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Crecimiento espectacular¡Despertad! 1991 | 22 de diciembre
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Walter Kolarz, especialista en asuntos soviéticos, escribió en su libro Religion in the Soviet Union que otros Testigos entraron en Rusia “a través de los territorios que se anexionó la Unión Soviética en 1939-1940; en ellos había grupos de testigos de Jehová pequeños, pero muy activos”. De este modo, los Testigos que vivían en el este de Polonia, Checoslovaquia y Rumania de repente se encontraron trasplantados en la Unión Soviética.
Otro modo notable como se introdujeron en la Unión Soviética los testigos de Jehová fue mediante los campos de concentración alemanes. ¿Cómo fue posible? Pues bien, durante la II Guerra Mundial, los prisioneros rusos se encontraron en estos campos con miles de Testigos alemanes, que estaban recluidos allí debido a su estricta neutralidad cristiana. (Juan 17:16; 18:36.) Preferían sufrir y morir antes que quebrantar las leyes de Dios por enrolarse en los ejércitos de Hitler y hacerse así culpables de matar a sus compañeros cristianos de otros países o a cualquier otra persona. (1 Juan 3:10-12.)
De modo que, “increíble como pueda parecer, los campos de concentración alemanes fueron uno de los conductos mediante los cuales llegó a Rusia el mensaje de los testigos de Jehová —escribió el señor Kolarz—. Lo llevaron los rusos que estuvieron presos en Alemania y que quedaron admirados por el valor y la firmeza de los Testigos, probablemente la razón por la que su teología les pareció tan atractiva”.
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Crecimiento espectacular¡Despertad! 1991 | 22 de diciembre
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Los testigos de Jehová de la Unión Soviética recibieron un severo golpe durante la primavera de 1951. Se detuvo a más de siete mil en las repúblicas soviéticas europeas y se les llevó a campos de concentración en lugares remotos del país, como Siberia y Vorkuta, en el norte lejano. ¿Con qué resultado?
“Este no fue el final de los ‘Testigos’ en Rusia —observó el señor Kolarz—, sino solo el principio de un nuevo capítulo de sus actividades proselitistas. Incluso intentaban propagar su fe cuando se detenían en las estaciones camino del exilio. El gobierno soviético no pudo hacer nada mejor para la diseminación de su fe que deportarlos. Se les sacó del aislamiento de sus pueblos y se les introdujo en un mundo mucho más amplio, aunque este no fuera más que el mundo terrible de los campos de concentración y trabajos forzados.”
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