como testigo de Jehová, lo dejé de golpe. Pasé dos o tres días de agonía, en los que me sentía nervioso, tenso e inquieto. ¡Cuánto deseaba un cigarrillo! Entonces un Testigo me ayudó con un buen consejo. ‘El momento de pedir ayuda a Jehová en oración es cuando sientes el deseo de fumarte un cigarrillo.’ Este consejo me fue bien. Otro pensamiento que me hizo reaccionar fue: ‘¿Podía imaginarme a Jesús con un cigarrillo en la boca?’. Imposible. Pero me di cuenta de que los fumadores necesitan una fuerte motivación para dejar de fumar. Solía decirle a mi madre: ‘Solo me perjudico a mí mismo, mamá’, pero en realidad la estaba perjudicando a ella también, y de varias maneras.”
A Ray, el hombre que había sido cabo de la Marina, tampoco le resultó fácil dejar de fumar. “Lo había intentado varias veces antes de conocer a los testigos de Jehová, pero nunca lo había conseguido. Me relacionaba con personas que fumaban, y resultaba difícil decir no cuando me ofrecían cigarrillos. No obstante, al conocer la verdad de la Biblia, quise servir a Jehová tal como Cristo había hecho, así que dejé de fumar en un solo día. Durante dos semanas me sentí fatal, pues mi organismo pedía a gritos la nicotina. Pero luego experimenté un gran cambio. En seguida volví a tener mucha energía. Me sentía satisfecho conmigo mismo y de nuevo ejercía control sobre mi persona.”
¿Vale la pena?
El sentido común dicta que toda práctica perjudicial debe abandonarse. Pero en lo que respecta al tabaco, no solo se trata de que sea perjudicial, sino de que es letal, mortífero y venenoso. Patrick Reynolds, el heredero de una gran fortuna tabacalera, declaró lo siguiente a un subcomité del Congreso de Estados Unidos: “Creo que la publicidad de cigarrillos es una forma de promocionar un producto venenoso, y que es moral, conveniente y bueno que se elimine toda esta publicidad”.
Para los cristianos que desean agradar a Dios, ciertamente es moral, propio y bueno no solo eliminar toda esta publicidad, sino eliminar de su vida todos los productos del tabaco. Los cigarrillos (“inocuos” y no inocuos), los cigarros puros, el tabaco de pipa y el rapé, todo viene de la misma planta del tabaco, una planta venenosa y productora de nicotina. Además, el tabaco no es necesario para demostrar que “has avanzado mucho, nena” o para disfrutar de la vida y tener buen gusto. El refinamiento no se manifiesta envenenándose a uno mismo, a pesar de lo que traten de decirle los vendedores de enfermedad y muerte.
[Fotografía en la página 14]
“Yo ayudaba en las operaciones a corazón abierto, y he visto pulmones de todas clases”
[Recuadro en la página 15]
Abandonaron el comercio del tabaco
En 1875 R. J. Reynolds fundó una compañía de tabaco de mascar en Carolina del Norte (E.U.A.), y en 1913 fabricó sus primeros cigarrillos: la marca “Camel”. Desde entonces, el negocio ha prosperado hasta ocupar el segundo lugar, detrás de la firma Philip Morris, en la lista de mayores ventas de cigarrillos y mayores ganancias en Estados Unidos. El bisnieto del fundador, Patrick Reynolds, un hombre de poco más de cuarenta años que había sido fumador durante quince, hizo unas declaraciones que sacudieron el mundo del tabaco.
Desde que en 1986 compareció ante un subcomité del Congreso para testificar en contra del hábito de fumar, se ha convertido en un paladín regular contra el consumo de tabaco. ¿Qué provocó su antipatía hacia el producto del que proviene la fortuna de su familia? Él recuerda que cuando era jovencito vio cómo su padre, fumador empedernido, moría lentamente de enfisema. Patrick dijo: “Todos los recuerdos que tengo de mi padre son de un hombre que en seguida se quedaba sin aliento y que contaba el tiempo que le restaba de vida”.
Patrick decidió hacer algo positivo con su vida. “Vi que podía cambiar y hacer algo con mi vida.” Dijo que sería “francamente inmoral” seguir promocionando “cosas que se ha probado que son mortíferas”.
“Si la mano que en su día me alimentó es la industria del tabaco, esa es la misma mano que ha matado a millones de personas y que matará a millones más, a menos que la gente se dé cuenta de los peligros de los cigarrillos.” (The New York Times, 25 de octubre de 1986.)
David Goerlitz, el modelo que llegó a ser famoso como el hombre de Winston en el anuncio de cigarrillos de esa marca, ha dejado de anunciar tabaco y se ha convertido en un portavoz de la Sociedad Americana contra el Cáncer. ¿Qué le impulsó a cambiar? En una entrevista que le hicieron en televisión el 29 de diciembre de 1988 dijo: “Visité a mi hermano en la sala para enfermos de cáncer de un hospital de Boston. Aquello me hizo ver los efectos de mi trabajo: enfermos de cáncer que sufrían por causa del tabaco. Vi los devastadores efectos del tabaco en sus víctimas y en las víctimas de sus víctimas, en los familiares. Vi a hombres de cuarenta años sin pelo y con tubos metidos en la garganta y el estómago. Me sentí culpable y decidí dejar de anunciar tabaco”.▪
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Diez ayudas para dejar de fumar¡Despertad! 1989 | 8 de julio
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1. Si desea dejar de fumar, debe tener una verdadera motivación, debe tener buenas y sólidas razones para hacerlo: amor propio; interés por su salud, presente y futura; interés por los seres amados a los que afecta su peligroso hábito; deseo de estar limpio física y moralmente ante uno mismo y ante Dios.
2. Fíjese una fecha para dejar de fumar y apéguese a ella. Hágalo de golpe, porque aunque sufrirá antes, también se curará antes.
3. Tome acción positiva para romper con el hábito. Destruya todos los cigarrillos que tenga en casa y vierta agua sobre ellos. Lave o lleve a la tintorería toda la ropa que huela a tabaco. Dé un nuevo comienzo a su vida, siéntase limpio.
4. Durante el tiempo en que se esfuerza por dejar la nicotina, evite ambientes cargados de tabaco y amigos que fuman. Vaya a lugares donde se prohíba fumar, como museos y bibliotecas.
5. Aparte el dinero que se hubiera gastado en tabaco y cuéntelo al cabo de un mes. Compre algo que verdaderamente necesite, o un regalo para algún ser querido que también comparta su alegría por la victoria que está consiguiendo.
6. Haga algo; mantenga sus manos ocupadas en esos momentos en que normalmente se fumaría un cigarrillo. Mastique chicle (no chicle de nicotina) o chupe caramelos de menta cuando le consuma el deseo de fumar. En lugar de fumar, lávese los dientes después de las comidas. Dé un paseo, escriba cartas, cosa, trabaje en el jardín, repare algo, limpie el automóvil, etc.
7. Cuando se sienta nervioso o bajo tensión, respire profunda y lentamente. En lugar de fumarse un cigarrillo, beba bastante agua y zumos de fruta, pues los líquidos limpian.
8. Haga ejercicio, dentro de sus límites físicos. Para saber lo que sería razonable en su caso, consulte primero a su médico. Le animará mejorar su condición física.
9. Reduzca la cantidad de bebidas alcohólicas que toma. Los cigarrillos y el alcohol suelen “ir juntos”, ya que este puede provocar el deseo de fumar. Evite las reuniones sociales en las que pudiera presentarse esa situación. Mire los anuncios de tabaco desde un punto de vista crítico: analice su carácter superficial y falso. No se deje atrapar de nuevo.
10. Si piensa llegar a ser testigo de Jehová, ore a Dios sinceramente en busca de ayuda y actúe en conformidad con sus oraciones. No espere que se produzca un milagro, hágalo usted.
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