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UcraniaAnuario de los testigos de Jehová 2002
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Un sobresaliente ejemplo de fe
A veces, las severas pruebas de fe duraban meses, años y hasta décadas. Ese fue el caso de Yurii Kopos, nacido y criado cerca de la hermosa ciudad de Just, en Transcarpatia. Se hizo testigo de Jehová en 1938, a los 25 años. En 1940, durante la II Guerra Mundial, fue sentenciado a ocho meses de prisión por no alistarse en un ejército húngaro que apoyaba al régimen nazi. Como en aquel tiempo no era legal en Transcarpatia ejecutar a los objetores de conciencia, a los hermanos se les enviaba a las líneas de batalla en las que la ley nazi sí permitía tales ejecuciones. En 1942, el hermano Kopos y otros prisioneros, entre ellos veintiún Testigos, fueron enviados al frente situado cerca de Stalingrado (Rusia) para que los ejecutaran. Pero a poco de llegar, el ejército soviético empezó a atacar y capturó tanto a los soldados alemanes como a los hermanos. Estos últimos acabaron en un campo de prisioneros soviético, donde permanecieron confinados hasta 1946, cuando los pusieron en libertad.
El hermano Kopos regresó a su casa y continuó activo en la predicación. Precisamente por dar testimonio, en 1950, las autoridades soviéticas lo sentenciaron a veinticinco años de reclusión en un campo de prisioneros. No obstante, gracias a una amnistía, salió en libertad al cabo de seis años.
Para entonces, ya con 44 años, había decidido casarse con la hermana Hanna Shyshko, que también acababa de salir de prisión tras cumplir, en su caso, una condena de diez años. Presentaron la solicitud para inscribir su matrimonio en el Registro Civil, pero la noche antes de la boda los detuvieron de nuevo y los sentenciaron a diez años de confinamiento en un campo de prisioneros. Pese a las muchas dificultades que tuvieron que afrontar, ambos sobrevivieron y su amor permaneció intacto, aguantó todas las cosas, incluidos diez años de espera para contraer matrimonio (1 Cor. 13:7). En 1967, cuando salieron en libertad, por fin se casaron.
Pero ahí no acabó todo. En 1973, el hermano Kopos, que ya contaba 60 años, volvió a ser detenido y sentenciado a cinco años de reclusión en un campo de prisioneros y otros cinco de exilio. Esta última condena la cumplió con Hanna, su esposa. Los enviaron a Siberia, a 5.000 kilómetros [3.000 millas] de Just, su ciudad natal, a una aislada región a la que no se podía acceder ni por carretera ni por ferrocarril, sino solo por avión. En 1983, ambos regresaron a Just. Hanna falleció en 1989, y él continuó sirviendo fielmente a Jehová hasta su muerte, acaecida en 1997. El hermano Kopos estuvo veintisiete años preso y cinco en el exilio, un total de treinta y dos años privado de libertad.
Este hombre modesto y dócil pasó casi la tercera parte del siglo XX en prisiones y campos de trabajos forzados de la Unión Soviética. Su extraordinario ejemplo de fe demuestra claramente que nadie puede quebrantar la integridad de los siervos leales de Dios.
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UcraniaAnuario de los testigos de Jehová 2002
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[Ilustración de la página 191]
La noche antes de su boda, Hanna Shyshko y Yurii Kopos fueron detenidos y sentenciados a diez años de confinamiento en un campo de prisioneros. Se casaron diez años después
[Ilustración de la página 191]
Yurii Kopos pasó casi un tercio de siglo en prisiones y campos de trabajos forzados de la Unión Soviética
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